miércoles, octubre 23, 2024

Alicia Silva Rey / Señales de advertencia en ofidios



[Notas sobre un jardín en crisis] 1

Yo quería inventar.
¡Todo estaba inventado! 

serpientes, veneno, coloración, sonido, 
futurología, debates, jet lag

Todo estaba en las antiguas permutaciones,
en los conceptos mismos
de exterminio y salvaguarda
y consunción de una presa:
la delgadez, la anchura, el reverbero,
una coloración distintiva, 
olores o sonidos,  
un sistema conductual de defensa 
secundariamente adquirido.

La peligrosidad de una presa precede 
al desarrollo de la señal de advertencia.
¿ La peligrosidad de una presa precede 
al desarrollo de la señal de advertencia?

Todo estaba inventado,
sellado, inventariado:
la biosfera, los amuletos, el vino, 
la tierra plana, las larvas, 
las dominaciones, el fervor,
las presas peligrosas crípticas y conspicuas,
los depredadores que aprenden 
a evitar más fácilmente a las conspicuas.

Yo quería inventar no sólo el psicoanálisis,
no sola;

no sólo las artes comparadas,
no sola;

no solo la selección de parentesco 
(no sola) 
en la que las interacciones mutualistas 
entre individuos emparentados 
modifican la frecuencia genética 
para la clasificación de las señales 
de carácter honesto.

Yo quería inventar
no sola: 
la señalización, los códices, los códigos,
la imprenta, el software, los hardware
cualquier tipo de señalización:
el color en las serpientes de coral
u otra, estratégicamente costosa
en el sentido de requerir
gasto de producción o mantenimiento
como el cascabeleo en crótalos

o bien
una combinación de ambos tipos de señalización,
digamos, la intensidad de la coloración 
en ranas arlequines. 

Todo estaba inventado.

¡Nada quedaba ya por inventar!

Todo a punto
para el aprendizaje memorable
por parte del depredador.

Todo a punto de estallar, procrear,
intervenir modificadores de experiencia, 
a punto, insisto, de malversar
la eficacia de un sistema
por ejemplo:

¿qué hacer ante 
la inmadurez o
la inmunidad co-evolutiva 
entre un depredador,
la intensidad de la señal de advertencia
y la variabilidad de grado
entre toxicidad o peligrosidad de las presas?

¡Todo estaba inventado!

las cucharas bermellón, los crespones,
las cabinas aeroespaciales, 
la radiación intramolecular,
la experiencia predatoria y psicológica de un depredador
y con ello la credibilidad de una señal, 
¿no cierto?

2022

[inédito]

Alicia Silva Rey (Quilmes, Argentina, 1950)

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Foto: Alicia Silva Rey / Facebook

martes, octubre 22, 2024

Alfredo Veiravé / Puntos luminosos



Podrías creer que el arte es como un espejo
sobre la superficie del pulgar que gira
pequeño entre ideogramas luminosos
pero los gatos
sentados entre las piernas de las hermosas
modelos te contradicen.

Ellos son un tema general abstractos como las abejas
en la lluvia como las catástrofes submarinas
el cabello de Odiseo sobre la arena
enumeraciones que no alcanzan jamás la concentración:
esa sabiduría visual de transformarnos
en puntos luminosos
dispersos dolores en la punta del pulmón
que nada tiene que ver con la concentración de la historia.

[Puntos luminosos, 1970]

Alfredo Veiravé (Gualeguay, Argentina, 1928 - Resistencia, Argentina, 1991), Material de Lectura n° 121, 1987 (edición electrónica en 2024), selección y nota de Mempo Giardinelli, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

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lunes, octubre 21, 2024

Alicia Waisman / De "Suite francesa"



Gilberte

I
(Lo blanco del día presagia desdicha. Ya no puede medir 
la distancia entre ella y el silencio que los separa. Un 
silencio que Gilberte no calmará).

Ese nombre dejaba en el aire una promesa pequeña.
Salías desde adentro del aire, con tu gorro de piel, 
corriendo hacia mí, empujada por mi deseo.

Gilberte, cómo no amar tu esencia pequeña, tu desdén, 
tu ignorancia, si sólo yo sabía que el ruido/crujido del 
comienzo de tu nombre me extasiaba, y luego era la b 
de la segunda sílaba, como el beso que hubiera querido 
darte —¿hubiera querido?—, para terminar en un eco 
apenas pronunciado, resonancia de una boca entreabi erta. Silenciosa.

Y así como tu nombre anticipaba tu presencia, así tu 
imagen se escapa. Humo que me rehúye.

II
El pelo de Gilberte derrite la nieve, 
encandila a Marcel.

(Quien /La que// escribe//Alguien/ también vio/ Yo 
 —la que escribe—/también vi/ 
los Champs Elysées
incendiados 
desnudos.
Despojos de un verde que ya no es).

Alicia Waisman (Buenos Aires, 1955)

Suite francesa, 1857-1968
,
Barnacle,
Buenos Aires, 2024









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Foto: Barnacle

domingo, octubre 20, 2024

Ralph Waldo Emerson / Dos poemas



Cartas

Cada día trae un barco,
Cada barco trae una palabra
Para aquellos que no tienen miedo,
De mirar el mar con la certeza
Que la palabra que trae el barco 
Es la que desean escuchar.


La canción de Merlín

Del sabio Merlín 
Una canción aprendí,
Para cantar en voz baja o alta.
Es más poderosa que el fuerte,
Y da castigo al orgulloso.
La canto a la gran multitud,
Da calma y coraje a los buenos
Y encadena a los malos.
En el corazón de la música 
Repica una melodía
Que sólo los ángeles oyen.
Despierte rabia o alegría,
Las silenciosas miríadas 
escucharán en vano.
Pero quienes la oyen se 
despojan de su edad.
Y toman su juventud.

Ralph Waldo Emerson (Boston, Estados Unidos, 1803-Concord, Estados Unidos, 1882), May-day and other pieces, Ticknor and Fields, Boston, 1867; Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos: Library of Congress Control Number 07005523
Traducción aproximada de Jorge Aulicino

Más poemas de Ralph Waldo Emerson en Otra Iglesia Es Imposible, El Golem, Trianarts


LETTERS

EVERY day brings a ship, 
Every ship brings a word
Well for those who have no fear, 
Looking seaward well assured 
That the word the vessel brings
Is the word they wish to hear.


MERLIN'S SONG

OF Merlin wise I learned a song, —
Sing it low, or sing it loud,
It is mightier than the strong,
And punishes the proud.
I sing it to the surging crowd, —
Good men it will calm and cheer. 
Bad men it will chain and cage.
In the heart of the music peals a strain
Which only angels hear; 
Whether it waken joy or rage. 
Hushed myriads hark in vain. 
Yet they who hear it shed their age.
 And take their youth again.
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Foto: Grabado de fecha desconocida Bettmann/Getty Images

sábado, octubre 19, 2024

Frank O'Hara / Ave María



Madres de Norteamérica
                              ¡dejen a sus hijos ir al cine!
sáquenlos de la casa para que no sepan en qué andan
es verdad que el aire fresco es bueno para el cuerpo
                                      pero qué pasa con el alma
que crece en la oscuridad, grabada por imágenes de plata
y cuando ustedes envejezcan como envejecer deben
                                                        no van a odiarlas
no van a criticarlas no sabrán
                                            estarán en un país glamoroso
que vieron por primera vez un sábado a la tarde o haciéndose la rata
tal vez hasta les agradezcan
                                            su primera experiencia sexual
que a ustedes les costó sólo una moneda
                                        y no alteró la calma del hogar
sabrán de dónde vienen los chocolatines
                                                 y los pochoclos gratis
tan gratis como irse antes de que termine la película
con un simpático desconocido cuyo departamento queda en el Edif. Paraíso Terrenal,
cerca del puente de Williamsburg
                                              oh, madres, habrán hecho a sus chicos
tan felices porque si no se los levantan
en el cine ni van a darse cuenta
                                                       y si sí va a ser pura ganancia
y en ambos casos se habrán entretenido
en vez de quedarse ahí en el patio
                                                      o arriba en su cuarto
                                                                                 odiándolas
prematuramente ya que todavía no habrán hecho nada malo
salvo prohibirles los placeres más oscuros
                                                                 lo que es imperdonable
así que no me culpen si no siguen mi consejo
                                                                 y se disgrega la familia
y sus hijos se hacen viejos y ciegos frente a un televisor
                                                                                         mirando
películas que no los dejaron ver cuando eran jóvenes.

[Lunch Poems, 1964]

Frank O'Hara (Baltimore, Estados Unidos, 1926 - Fire Island, Estados Unidos, 1966), Op. Cit. junio 12, 2024
Traducción de Laura Wittner



Ave María

Mothers of America
                                     let your kids go to the movies!
get them out of the house so they won’t know what you’re up to   
it’s true that fresh air is good for the body
                                                                             but what about the soul   
that grows in darkness, embossed by silvery images
and when you grow old as grow old you must
                                                                                they won’t hate you   
they won’t criticize you they won’t know
                                                                         they’ll be in some glamorous country   
they first saw on a Saturday afternoon or playing hookey

they may even be grateful to you
                                                            for their first sexual experience   
which only cost you a quarter
                                                       and didn’t upset the peaceful home   
they will know where candy bars come from
                                                                                 and gratuitous bags of popcorn   
as gratuitous as leaving the movie before it’s over
with a pleasant stranger whose apartment is in the Heaven on Earth Bldg   
near the Williamsburg Bridge
                                                       oh mothers you will have made the little tykes
so happy because if nobody does pick them up in the movies   
they won’t know the difference
                                                         and if somebody does it’ll be sheer gravy   
and they’ll have been truly entertained either way
instead of hanging around the yard
                                                                 or up in their room
                                                                                                     hating you
prematurely since you won’t have done anything horribly mean yet   
except keeping them from the darker joys
                                                                             it’s unforgivable the latter   
so don’t blame me if you won’t take this advice
                                                                                      and the family breaks up   
and your children grow old and blind in front of a TV set
                                                                                                      seeing   
movies you wouldn’t let them see when they were young

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Foto: NYC LGBT

viernes, octubre 18, 2024

Andrei Tarkovski / Oda


Me queda poco aire y poco pan
Si pudiera quitarme de los hombros
Esta camisa helada
Rellenar mi garganta de cielo luminoso
Alargarme entre dos océanos
Acostarme a tus pies en una carretera
Como la estrella de un grano de arena
En la arena estrellada
Y sobre ti dos alas
Se elevaran de flor en flor
 
Podrías asomar primero
Y entreabrirme tu grandeza
Gigante podrías desplegar
Tu gran libro sobre el verano
Y escribirme en la lengua
Tu nombre
Entonces prendería fuego bajo tus pasos
Y para siempre me perdería en la arena
 
(1960)

Arseni Tarkovski (Elisavetgrado, hoy Kirovogrado, Ucrania, 1907 - Moscú, 1989), L' Avenir Seul Poèmes, Fario, París, 2013; El Coloquio de los Perros, sin fecha
Traducción desde el francés de Manuel Ángel Gómez Angulo

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Foto: Arseni Tarkovski. En segundo plano, su hijo, el cineasta Andrei Tarkovski s/d Harvard Review

jueves, octubre 17, 2024

Salvatore Quasimodo / Mi país es Italia



Más los días se alejan dispersos
y más vuelven al corazón de los poetas.
Allí los campos de Polonia, la llanura de Kutno
con sus colinas de cadáveres que arden
en nubes de nafta, allí las alambradas
para la cuarentena de Israel,
la sangre entre los desechos, el exantema tórrido,
las cadenas de pobres muertos hace ya mucho 
y fulminados en las fosas abiertas con sus manos,
allí Buchenwald, el apacible bosque de hayas,
sus hornos malditos; allí Stalingrado
y Minsk sobre las marismas y la nieve putrefacta.
Los poetas no olvidan. ¡Oh, la multitud de los viles,
de los vencidos, de los perdonados por la misericordia!
Todo se trastorna, pero los muertos no se venden.
Mi país es Italia, enemigo más extranjero,
y yo canto a su pueblo, y también el llanto
cubierto por el ruido de su mar,
el límpido luto de las madres, canto su vida.

Salvatore Quasimodo (Módica, Italia, 1901- Amalfi, Italia, 1968), Y enseguida la noche y otros poemas, Orbis, Barcelona, 1983
Selección y traducción, Carlo Frabetti
Envío de Jonio González

Más poemas de Salvatore Quasimodo en Otra Iglesia Es Imposible, La Otra, A Media Voz, Tuerto Rey, Trianarts

IL MIO PAESE È' L'ITALIA

Piu’ i giorni s’allontanano dispersie 
piu’ ritornano nel cuore dei poeti.
La’ i campi di Polonia, la piana di Kutno
con le colline di cadaveri che bruciano
in nuvole di nafta, la’ i reticolati
per la quarantena d’Israele,
il sangue tra i rifiuti, l’esantema torrido,
le catene di poveri gia’ morti da gran tempo
e fulminati sulle fosse aperte dalle loro mani,
la’ Buchenwald, la mite selva di faggi,
i suoi forni maledetti; la’ Stalingrado,
e Minsk sugli acquitrini e la neve putrefatta.
I poeti non dimenticano. Oh la folla dei vili,
dei vinti, dei perdonati dalla misericordia!
Tutto si travolge, ma i morti non si vendono.
Il mio paese e’ l’Italia, o nemico piu’ straniero,
e io canto il suo popolo e anche il pianto
coperto dal rumore del suo mare,
il limpido lutto delle madri, canto la sua vita.
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miércoles, octubre 16, 2024

Laura Crespi / De "Una cruzada lírica"



III

1

Tan dulce el calor
así cruzando por el lago ahora
ígnea piel mía y azul y verde el bosque
reflejándose en un círculo
de soledad.

2

Solo del elan del aire seco
surge un movimiento prolongado y cae
dispersándose desde los árboles, las ramas
que declinan en la orilla su vertiente,
apoyando sus hojas ovadas
y arrastrando en láminas de agua
lágrimas de un lago hondo,
debajo del bloque que desplaza
este cristal azul de transparencia.

3

Oro, lirio y colibrí en ebullición
perpleja longitud posándose en el ojo
con su flamante velocidad en voces
aceleraciones
y uno que otro
aleteo momentáneo
que rodea mis oídos
piernas
plantas
labios
y párpados a la vez.

4

Largas horas
un calor intenso
pero más leve desde el follaje
traído del bosque azul y verde
donde se erigen los pinos y los álamos
las araucarias altas que se doblan
y combándose hacia un mismo lado
parecen superponerse en círculos
en espirales lentos y ovalados
que hacen deslizar este vacío
dentro de uno aún mayor.

Laura Crespi (San Fernando, Buenos Aires, Argentina, 1973), Una cruzada lírica, Bajo La Luna, Buenos Aires, 2022; Op.Cit., junio 12 de 2024

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Foto: Laura Crespi/Facebook

martes, octubre 15, 2024

León de Greiff / Tres poemas



Rapsodia-soneto para Gregorio

Camarada! Camarada en fantásticas, en ilógicas, en absurdas y múltiples lides,
siempre fiel a mi vera, con tu gesto de risa, de sarcasmo, de burlas y befas y mofa,
en el viejo navío -bergantín o goleta, urca, birreme o praho- caballero en la hóspite cofa,
cuántas veces, mil veces! relataras leyendas prolijas, en que fuimos, los dos, adalides!

Añoranzas de puertos exóticos! Fragantes hembras! Zambras! Embriagueces de trágicas 
    vides!
Las humosas tabernas y sombríos tabucos! Por España y por Indias, algaradas con la ríspida 
    gente gallofa:
y las noches eternas por los árticos hielos: y la azul, sollozante, romántica estrofa
estrujada de llantos, cuando noches lunosas -ante rejas morunas- ¡serenatas y duelos: 
    amatorios  ardides!

Ya cesó la Odisea. Hora somos añejos marinos. Viejos troncos y mútilos que a la orilla botó 
    el oleaje...
De un naufragio despojos: abolidos despojos... Marineros anclados, en hirsuta, fatídica riba...
Es la vida pretexto, nada más, para historias y fábulas, para historias que todos, de falsas, 
    rïendo, motejan...

Camarada! Camarada en fantásticas lides! Compañero de todo mi viaje: mi real e hipotético 
    viaje
alredor de los Mundos, por abscónditos Mares! Los barcos -hogaño- sin nosotros alegres se 
    alejan...
Camarada! Encendamos las pipas! El humo! Vagarosos recuerdos... -Por tu rostro curtido una 
    lágrima surca, furtiva.  
                                                                                                                      1920


Sonetines

Nunca la Poesía cosa grave.
Jamás la Poesía baladí...
Varia la Poesía: a Ella me dí
como a la Dona viperina o suave.

Si la Dona te ama ¿quién lo sabe?
Si no te ama, ¿quién lo sabe? dí.
Fugada, aún es rosa de Engadí.
La Poesía es ave, es nube, es nave

de los vientos juguete: así la Dona.
¿Nunca la Poesía cosa seria?
¿Nunca la Dona, clara, fiel, segura?

Una u otra te hiere o galardona,
te enaltece, te sume en la miseria:
las dos son la razón de la locura,

ESTRAMBOTE

son la sal del ensueño y la aventura,
los gajos de laurel o la corona
de espinas: a la vez honor, laceria,
acerbía, dolor, amor, ventura.
Razón y sinrazón: Son cosa seria...
(Concepto de Gaspar de Noche-Escura).


IV
                 A Enrique Caballero Escovar

Lo primero de todo es la mujer.
De la mujer -primero- lo mejor.
De la mujer lo mejor es su flor.
La flor de la mujer... Es, a saber:

La intercolumnia flor (ser o no ser
en ello está el meollo: en Elsinor
lo dijo Hamlet -pésimo amador:
Ofelia lo atestigua: intacto arder).

Lo primero de todo está en se dar.
En se dar para en trueque recibir
lo mejor: ¿qué otra suerte? ¿qué otro albur?

Lo primero de todo es el amar.
Hay que amar a destajo hasta morir.
Hasta que Cronos blanda su segur.

ESTRAMBOTE

Del Este al Norte del Oeste al Sur,
amar en verde, en rojo o en azur
(siguiendo a Omar Jayyám de Nischapur
y a Beremundo el Lelo, augur, tahúr)
 ¡abur! ¡agur!

                                               14. VIII. 1970

León de Greiff (Medellín, Colombia, 1895 - Bogotá 1976), Antología, Universidad Externado de Colombia, Facultad de Comunicación Social y Periodismo, Bogotá, 2005

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lunes, octubre 14, 2024

Beatriz Vallejos / De "Cerca pasa el río"



Yo no puedo llorar la caída 
amarilla de los azahares 

Cuando el paso de tardíos bueyes 
llega y dispersa alguna alegre congregación de pájaros, 
yo no puedo llorar la caída amarilla de los azahares, 
porque distantes acordeones vienen, y silbidos lejanos 

Yo he visto al ceibo añoso ofrecer su coral 
al apretado corazón de los montes 
y he visto un pájaro —fugitivo de las ramas— 
tender con su canto el claro mantel de la mañana 

Sobre la tierra ardida la espiga se deshace 
Pero yo he visto un sauce 
inclinado verter sus verdes lágrimas sobre un río que pasa 
agua abajo, de onda en onda atravesado de estrellas 

Nada más que por eso 
yo no puedo llorar la caída amarilla de los azahares 


Hermanas
 
La siesta colonial ha terminado 
Nosotras, dibujamos un gesto 
—la perfumada atmósfera, 
caen sutiles encajes 
de nuestras manos forecidas— 

La caricia, es un rayo bruñido 
jugando en los cristales 
—la risa de los niños 
sabe de nuestro amparo oh hermanas—

Las palabras, lo nuevo 
son palomas que acuden 
a la ventana resplandeciente 
donde inclinadas, despedimos la tarde 

Un fuego alegre baila 
El vapor silba en la pava 
—nosotras conocemos esa antigua canción—
Un fuego alegre baila 
Y el zuequito esquía por los patios 
Las palabras, lo nuevo 
acuden a la ventana resplandeciente 
Bienvenidas, familiares posturas 
—nosotras dibujamos el gesto oh hermanas,
un hidroavión romántico en el corazón 
fortaleza de acero 
de nuestra triunfal delicadeza 


De "La ventana":

El ángulo azul elevado por la irradiación naranja como una 
bandeja de esplendor define la tarde cotidiana 
     La vecindad de los timbres y del agua cayendo ideal sobre 
la oculta bañista asciende el color verde frío en la pileta de 
porcelana. La máquina doméstica acelera su intermitencia 
de hilo en tensión. Esas manos de invierno para un aluminio 
decoroso iluminan la cocina en la llama dentada 
     Pero en la frontera de la luz natural las cortinas desvean
la intimidad de la penumbra recogida densa e imprecisa 
retrocediendo hacia su ancla. Es allí donde todo color es 
violento en su inmovilidad de tiempo alucinado. El perfl 
desciende a su humildad recóndita a su nivel de dolor que es 
una postura hacia el ocaso hacia la roja moneda que cae con 
la tarde 
     El silencio entonces abre sus brazos de pasión para que 
todo latido sea escuchado


Existe un puerto en la bruma
 
Y levantamos 
este collar salino que el amor arrojara 
en su desdén. El tiempo abre su pecho 
de vehementes tatuajes, su túnica boreal 
Oh símbolo sombrío! Al pie de las banderas 
los crepúsculos caen, y levemente, 
tan helada rozando un silencio de aspas 
iza la guerra su violáceo esplendor 

Detrás de los espejos la niebla empuja barcos, 
inasibles partidas, detrás de su fulgor 
Y persistimos

Beatriz Vallejos (Santa Fe, Argentina, 1922 – Rosario, Argentina, 2007), Cerca pasa el río [1952]; prólogo, notas y cronología de Gabriela Schuhmacher; Ediciones Universidad Nacional del Litoral (UNL), Santa Fe, 2024

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Foto: Beatriz Vallejos c.1949 en la portada de Cerca pasa el río, UNL, 2024

domingo, octubre 13, 2024

Mariana Pérez Villoro / Tres poemas


Exegi monumentum aere perennius

Me aferro a la resonancia
de las palabras grandilocuentes

y las búsquedas
de la poesía canónica:

a la tenacidad del verde
que reviste mi esfera semántica
con sus musgos.

Encuentro líquenes y algas
y al elegir esos vocablos
levanto construcciones en agonía

para hablar del duelo.


Expedición del acta

Más del setenta por ciento
de nuestra relación
fue oceánica
Nos ilusionaba
conocer a detalle
la flora, fauna y funga
de las exploraciones

y confiábamos
en los dispositivos
de rastreo sumergible
pero las inclemencias
del mar
deterioraron las tecnologías

y las altas presiones
mantuvieron inaccesibles
las zonas más hondas
Menos nueve por ciento
de esa vida submarina
pudo ser descubierta.


















Mariana Pérez Villoro (Ciudad de México, 1984), "Mi dolor es un conjunto de palabras", Periódico de Poesía, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 7 de octubre de 2024

Más poemas de Mariana Pérez Villoro en KaxaxCardenal, Voces Encendidas, Magis
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sábado, octubre 12, 2024

Patricio Rodríguez Graham / De "Cien animales"


soy la madre de todos los terneros del salado
de la pampa entera soy la madre
de los gatos castrados con los dientes
por la patrulla del tejado de los leves
caminantes de la luna soy la madre
de los acuerdos
los relojeros de los vigilantes
los presos y las hembras furiosas
soy la madre


*

todos nosotros los futuros muertos
hacemos los mandados con algo de entusiasmo
parimos niños próximos nosotros
de memoria frágil de ciáticos gastados
muertos futuros lustramos los zapatos para el baile
hacemos picnics de canasta
firmamos escrituras
ponemos nombre a los ladrillos a nuestros hijos
a los perros que ladran cuando escuchan la llave


*

la vida privada de los animales
es tema delicado
el paso callado por el mundo
de los que aúllan las noches de tormenta
alimentan mis febreros y en agosto
se recuestan en mantas tibias por sus lomos

la vida privada de los animales
se escurre de la ropa tendida se descuelga
de las lámparas a mis lecturas
se hace ritmo en lo doméstico
en la fiebre
los domingos

Patricio Rodríguez Graham (Buenos Aires, 1971)

Cien animales
,
Tren Instantáneo,
Buenos Aires, 2024









Más poemas de Patricio Rodríguez Graham en Otra Iglesia Es Imposible
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Foto: María Lefebvre/Tren Instantáneo

viernes, octubre 11, 2024

Ivan Blatny / Domingo



Grock ¹ se quitó el maquillaje
los pequeños hermanos Fratellini ² dejaron la pista del circo
Leo mi padre está de nuevo en su jaula
el domador de leones penetró a su esposa

El príncipe Carlos será Carlos III
cuando ascienda al trono
el primero fue ejecutado en 1649
el segundo restauró la monarquía
dando así un poco de alivio al frustrado pueblo
Nell Gwyn ³ vivió en la elegante mansión de Hampton Court

Aún hay luz en la ventana del vicario
está preparando el sermón del domingo por la mañana

Sonntag
es ist verflossen
und eine neue Woche beginnt. ⁴

Ivan Blatny (Brno, República Checa, 1919-Colchester, Reino Unido, 1990), Arthur Redding, "'God the Linguist Teaches Us to Breathe': Ivan Blatny's Poems in English", Brno Sudies in English, nº 23, 1997, Facultad de Filosofía de la Universidad de Brno
Versión de Jonio González del original en inglés
 
Notas del Traductor:
¹ Se refiere a Karl Adrien Wettach, famoso artista de circo suizo (1880-1959).
² Se refiere a los hermanos Paul, François y André Fratellini, tres payasos franceses, nacidos en el seno de una familia de artistas de circo, enormemente populares en su tiempo, especialmente tras la Primera Guerra Mundial.
³ Actriz inglesa (1650-1687) célebre durante el período de la Restauración, cuando, tras la Declaración de Breda, en 1660, se restableció la monarquía y ascendió al trono Carlos II.
⁴ En alemán: El domingo/ha terminado/y comienza una nueva semana

Ivan Blatny fue un poeta multilingüe que no sólo escribió en checo sino también en francés, alemán y, sobre todo, inglés, en ocasiones mezclándolos. El poema "Domingo" que aquí se presenta fue escrito en inglés y alemán.  

Más poemas de Ivan Blatny en Otra Iglesia Es Imposible, La Otra


SUNDAY

Grock wiped off his make-up
Fratellini the little brothers left the circus ring
Leo my father is back in his cage
the lion tamer entered his wife

Prince Charles will be Charles the Third
whe he ascends to the throne
the first one was executed in 1649
the second restaured de monarchy
bringing thus relief to the frustrated people
Nell Gwyn lived in the elegan mansion of Hampton Court

The vicar's window is still alight
he is preparing the sermon for Sunday morning

Sonntag
es ist verflossen
und eine neue Woche beginnt.
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jueves, octubre 10, 2024

Hugo Patuto / De "Magari"



Una palmera corrige otra luz con mil dedos

Una palmera corrige otra luz con mil dedos;
hay pálpito que soñar en el brillo
vertiginoso de la gata,
soltería mecida por flores.
Agrega miel un reloj olvidado,
miran los abuelos el mar del presente
y vas como dictamen
hacia el papel o tu camisa.
Tendrá esa labor nuestra mano:
empeño de agotarse para los vientos
sobre la roja
condición presa en el día.   


Entre mármol y turistas el sabor de la plegaria

Entre mármol y turistas el sabor de la plegaria,
laberinto de máscaras un verano,
impulso, la retina, paz o miedo:
Roma señala caminos por dádiva eterna.  


Al despedirnos, el futuro se agiganta

Al despedirnos, el futuro se agiganta
y borra el café un parpadeo.
(Ah el futuro, incontestable aro de ceniza
que sirve otra copa en el vacío).

Hugo Patuto (Conesa, Argentina, 1961), Magari, 2022-2023, inédito

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Foto: Sur y Sur

miércoles, octubre 09, 2024

Martha Kornblith / Dos poemas



Tus padres te miran.
Ellos habitan en tus delirios.
Te recuerdan las fechas,
el cumpleaños, el aniversario.
Te corrompen tus sueños.
Conspiran en las viejas fotos.
Te anuncian tu próxima liberación.
Tus padres te dicen:
Todo tiene solución
menos la muerte.
Pero yo sé que nunca más
callarán mis nervios
y me hundiré en mi muerte simbólica.
Sin más definiciones.

Oraciones para un dios ausente, 1995


Saga de la Familia

En todas las casas
siempre habitará un poeta
con una hermana (que no es poeta)
que le dirá
que escriba una biografía
sobre su familia.

En todas las casas
habitará una poeta
-loca además-
como aquellas que sostienen
a duras penas
sus propias biografías desdeñables:
Ellas avizoran pasados autistas
mujeres que dicen palabras soeces
dan tumbos a medianoche.

En todas las casas
habitará un primo lejano
-que vive en otro país-
y que busca (en inglés)
la génesis de la familia.
Conoció, hace años,
a esta pariente esquizoide
(tan callada, tan lejana -dijo-)
("So quiet, So withdraw").
No la reconoció en su última foto.
("lucía tan diferente")
("She looked so different,
so atractive, so outlocket")

En todas las casas
habitará una hermana poeta
-loca además-
que busca su propia desdeñable
génesis
(aquella que ya conocemos).

En todas las casas
habitará una hermana
que le pedirá a su hermana poeta
que escriba la historia
de la familia.
Esta poeta (loca de la casa)
pasará a formar parte de esta saga
el día en que deje el teléfono desconectado
en el filo de la madrugada.

Sesión de endodoncia, 1997

Martha Kornblith (Lima, 1959 – Caracas, 1997), Obra completa, Eclepsidra, Caracas, 2016
Vía Digo.Palabra.txt

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Foto: Editorial Eclepsidra/Instagram

martes, octubre 08, 2024

Ana Ussher / De "Letargo y letanía"



Todavía, con frecuencia, espero un sueño revelador
para dejarlo pasar como una canción desde un auto.
Cuando era chica en el bar de al lado de mi casa un hombre
levantaba quiniela
medio ladeado sobre alguna de las mesas
(un experto en la simulación de la lejanía).
En enero a la tarde seguro que de verdad cabeceaba
mientras con mis hermanos hacíamos remolinos de agua
junto al limonero.
Pero empezó la era
de los autoservicios. Elvira vendió los tacos de billar
también las heladeras y el mostrador.
Y tuvieron que morirse varios
incluido el limonero.
Hubo un borracho, Charoláis,
que sobrevivió bastante
–eso me parece a mí–.
Era de Balcarce o Areco y había sido corredor de turismo carretera.
A veces, llegando a la esquina
se le caían los pantalones: Charoláis.
Un punto blanquísimo
y balbuceante.
Laxo, largo lapso detenido.



Las hormigas escarban la naranja olvidada.
Se llevan la cáscara
en ágil fila.
Lo orgánico triunfa exultante.
Los colores no cambian. Andan.
En un corso
sonaba el tema –me parece– sobre unicornios
cuando perdí un pedazo de diente
por una serie de meneos concatenados que
involucraron una botella
y nos hicieron en vano buscarlo unos minutos por el piso.
De los consultorios odontológicos del gremio docente de mi padre tengo
todavía, en mi boca, un insumo.
Una camioneta verde estaciona.
Entonces, bajan y se dispersan los hacendosos.
Tienen, en sus orejas,
protección auditiva;
llevan, además,
gorro y sobre el gorro capucha.
Para hacer montículos con las hojas secas
prenden sopladores eléctricos de ulular estertóreo
que acaso no concuerda con lo grácil de la acción,
calma excepto para la tierra
que parece revuelo de bichitos.
Por último, usan el rastrillo y las bolsas, se ríen y se van.
¿Cuántas moscas entran –me pregunto–
en un solo poema
y por qué aparecen?
Hace poco una gris tornasolada
se posó en mi hombro izquierdo como si fuera
a decirme un secreto.
Sí…, plata no hay, plata no hay
nunca hay, hay que hacerla.
Pero entre el dicho y el hecho
ya ves bajan del techo
las palomas gordas y sentenciosas del estacionamiento.
A ellas no les interesa la naranja
ni siquiera se acercan a gorjear en mi oído,
aunque dele estamos mirarnos las pupilas:
se nos dilatan, se nos achican.
Y no deberíamos hablar de los caranchos.
Una mañana yo estaba en esta plaza
era temprano para los deportistas y
planeando de un árbol a otro
el pájaro lanzó su grito
¡kraaak!
de resonancia más bien angulosa
¡kraaak!, y duplicó la cosa.
Pero no deberíamos pensar
en el nido del carancho
en su pico curvo abriéndole el cuello a la paloma
en la destreza que logran sus garras.
No, no deberíamos
indagar en la vida de los caranchos.
Una mujer –conozco el nombre de sus hijos–
toma en bicicleta la dirección opuesta a la mía.
Su huella –la veo– es un continuo de rombos
que bordea un lado de los juegos
para niños.
Pero los regadores automáticos activarán
una lluvia invertida que insistirá en subir
simultánea a la puesta del sol
y tras su tris de vuelo a contraluz
(en error de cálculo)
caerá sin más sobre el dibujo
mutilando su forma plana.

Ana Ussher (Haedo, Argentina, 1982)

Letargo y letanía
,
Tren Instantáneo,
Buenos Aires, 2024









Más poemas de Ana Ussher en Otra Iglesia Es Imposible
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lunes, octubre 07, 2024

W. H. Auden / Nota sobre los intelectuales



Para el hombre de la calle, que es, por cierto,
Un agudo observador de las cosas
"Intelectual" sugiere, de un modo directo
Un hombre que es infiel a su esposa.

W. H. Auden (Inglaterra, Reino Unido, 1907 - Viena, 1973), "Dover y otros poemas", Diario de Poesía nº 9, Buenos Aires, invierno de 1988
Traducción de Mirta Rosenberg y Daniel Samoilovich


Note on intellectuals

To the man-in-the-street, who, I'm sorry to say
Is a keen observer of life,
The word Intellectual suggests straight away
A man who's untrue to his wife.

The Double Man, 1941
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Foto: W. H. Auden, c.1968 Underwood Archives/Getty Images

domingo, octubre 06, 2024

Georg Trakl / Tres poemas



El sol

Siempre vuelve el amarillo sol a la colina.
Es hermoso el bosque, el oscuro animal,
el hombre; pastor o cazador.

Por el verde estanque sube rojo el pez.
En silencio, bajo el redondo cielo,
navega el pescador en la barca azul.

Lentamente maduran la uva y el grano.
Cuando sereno declina el día,
un bien y un mal están dispuestos. 

Y cuando cae la noche,
levanta el caminante los pesados párpados,
silenciosamente,
y el sol irrumpe de la barranca sombría.


Canto de un mirlo cautivo

Hálito oscuro en el verde ramaje.
Pequeñas flores azules se ciernen
sobre el rostro del solitario, su paso de oro
se desvanece bajo el olivo.
Con el ala embriagada alza vuelo la noche.
Tan quedamente sangra la humildad,
el rocío gotea lento del espino en flor.
La piedad de brazos resplandecientes
acuna a un corazón que se rompe.


Verano

Al atardecer calla el lamento
del cuclillo en el bosque.
Se inclinan más el grano
y la roja amapola.

Negra tormenta amenaza
sobre la colina.
El antiguo canto del grillo
muere en el campo.

Nunca se mueve el follaje
del castaño.
En la escalera caracol
susurra tu vestido.

Serenamente ilumina la vela
en la habitación oscura,
una mano de plata
la apaga;

noche sin viento, sin estrellas.

Georg Trakl (Salzburgo, Austria, 1887 - Cracovia, Polonia, 1914)
Versiones de Julián de la Torre

Canto de un mirlo cautivo
Ediciones Kalos, 
Buenos Aires, 2024









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sábado, octubre 05, 2024

León de Greiff / Dos poemas




Tergiversaciones

I

Porque me ven la barba y el pelo y la alta pipa
dicen que soy poeta..., cuando no porque iluso
suelo rimar -en verso de contorno difuso-
mi viaje byroniano por las vegas de Zipa...,

tal un ventripotente agrómena de jipa
a quien por un capricho de su caletre obtuso
se le antoja fingirse paraísos... al uso
de alucinado Pöe que el alcohol destripa!,

de Baudelaire diabólico, de angelical Verlaine,
de Arthur Rimbaud malévolo, de sensorial Rubén,
y en fin... hasta del Padre Víctor Hugo omniforme...!

Y tánta tierra inútil por escasez de músculos!
tánta industria novísima! tánto almacén enorme!
Pero es tan bello ver fugarse los crepúsculos...

(1916)

(Tergiversaciones, 1925) 



Balada del tiempo perdido

I

El tiempo he perdido
y he perdido el viaje...

Ni sé adónde he ido...
Mas sí vi un paisaje
sólo en ocres:
desteñido...

Lodo, barro, nieblas; brumas, nieblas, brumas
de turbio pelaje,
de negras plumas.
Y luces mediocres. Y luces mediocres.
Vi también erectos
pinos: señalaban un dombo confuso,
ominoso, abstruso,
y un horizonte gris de lindes circunspectos.
Vi aves
graves,
aves graves de lóbregas plumas
—antipáticas al hombre—,
silencios escuché, mudos, sin nombre,
que ambulaban ebrios por entre las brumas...
Lodo, barro, nieblas; brumas nieblas, brumas.

Ni sé adónde he ido,
y he perdido el viaje
y el tiempo he perdido...

II

El tiempo he perdido
y he perdido el viaje…

Ni sé adónde he ido...
Mas supe de un crepúsculo de fuego
crepitador: voluminosos gualdas
y calcinados lilas!
(otrora muelles como las tranquilas
disueltas esmeraldas).
Sentí, lascivo, aromas capitosos!
¡Bullentes crisopacios
brillaban lujuriosos
por sobre las bucólicas praderas!
Rojos vi y rubios, trémulos trigales
al beso de los vientos cariciosos!
Sangrantes de amapolas vi verde-azules eras!

Vi arbolados faunales:
Versallescos palacios
fabulosos
para lances y juegos estivales!
Todo acorde con pitos y flautas,
cornamusas, fagotes pastoriles,
y el lánguido piano
chopiniano,
y voces incautas
y mezzo-viriles
de mezzo-soprano.

Ni sé adónde he ido...
y he perdido el viaje
y el tiempo he perdido...

III

Y el tiempo he perdido
y he perdido el viaje...Ni sé adónde he ido...
Por ver el paisaje
en ocres,
desteñido,
y por ver el crepúsculo de fuego!

Pudiendo haber mirado el escondido
jardín que hay en mis ámbitos mediocres!
o mirando sin ver: taimado juego,
buido ardid, sutil estratagema, del Sordo, el Frío, el Ciego.

(1923)

(Libro de signos, 1930)

León de Greiff  (Medellín, Colombia, 1895 - Bogotá, 1976), Material de Lectura n° 84, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2010

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Foto: Otraparte