sábado, marzo 31, 2018

Robert Bringhurst / El pez que vivió para contarlo















Una vez hubo un solo pez. No tenía ningún
recuerdo. Murió pronto.

Después hubo dos peces. Se peleaban. Se les llegó
a dar muy bien.

En otra parte, tres peces. Tres peces
bastaban: podían nadar en círculos.
Se comieron entre ellos.

Cuatro peces. Primero se pelearon, después
mantuvieron dos luchas simultáneas, después una pelea
circense. Uno de ellos abandonó a tiempo,
quedando tres. Así es como de vez en cuando los mansos
heredan el territorio (el pozo de los deseos, en este caso)
por un momento. Entonces comienzan a soñar. Son
mansos; han visto el combate.

Robert Bringhurst (Los Angeles, Estados Unidos, 1946); La belleza de las armas, Kriller71, Barcelona, 2013
Traducción de Marta del Pozo y Aníbal Cristobo
Envío de Jonio González

Foto Louise Mercer/Ginebra Magnolia

Ginebra Magnolia - Poetry Foundation - The Guardian - Correo del Libro

viernes, marzo 30, 2018

Juan Arabia / De "Desalojo de la naturaleza"















Juicio

Nos alejamos de la ciudad,
infortunio, infortunio, etcétera.
En la que ya no hacemos
más canciones.

Nuestra flauta quedó encerrada
en la raíz de un sauce:
destruyendo el suelo,
levantando calles y baldosas.

Nos vamos lejos, amigos:
donde las vacas beben,
donde la savia fluye.

Nuestros versos necesitan
ser juzgados,
pero en tierras más salvajes.


Los antiguos bosques de sangre

Los antiguos bosques de sangre
rejuvenecidos de nuevo por el sol,
y todo lo verde y su savia,
y los cuencos cegados en lo más profundo.
Todos ellos, ahora despiertos, desterrando al fósil.
Imitando al canario de Cwmdonkin Drive,
para hacer del aire algo más blanco y puro
como los rastros de un conejo.

La primera vela aferrada al mástil
que el frío de hielo y de sal bañaron,
y las dársenas y sus cadenas,
y la tripulación entera del barco oscuro.
Todos ellos, ahora festivos, saltando al vacío.
Recordando al Albatros, la balada precisa.

El primer saco de manzanas
arrojado al profundo pozo de la vejez.
Y todo el néctar y su sangre,
y los incendios forestales.
Los antiguos bosques de sangre
ahora despiertos, enloquecidos,
como un cuervo expulsado de su nido frío
en la profunda noche encantada.

Juan Arabia (Buenos Aires, 1983)

Desalojo de la naturaleza,
Buenos Aires Poetry,
Buenos Aires, 2018









Ref.:
Literariedad
Atelier
Buenos Aires Poetry

jueves, marzo 29, 2018

Ko Un / Dos poemas















Hubo un día
en que no había nadie a quien preguntar por el camino;
entonces partí en la dirección
que indicaba una larga rama de pino.

Era el sendero que quería.

*

Luz de hogar al otro lado del río.

Nadie preguntó.
Nadie contestó.

Ko Un (Gunsan, Corea del Sur, 1933), Flores de un momento, Linteo, Ourense, 2017
Traducción de Sung Chul Suh
Envío de Jonio González

miércoles, marzo 28, 2018

Santiago Sylvester / El Código de Hammurabi...

     













       (manuscrito verdadero o falso encontrado en el umbral)

El Código de Hammurabi,
las Tablas de la Ley,
los barcos de la Ilíada enfilados hacia Troya,
miran todos en la misma dirección:

el Templo del Sol en la península de Yucatán,
la Niña, la Pinta y la Santa María,
los caballos de Atila y los gansos del Capitolio,
miran en la misma dirección:

las matanzas que no han cesado en el tercer planeta
     del sistema solar,
los que apuestan a que el alma existe y los que apuestan
     a lo contrario,
la caravana que vuelve a Buenos Aires después de
     las vacaciones:
                    agota
toda esa gente que invoca a dioses tan distintos: tal vez
no vayan juntos ni hacia el mismo sitio: cada uno con
     su propia muchedumbre,
con sus necesidades a la vista,
pero todos miran en la misma dirección:
Bach, de quien se dijo que es una prueba de la existencia
     de Dios, la atracción del suicidio, las cuatro estaciones:
las tablillas de Persia, los quipus incaicos, el arte de callar:

da risa y llanto este mundo terrible, y no hay otro: aquí
o nada:
y en la misma dirección.

Santiago Sylvester (Salta, Argentina, 1942), "El que vuelve a ver" (2016), La conversación. Antología, Visor, Madrid, 2017

Ref.:
El País
Los Andes
Festival de Medellín
Analecta Literaria                                       

martes, marzo 27, 2018

Giorgio Bassani / Tennis club



Ya sé que es muy poco importante
para los demás para cualquier otro en el mundo que el club
cerrado por la desinfección anual me parezca
hoy a través de la cancel cerrada tan distante
en su tórrido silencio soleado tan extrañamente
inmortal

Pienso en nosotros dos juntos para siempre pienso en un prado
resonante como este del laborable zip-zip solamente
de invisibles irrigadores automáticos
y pienso en un gran ojo celeste que desde afuera
entre los barrotes atónito para siempre
lo mire

Giorgio Bassani (Bolonia, Italia, 1916-Roma, 2000), Epitaffio, Mondadori, 1974
Versión de Jorge Aulicino

El Mundo - Lector Salteado - Istituto Italiano di Cultura - Buenos Aires - Famiglia Cristiana



Tennis club

So bene so che è assai poco importante
per gli altri per chiunque altro al mondo che il club
chiuso in vista dell'annuale desinfestazione mi appaia
oggi attraverso il cancello sprangato cosi distante
nel suo torrido silenzio assolato cosi stranamente
immortale

Penso a noi due accanto per sempre penso ad un prato
eccheggiato come questo dal feriale zip-zip soltanto
di invisibili irrigatori a pioggia automatici
e penso a un grande occhio celeste il quale da fuori
di tra le sbarre attonito per sempre
lo guardi

domingo, marzo 25, 2018

William Carlos Williams / Paterson, 37


Libro cuatro  
La corrida al mar I
(cont.)














Corydon & Phyllis

Buenos días, Phyllis. Estás hermosa esta mañana
(de modo sencillo) me pregunto si sabes lo
linda que eres, Phyllis, mi pequeña Lechera (¡Qué bueno!
¡Afortunado el hombre!) soñé contigo la noche pasada.


Una carta

No me importa lo que digas. A menos que Madre escriba, ella misma,
diciendo que dejaste de beber — y con esto digo dejaste de beber
no volveré a casa.


Corydon & Phyllis

¿De qué clase de gente vienes, Phyllis?

Mi padre es un borracho.
Esto es más humildad de lo que la situación requiere.
Jamás te avergüences de tus orígenes.

Yo no lo hago. Es solo la verdad.

¡La verdad!        ¡La virtud, querida, si uno la tuviera! es solo
 interesante en el todo, como ya te darás cuenta       o qui-
zás ya lo sabes. Esa es nuestra educación cristia-
na: no negación sino perdón, la Hija Pródiga. ¿Has
estado alguna vez en la cama con un hombre?

¿Y tú?

¡Buen intento! ¿Con este cuerpo? Creo que soy más
caballo que mujer. ¿Has visto alguna vez una piel como la mía?
Manchada como una gallina de Guinea     

Solo que sus manchas son blancas.

¿Como las de un sapo, quizás?

No dije eso.

¿Por qué no? Es la verdad, mi pequeña Oréade. In-
domable. Cambiemos los nombres. ¡Tú serás Corydon! Y yo
seré Phyllis. ¡Joven! ¡Inocente! Uno escucha con claridad las manzanas ca-
yendo y las pisadas y el repiqueteo de las pezuñas de Pan.
Equivalente a nada       

                                                                                      

Phyllis & Paterson

¡Míranos! ¿Por qué
te atormentas?
Crees que soy virgen. 
Supongamos que te contara  
que he tenido relaciones. ¿Entonces
qué dirías? Supongamos
que te contara eso        

Ella se inclina a
media luz, cerca del
rostro de él.       Dime,
¿qué dirías?

¿Has tenido muchos amantes?

Ninguno que me haya maltratado
como tú. Mira,
estamos todos transpirados         


Mi padre está tratando de conseguirme un caballo     

Una vez, salí con un chico
que conocí solo por un tiempo

Él me preguntó           
No, dije, ¡por supuesto que no!

Parecía tan sorprendido.
Porque, dijo, la mayoría de las chicas

enloquecen por eso. Pensé
que todas lo hacen     

Deberías haber visto  
mis ojos. Jamás escuché
algo así      

No sé por qué no puedo entregarme a ti. Un hombre
como tú debería tener todo lo que quiere        Creo que me preocupo
demasiado, ese es el problema     
                                                                                      

Corydon & Phyllis

Buenos días, Phyllis. ¿Soportarías un trago  
tan temprano? Te escribí un poema    y lo peor
es, que estoy a punto de leértelo        No tiene por qué gustarte.  
Pero, qué diablos, será mejor que lo escuches. ¡Mira
cómo tiemblo! O mejor, déjame leerte uno corto, para
empezar:

Si soy virtuoso
condéname
Si mi vida es feliz
condéname
El mundo es
inicuo

¿Significa algo?

No mucho.

Bueno, acá va otro:


Tú comunista
soñador
¿a dónde
vas?

¿Hasta el fin del mundo
¿Vía?
Química
Oh oh oh oh
          
Eso será
en verdad
el final    

comunista soñador
¿no es así?
Juntos
juntos


“Con eso le reventó la faja.” Dame otro trago.
Siempre metí la pata cuando quise abandonar. ¡Pero allá
va! Aquí esta. A esto iba. Se llama,
Corydon, una Pastoril. Saltearemos la primera parte, sobre las
rocas y las ovejas, comenzaremos con el helicóptero. ¿Lo
recuerdas?

                    hace subir a las gaviotas a una nube
Um              no más bosques y campos.  Por lo tanto
presente, presente eterno

     el zumbante pterodáctilo
de un artilugio, para rememorar uno de Da Vinci,
revisa la corriente de Hellgate buscando un cadáver,
para que las gaviotas no se alimenten de él  
y de su identidad y su sexo, así como de sus esperanzas, y su
desesperación y sus lunares y sus marcas y
sus dientes que revisan las uñas no sean ya descifrables
y por tanto se pierdan     

por lo tanto, presente,
presente eterno    
Las gaviotas, vórtices de desesperación, dan vueltas y dan
voz a sus respuestas salvajes hasta que la cosa
se vaya      entonces, con voracidad, habiéndose dispersado
para sobrevivir, cercanos otra vez sobre el foco,
las piedras desnudas, tres piedras de puerto, excepto
por eso        inútil
sin profanar        
¡Apesta!

Si esto fuera rima, Cariño
si una rima así pudiera hacerse
se caerían las mandíbulas           


Pero su medida es la cosa         Nadie
puede desear un embellecimiento
y mantener su mente austera,
digna para la acción           
una acción como la que planeo  

— levantar mi mano y mantenerla
abierta, a la lluvia     
de sus muertes
que pienso      y no hallar ninguna preparada  
sino la mía    

            ¡Loco! Después de esto, ¿qué tal una historia que sea un poco
recherché, un poco fuerte? ¿Para ocultar mi vergüenza?
¿O.K.?

Claro.

Saltéala. 

Un anillo es redondo
pero no puede unir
aunque puede juntar
la mente de un amante.

Phyllis, creo que estoy  
muy bien ahora                     ¿Te gustaría ir a
pescar conmigo a algún lado?     Te gusta pescar      

¿Puedo llevar a mi padre?

No, no puedes llevar a tu padre. Eres una chica grande ahora.
¡Un mes conmigo, en el bosque!  Hago una concesión. No me
respondas ahora. ¿Has estado alguna vez en Anticosti       ?

¿Eso es como pizza?

Phyllis, eres una chica mala.  Déjame continuar con mi poema

                                                                                      


Querido Papi:

   ¿Cómo andas? ¿Te estás portando bien? porque ella quiere que
yo vaya a pescar con ella. ¡Un mes! ¿Qué dices? Te gustaría
eso.

¿Es así? Bien, sabes dónde tienes que bajarte. Y no
pienses que puedes empezar a venir aquí. Porque si lo haces nunca
volveré a casa.  Y ¡no has dejado de beber! No trates de engañarme. 
 

Está bien, si crees que estoy en peligro entonces aprende a comportarte.
¿Estás debilucho o algo así?  Pero no volveré a pasar por todo
eso otra vez. Nunca. No te preocupes, como te dije, puedo
cuidarme. Y si me pasa algo, ¿qué? Échale la culpa a que  
tengo un padre que es un borracho.

Tu hija
P.

                                                                                      

Phyllis & Paterson

El vestido está transpirado. Lo
mandaré a lavar
Subía por encima de los hombros.
Debajo de él, sus medias

Grandes muslos           
 

Leamos, dijo el Rey
con ligereza.  Vamos a

redivagar, dijo la Reina
con más ligereza aun

y sin pestañear
 

Él llevó sus pezones 
suavemente a sus labios.  No,
no me gusta

                                                                                      

Corydon & Phyllis

¿Recuerdas dónde nos bajamos? A la entrada del
túnel de la calle 45              Veamos

    casas con letreros:
no aptas para vivienda humana     etc     etc

Oh sí       

Condenado    
¿Pero quién ha sido condenado         donde comienza
el túnel bajo el río?  Voi ch’entrate
¡revisitado! Bajo suelo, bajo roca, bajo río
bajo gaviotas           bajo los locos     

el tráfico es devorado y desaparece    
para emerger            nunca

Una voz gritando en el barullo (¿Por qué sino
hay periódicos, a granel?) voceando
las noticias a las que ningún genio evitará, sin rima
que las encubra. La necesidad aferrando las palabras      buscando
la evasión, el amor se ensucia, se mancha    
Quisiera derramar la verdad, sobre eso.

¿Por qué no lo haces?


William Carlos Williams (Rutherford, Estados Unidos, 1883-1963), Paterson, New Directions, New York, 1963
Versión © Silvia Camerotto




Book Four

The Run to the Sea

I

Corydon & Phyllis

Good morning, Phyllis. You are beautiful this morning
(in a common sort of way) I wonder if you know how
lovely you really are, Phyllis, my little Milk Maid (That's
good! The lucky man!) I dreamt of you last night.


A Letter

I don't care what you say. Unless Mother writes me, herself,
that you’ve stopped drinking — and I mean stopped drinking
— I won't come home.


Corydon & Phyllis

What sort of people do you come from, Phyllis?

My father's a drunk.
That's more humility than the situation demands.
Never be ashamed of your origins.

I'm not. It's just the truth.

The truth!        Virtue, my dear, if one had it! is only
interesting in the aggregate, as you will discover •    or per-
haps you have already found it so. That's our Christian teach-
ing: not denial but forgiveness, the Prodigal Daughter. Have
you ever been to bed with a man?

Have you?

Good shot! With this body? I think I'm more
horse than woman. Did you ever see such skin as mine?
Speckled like a Guinea hen      

Only their speckles are white.

More like a toad, perhaps?

I didn't say that.

Why not? It's the truth, my little Oread. In-
domitable. Let's change names. You be Corydon! And I’ll
play Phyllis. Young! Innocent! One can fairly hear the pelt-
ing of apples and the stomp and clatter of Pan's hoofbeats.
Tantamount to nothing       

                                                                                      

Phyllis & Paterson

Look at us! Why do you
torment yourself?
You think I’m a virgin.
Suppose I told you
I’d had intercourse. What
would you say then?
you say? Suppose
I told you that         

She leaned forward in
the half light, close to
his face.       Tell
me, what would you say?

Have you had many lovers?

No one who has mauled me
the way you have. Look,
we're all sweaty          


My father's trying to get me a horse   

I went out, once, with a boy
I only knew him a short time

He asked me      
No, I said, of course not!

He acted so surprised.
Why, he said, most girls

are crazy for it. I
thought they all were    

You ought to have seen
my eyes. I never heard
of such a thing      

I don't know why I can't give myself to you. A man
like you should have everything he wants    I guess I care
too much, that's the trouble    
                                                                                      

Corydon & Phyllis

Phyllis, good morning. Could you stand a drink at
this early hour? I've written you a poem    and the worst
is, I'm about to read it to you     You don't have to like it.
But, hell take it, you damn well better listen to it. Look at
me shake! Or better, let me give you a short one, to begin
with:

If I am virtuous
condemn me
If my life is felicitous
condemn me
The world is
iniquitous

Mean anything?

Not much.

Well, here's another:

You dreamy
Communist
where are you
going?

To world's end
Via?
Chemistry
Oh oh oh oh
          
That will
really
be the end    
you



dreamy Communist
won't it?
Together
together

“With that she split her girdle." Gimme another shot.
I always fell on my face when I wanted to step out. But here
goes! Here it is. This is what I've been leading up to. It's
called, Corydon, a Pastoral. We'll skip the first part, about the
rocks and sheep, begin with the helicopter. You remember
that?

                    drives the gulls up in a cloud
Um               no more woods and fields.  Therefore
present, forever present

  a whirring pterodactyl
of a contrivance, to remind one of Da Vinci,
searches the Hellgate current for some corpse,
lest the gulls feed on it
and its identity and its sex, as its hopes, and its
despairs and its moles and its marks and
its teeth audits nails be no longer decipherable
and so lost     

therefore present,
forever present    
The gulls, vortices of despair, circle and give
voice to their wild responses until the thing
is gone      then, ravening, having scattered
to survive, close again upon the focus,
the bare stones, three harbor stones, except
for that       useless
unprofaned        
It stinks!

If this were rhyme, Sweetheart
such rhyme as might be made
jaws would hang open           

But the measure of it is the thing        None
can wish for an embellishment
and keep his mind lean,
fit for action          
such action as I plan

— to turn my hand up and hold
it open, to the rain     
of their deaths
that I brood          and find none ready
but mine own •

            Nuts! After that, how about a story that’s a little
recherché, a little strong? To hide my embarrassment?
O.K.?

Sure.

Skip it,

A ring is round
but cannot bind
though it may bound
a lover's mind

Phyllis, I think I'm
quite well now                        How would you like to go
fishing with me somewhere?     You like to fish     

Can I bring my father?

No, you can't bring your father. You're a big girl now.
A month with me, in the woods! I have a concession. Don't
answer at once. You've never been to Anticosti       ?

What's it like, pizza?

Phyllis, you’re a bad girl. Let me go on with my poem

                                                                                      
Dear Pappy:

How yuh doin'? Are you behaving? because she wants me to
go fishing with her. For a month! What do you say? You'd like
that.

Is that so? Well, you know where you can get off at. And don't
think you can start coming in here. Because if you do I’ll never
go home. And you haven’t stopped drinking! Don't try to kid me.
 
Alright, if you think I'm in danger then learn to behave yourself.
Are you a weakling or something? But I won't go through all
that again. Never. Don't worry, as I told you, I can take care of
myself. And if anything happens to me, so what? Blame it on I've
got a father who is a drunk.

Your daughter
P.

                                                                                      

Phyllis & Paterson

This dress is sweaty. I'll have
to have it cleaned
It lifted past the shoulders.
Under it, her stockings

Big thighs          
 

Let us read, said the King
lightly.   Let us

redivagate, said the Queen
even more lightly

and without batting an eye
 

He took her nipples
gently in his lips.   No
I don't like it

                                                                                      

Corydon & Phyllis

You remember where we left off? At the entrance to the
45th Street tunnel             Let's see

   houses placarded:
Unfit for human habitation     etc     etc

Oh yes        

Condemned     
But who has been condemned        where the tunnel
under the river starts? Voi ch’entrate
revisited! Under ground, under rock, under river
under gulls           under the insane      

the traffic is engulfed and disappears     
to emerge           never

A voice calling in the hubbub (Why else
are there newspapers, by the cart-load?) blaring
the news no wit shall evade, no rhyme
cover. Necessity gripping the words      scouting
evasion, that love is begrimed, befouled     
I’d like to spill the truth, on that one.

Why don't you?