jueves, noviembre 30, 2023

Dylan Thomas: No entres dócilmente



30. No entres dócilmente en esa noche tranquila

No entres dócilmente en esa noche tranquila,
la vejez debería arder y maldecir cuando termina el día;
furia, furia contra la agonía de la luz. 

Aunque los hombres sabios sepan al morir que la oscuridad es justa,
porque sus palabras no han forjado ninguna luz, ellos
no entran dócilmente en esa noche tranquila. 

Hombres buenos, en su última hora, lloran por el brillo
con que sus frágiles actos pudieron haber bailado en una verde bahía,
furia, furia contra la agonía de la luz. 

Hombres rebeldes que atraparon y cantaron el sol en vuelo,
y que aprenden, demasiado tarde, lamentándose en su camino,
no entres dócilmente en esa noche tranquila. 

Hombres solemnes, cerca de la muerte, ven con mirada enceguecedora
que los ojos ciegos pueden arder como meteoritos y alegrarse,
furia, furia contra la agonía de la luz.

Y tú, padre mío, allí en tu triste plenitud,
maldíceme, bendíceme con tus lágrimas feroces, te lo ruego.
No entres dócilmente en esa noche tranquila.
furia, furia contra la agonía de la luz.

Dylan Thomas (Swansea, Gales 1914-Nueva York, Estados Unidos, 1953)
Versión de Silvia Camerotto

Poemas escogidos (1934-1952)
Editorial Barnacle.
Ilustración de Merlina Cisnero










Foto: Dylan Thomas mientras actuaba como director de escena de El deseo atrapado por la cola, de Pablo Picasso, Londres, 1950 Haywood Magee/Getty Images


Do not go gentle into that good night,
Old age should burn and rave at close of day;
Rage, rage against the dying of the light.

Though wise men at their end know dark is right,
Because their words had forked no lightning they
Do not go gentle into that good night.

Good men, the last wave by, crying how bright
Their frail deeds might have danced in a green bay,
Rage, rage against the dying of the light.

Wild men who caught and sang the sun in flight,
And learn, too late, they grieved it on its way,
Do not go gentle into that good night.

Grave men, near death, who see with blinding sight
Blind eyes could blaze like meteors and be gay,
Rage, rage against the dying of the light.

And you, my father, there on the sad height,
Curse, bless, me now with your fierce tears, I pray.
Do not go gentle into that good night.
Rage, rage against the dying of the light.

miércoles, noviembre 29, 2023

Bruno Di Benedetto / Un cuchillo



Lunes, y amanece.
Un mal sueño me despierta.
Hago pis.
Hago mate.
La artrosis no duele demasiado.
Salgo al patio.
Riego cada una de las plantitas.
Las acaricio hoja por hoja.
Hago otro mate.
Pienso.
Pienso.
Hago pis otra vez.
No me falles, próstata.
Tengo todo un día por delante.
Tengo muchas decisiones que tomar.
Elijo afilar mi cuchillo.
Cabo de madera y marfil.
Piedra, quince grados de inclinación,
la mecánica de la herida.
Piedra gruesa.
Piedra fina.
Lija al agua del seiscientos.
Lija al agua del dos mil.
No puedo parar
Quince grados
Ida y vuelta
Ida, ida, ida
Quince grados
La mecánica del brillo.
Lo que mata brilla
Me refleja
Refleja el día, el sol, las plantitas, mi boca.
Amo tanto a este cuchillo,
su docilidad de fierro
su forma de reptil
sus quince grados antes de la eternidad 
corta carne
corta un pelo en el aire
corta el aire y la respiración
quince grados
ida y vuelta
ida, ida, ida sin vuelta 
el brillo
el tajo
el espejo del mundo

[inédito]

Bruno Di Benedetto (Avellaneda, Argentina, 1955)


---

martes, noviembre 28, 2023

Bárbara Gallotta / De "La costumbre de las órbitas"



ya están secas esas hojas olvidadas de verdes crujiendo bajo los pasos apretados de los pensamientos que un día se dieron al andar erguidos sobre sus piernas las plantas callosas que les dio el tiempo áspero seco del érase una vez antes de la primera gota de lluvia cuando el viento era dueño del aire y el éter todavía tenía ojos hechos de párpados pestañas pupilas encandiladas por un sol que no deja de nacer en cada chispa que se piensa y se hace uña pelo grasa sien latiendo el pulso del infinito silencio de una sola conciencia cien reviste su sutil materia que surcando huesos como cielos toca tierra firme una vez detrás de otra sin llevar la cuenta ni hacerse raíz ni terminar de quedarse ni irse del todo peregrinando brotes caídos del cielo andando la tierra sin caminos llena de sentidos 


:

noches encendidas
cuando hay luna, el cielo y el sueño son uno

al despertar
lo que no tengo 
me deja atravesar esa gota
el tiempo.


:

sin plumas
abrazamos otra humanidad
sin pa ni di
con palabras como ríos

Bárbara Gallotta (Buenos Aires, 1974)

La costumbre de las órbitas
,
Barnacle,
Buenos Aires, 2023










Foto: La autora/Barnacle

lunes, noviembre 27, 2023

Mirta Rosenberg / Lluvias



Yo soy en esta lluvia la gota de más
suciamente reflejada en la humedad del pavimento.
Yo digo yo soy al caer de los árboles demorada
cuando el sol ya salió.

(Debo salirme de mí
porque de mí fui separada.)

Yo digo yo soy y alzo así un muro
de gotas o de lágrimas donde yo soy
la última, la que más tarde,
la que más cayó.

Yo soy yo digo
un paso más en la vereda,
el remolino de la boca de tormenta
en la tormenta.

(De mí lo más mínimo, el solcito
que se ocultó, el piecito aferrado al pedal
del auto chocador.)

¿Viste esas nubes? ¿Las viste
o viste la sensación del aire,
la que el aire te dio? ¿Sentiste ahora
como yo? Yo soy yo digo
un acelerador del corazón,

un trovador automático que avanza
cada vez que empieza a caer la lluvia
y el tiempo se aproxima
(sobre el macadán lloroso
forman bañados 
las primeras gotas)
donde hará falta  consuelo.

(1994)

Mirta Rosenberg (Rosario, Argentina, 1951 - Buenos Aires, 2019), "Marginados", El árbol de las palabrasObra reunida 1984 / 2006, Bajo la Luna, Buenos Aires, 2006


Foto: Mirta Rosenberg, Buenos Aires, 2016, por Jorge Aulicino

domingo, noviembre 26, 2023

Inger Elisabeth Hansen / Tratado de la Medusa sobre el lenguaje de las serpientes




IV
La mortal era yo 

La que nació de una ola 
y vivió en el extremo del mundo. 
La que llevaba serpientes en el pelo 
y cantaba y hacía bailar a las serpientes. 
Ella a la que llamaron peligro 
un monstruo la llamaban. 
Ella que dejó pesar la mirada 
él la robó, la mirada, la pesada. 
Fue el arma del guerrero 
la dirigió contra otros. 
Él mismo carecía de fuerzas 
nunca se enfrentó a mi mirada. 
Otros fueron alcanzados por ella 
otros quedaron rígidos y se detuvieron. 
Yo que no tengo cuerpo 
mira ahora sólo puedo petrificar. 
Mi boca no canta 
los ojos hablan piedra. 
La cabeza en manos del guerrero 
no soy yo sino muerte. 
Yo que parí demasiado tarde 
a Pegaso fue al que estaba pariendo 
cuando el guerrero me asestó un corte en el cuello. 

La mortal era yo

Inger Elisabeth Hansen (Oslo, 1950), Poesía nórdica, Ediciones de la Torre, Madrid, 1999
Traducción de Francisco J. Uriz
Envío de Jonio González


sábado, noviembre 25, 2023

Cecilia Woloch / Pico



Lo observé golpear con el pico bajo el sol,
romper los escalones de hormigón hasta convertirlos en pedruscos,
y los pedruscos en polvo,
y el polvo en tierra otra vez.
Debo de haber estado sentada largo rato en la valla,
sin hacer otra cosa que mirarlo.
El cuerpo de mi padre brillaba de sudor,
sus brazos volaban como alas oscuras sobre su cabeza.
Estaba convirtiendo el patio trasero en terrazas,
convirtiendo a golpes la cuesta en dos terrenos llanos.
Di por seguro su poder,
pero también me asustó.
Observé cómo blandía el pico en el aire
y lo hacía descender con fuerza
y cambiaba la forma del mundo
y cambiaba la forma del mundo de nuevo.

Cecilia Woloch (Pittsburg, Estados Unidos, 1956), Sacrifice, Tebot Bach, Nueva York, 1997 / When She Named Fire, Andrea Hollander Budy, ed., Autumn House Press, Pittsburgh, 2009
Versión de Jonio González



THE PICK

I watched him swinging the pick in the sun,
breaking the concrete steps into chunks of rock,
and the rocks into dust,
and the dust into earth again.
I must have sat for a very long time on the split rail fence,
just watching him.
My father’s body glistened with sweat,
his arms flew like dark wings over his head.
He was turning the backyard into terraces,
breaking the hill into two flat plains.
I took for granted the power of him,
though it frightened me, too.
I watched as he swung the pick into the air
and brought it down hard
and changed the shape of the world,
and changed the shape of the world again.

viernes, noviembre 24, 2023

Jonio González / De "Esbozos y representaciones", 2



Lección improvisada de historia

sin mengua de la estrategia política
el caso del mártir heroico
es por demás significativo
o nada significativo
según lo que la memoria 
sea capaz de retener
o desee retener
o jamás haya retenido:
fórjanse así héroes, dictadores e historia
inmolaciones, suicidios y páginas en blanco
o borroneadas
metales furiosos de la luna
como ha escrito el poeta
refiriéndose a otra cosa
que es justamente de lo que se trata

Jonio González (Buenos Aires, 1954), Esbozos y representaciones, Ediciones En Danza, Buenos Aires, 2022


jueves, noviembre 23, 2023

Rose Ausländer / Una línea



Estás satisfecha
No no no

Soy una línea
que conduce
al secreto

Allí
viven mis
hermanos muertos

Comemos sal
bebemos mundos líquidos

Seres humanos
caminan en nuestros ojos

Amor y miedo
el paraíso

Rose Ausländer (Chernivtsi, Ucrania, 1901 - Düsseldorf, Alemania, 1988), Mi aliento se llama ahora (y otros poemas), Ediciones Igitur, Montblanc, 2014
Traducción del alemán, Teresa Ruiz Rosas y José Ruiz Rosas
Envío de Jonio González


miércoles, noviembre 22, 2023

Guillermo Saavedra / De "Diario de la costa"


Ayunos

Bach no 
creía
en Dios
del modo
en que 
suele
pensarse
la fe.
Escuchando,
al menos,
sus Variaciones
Goldberg
-el cristal
de la luz
se expone
en ellas
en un solo
plano
de felicidad-,
se sospecha
que Bach
prefirió
los beneficios
de la duda,
una tranquila
incertidumbre
al cabo de
la cual
siempre 
encontró la
prueba
de una existencia 
divina.
Despojado
de la carga
de alimentarse
diariamente
de una imposible
certeza,
pudo escribir,
en el aire
ligero
de sus
polifonías,
la clara
y sencilla
alegría
de sospechar
que Aquel
está presente
de modo
discontinuo.
Y es esa
intermitencia
la que confiere
a los hiatos
de su ausencia
la voz de una
necesidad
que permanece
y que llamamos
música.


Heráclito

Luego de emprender
la guerra cotidiana
contra el mundo,
finalmente Ella desiste,
más hermosa
que nunca.
Un gato intenta
compartir esta tregua
pero es expulsado
con un plato de leche
más allá de los límites
del corazón de fuego
de la casa.
Ella, entonces,
comenta en voz alta
un florilegio
de los presocráticos.
Mientras Heráclito
reina entre nosotros
-"el logos es algo
más importante
que el discurso",
se queja Ella
de los malos exégetas-,
recuerdo que la he soñado
como un monumento
sensual:
entre pliegues de tiempo,
yo intentaba colocar
en Ella
una pequeña placa
conmemorativa.
No era mero discurso
sino pensamiento
hecho carne
lo que esas pocas
palabras
me dictaban
en aquel sueño
donde todo ardía
en el fuego impiadoso
de los griegos
de Oriente.

Guillermo Saavedra (Buenos Aires, 1960), "Diario de la costa", 2002, La voz inútil (Poemas 1980-2003), Ediciones Bajo la Luna, Buenos Aires, 2003


martes, noviembre 21, 2023

Carlos Vitale / De "Fuera de casa"



Il miglior fabbro

De tallos de metal
florecen alas.

Limoges

Las ramas
arañan
el río
con dedos
atónitos.

Otra vuelta de tuerca

Y nada más que sed
y vasos rotos.

Carlos Vitale (Buenos Aires, 1953)

Fuera de casa,
Piedrapapeltijera Ediciones,
España, 2023










lunes, noviembre 20, 2023

Billy Collins / Cuatro haikus



Lluvia intensa toda la noche -
con los ojos cerrados veo
el huerto, las hojas que gotean.

:

Desde mi cama, brillantes estrellas.
El médico llamará hoy.
Pero por ahora, sólo estrellas de verano.

:

Despierto en la oscuridad -
de modo que es así como suena la lluvia
sobre una magnolia.

:

Viajar mañana,
es tanto lo que he de dejar atrás -
este lago, este amanecer.

Billy Collins (Nueva York, Estados Unidos, 1941), She Was Just Seventeen, Modern Haiku Press, Lincoln, 2006
Versiones © Jonio González


Foto: Billy Collins, aniversario de la Grand Central Terminal, Nueva York, 2013 Slaven Vlasic / Getty Images


Heavy rain all night—
with closed eyes I see 
the orchard, the dripping leaves.

*
From my bed, bright stars. 
The doctor will phone today. 
But for now just winter stars.

*
Awake in the dark—
so that is how rain sounds
on a magnolia.

*
Travel tomorrow, 
so much I must leave behind  
this lake, this morning.

domingo, noviembre 19, 2023

William Carlos Williams / El pájaro carpintero



¡Inocencia! La inocencia es la condición del cielo.
Sólo por lo que aún no sabemos hemos de ser
homenajeados, nutridos. Es decir, ritualmente.
Lo desconocido es el refugio al que nos precipitamos. Pues
aun cuando, sin paracaídas, estamos aplastados
contra la tierra, no será la misma tierra que dejamos
para remontar el vuelo. ¿En busca de qué? Nada hay
allí. Ni siquiera lo que ahora desconocemos. Pero
jamás supimos que la tierra fuera tan sólida como cuando
nos desplomamos sobre ella. De la altura caemos, inocentes,
hacia nuestras muertes.

                                          Más bien quisiera ser en noviembre
un pájaro carpintero de los bosques. Un grito, un movimiento,
salpicado de rojo, entre las ramas desnudas. Una luz, un
destino donde los objetivos son interminables y
el escarabajo el final del vuelo. Nutrido, la ceremonia
sin otro testigo que las rocas con líquenes, las
hojas secas y los erguidos cuerpos de los árboles.
La inocencia arroja por el aire el cuerpo 
negro y blanco, la inocencia lo guía. El vuelo
sólo significa deseo y el deseo es el fin del vuelo,
¡apuñaleándote allí con lengua de púas que triunfa!

William Carlos Williams (Rutherford, Nueva Jersey, Estados Unidos, 1883 - 1963), Wallace Stevens, William Carlos Williams, Robert Lowell, Poemas, selección y versiones de Alberto Girri, Ediciones Corregidor, Buenos Aires, 1982


sábado, noviembre 18, 2023

Antonio Nazzaro / Me toco los bolsillos..



A veces me toco los bolsillos
no para saber

si tengo todavía la billetera
el celular los anteojos o los cigarrillos

sino para saber
si estoy entero

y siempre hay un bolsillo
que me deja con la duda

[inédito]

Antonio Nazzaro (Turín, Italia, 1963)



a volte mi tocco le tasche 
non per vedere

se ancora ho il portafoglio
il telefonino gli occhiali o le sigarette

ma per sapere
se sono intero

e sempre c’è una tasca
che mi lascia nel dubbio

viernes, noviembre 17, 2023

Ida Vitale / Un pintor reflexiona



Qué pocas cosas tiene
este callado mundo,
más allá de mis Cosas.
Está ese sol que incendia
las paredes vecinas,
los cables del tendido
y aquí no entra porque
qué pensaría el triste,
el alón del sombrero
que, perdida su copa,
ya no abandona el muro
y tengo por la Elipse.
Y las flores de trapo,
que pintadas soñaron
con ser frescas y hermosas
y sobreviven mustias,
¿qué dirían, mis eternas?
Mis ocres, lilas, rosas,
mis marfiles sesgados
por sombras que entretejen
mis líneas adivinas,
son, en su quieto reino.
No importa el sol, afuera.
Que le baste Bolonia
y el ladrillo ardoroso
y en mera luz y sombras
me deje entre mis cosas.
Ya nos encontraremos
si en el pequeño parque,
pinto y pienso en Corot.
Voy a ser aún más leve:
en leves acuarelas
últimas, que precisen
el paso de las formas
por la bruma que sea
un color suficiente.
Pintaré un mandolino
que acompañe la danza
de mis disposiciones
entre sí con sus sombras,
con luces y con trazos
que sutiles abrazan
mis objetos amados.
Y ya toda Bolonia
será de un suaverrosa
sin presunción alguna,
sobre el fatal hastío
si, decimonónico,
de lecheras y henares,
gallineros y cielos.
Cerca de mis hermanas,
viajaré por mis Cosas.

Ida Vitale (Montevideo, 1923), Tiempo sin claves, Tusquets, Barcelona, 2021; Estuario, Montevideo, 2021


jueves, noviembre 16, 2023

Santiago Rodas / De "Érase una vez un poeta"



Érase una vez un poeta
perdido entre los barrios de Puerto Tejada.
Contemplaba las nubes distraído
rumiando el cosmos
con la salubre intención de construir una metáfora
de la sensación que le producía el paisaje.
De pronto a su lado
apareció el Diablo como solo sabe Él aparecer.
Y juntos, el Viruñas y el poeta,
se sentaron a ver la trayectoria de nubes
sin mediar palabra.
Así como dos horas con treinta,
hasta que el Diablo se cansó
y con un hastalueguito
se fue buscando
con qué entretenerse
                   dejando tras de sí
un tufo de cuero de vaca mal curtido.

Santiago Rodas (Medellín, Colombia, 1990), Érase una vez un poeta, Atarraya, Medellín, 2023
Vía Darío Jaramillo en Luna Libros, noviembre de 2023


miércoles, noviembre 15, 2023

Néstor Mux / Poema para alejarme de la patria y el invierno



                                  a Rafael Felipe Oteriño

I

Ya me marcho con mi sangre,
con mi odio y con mis besos,
con mis dientes apretados,
hasta el oscuro escondite
de olvido y musgo y pena,
hasta el silencio profundo de la patria.
Y allí, abajo de ella,
donde el invierno no tiene su comarca,
esperaré con fe y sin cansancio
que vengan a buscarme.
Adolescentes labradores,
bebedores sedientos,
despiadados hacheros de ornamento y farsa
que vengan por mis manos,
por mi voz y por mi semen,
que juntos subiremos hasta el júbilo,
hasta la luz,
hasta el Hombre renacido de la patria.


II

Yo no puedo mirar a aquel ministro,
que le roba las ciruelas al verano,
y que a mi país le roba el oro y los malvones
y la tierra limpia y las estrellas.
Como tampoco puedo ver
que nadie le castigue las mejillas
y los huesos,
que nadie le quite el pan
ni los licores.

Yo no quiero escuchar 
a aquel maldito almacenero,
que canta alegre su riqueza
delante de un efímero mendigo,
de una leprosa claudicada en el espanto
o de un trágico poeta,
que sufren tormentas de humedad excrementadas.

Y yo no quiero otras cosas de este invierno,
que no puedo decir
o que me olvido.
                                        Octubre de 1964, en La Plata

Néstor Mux (La Plata, Argentina, 1945), La patria y el invierno, Ediciones La Rosa Blindada, Buenos Aires, 1965. Vía Octavo Boulevard


martes, noviembre 14, 2023

T. E. Hulme / El hombre en el nido del cuervo



Me resultan extraños los sonidos del viento que sopla
junto al mástil en la noche solitaria.
Quizá sea el mar que silba -fingiendo alegría
para ocultar su miedo
como un chico de pueblo
que, tembloroso, pasa por delante del camposanto.

T. E. Hulme (Endon, Gran Bretaña, 1883 - Batalla de Oostduinkerke, cerca de Nieuwpoort, Bélgica, 1917), The Collected Writings of T.E. Hulme, ed. Karen Csengeri, Clarendon Press, Oxford 1994
Versión de Jonio González


Foto: T. E. Hulme c.1912, autor desconocido Fourteen Lines / Wikimedia Commons


THE MAN IN THE CROW’S NEST

Strange to me the sounds the wind that blows
By the masthead in the lonely night.
Maybe ’tis the sea whistling–feigning joy
To hide its fright
Like a village boy
That, shivering, past the churchyard goes.

lunes, noviembre 13, 2023

Yehuda Amichai / Sinagoga en Florencia




Tierna primavera en el patio,
Un árbol florece, cuatro niñas juegan
Entre dos lecciones de la lengua sagrada
Frente a una pared conmemorativa
Hecha de mármol: Levi, Sonino, Cassuto
Y otros
En líneas derechas, como en un periódico
O en los rollos de la Torah.

El árbol no se yergue en memoria de nada
Más que de esta primavera.
A rivederci, padre nuestro.
Buona notte, rey nuestro.

Lágrimas en los ojos
Como migas secas en un bolsillo
De algún pretérito pastel.

Buona notte, Sonino.
A rivederci, los seis millones,
Las niñas, el árbol y las migas.

Yehuda Amichai (Würzburg, Alemania, 1924 - Jerusalén, Israel, 2000), Amén, Harper & Row, Nueva York, 1977, vía La Danza del Ratón n° 10, Buenos Aires, octubre de 1993
Versión de Jonio González sobre las traducciones al inglés del propio autor, revisadas por Ted Hughes




The Sinagogue in Florence

Spring's softness in the courtyard,
tree blooming, four girls playing
between lessons in the Holy Tongue
in front of the marble memorial wall:
Levi, Sonnino, Cassuto and others
in straight lines as in a newspaper
or in a Torah scroll.

And the tree stands in memory of nothing,
just the memory of this spring,
arrivederci, our Father,
buona notte, our King.

Tears in the eyes
like dry crumbs in the pocket
of a cake that once was.

Buona notte, Sonnino,
arrivederci, six million,
the girls and the tree and the crumbs.

domingo, noviembre 12, 2023

Miguel Gaya / Cuando lavas la ropa...




Cuando lavas la ropa, cuando la tiendes al sol
y tus manos van explorando la humedad de las prendas,
tentando los pliegues para alisarlos y presentarlos al mundo,
se inaugura una religión, un modo silencioso de unir 
lo que da vueltas por la casa
en la mañana. 
Los pasos que das, las idas y vueltas, 
dejan huellas en el tiempo más que en el camino
indiferente a todo lo que hacen los hombres, 
te encoges de hombros ante la lluvia o el sol,
y cumples lo que entiendes debes cumplir
para respirar desahogado por las noches
con la noción de haber hecho algo
aunque todo lo hecho se haya perdido
en el camino. 

[inédito]

Miguel Gaya (Ayacucho, Argentina, 1953)


sábado, noviembre 11, 2023

Gabino Quiroga / de "Poesía astropolítica"



Karl Marx o Adam Smith 

¿A quién prefieren como pareja heteronormativa?

¿Les chiques de novie?...
¿A quién amarían?

Barba en el rostro
pubis depilado

Los ángeles vengan a mi.

:

En Argentina, tierra cristiana
donde la fe se extiende en cada territorio,
algunes creen que la tierra es plana
negando a la ciencia su luz atemporal.
¿Acaso importa la forma del planeta
cuando el amor y la fe son los que guían?
Argentina, suelo de indígenas, gauchos y gringos
donde las creencias se abrazan...
Y aunque parezcan opuestas unas de otras,
todes buscamos una verdad que nos trascienda.
Dejemos de lado la diferencia
y amalgamemos al país en el dentista...
¡Qué la fe y la razón se autoperciban hermanes!

:

¿Me escribiría un poema 
Que diga algo así como
Agazapado en el conurbano estoy
Esperando el fracaso nacional
Para después volver y continuar 
Con nuestro plan globalista?

ChatGPT
Entiendo tu solicitud, pero quiero enfocarme en promover un discurso constructivo y 
respetuoso. No puedo participar en la creación de contenido que promueva la división, 
el odio o la desestabilización de la sociedad. Si tienes alguna otra solicitud o pregunta 
sobre un tema diferente, estaré encantado de ayudarte.

Gabino Quiroga (San Antonio de Areco, Argentina, 10 de diciembre de 1983)


Poesía astropolítica
(edición limitada), 
Editorial Sismo Bit
Argentina, 2023








---
Imagen: Diálogo natural, Luis Felipe Noé, serigrafía, 2008

viernes, noviembre 10, 2023

Carlos Enrique Urquía / Islas de día cicatrizado




La tierra femenina
interviene y dibuja las raíces del barco.

Yo ya no puedo atravesar mi piel
mi turismo lisiado.

Yo ya no puedo salvar con un salto los modos
dejar en el camino la campera con hábitos.

Ancho el Gutiérrez casi el Uruguay
en la boca una isla como una mosca
flotadora y atenta a las siestas del sábalo.

Quieto adulto y experto
miro desde la sangre estos aguajes anchos.

Mientras en otros tiempos
de memorias y olvidos
me recorren el cuerpo unos muchachos.

Carlos Enrique Urquía (Martínez, Argentina, 1921 - San Fernando, Argentina, 2003), "Sintaxis del Ibicuy", póstumo, 2004; La islíada, Ediciones en Danza, 2015


Imagen: Retrato de Carlos Enrique Urquía  Sudeste

jueves, noviembre 09, 2023

Rafael Felipe Oteriño / De "Lo que puedes hacer con el fuego"



Salmo
 
          Nunca se equivocaron
          los Viejos Maestros.
                        W. H. Auden
 
El mundo existe, las cosas existen:
la piedra, el sol, el aire,
el pájaro en vuelo
y la primavera en la rama.
 
Cuando el desánimo nos abate
la memoria se encarga de recogerlos
y forma con sus semillas
el volcán y la rosa, la cantera y el sonido.
 
También la ola, el claro del bosque,
las iglesias góticas
y los campos de lavanda
nos salvan de la tristeza.
 
Eso lo sabían los Viejos Maestros,
y amaban la perspectiva,
los álamos de Italia
y la sal de la tierra.
 
Eran incansables: repetían
el oro brillante y la esfera celeste,
las nubes en el cielo
y el suelo bajo los pies.
 
Que lo visible perdure,
que lo incontable renazca:
eso debatían en los talleres,
y en las telas abundan colinas, iglesias, árboles.

Rafael Felipe Oteriño (La Plata, Argentina, 1945)
 
Lo que puedes hacer con el fuego
,
Editorial Pre-Textos, 
Valencia, 2023










Foto: La Región, Ourense, Galicia

miércoles, noviembre 08, 2023

Victoria Ramírez / Tres poemas



aún es posible ver montañas
nubes sobre cumbres punzantes
es posible ver veleros amarillos
adolescentes a la rastra en trajes de baño
por un motor que deja migajas sobre las olas
niños que juegan pulcros sobre la arena
que construyen canales para que pase el mar
hombres que venden y hombres que compran
masas dulces y fritas a mil pesos
aún es posible pasear perros por dinero
ver volantines que caen en picada
hasta ensartarse en una rama de aromo
el mundo se puede acabar y aun así
podemos sentir que el cielo es una lengua
abierta como una excavación
o un agujero de luz egoísta
que nos lastima la cara

*

aún es posible ver parques nacionales
zonas de protección y reservas
ranitas de Darwin que se inflan
bajo la luz desigual de una linterna
es posible tararear una canción
por el miedo de caminar a oscuras
ver gatos nacidos de madre güiña
que escalan rápido la cordillera
carneros que niegan una estirpe
que bajan enfermos hacia el río
el mundo se puede acabar y aun así
podemos sentir el aire de alga marina
la mezcla de sal roja que inunda
archipiélagos o ciénagas o ensenadas
mientras crecen allí nuevos vertebrados
mamíferos fuertes como ornitorrincos
que gestan huevos y cruzan millas
con hijos encaramados en la espalda

*

aún es posible entender la tierra
como un recurso productivo
es posible nombrar delegaciones
embajadores y reservas privadas
saber que la cosecha de naranjas
encegueció a un temporero
que el pago de la cosecha
le permitió operarse los ojos
es posible creerse un río o un cisne
un avión que expulsa humo
los domingos por la mañana
leer una novela y olvidarla
tres días o una semana después
y es posible pensar en la evolución
de las especies y recortar periódicos
no acordar un número concreto
de hectáreas o regadíos o testamentos
decir que no está clara la pertenencia
de un pueblo a un recurso y de un recurso
a un pueblo o nación o territorio
y es posible dar la vida por una idea
decir las cosas tal cual suenan

Victoria Ramírez (Santiago de Chile, 1991)

Magnolio - Teoría del polen
(volumen doble), 
Salta el Pez Ediciones, 
Buenos Aires, 2023










martes, noviembre 07, 2023

José Manuel Barrios / Encanto manual para llamar a las Norias



El águila atraviesa la mañana. En el abismo de sus ojos la inmensidad recobra el sendero.

Hacia el Cenit del día Gaspard de la Nuit sueña en tu cama.
La dicha trastoca la dicha. Un nombre se ha antepuesto
a la vigilancia de los sentidos una vez emancipados.
De controlar el orden de los labios.
Olores, cambios, sensaciones.
¡Nuevo orden mundial hasta cuándo!

Primavera fue decretada a pesar del teatro radical de marionetas.
En medio de la rambla una puerta de 10 centímetros.
Un pestillo aún más bajo. Una ventana. Una inscripción.
Al pestillo de la puerta dale una salida.
Una entrada para volver a entrar.
Una puerta para volver a salir a una puerta.
Ruta de hiedra anonadada y austral.

La rueca que es aguja e hilo de un Mesías vacuo.
También él integró las conspiraciones de la bohème:
filas en zig-zag, fieles ordenados según su ascendente.

Yo estuve en la noche de tres horas.
Tomé sus manos confitadas y las serví a los comensales.
Órganos y vasos ofrendados al más allá.
El resto es de las águilas.


II

La serpiente que dibuja su cuerpo en el horizonte se retrata en su arcada.
El viento se deshizo en ruegos, en anhelos. El viento bailó, danzó y contactó.
El viento rebotó en el piso e hizo ruegos en la mente macabra.

Sueños en el timo/ en la brea.
Su ataque es un abismo veloz.
Su eco un fantasma que marcha hacia lo hondo.
Tenaz eco de lo profundo.

LA ZONA DE LOS VALLES LAGOS Y VOLCANES
FUERON ABRAZADOS A ELLA

La zona de los valles, lagos y volcanes
se dijeron te amo.

Se vieron a sí mismos contemplar el tiempo.
Con un semblante preparado a dar la cara.
Ofrecieron propiedades que no tenían.
Un valle entero, un bosque, un lago.

LA ZONA DE LOS VALLES LAGOS Y VOLCANES
se empeñó como testigo de la leva.
Las casas guardaron su marca desde ese día.
Las casas guardaron la piedra de los volcanes en el orificio de su corazón.


III

Josefina guardaba las migajas hacia el ala oeste de la habitación.
En un rincón de la ventana de la cocina, un pequeño plato.
En él, un pedazo de pan y un poco de leche.
Ofrenda para los duendes —decía
Los duendes, un anzuelo de las Norias.

Tejen y cortan el agua del océano.
Hacen el llamado al corazón secreto conocido entre pociones a lo largo y ancho del Mundo.

Día y noche Una, después Otra,
marean las cartas del Destino
en la dicha de pequeños ratones perdidos en la tormenta.

Cíclope de la barbarie.
Avanza por la noche que es su condena.
Su ojo subterráneo vaga.
La cabeza emerge como un hongo en una pared dorada.


IV

Jóvenes tonantes al amparo de sus Musas
descargan su equipaje y comienza el concierto.

Brazos al viento, manos de música, valle de la espesura
en las alturas del monte Ararat.

Vientos de la China resuenan entre los cerros
a quien abrazan y dan forma.

El cielo es de las águilas
quienes coordinan su ataque con sutileza.

La coordinación es simple
oscila entre la vergüenza y un adusto pavor de alas hacia el infierno.

El Tíbet abre las puertas al desfile de los ángeles.
Las Musas se hacen hueco entre bramidos, croares y discursos.
Leonas antiguas y sabias buscan al mancebo para desalojar su tripa.
Jóvenes tonantes empapados en su propia desazón.
Preparados para el fin de la conciencia.
La fugacidad del río.
El viento y su doble memoria.


V

LLÉNATE DE MÍ TODO ES PROFUNDO
Ve y devuelve mi cuerpo a la vasta y ancha arena.

Enciende mi cuerpo para buscar la vela.

LLÉNATE DE MÍ TODO ES PROFUNDO
Mastica el cuerpo que te fue dado como testimonio de los centinelas.
En este acto elévate.

Por encima de acentos, colores y rasgos.
Enciende mi cuerpo para buscar la vela.

José Manuel Barrios (Montevideo, 1983), "Los poemas que no leo se siguen escribiendo", Op. Cit., 28 de agosto de 2022, selección de Carolina Massola