sábado, septiembre 30, 2023

Gabriela Troiano / De "Primera bondad de la sombra"



Tierra doradazul del sueño. Bajo su cúpula se alza la noche. Allí el soñante traza su destino. Dice palabras y olvida. 
Imprime la densidad del pensamiento bajo la cúpula de la Gran Noche.


Su destino es un río. Bajo la cúpula de la Gran Noche, 
el soñante respira agua. Abre los ojos entre lo sumergido. Dice palabras sin pensamiento. 


La Gran Noche es la única. Noche de Gran Estrella. Porque toda la noche es estrella. No hay vacío azul del cielo soñado.

Con el hacha de luz fue suficiente para derribarlo; eso fue todo. Caía el troncoazul, silencioso caía para siempre en su infinito. 
Y cada hoja de agua que ardía no dejaba cenizas. Los nidos 
de espuma se deslizaban sobre los ojos del durmiente. Fue 
el último roce del sueño. Luego, el ojo ya no fue agua, sino 
cántaro: monolito antiguo del soñante.

Gabriela Troiano (Buenos Aires, 1980)

Primera bondad de la sombra
,
Barnacle, 
Buenos Aires, 2023










Foto: Gentileza Editorial Barnacle

viernes, septiembre 29, 2023

Jun Fujita / Dos tankas




Olvido

Aquí no existe el tiempo.
De troncos gigantes el venerable musgo
cuelga en la verdosa oscuridad del aire.
Y fresco rocío derrama.


Niebla

Por encima de la compacta niebla,
Por encima de las fantasmales islas sobre la compacta niebla,
en la opalina luz de la luna,
el relincho de un caballo pasa corriendo.

Jun Fujita (cerca de Hiroshima, Japón, 1888 - Chicago, Estados Unidos, 1963), Poetry, vol. XVIII, nº 3, junio de 1921 Poetry FoundationTanka: Poems in Exile, Covici-McGhee, Chicago, 1923. 
Traducción de los originales en inglés, Jonio González

* Según la Enciclopedia Británica, tanka es una composición tradicional de cinco versos y 31 sílabas que constituye la forma básica de la poesía japonesa; hoy, es sinónimo de waka, término que designa más ampliamente a la poesía tradicional. Es evidente que Fujita no se ciñó a esas normas de medida ni podía hacerlo en un idioma cuya poesía tradicional se rige por otro tipo de métrica (N. del Ad.)


Fotos: arriba, Jun Fujita por Louis Tendler, c.1930, Chicago Tribune; abajo, la periodista Florence Carr y el poeta y fotoperiodista Jun Fujita (esta relación irritó los prejuicios raciales y sociales de la época) The Newberry


OBLIVION

There is no time here.
From giant trunks hoary moss
Hangs through the air of shadowy green.
And cool dew drops.


MIST

Above the settling mist,
Above the phantom isles upon the settling mist,
In the opalized moonlight,
The whinny of a horse careers by.




jueves, septiembre 28, 2023

Daniel Mecca / De "Troya, aparta de mí este cáliz"



LIV

Ulises me habló de los feacios
que lo devolvieron
a estas doradas arenas.

Dormido en la costa,
espléndido,
mitológico,
y con un pensamiento de estrellas
y violencia.


LVI

Cuando matemos a estos hombres,
padre,
cuando tuyas sean otra vez
la patria y la mujer;
cuando el crimen nos complazca
verdaderamente,
podré odiarte
como mandan los dioses.


LVII

Amanece.

Es el color
de los dedos rosados.

Me anudo estas hermosas sandalias.

Empuño la lanza
con la fuerza de un mito.

Vuelvo al hogar,
la familia,
el núcleo de la guerra.

Daniel Mecca (Buenos Aires, 1986)

Troya, aparta de mí esta cáliz
La Conjura, 
Buenos Aires, 2022










miércoles, septiembre 27, 2023

Georg Trakl / El sol



Cada día el amarillo sol se alza sobre la colina.
Bello es el bosque, el oscuro animal,
el hombre; cazador o pastor.

Rojizo asciende en el verdoso estanque el pez.
Bajo la cúpula del cielo
navega calladamente el pescador en su barca azul.

Con lentitud madura la uva, el grano.
Cuando en silencio el día declina
El Bien y el Mal aguardan.

Al caer la noche
el caminante abre los pesados párpados.
Desde el valle oscuro el estallido del sol.

Georg Trakl (Salzburgo, Austria, 1887 - Cracovia, Polonia, 1914), Die Dichtungen, Insel, Berlín, 1989
Versión de Ruth Jacob y Eduardo Conde



DIE SONNE

Täglich kommt die gelbe Sonne über den Hügel.
Schön ist der Wald, das dunkle Tier,
Der Mensch; Jäger oder Hirt.

Rötlich steigt im grünen Weiher der Fisch.
Unter dem runden Himmel
Fährt der Fischer leise im blauen Kahn.

Langsam reift die Traube, das Korn,
Wenn sich stille der Tag neigt,
Ist ein Gutes und Böses bereitet.

Wenn es Nacht wird,
Hebt der Wanderer leise die schweren Lider;
Sonne aus finsterer Schlucht bricht.
---
Foto: s/d

martes, septiembre 26, 2023

Richard Gwyn / Dos poemas




El poeta en Samos

Éstas son las cosas que dejaste atrás: 
un viejo boleto de bus para un lugar con nombre ilegible,
un montón de archivos gubernamentales de distintos regímenes,
una pila de rocas, una ejemplar de Cavafis, muy usado.
No sé cuántas veces comiste aquí, 
al lado de la ventana que da al mar. No sé
si el postigo te mantuvo despierto a la noche
cuando golpeaba ignorado contra la pared, o si,
como dijiste, fue una especie de consuelo.
Leyendo Paréntesis vuelvo a ver de qué manera
el mundo se convirtió en un apéndice de tus poemas,
tus poemas en un apéndice del mundo.

Éstas son las cosas que inventaste, aun
cuando, a su vez, te inventaron a ti. Nada era inanimado.
Convertiste cada movimiento de la cabeza,
cada hoja caída o bicicleta en fragmento de un relato.
Nos dijiste que estabas escondido detrás de cosas sencillas
y que si no podíamos hallarte, en vez de a ti hallaríamos las cosas.


El Museo de la Inocencia

En Estambul, fue a un lugar llamado Museo de la Inocencia, en el cual un escritor famoso había creado un mausoleo para la emoción usada. Allí había pilas de cosas viejas, incluida toda una pared cubierta por falsas colillas de cigarrillos. Le pareció que era una vergüenza exhibir cuarto tras cuarto los artefactos que enumeran las obsesiones de un hombre, sus pecadillos, exponer al mundo los fantasmas de su arrepentimiento. Naturalmente, se enamoró de la guía y se preguntó si el escritor la había puesto allí para atraparlo.

Richard Gwyn (Pontypool, Gales, Reino Unido, 1956), "Stowaway Poems", Ciudades y recuerdos, una antología de poemas, Trilce Ediciones, Ciudad de México, 2017
Traducciones de Jorge Fondebrider



The Poet in Samos

Here are the things you left behind: 
an old bus ticket to a place with an illegible name, 
a stack of government files from distinct regimes, 
a pile of rocks, a copy of Cavafy, well-thumbed.
I don’t know how many meals you ate here,
by the seaward window. I don’t know 
whether the shutter kept you awake at night 
as it banged unheeded on the wall, or whether
as you claimed, it was a kind of comfort.
Reading Parentheses, I see once more how 
the world became an adjunct to your poems, 
your poems an adjunct to the world.

Here are the things that you invented, even 
as they, in turn, invented you. Nothing was inanimate.
You turned each movement of the head, 
each falling leaf or bicycle into the fragment of a story. 
You told us that you hid behind simple things 
and if we could not find you, we’d find the things instead. 


The Museum of Innocence

In Istanbul, he went to a place called the Museum of Innocence, where a famous author had created a mausoleum of spent emotion. There were piles of old stuff there, including an entire wall covered with fake cigarette stubs. He thought it was a shame to parade room after room of artefacts detailing a man’s obsessions, his peccadillos, exposing to the world his phantoms of regret. Naturally, he fell in love with the guide and wondered whether the author had planted her there in order to entrap him.

lunes, septiembre 25, 2023

Ralph Waldo Emerson / Días



Hijos del Tiempo, los Días hipócritas,
embozados y mudos como derviches descalzos,
marchan solos en una fila interminable,
traen diademas y haces de leña entre las manos.
A todos ofrecen dones a voluntad,
pan, reinos, estrellas o el cielo que los sostiene.
Yo, en mi jardín enredado, miré la opulencia,
olvidando los deseos del alba, con apuro
recogí hierbas y manzanas, el Día
se volteó y partió en silencio. Demasiado tarde,
bajo su velo solemne, vi el desprecio.

Ralph Waldo Emerson (Boston, Estados Unidos, 1803-Concord, Estados Unidos, 1882)
Fantasmas de lo sublime. Poesía en lengua inglesa en torno a la finitud y la trascendencia, Serapis, Rosario, 2023. Op. Cit., mayo 2023
Versión de Yanina Audisio y Federico Sironi



Days

Daughters of Time, the hypocritic Days,
Muffled and dumb like barefoot dervishes,
And marching single in an endless file,
Bring diadems and fagots in their hands.
To each they offer gifts after his will,
Bread, kingdoms, stars, or sky that holds them all.
I, in my pleached garden, watched the pomp,
Forgot my morning wishes, hastily
Took a few herbs and apples, and the Day
Turned and departed silent. I, too late,
Under her solemn fillet saw the scorn.

[1851]

The Atlantic, 1857 Virginia Commonwealth University, Richmond
---
Imagen: Ralph Waldo Emerson, 1859. Litografía de Leopoldo Grozelier Britannica/The Library of Congress Washinton DC

domingo, septiembre 24, 2023

Victor Segalen / De "Estelas", 4



Rostro en los ojos

Poderoso no sé qué; al fondo de sus ojos que arrojan la cesta trenzada de mi deseo, no he obtenido el aullido del agua pura y profunda.

Mano sobre mano, al pesar la cuerda de escamas, se me desgarran las palmas, no he alzado siquiera una gota del agua pura y profunda:

O  porque la cesta fue cobardemente trenzada, o porque la cuerda es pequeña; o porque no había nada en el fondo.

[Estelas, 1912]

Victor Segalen (Brest, Francia,1878 - Huelgoat, Francia, 1919), "Victor Segalen. Versiones: Carolina Massola", Op. Cit., mayo 2023
Traducción de Carolina Massola


Foto: Retrato de Victor Segalen por Louis Talbot, 1904 Wikimedia Commons


Visage dans les yeux

Puisant je ne sais quoi; au fond de ses yeux jetant le panier tressé de mon désir, je n’ai pas obtenu le jappement de l’eau pure et profonde.

Main sur main, pesant la corde écailleuse, me déchirant les paumes, je n’ai levé pas même une goutte de l’eau pure et profonde:

Ou que le panier fut lâchement tressé, ou la corde brève; ou s’il n’y avait rien au fond.

sábado, septiembre 23, 2023

Carlos Battilana / Enigma



Antes
en la estepa ventosa,
ella escrutaba,
como si trajera una larga visión infantil,
los días que vendrán.

Ahora observa las piedras alrededor. Una a una. Despreocupada.

El futuro -dice- es un pequeño territorio
que se mira con afecto,
amorosamente

y sin verdadera comprensión.

Carlos Battilana (Paso de los Libres, Argentina, 1964), La lengua de la llanura, Buenos Aires, Caleta Olivia, 2021 


viernes, septiembre 22, 2023

Kay Ryan / Pérdida simbólica



Para el dragón
cualquier pérdida es
total. Su reposo
se interrumpe
si han robado
una copa 
con una joya incrustada.
El círculo
de sí mismo
en el nido
de su oro
se ha
roto. Ninguna
pérdida es simbólica.

Kay Ryan (San José, Estados Unidos, 1945), The Best of It: New and Selected Poems, Grove Press, Nueva York, 2010
Versión de J. G.



TOKEN LOSS To the dragon any loss is total. His rest is disrupted if a single jewel encrusted goblet has been stolen. The circle of himself in the nest of his gold has been broken. No loss is token.

jueves, septiembre 21, 2023

Pablo Seguí / De "Remy LaCroix y otros poemas"




Un cuarto propio 

Leíste bibliotecas
grandiosas y renuentes
al olvido. La noche,
sin embargo, te pide
que escribas otros mitos
que los que tanto aducen
los libros diurnos. Algo
que sea un cuarto propio,
algo que te callés
ante el resto y, así,
complacerla. La noche
requiere tu mirada
más íntima. Qué importa
toda literatura.

Qué importan los demás.


¿Era el gatito blanco? 

Sostenés un gatito
entre tus brazos, madre,
en la foto, de pie
junto a tu abuela, Doña
Liberata, en un patio
en que, sentada, mira
a la cámara. “¡Todo
ha sido tan veloz...!”,
quizá te digas. Cuántas
remembranzas traslucen
tus ojos al callar,
hoy que por fin te escucho...

Pablo Seguí (Ciudad de Córdoba, Argentina, 1973)

Remy LaCroix y otros poemas,
Barnacle, 
Buenos Aires, 2023










Foto: Pablo Seguí por Pablo Gleiser, 2019 Pablo Seguí/Facebook

miércoles, septiembre 20, 2023

Pablo Queralt / de "Mi casa siempre fue la poesía"



Esa es mi forma de engendrarme  hacer desaparecer la tristeza. 
Y esas otras cosas que llevaré tanto tiempo en mí por esa maldita decisión cuando el viento 
corría las sombras de las nubes en mi cara. Parece que fue ayer la felicidad que el silencio 
     guardado trajo.

Y el vuelo de garzas al costado del faro, el sol luminoso. 

Ese algo del fuego donde escribí. Y su poesía otra vez arrojando luz. 

El cuerpo es uno y la mente otra.

Otra vez digo palabras que no quiero decir 
me salen solas como un relámpago un zapato que se cae
como una obra de teatro del cuerpo y la mente
cuya obsesión es añadir sombras

y el ser como pelota es peloteado todo el santo día.


*


Ganar, cuando ganar. Andá aunque sea llorando al Banco. Y cobra. Deja de escribir en el espejo. Si las preguntas no te interesan. El dolor está pasando por detrás del cuello. Recibiré compasión o lastima. Pero nadie me podrá quitar lo aprendido. Va despacio el secreto. 

En ese blancor de la mañana nublada crecía mi intensidad. Decidí entrar en mi veta interna. Irme a tomar un café y mirar. Resbalaba el aire. Vi que el único refugio está en uno. Y a veces duele estar aquí. Y contarse la historia. A veces dan ganas de no contarla.

Esa es la oposición los que se atreven y los que no. Los pobres y los plenos. Eso es lo que se interpone entre ellos y nosotros. Algo que no se atreven o no pueden traducir. 

*

Pagué y levanté mi prenda. Así es el amor para los que no lo conocemos, como ya me dije antes a los que nos llaman pobres de corazón. Y una noche mientras palmeaban farrucas, tal vez entre sombras y luces entré sobre la hora al teatro. Cantaba Agnes Baltsa Cosi Fan Tutte de Mozart, la soprano, hermosa, hermosa tal vez como Norma. Por alguna razón volví a mis 16 sin saberlo sobre las aguas entre los canales y puentes de esa noche veneciana. Mi amor fue tan solo de una noche. Como el que entra de colado en una fiesta después de programarlo todo un tiempo para ese día ir a robarse a la más bella cuando uno solo está empezando a vivir. Y la saca a bailar y cruza los dedos para que diga que sí, y ahí mismo baila y baila y charla y ríe hasta que llegan los lentos y la abraza y le da besos entre su mejilla y sus cabellos. Y después la timidez la soledad mi amiga. Tejiendo su pequeño telar. 

Pablo Queralt (Buenos Aires, 1955)

Mi casa siempre fue la poesía
,
Barnacle,
Buenos Aires, 2023










martes, septiembre 19, 2023

Enrique Cadícamo / Tres Esquinas




[Tango]


Yo soy del barrio de Tres Esquinas,
viejo baluarte de un arrabal
donde florecen como glicinas
las lindas pibas de delantal.
Donde en la noche tibia y serena
su antiguo aroma vuelca el malvón
y bajo el cielo de luna llena
duermen las chatas del corralón.

Soy de ese barrio de humilde rango,
yo soy el tango sentimental.
Soy de ese barrio que toma mate
bajo la sombra que da el parral.
En sus ochavas compadrié de mozo,
tiré la daga por un loco amor,
quemé en los ojos de una maleva
la ardiente ceba de mi pasión.

Nada hay más lindo ni más compadre
que mi suburbio murmurador,
con los chimentos de las comadres
y los piropos del Picaflor.
Vieja barriada que fue estandarte
de mis arrojos de juventud...
Yo soy del barrio que vive aparte
en este siglo de Neo-Lux.

[1941]

Enrique Cadícamo (General Rodríguez, Argentina, 1900 - Buenos Aires, 1999)


lunes, septiembre 18, 2023

Max Jacob / Fantomas otra vez




El Señor y la Señora eran tan gastrónomos como estirados. La primera vez que el chef se les acercó, con el gorro en la mano, y les dijo: "Perdón, ¿el Señor y la Señora están satisfechos?", le contestaron: "Se lo haremos saber por el maître". La segunda vez no contestaron. La tercera vez pensaron echarlo, pero no pudieron decidirse a ello, porque era un chef único. La cuarta vez (¡Dios mío, vivían en un extremo de París, estaban siempre solos, se aburrían tanto!), la cuarta vez comenzaron: "La salsa de alcaparras es estupenda, pero el canapé de perdiz estaba un poco duro". De allí se pasó a hablar de deportes, de política, de religión. Esto es lo que deseaba el chef, que no era otro que Fantomas.

                                                                                                Le Cornet à Dés, 1917

Max Jacob (Quimper, Francia, 1876 - Drancy, Francia, 1944), Poetas franceses contemporáneos, Ediciones Librería Fausto, Buenos Aires, 1974
Traducción de Raúl Gustavo Aguirre




Encore Fantomas

Ils étaient aussi gourmets que gourmés, le monsieur et la dame. La première fois que le chef des cuisines vit, un bonnet à la main, leur dire: "Excusez moi, est-ce que Monsieur et Madame son contents?" on luis répondit: "Nous vous le ferons savoir par le maître d'hôtel!" La seconde fois ils ne répondirent pas. La troisième fois, ils songèrent à le mettre dehors, mais il ne purent s'y résoudre, car c'était un chef unique. La quatrième fois (mon Dieu, ils habitaient aux portes de Paris, ils étaient seuls toujours, ils s'ennuyaient tant!), la quatrième fois, ils commencèrent: "La sauce aux câpres est épatante, mais le canapé de la perdrix était un peu dur" On en arriva à parler sport, politique, religion. C'est ce que voulait le chef des cuisines, qui n'était autre que Fantomas.

domingo, septiembre 17, 2023

Philippe Soupault / Dos poemas





Antedecir

Inclínate 
y corta la lisa superficie

Naranjas
azules
grises
bermellones
se deslizan y nadan
mis poemas

Alrededor de mi pensamiento
giran
los peces verdes

                  Aquarium, 1917


Horizonte

Toda la ciudad entró a mi habitación
los árboles desaparecían
y la noche se pega a mis dedos
Las casas se convierten en transatlánticos
el ruido del mar ha subido hasta mí
Dentro de dos días llegaremos al Congo
He atravesado el Ecuador y el Trópico de Capricornio
sé que hay colinas innumerables
Notre-Dame oculta al Gaurisankar y las auroras boreales
la noche cae gota a gota
espero las horas

Dadme esa limonada y el último cigarrillo
volveré a París

                               Rose des Vents, 1920

Philippe Soupault (Chaville, Francia, 1897 - París, 1990), Poetas franceses contemporáneos, Ediciones Librería Fausto, Buenos Aires, 1974
Traducción de Raúl Gustavo Aguirre




Avant dire

Penche-toi
et perce la lisse surface

Oranges
bleus
gris
vermillons
glissent et nagent
mes poèmes

Tout autour de ma pensée
virevoltent
les poissons verts


Horizon

Toute la ville est entrée dans ma chambre
les arbres disparaissaient
et le soir s'attache à mes doigts
Les maisons deviennent des transatlantiques
le bruit de la mer est monté jusqu'à moi 
Nous arriverons dans deux jours au Congo
J'ai franchi l'Équateur et le Tropique du Capricorne
je sais qu'il y a des collines innombrables
Notre-Dame cache le Gaurisankar et les aurores boréales 
La nuit tombe goute à goute
j'attends les heures

Donnez-moi cette citronnade et la dernière cigarette
je reviendrai à Paris

sábado, septiembre 16, 2023

Cesare Pavese / De "Poemas inéditos", 3



Ocio

Todos esos grandes carteles pegados a las paredes, 
que presentan, sobre un fondo de fábricas, 
al obrero robusto que se yergue contra el cielo,
caen en pedazos por el sol y el agua. Masino maldice
al ver el rostro fiero sobre las paredes 
en las calles, mientras da vueltas en busca de trabajo.
Uno se levanta a la mañana y se para a mirar los diarios
en los quioscos, con vivos rostros de mujeres a color:
los compara con las que pasan y pierde el tiempo,
pues todas tienen ojeras y caras de cansancio. 
Comparten la calle 
con carteles de cine sobre sus cabezas,
y, con pasos lentos, los viejos vestidos de rojo.
Y Masino, mirando las caras extenuadas
y los colores, se palpa las mejillas y las siente huecas.

Después de comer, Masino vuelve a dar vueltas,
hace de cuenta que ya trabajó. Cruza las calles
y no mira ya la cara de nadie. De noche regresa
y se acuesta un rato en el campo con alguna chica.
Solo, le gusta estar en los campos también,
entre las casas aisladas y los ruidos apagados
y a veces duerme un poco. No faltan mujeres,
como cuando era todavía mecánico: ahora es Masino,
que busca una sola para serle fiel.
Una vez -cuando buscaba trabajo- derribó a un rival
y los colegas, que lo encontraron en una zanja,
debieron vendarle una mano. Tampoco ellos hacen nada
y tres o cuatro, hambrientos, formaron una banda
de clarinete y guitarras -querían llevarlo a Masino
para que cantase- y andaban por las calles pasando la gorra.
Masino dijo que él canta por nada,
a veces, cuando tiene ganas, pero andar molestando sirvientas
por la calle es un trabajo para napolitanos. Y los días que come
se va con pocos amigos a las colinas:
allá se meten en alguna hostería y cantan un poco.
solos, entre hombres. Antes también se subían a una barca,
pero desde el río se ve la fábrica y te hacés mala sangre.

Después de gastar los zapatos delante de los carteles,
a la noche Masino termina en un cine
donde trabajó una vez. Hace bien esa oscuridad
a los ojos agotados de ver tantos faroles.
Seguir la historia no da mucho trabajo:
siempre hay una chica y a veces unos hombres
que se matan a golpes. Hay países
en los que valdría la pena vivir, en lugar
de los estúpidos actores. Masino imagina,
sobre un país de peladas colinas, de prados y fábricas,
su cabeza agrandada en primerísimos planos.
Al menos no dan la rabia que dan los carteles
de colores en las esquinas, y el morro de mujeres pintadas.

Cesare Pavese (Santo Stefano Belbo, Italia, 1908 - Turín, Italia, 1950), Poemas inéditos, Barnacle, Buenos Aires, 2023
Versión de Jorge Aulicino




Ozio

Tutti i gran manifesti attaccati sui muri,
che presentano sopra uno sfondo di fabbrícbe
l’operaio robusto che si erge nel cielo,
vanno in pezzi, nel sole e nell’acqua. Masino bestemmia
a veder la sua faccia piú fiera, sui muri
delle vie, e doverle girare cercando lavoro.
Uno si alza al mattino e si ferma a guardare i giornali
nelle edicole vive di facce di donna a colori.
fa confronti con quelle che passano e perde il suo tempo,
ché ogni donna ha le occhiaie píú stracche. 
Compaiono a un tratto
coi cartelli dei cinematografi addosso alla testa
e con passi sostanti, i vecchiotti vestiti di rosso
e Masino, fissando le facce deformi
e i colori, si tocca le guance e le sente più vuote.
Ogni volta che mangia, Masino ritorna a girare,
perché è segno che ha già lavorato. Traversa le vie
e non guarda piú in faccia nessuno. La sera, ritorna
e si stende un momento nei prati con quella ragazza.
Quando è solo, gli piace restare nei prati
tra le case isolate e i rumori sommessi
e talvolta fa un sonno. Le donne non mancano,
come quando era ancora meccanico: adesso è Masino
a cercarne una sola e volerla fedele.
Una volta -da quando va in giro- ha atterrato un rivale
e i colleghi, che li hanno trovati in un fosso,
ban dovuto bendargli una mano. Anche quelli non fanno più nulla
e tre o quattro, affamati, han formato una banda
di clarino e chitarre -volevano averci Masino
che cantasse- e girare le vie a raccogliere i soldi.
Lui, Masino ha risposto che canta per niente
ogni volta che ha voglia, ma andare a svegliare le serve
per le strade, è un lavoro da napolitani. I giorni che mangia,
porta ancora con sé pochi amici a metà la collina:
là si chiudono in qualche osteria e ne cantano un pezzo
loro soli, da uomini. Andavano un tempo anche in barca,
ma dal fiume si vede la fabbrica, e fa brutto sangue.

Dopo un giorno a strisciare le suole davanti agli affissi,
alla sera Masino finisce al cinema
dove ha già lavorato, una volta. Fa bene quel buio
alla vista spossata dai troppi lampioni.
Tener dietro alla storia non è una fatica:
vi si vede una bella ragazza e talvolta c’è uomini
che si picchiano secco. Vi sono paesi
che varrebbe la pena di viverci, al posto
degli stupidi attori. Masino contempla,
su un paese di nude colline, di prati e di fabbriche,
la sua testa ingrandita in primissimi piani.
Quelli almeno non dànno la rabbia che dànno i cartelli
colorati, sugli angoli, e i musi di donna dipinti.

viernes, septiembre 15, 2023

Hernán Sagristá / El ministerio de la belleza




El municipio era la patria y la patria
no era más que belleza. El municipio,
por consiguiente, era indivisible patria y belleza.
El intendente eligió tres de sus mejores hombres
para embellecer la patria que era el municipio.
Los juntó en el Ministerio Público
de Plazas, Paseos y Rocailles. Enemistados
por viejos rencores y por quien se prendía
más de la ubre de la loba, cuando al arquitecto
se le encomendaba una maison folie para realzar
lo galo de nuestro pueblo, ahí estaba el naturalista
a hurtadillas de noche plantando entre los techos y
balaustres, líquenes y musgos de alta regeneración
que expandían la humedad en la obra hasta
debilitarla y otorgarle una belleza antigua.
Si el naturalista armaba linda plaza en las afueras,
iba el jardinero —así le decían al paisajista—
con su pandilla de ítalos albañiles a cementarla
con ornamentos de falsa naturaleza. Si el arquitecto
fumaba pipa inglesa, el naturalista se hacía traer
un calumet de los Pawnee; para no ser menos,
el jardinero armaba su propio bong casero.
Así el ministerio, la patria y su belleza. Dejados
en los puertos, aquellos echados en los pastos
ignoraban que a su alrededor se zanjaba una guerra
mientras esperaban la huelga.

Hernán Sagristá (Buenos Aires, 1974), Falso inanimado, Barnacle, 2021 


jueves, septiembre 14, 2023

Nizar Qabbani / Patria de alquiler




1
Cada día
me siento con un amigo italiano, Roberto.
Cada día
llevo esbozos de poesía
y me los como en lugar del desayuno...
Roberto conoce mi rostro,
mide el viaje de mi tristeza en metros.

2
Cada día
camino sobre las hojas secas.
Cada día
hablo con el lenguaje de la hierba
y entiendo los sentimientos de los árboles.
Cada día
construyo una esperanza con los colores del espectro
y un pueblo de flores...
Cada día
guardo en él la montura del mar.
La policía dice: no hay mares.
Cada día
construyo un país en el que vivo
y las lluvias lo arrastran...

3
Cada día
me pongo un abrigo,
cruzo la calle,
ocupo un asiento,
pido un café
y compro los periódicos de los países de Oriente Medio.
No me entusiasmo por abrirlos:
las noticias son las noticias
en el siglo primero y en el décimo.
Las noticias son las noticias...

4
Cada día
me siento con un amigo italiano, Roberto.
Cada día
pido una copa de coñac francés,
me trago una espada de fuego,
escribo poesía en una servilleta
y llora al leerla la chica del bar...

Cada día
se sienta en mi cama una mujer
y el destino me la arrebata.
Cada mujer lleva un hijo mío
y el huracán la golpea.
Cada día
escribo un poema a la libertad
que prohíben hasta los que son libres...

6
Ay, amiga mía:
las hormigas tienen patria,
los gusanos tienen patria,
las ranas tienen patria,
los ratones tienen patria,
las liebres tienen patria,
las lagartijas y las cucarachas...
pero yo no poseo ninguna patria.
Por eso, amiga mía, vivo
en una patria de alquiler.

Nizar Qabbani (Damasco, 1923 - Londres, 1998), El libro del amor, Hiperión, Madrid, 2001; poesiaarabe.com 
Traducción de de María Luisa Prieto
Envío de Jonio González


Foto: Modo de Usar & Co.

miércoles, septiembre 13, 2023

María Belén Aguirre / Dos poemas




Un caer hacia arriba muy cansado.
Un deshielo polar en la nevera.

Una mañana cualquiera. Esta, por ejemplo.
Un ejemplo que de tan singular lo explique todo.
Una duda, una suspensión momentánea del tiempo
en el espacio.
Una certeza, una flecha asertiva hacia Allá, envenenada.
Un ciervo de papel, en un bosque de papel. Polonia,
1996. Wisława escribe con letra diminuta la palabra
hierba y a las fauces con mano temblorosa se la acerca.
En el reverso de la alegría, la tristeza de escribir siempre
lo mismo.
Una demasiada presencia de la Realidad en la Poesía
diezmará comarcas enteras. Y no habrá sitio en este
mundo para tanto muerto. Amuchados, hacinados,
hermanados y al borde / del incesto
la tentación copulará en sus sienes
el atávico sueño del origen.
Y de la Realidad nacerán vástagos monstruosos.
Este es el sintagma y el paradigma.
Este, el catre en que me hundo.
Un espejo multiplica y aborrece. Yo escribo
a la velocidad de las sombras este, mi último poema.
Y mojo el canuto de mi pluma en el petróleo derramado
de las playas, de cuclillas
ante el estuario en que tu barca ha encallado.

Una tarde cualquiera. Esta, por ejemplo.
(El ocaso en que los pájaros migraron hacia el sur
solo su canto llevaban de equipaje, y en la garganta
de sus cogotitos pesaba más la nostalgia que el futuro).

Yo dije: No. Pero mi No
no detuvo el perverso
curso de la Historia.

Los duraznos de Cézanne relucen sobre la mesa.
Ya rebasan el mimbre del canasto. Ya se vuelven
para mí agua en la boca. Ya en el lienzo de la Mímesis
hinco el filo de mis colmillos. Ya sangran.
Ya ruedan bajo el agua
los carozos.

Una noche cualquiera. Esta, por ejemplo.
En procesión marchaban hacia el patíbulo
danzando los verdugos. A Dios reconocí, era el último.
Tenía Dios mi rostro, mis facciones, el mismo
rictus de mi boca. El mismo horror,
la misma plenitud de un fracaso contundente.

Este es, pues, mi lacrimae rerum.
Lágrimas de cocodrilo evaporándose
bajo el sol tibio de este otoño.

La opulencia y la escasez
han concluido.

Requiescat in pace.

La épica que arqueaba mis espaldas
por fin ha terminado.

La llave que abría se quebró, 2022

*

Tamar departe con Satán
a las puertas del Averno
(o Los inescrutables designios
del Señor)

Pero no está mal
que quieras el bien.
También yo
en algún momento
lo he deseado.
Después el Padre
fustigó mi alma
con empresas
oprobiosas.
Esculpió en mí
al monstruo necesario.
Y al mirarme al espejo
también yo
temí.

Fui sin dudar
la serpiente alada,
Eva, Caín y las fieras degolladas,
el cuchillo de Abraham,
la lascivia procreativa de Yahvé,
Lot fingiéndose dormido,
los hijos incestuosos,
el círculo perfecto,
la lepra de Job,
la viudez de Ruth,
los hijos de Jacob,
las diez plagas de Egipto,
Egipto,
la chispa que originó el gran incendio de Roma,
Roma,
la noche en que fueron concebidos
los niños perentorios,
la insidiosa mirada de Juan el Bautista,
la avaricia de Herodías,
las caderas de Salomé,
yo mismo en el desierto
saboreando la piedra,
las falsas promisiones,
el ósculo de Judas,
la negación de Pedro,
los clavos,
el madero,
la mosca pordiosera
zumbando
en el oído virgen
de mi hermano,
la doctrina crepitando
bajo el cuerpo combustible
Juana de Arco, los herejes
y las brujas,
Santa María, La Niña, La Pinta,
1492, Primera Guerra Mundial.
La serialización en las fábricas de la muerte,
Auschwitz.
Y Amnón he sido
entrando el Tamar.
Su horrenda virilidad.
Su miembro tumefacto.
La palma de su mano
abierta contra mi boca.
La impunidad iluminada
de esa mañana.
El temor de los sirvientes
a auxiliarte.

La obediencia.

La vara quebradiza de David.
Y también los celos de Absalón.
La rama inoportuna del árbol
que lo ahorcó.

La oscilación pendular de su cuerpo
por segunda vez impotente.

La manga de tu túnica
rota en el piso.

La impudicia de esa brisa
en tu brazo desnudo.

Tu pequeño puño cerrado.
Tus uñas incrustadas
en las líneas del destino.

La mudez de tu lengua
desde entonces.

Lo que he debido
soy.

Hace calor, mi niña.
Y estoy temblando.

El silencio de Tamar, 2014

María Belén Aguirre (Tucumán, Argentina, 1977)


Foto: La Nación 

martes, septiembre 12, 2023

Alejandro Méndez Casariego / De "Un lugar entre los ojos"



19

Cuando tomamos esa foto
era tiempo de jubileo de las almas.
Pero mi hija, trepada sobre mis hombros
entrecierra los ojos, y presiente.

En el borde inferior, sobre el recuadro blanco,
un cartelito advierte: 
dos de diciembre del setenta y cinco.
Detrás, una alameda
y un camino de tierra entre viñedos
atravesado por bastones de sol.

Al poco tiempo
alguien cerró las esclusas,
desintegró las hojas. Una helada ventisca
cayó sobre los álamos. El tiempo
no pasó sin consecuencias:
no hubo otro resplandor como aquel,
la tibieza se perdió
entre la escarcha de las hojas
podadas a destiempo
por un invierno repentino y feroz.

                                   (verano del 76, Tunuyán, Mendoza)

Alejandro Méndez Casariego (Buenos Aires, 1952)

Un lugar entre los ojos
La Gran Nilson, 
Buenos Aires, 2023










lunes, septiembre 11, 2023

Harriet Monroe / El jardín



Oculto bajo la colina,
Cargado de túnicas trepadoras y enmarañados velos de verdor,
Hasta el punto de que sólo su pequeño y macilento rostro era visible,
El jardín yace tímido y melancólico,
Suspirando de amor por el verano que parte,
Haciendo sonar en el aire la melodía de su pequeña y goteante fuente.
Y por encima de todo, imponiendo el silencio, tranquilizadoras,
Las clemátides se tienden
Como una nieve temprana.

Harriet Monroe (Chicago, Estados Unidos, 1860 - Arequipa, Perú, 1936), The Difference and Other Poems, MacMillan, Nueva York, 1925. Edición digital en archive.org. 
Versión de Jonio González.


Foto: Harriet Monroe, 1920 Universidad de Chicago


THE GARDEN

Hiding under the hill,
Heavy with trailing robes and tangled veils of green,
Till only its little haggard face was visible,
The garden lay shy and wistful,
Lovelorn for summer departing,
Blowing its little trickling fountain tune into the air.
And over all, hushing, soothing,
Lay the clematis
Like early snow.

domingo, septiembre 10, 2023

Richard Wilbur / Parábola



Leí cómo don Quijote en su cabalgata a la ventura
Llegó a un cruce y para no perder
La pureza de lo fortito, no se decidió
Por un rumbo sino que quiso que su caballo eligiera.

Porque la gloria yacía en todos los caminos,
Su cabeza estaba fresca de orgullo, los zapatos

De su caballo estaban pesados y se encaminó
       hacia el establo.

Richard Wilbur (Nueva York, Estados Unidos, 1921 - Belmont, Estados Unidos, 2017), Nueva poesía U.S.A., Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1970
Versión de Marcelo Covián


Foto: ABC/EFE


Parable

I read how Quixote in his random ride
Came to a crossing once, and lest he lose
The purity of chance, would not decide

Whither to fare, but wished his horse to choose.
For glory lay wherever he might turn.
His head was light with pride, his horse's shoes

Were heavy, and he headed for the barn.

Collected Poems 1943-2004 © Harcourt, Inc.

sábado, septiembre 09, 2023

William Carlos Williams / A Marco Antonio en el paraíso




Esta quieta luz reflejada de la 
mañana, cuántas veces
desde el pasto y los árboles y nubes
entra en mi cuarto del norte
tocando las paredes
con pasto y nubes y árboles.
Antonio,
árboles y pasto y nubes.
¿Por qué seguiste 
a ese cuerpo  adorado
con tus barcos hasta Actium?
Espero que lo hayas hecho
porque la conocías palmo a palmo
desde el pie inclinado para arriba
hasta las raíces de su pelo
y abajo de nuevo y que
la viste
sobre la furia de la batalla -
Nubes y árboles y pasto -

Porque entonces tú estás
escuchando en el paraíso.

William Carlos Williams (Rutherford, Nueva Jersey, Estados Unidos, 1883 - 1963), Nueva poesía U.S.A., Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1970
Traducción de Marcelo Covián


Foto: Williams Carlos Williams en la portada de Selected Poems, New Directions, 1985


To Mark Anthony in heaven

This quiet morning light
reflected, how many times
from grass and trees and clouds
enters my north room
touching the walls with
grass and clouds and trees.
Anthony,
trees and grass and clouds.
Why did you follow
that beloved body
with your ships at Actium?
I hope it was because
you knew her inch by inch
from slanting feet upward
to the roots of her hair
and down again and that
you saw her
above the battle's fury —
clouds and trees and grass —

For then you are
listening in heaven.