Sabía mucho para nada. En geografía
siempre sacaba un diez hoy son distintos los paisajes la flora
las fronteras incluso el clima. Estudié historia
hasta que la reescribieron para hacerla legal. La ortografía
pasó por este trance tantas veces que no tiene sentido
partirse la cabeza pensando si en polaco “de verdad”
se escribe o no separado
e incluso si en alguna ocasión escribimos “de verdad”
porque quizá el término desapareció. No se viajaba mal
en el peldaño
pero para nada. Se extinguieron los viejos tranvías
con pretil sobre el peldaño y los cristales rotos
a los que nos aferrábamos como un enjambre charlatán y gris
que escapaba volando inmediatamente al grito de “¡redada!”
Apenas empezaba a crecer en los laboratorios el hongo
atómico. Era cosa de risa nuestra física
mal estudiada en las clases clandestinas de la calle Widok
en un oscuro comedor sobre un mantel de encaje. Así se
olvida fácilmente. Pero algo permanece
en la memoria: otro suéter
y el no volver la vista si al cruzar el umbral
un par de hombre con gabardina llaman a la puerta.
Konstanty Puzyna (Varsovia, 1929-Augustow, Polonia, 1989), Guijarros, Huerga & Fierro, Madrid, 1997 [Kamyki, PIW, Varsovia, 1989]
Traducción de Fernando Presa González
Envío de Jonio González
Lehrjahre: en alemán, “año de aprendizaje”.
La palabra “lapanka” [redada] designaba durante la ocupación nazi de Polonia una detención masiva e imprevista de ciudadanos a los que, posteriormente, se trasladaba a los campos de concentración y exterminio.(N. del T.)
Culture - Caína Bella - Asamblea de Palabras
Foto: K. Puzyna en la portada de su libro Powrot Chrystusa, Instytut Ksiazki, 2014 Amazon
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