viernes, diciembre 31, 2021

María Chemes / De "Armadura y escotes"



Haber acariciado la sombra
creando un cuerpo 

Haber perdido el cuerpo 
en la caricia de la sombra 

Cerezas, 
cerezas en el hielo y tardes de verano 
tacto 
y delicia

*

En las palabras de la madre conviven la lava y la seda 
se enhebra la caricia aunque no haya palma dispuesta 
la caricia que acompaña a punto de batalla y de paz 
mientras la tarde se extingue

y la música ilumina

*

Partes de mi 
comparten la tarde resuelta en una hueca vela nocturna 
allá los adioses 
la urgencia del pétalo 
el jugo amoroso 

Savia 

en una red de pausas 
sólo el alivio de la rosa

María Chemes (Buenos Aires, 1962)


Armadura y escotes.
Armadura e decotes.
Edição Bilíngüe.
Labirinto,
Fafe, Portugal, 2021








jueves, diciembre 30, 2021

Alberto Szpunberg / De "La academia de Piatock", 3




Reb Arieh Leib Ben Naftule repasa El capital

Ahora me doy cuenta de que todo es como el movimiento del ojo en la lectura:
cuando se cierra a las letras, se abre a las palabras,
cuando se cierra a las palabras, se abre a la evidencia,
como un río que sólo permanece en tanto fluye:
al dar vuelta la página, el sentido de la escritura comienza:
no hay más victoria que los nuevos frentes que se abren,
no hay más respuesta que una nueva pregunta.

Alberto Szpunberg (Buenos Aires, 1940-Barcelona, España, 2020), La academia de Piatock, Fundación Editorial el Perro y la Rana, Caracas, 2008


miércoles, diciembre 29, 2021

María Belén Aguirre / De "Siamesas"





Qué incómoda 
ha de sentirse mi alma 
adentro de este 
cuerpo 

pienso.

Tan retorcida
como nosotras.

Tan sin margen de acción.

Tan sofocada.
Tan claustrofóbica.

Tan dispuesta
a abrir la ventana 
y marcharse

(si tan solo pudiera llegar hasta allí)


Madre juega a ser Yoko Ono 
en el Sogetsu Art Center de Tokio

Ha comprado una caja de fósforos.
Ha aguardado con ansias la llegada de la noche.
Ha apagado las luces de la pieza.
Ha corrido las cortinas para que no entre la luz 
del tendido eléctrico 
ni de la Luna.

Se ha parado delante de nuestra cama.

Ha encendido un fósforo
y lo ha observado consumirse 
hasta el final. 

Ha hecho eso
noventa y ocho veces.

En el último tramo
el fuego apagó
dos fósforos 
que estaban
unidos por la cabeza.


Quiero describir el rostro de mi Madre
detrás del fósforo encendido

La siniestra expresión
de su dulzura.

Eso 
que hace
la oscuridad 
en las personas.

Eso
que hace
la luz 
en las personas.

Yo no sé.
Yo no soy Dios.

Yo no he creado
desde la Nada
nada.

Vengo de la oscuridad.

Del tenebroso proemio
al fiat lux. Soy algo 
así como una nube negra
en un grabado 
de Doré.

(La Luz 
al crearse 
me empuja torpemente 
hacia un costado.)

María Belén Aguirre (San Miguel de Tucumán, Argentina, 1977), Siamesas, Ediciones La Eterna, 2021


martes, diciembre 28, 2021

Selva Casal / Yo no escribo para atormentarme



Yo no escribo para atormentarme
no vivo para atormentarme cada noche
porque no hay más
no más pan no más día
no más hueso
todo lo que recuerdo es oscuro frágil
las plantas me hipnotizan
y los seres que matan
el amor narra un cuento de naufragios
los maleficios duermen en las tumbas
la casa estaba llena de gatos y fantasmas
yo fui niña vivía sin verte sin amarte
no comprendo
algo así debe sentir la noche
con cuantas estrellas dentro y sin saberlo
te asustas de mí y me abandonas
así se alejan todos
los que amaron así
como un desliz apenas escuchado
un chasquido
tal las semillas que explotan en los árboles
tal el alimento de todos nuestros días
es tiempo de destrucción lo sé
es imposible expresar lo que soñé anoche
había poderes señores de la fuerza
me visitó el rigor las raíces sacudían mis huesos
con apariencia clara silenciosa
seres omnipotentes descendían del cielo
ocultando su poderío en las rosas
en las muertes pequeñas
desde que luz miramos
yo también nací aquí montevideo
mi madre anduvo sobre el mar
trajo a esta orilla el verde azul de mi esqueleto
y el dolor que no me reconoce
el sol afuera como una casa enorme vacía
las ventanas de donde se desploman seres
esto es demasiado hermoso para ser feliz. 

Selva Casal (Montevideo, 1927-2020)
Obra reunida. El mundo es simplemente un alarido
Llantén, Buenos Aires, 2021










Foto: Propeller

lunes, diciembre 27, 2021

Ricardo Ruiz / De "Husos del no"




no
es el inicio

al borde 
de lo real 
su lente 
orienta 
la mano 
en su pensar
en su hacer luz
de la sombra

cuerpo
de la palabra
ardiente 
pan 
de la duda
resplandece
de incertidumbre

pulso
del cambio
no
es la libertad
de sostenerlo

piedra
en el aire
grito

no
de nos
canta
y así
sucesivamente
al infinito
de su enunciación
el ángel 
abre sus alas


*

el silencio
no

música 
de la lengua
el mar nuestro 
de cada día
sus peces 
del aire
escritos 
en el tiempo

no el silencio


*


muda la lengua 
que corroe sus maderos
muda velamen y jarcia
a son de mar 
deriva
 
reúne la materia 
del temporal
motín de esclavos 
y fantasmas
el futuro anterior 
el regreso al infinito

derrota 
del buque 
insignia 
de las manos 
que lo hicieron

en los sargazos 
de niebla 
aún varado
en un mismo otro día 
otro día persiste 

el amor 
por la tormenta 
los vientos 
de clases 
contrarias

cielo invertido 
cifrado en sus olas 
su no 
resiste 
y resplandece
a son de mar 

muda la derrota 
muda el infinito 
que lo precede

el regreso al futuro 
de las manos 
que lo hicieron

Ricardo Ruiz (Buenos Aires, 1953), Husos del no. Publicará Barnacle


domingo, diciembre 26, 2021

Ovidio / De "Ibis"



Ibis, vv. 110-125

Que te niegue la tierra sus frutos, el agua sus corrientes,
que el viento y la brisa te nieguen sus soplos.
Ni que el sol resplandezca, ni que Febe brille para ti,
y que los claros astros engañen tus ojos.
Que ni siquiera Vulcano te provea aire,
ni encuentres camino ni en tierra ni en mar.
Que seas desterrado, erres pobre
y vagues por fronteras extranjeras,
y que tu boca temblorosa ruegue por comida.
Ni que tu cuerpo ni tu mente estén libres de dolor,
Y que el día y la noche sean
más severos que el anterior.
Que siempre seas miserable
y que a nadie le importe tu miseria.
Que hombres y mujeres gocen de tus desgracias.
Que el odio ingrese en tus lágrimas,
y seas considerado digno
de ser quien ha sufrido mucho, para sufrir más.
Y que, -cosa rara- si tus fallos compadecen,
la fortuna despierte la envidia en tu cara.
Y que no te falte el motivo,
pero que la muerte se olvide de ti:
y que la vida deseada
obligada huya asesinada,
y que tu espíritu, después de tanto luchar,
se tarde en abandonar
tus miembros torcidos.

Publio Ovidio Nasón (Sulmona, Italia, 43 a. C. – Tomis, actual Constanza, Rumania, 17 d.C.), Opere. Volume Secondo. Tristia, Ibis, Ex Ponto, Halieuticon Liber, UTET, Turín, 1986
Traducción de Mario Chávez Carmona, Buenos Aires Poetry, febrero 25, 2021

Nota del Ad.: No se pudo identificar el destinatario real de la extensa maldición (644 versos) que constituye el poema Ibis. Se supone que es producto de la rabia de Ovidio por su exilio en el territorio de la actual Rumania, que terminó con su muerte. Se descarta, sin embargo, que haya sido dirigida al emperador Augusto, a quien escribió pidiéndole clemencia. La obra siguió a Tristia, en la que el poeta latino refiere expresamente su estado de ánimo en los años de destierro. Los comentarios a lo largo del tiempo han enumerado prolijamente los tipos de injuria y catalogado las figuras y situaciones mitológicas que aparecen en el poema. Ovidio, autor de las Metamorfosis, era un erudito en mitología. Su libro fue la base de las menciones mitológicas que contiene la Divina comedia, de Dante Alighieri, quien puso a Ovidio entre los cinco grandes poetas antiguos que habitan el florido castillo del Limbo.


Foto: Ovidio, según el escultor Ettore Ferrari, Sulmona, fines del siglo XIX Abruzzo Live


Ibis, vv. 110-125

Terra tibi fruges, amnis tibi deneget undas,
Deneget afflatus ventus et aura suos.
Nec tibi sol calidus, nec sit tibi lucida Phoebe,
Destituant oculos sidera clara tuos.
Nec se Vulcanus nec se tibi praebeat aer,
Nec tibi det tellus nec tibi pontus iter.
Exul, inops erres, alienaque limina lustres,
Exiguumque petas ore tremente cibum.
Nec corpus querulo nec mens vacet aegra dolore,
Noxque die gravior sit tibi, nocte dies.
Sisque miser semper, nec sis miserabilis ulli:
Gaudeat adversis femina virque tuis.
Accedat lacrimis odium, dignusque putere,
Qui, mala cum tuleris plurima, plura feras.
Sitque, quod est rarum, solito defecta favore
Fortunae facies invidiosa tuae.
Causaque non desit, desit tibi copia mortis:
Optatam fugiat vita coacta necem:
Luctatusque diu cruciatos spiritus artus
Deserat, et longa torqueat ante mora.

sábado, diciembre 25, 2021

Marianne Moore / Romero



La Belleza y el hijo de la Belleza y el romero
-en suma: Venus y Amor, su hijo-,
se supone nacidos del océano,
en Navidad, en mutua compañía
tejen una guirnalda festiva
aunque no siempre de romero -

desde que voló a Egipto, florece indiferente.
Con hojas como lanzas, verdes, pero plateadas por debajo
las flores -blancas originalmente-
se volvieron azules. La hierba del recuerdo,
que imita el manto azul de la Virgen María,
no es demasiado legendaria

para dar flores que a la vez son símbolo y aroma penetrante.
Tras brotar de las rocas junto al mar,
la estatura de Cristo a los treinta y tres años,
se nutre del rocío y con la abeja
“habla un lenguaje mudo”; en realidad
es una especie de árbol navideño.

[Like a bullwark, 1956]

Marianne Moore, (Kirkwood, Misuri, Estados Unidos, 1887-Nueva York, Estados Unidos, 1972), La Nación, Buenos Aires, diciembre 24, 2021
Traducción de Olivia de Miguel





Rosemary

Beauty and Beauty’s son and rosemary–
Venus and Love, her son, to speak plainly—
born of the sea supposedly,
at Christmas each, in company,
braids a garland of festivity.
Not always rosemary—
 
since the flight to Egypt, blooming indifferently.
With lancelike leaf, green but silver underneath,
its flowers– white originally —
turned blue. The herb of memory,
imitating the blue robe of Mary,
is not too legendary
 
to flower both as symbol and as pungency.
Springing from stones beside the sea,
the height of Christ when he was thirty—three,
it feeds on dew and to the bee
“hath a dumb language”; is in reality
a kind of Christmas tree.

Complete Poems, Penguin, Nueva York, 1994

viernes, diciembre 24, 2021

Fabián Herrero / De "La luna tiembla en mi cuerpo de agua"




de "Cuaderno de viaje a Santa Fe":

7
          En la tienda
de sombras alargadas, las brasas
          del anochecer.



de "Cuaderno de Paraná":

6
          Mojándose en la orilla
del Paraná, ramas de un árbol que salen
          de un sueño.


15
          Frente al sol
de la mañana, solo habla
          el río.


23
          En todas partes, es noche
de invierno. El camino de piedra
          y musgo, se ha borrado.


24 
          Una luz se mueve
buscando en la rama
           su sitio.

Fabián Herrero (Santa Fe, Argentina, 1965)

La luna tiembla en mi cuerpo de agua
,
Barnacle, 
Buenos Aires, 2021








 

Foto: Gentileza de la editorial Barnacle

jueves, diciembre 23, 2021

Jack Spicer / Verlaine (una traducción para Pat Wilson)




Una canción
Que nunca cantaré

Ha caído dormida en mis labios.
Una canción
Que nunca cantaré —

Sobre la madreselva
Hay una luciérnaga
Y la luna aguijonea
Con un rayo el agua —

En ese momento imaginaré
La canción
Que nunca cantaré.

Una canción llena de labios
Y estelas lejanas

Una canción llena de horas
Perdidas en la sombra

Una canción a una estrella que vive
Sobre el día perdurable.

Jack Spicer (Los Ángeles, Estados Unidos, 1925-San Francisco, Estados Unidos, 1965), After Lorca, White Rabbit Press, San Francisco, 1957 / Collected Poetry, Peter Gizzi y Kevin Killian, eds., Wesleyan University Press, Middletown, CT, 2008
Versión de Jonio González.

N. del T.: After Lorca es el primer libro de Spicer. Consiste en su mayor parte en supuestas traducciones de poemas de Lorca, así como en variaciones sobre textos de éste (cambiando o insertando palabras que modifican el sentido) y alguna traducción real (como en el caso de "Murió al amanecer")


Foto: Jack Spicer en una conferencia poética en Berkeley, California, julio 15 de 1965 Tove Neville/ cortesía de Kevin Killian/Open Space 


VERLAINE (A translation for Pat Wilson)

A song
Which I shall never sing
Has fallen asleep on my lips.
A song
Which I shall never sing—

Above the honeysuckle
There’s a firefly
And the moon stings
With a ray into the water—

At that time I’ll imagine
The song
Which I shall never sing.

A song full of lips
And far-off washes

A song full of lost
Hours in the shadow

A song of a star that’s alive
Above enduring day.

miércoles, diciembre 22, 2021

Julio Cortázar / Happy New Year




Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

31/12/1951

Julio Cortazar (Bruselas, 1914-París, 1984), Pameos y meopas, Llibres de Sinera, Barcelona, 1971. Nórdica Libros, Madrid, 2017


Foto: Julio Cortázar, París, 1978 Ulf Andersen/Getty Images

martes, diciembre 21, 2021

Marion Poschmann / Habitación magnetizada




Contaste los anillos metálicos
de la fruta en lata 
cada lado superior girando en suspensión
como ventiladores vibrantes -

este espacio parece más escondido ahora, desde
que estás acá, como si por fin la calma
hubiera llegado, tormenta (toda la habitación
bañada de luz, todo
sobrecalentado por el miedo):

te observo en tu segundo
intento de abrir una lata,
tranquilo, torpe o
como si esperaras que
tu estado de ánimo cambiara, como si hubieras 
perdido ligeramente tus movimientos precisos

a veces nos parecemos cuando
un bostezo provoca otro - 
después otra vez la integridad
de cuerpos introvertidos, acá un parque infantil de hojalata
con las manos por completo vacías

Marion Poschmann (Essen, Alemania, 1969), Grund zu Schafen, Frankfurter Verlagsanstalt, Frankfort del Meno, 2004
Versión de Silvana Franzetti


Foto: Marion Poschmann en la Literaturhaus de Frankfurt am Main, Alemania, 2017 Arne Dedert/ Picture Alliance/ Getty Images


magnetisiertes Zimmer

du hast die metallischen Jahresringe
der Obstkonserven gezählt,
jede Oberseite rotierender Stillstand
wie flimmernde Ventilatoren –

dieser Ort scheint verborgener jetzt, seit
du hier bist, als sei endlich Ruhe
eingekehrt, Sturm (alle Zimmer
ins Licht getaucht, alles
aus Angst überheizt): 

ich beobachte dich, deinen zweiten
Versuch eine Dose zu öffnen,
beschwichtigend, ungeschickt, oder
als wartetest du, daß die
Stimmung sich ändert, als hättest du
deine gezielten Bewegungen leise verlegt

wir ähneln einander wenn manchmal
ein Gähnen ein anderes auslöst –
dann wieder die Unversehrtheit
verschlossener Körper, ein Blechspielplatz hier,
voller unverrichteter Dinge

lunes, diciembre 20, 2021

Estacio / Silva
























Silvas
Libro V
IV. El Sueño

¿Por qué crimen, joven plácido dios,
o por qué mísero error, Sueño, merezco
ser el único que carece de tus dones?
Callan todas las reses, los pájaros y las fieras,
y las cóncavas cumbres simulan exhaustos sueños;
no suena igual el ruido de los ríos,
cesa el estremecimiento de las aguas
y la mar se acuesta a reposar sobre la tierra.
Ya es el séptimo regreso de Febe
y de pie me mira los ojos enfermos,
otras veces las lámparas de Eta y de Pafo
vuelven a visitarme,
y otras más nuestra Titonia pasa
y ahuyenta los lamentos con su gélido látigo.
¿No he tenido suficiente? Nunca Argos,
quien tenía miles de ojos por todo el cuerpo,
vigiló mi refugio sagrado. ¡Y ahora esto!
Si, bajo la larga noche, alguno te expulsa
del abrazo de su amada, Sueño, ven de allí;
no te obligo a extender tus plumas sobre mis ojos,
como la gente ruega para ser feliz:
basta que con el extremo de tu báculo me toques
o bien tus ligeros pasos me suspendan.

Publio Papinio Estacio * (Nápoles, Italia, c. 45-Roma, 96)
Le selve, Oscar Mondadori, 2006  Buenos Aires Poetry, diciembre 22, 2020
Traducción de Mario Chávez Carmona

* Dante Alighieri homenajeó a Estacio en los cantos 21 y 22 de "Purgatorio": le hizo declarar su secreta conversión al cristianismo, supuso su gran admiración, casi idolatría, por Virgilio, y lo convirtió en su segundo acompañante hasta el final de ese libro. Virgilio le revela su afecto en los primeros tercetos del canto 22:

Y yo, más leve que por los otros pasos,
andaba, tanto que sin ningún cansancio
seguía arriba a los espíritus veloces;

cuando Virgilio comenzó a decir: "Amor,
encendido de virtud, siempre a otro enciende,
solo para que la llama muestre su fulgor;

"por eso en la hora en que descendiese
en el limbo del infierno Juvenal,
y que tu afección me hizo evidente,

"mi benevolencia hacia ti fue cual
no me unió jamás a no vista gente,
tanto que me hará corta esta escalera.

(N. del Ad.)


Imagen: Grabado del siglo XVI Wikimedia Commons

Silvae
Liber V
IV. SOMNVS

Crimine quo merui, iuvenis placidissime divum,
quove errore miser, donis ut solus egerem,
Somne, tuis? tacet omne pecus volucresque feraeque
et simulant fessos curvata cacumina somnos,
nec trucibus fluviis idem sonus; occidit horror
aequoris, et terris maria adclinata quiescunt.
septima iam rediens Phoebe mihi respicit aegras
stare genas; totidem Oetaeae Paphiaeque revisunt
lampades et totiens nostros Tithonia questus
praeterit et gelido spargit miserata flagello.
unde ego sufficiam? non si mihi lumina mille,
quae sacer alterna tantum statione tenebat
Argus et haud umquam vigilabat corpore toto.
at nunc heu! si aliquis longa sub nocte puellae
brachia nexa tenens ultro te, Somne, repellit,
inde veni; nec te totas infundere pennas
luminibus compello meis hoc turba precatur
laetior: extremo me tange cacumine virgae,
sufficit, aut leviter suspenso poplite transi. 

domingo, diciembre 19, 2021

Cesare Pavese / Gente que no entiende





Bajo los árboles de la estación se encienden las luces.
Gella sabe que a esta hora su madre regresa de los prados
con el delantal repleto. Mientras espera el tren,
Gella mira entre el verde y sonríe al pensar
en pararse ella también, entre los faroles, a recoger hierba.

Gella sabe que su madre, de joven, estuvo en la ciudad
una vez: ella, todas las tardes al oscurecer, regresa,
y en el tren recuerda vidrieras espejeantes
y personas que pasan y no miran a la cara.
La ciudad de su madre es un patio encerrado
entre paredes, y la gente se asoma a los balcones.
Gella regresa cada tarde con los ojos distraídos
en colores y deseos y, mientras el tren se aleja,
piensa, al ritmo monótono, netos perfiles de calles
entre las luces, y colinas atravesadas de avenidas y de vida
y alborozo de jóvenes, de andar franco y risa dominante.

Gella está harta de ir y venir, y regresar a la noche
y no vivir entre las casas y en medio de las viñas.
A la ciudad la querría sobre aquellas colinas,
luminosa, secreta, y no moverse más.
Así es muy distinta. A la noche reencuentra
a los hermanos, que vuelven descalzos de algún trabajo,
a la madre atezada, y se habla de tierras
y ella se sienta en silencio. Pero todavía recuerda
que, muy chica, volvía ella también con su montón de hierba:
sólo que aquellos eran juegos. Y la madre que suda
recogiendo la hierba, porque hace treinta años
la recoge cada tarde, bien podría una vez
quedarse en casa. Nadie la busca.

También Gella querría quedarse, sola, en los prados,
pero llegar a los más solitarios, y tal vez a los bosques.
Y esperar la noche y ensuciarse en la hierba
y tal vez en el fango y nunca más volver a la ciudad.
No hacer nada, porque no hay nada que le sirva a nadie.
Como hacen las cabras, arrancar solamente las hojas más verdes,
y que se le empapen los cabellos, sudados y quemados,
de rocío nocturno. Endurecer las carnes
y ennegrecer y arrancarse la ropas, para que en la ciudad
no la quieran más. Gella está harta de ir y venir
y sonríe con el pensamiento de entrar en la ciudad
desfigurada y descompuesta. Hasta que las colinas y las viñas
desaparezcan, y pueda pasear por las avenidas
donde estaban los prados, cada noche, riendo,
Gella tendrá estos deseos, mirando desde el tren.

Cesare Pavese (Santo Stefano Belbo, Italia, 1908- Turín, Italia, 1950), "Lavorare stanca" (1936, 1943), Trabajar cansa. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, Griselda García Editora, Del Dock, Cartografías, Buenos Aires, 2018
Versión de Jorge Aulicino

Otra Iglesia Es Imposible - Fondazione Cesare Pavese - Griselda García Editora -  
Eterna Cadencia - Nosotros - Indie Hoy - Revista Ñ - Infobae - El Litoral - Página 12

Imagen: Retrato de Cesare Pavese por César Bandin Ron El Placer de Dibujar y Crear/Pinterest


Gente che non capisce

Sotto gli alberi della stazione si accendono i lumi. 
Gella sa che a quest'ora sua madre ritorna dai prati 
col grembiale rigonfio. In attesa del treno, 
Gella guarda tra il verde e sorride al pensiero
di fermarsi anche lei, tra i fanali, a raccogliere l'erba.

Gella sa che sua madre da giovane è stata in città 
una volta: lei tutte le sere col buio ne parte 
e sul treno ricorda vetrine specchianti 
e persone che passano e non guardano in faccia. 
La città di sua madre è un cortile rinchiuso
tra muraglie, e la gente s'affaccia ai balconi. 
Gella torna ogni sera con gli occhi distratti 
di colori e di voglie, e spaziando dal treno 
pensa, al ritmo monotono, netti profili di vie 
tra le luci, e colline percorse di viali e di vita 
e gaiezze di giovani, schietti nel passo e nel riso padrone.

Gella è stufa di andare e venire, e tornare la sera 
e non vivere né tra le case né in mezzo alle vigne. 
La città la vorrebbe su quelle colline, 
luminosa, segreta, e non muoversi più. 
Così, è troppo diversa. Alla sera ritrova 
i fratelli che tornano scalzi da qualche fatica,
e la madre abbronzata, e si parla di terre
e lei siede in silenzio. Ma ancora ricorda 
che, bambina, tornava anche lei col suo fascio dell'erba: 
solamente, quelli erano giochi. E la madre che suda
a raccogliere l'erba, perché da trent'anni 
l'ha raccolta ogni sera, potrebbe una volta 
ben restarsene in casa. Nessuno la cerca.

Anche Gella vorrebbe restarsene sola, nei prati, 
ma raggiungere i più solitari, e magari nei boschi. 
E aspettare la sera e sporcarsi nell'erba 
e magari nel fango e mai più ritornare in città. 
Non far nulla, perché non c'è nulla che serva a nessuno. 
Come fanno le capre strappare soltanto le foglie più verdi 
e impregnarsi i capelli, sudati e bruciati, 
di rugiada notturna. Indurirsi le carni 
e annerirle e strapparsi le vesti, così che in città 
non la vogliano più. Gella è stufa di andare e venire 
e sorride al pensiero di entrare in città 
sfigurata e scomposta. Finché le colline e le vigne 
non saranno scomparse, e potrà passeggiare 
per i viali, dov'erano i prati, le sere, ridendo, 
Gella avrà queste voglie, guardando dal treno.

Poesie, Mondadori, Milán, 1969

sábado, diciembre 18, 2021

Delmore Schwartz / Baudelaire





Al dormirme, e incluso durante el sueño,
escucho, con toda claridad, voces pronunciando
frases completas, triviales y comunes
que nada tienen que ver con mis asuntos.

Querida Madre, ¿nos queda tiempo
para ser felices? Mis dudas son inmensas.
Mi cuenta bancaria está en manos de un tribunal.
No sé nada. Y nada puedo saber.
He perdido la capacidad de hacer un esfuerzo.
Siempre estás armada para apedrearme, siempre:
es la verdad. Esto es así desde la infancia.

Por primera vez en mi larga vida
me siento un poco feliz. El libro, casi terminado,
parece bueno. Perdurará como un monumento
a mis obsesiones, a mi odio y mi disgusto.

Las deudas y las preocupaciones persisten y me debilitan.
Satanás se desliza detrás de mí, diciendo dulcemente:
"¡Descansa por un día! Hoy puedes jugar y descansar.
Esta noche trabajarás". Cuando llega la noche,
mi mente, aterrorizada por los atrasos,
aburrida por la tristeza, paralizada por la impotencia,
promete: "Mañana: lo haré mañana".
Mañana se presenta la misma comedia
con la misma resolución, la misma debilidad.

Estoy cansado de esta vida de habitaciones decoradas.
Estoy cansado de los resfríos y los dolores de cabeza:
tú conoces mi extraña vida. Todos los días trae
su cuota de ira. Pero apenas conoces
la vida de un poeta, querida Madre: debo escribir poemas,
la más fatigosa de las ocupaciones.

Estoy triste esta mañana. No me reproches.
Escribo desde un café cerca de la oficina de correos,
entre el chasquido de las bolas de billar, el ruido de los platos,
el latido de mi corazón. Me han pedido que escriba
"Una Historia de la Caricatura". Me han pedido que escriba
"Una Historia de la Escultura". ¿Debería escribir una historia
de las caricaturas de las esculturas que tengo de ti en el corazón?

Aunque te cueste creerlo,
o te cause una agonía infinita,
y dudes de que la suma sea la adecuada,
por favor envíame dinero al menos para tres semanas.

Delmore Schwartz (Nueva York, Estados Unidos, 1913-1966), Selected Poems (1938-1958): Summer Knowledge, New Directions Publishing Corporation, 1967
Traducción de Juan Arabia para Buenos Aires Poetry, marzo 10 de 2018



Baudelaire

When I fall asleep, and even during sleep,
I hear, quite distinctly, voices speaking
Whole phrases, commonplace and trivial,
Having no relation to my affairs.

Dear Mother, is any time left to us
In which to be happy? My debts are immense.
My bank account is subject to the court’s judgment.
I know nothing. I cannot know anything.
I have lost the ability to make an effort.
But now as before my love for you increases.
You are always armed to stone me, always:
It is true. It dates from childhood.

For the first time in my long life
I am almost happy. The book, almost finished,
Almost seems good. It will endure, a monument
To my obsessions, my hatred, my disgust.

Debts and inquietude persist and weaken me.
Satan glides before me, saying sweetly:
“Rest for a day! You can rest and play today.
Tonight you will work.” When night comes,
My mind, terrified by the arrears,
Bored by sadness, paralyzed by impotence,
Promises: “Tomorrow: I will tomorrow.”
Tomorrow the same comedy enacts itself
With the same resolution, the same weakness.

I am sick of this life of furnished rooms.
I am sick of having colds and headaches:
You know my strange life. Every day brings
Its quota of wrath. You little know
A poet’s life, dear Mother: I must write poems,
The most fatiguing of occupations.

I am sad this morning. Do not reproach me.
I write from a café near the post office,
Amid the click of billiard balls, the clatter of dishes,
The pounding of my heart. I have been asked to write
“A History of Caricature.” I have been asked to write
“A History of Sculpture.” Shall I write a history
Of the caricatures of the sculptures of you in my heart?

Although it costs you countless agony,
Although you cannot believe it necessary,
And doubt that the sum is accurate,
Please send me money enough for at least three weeks.

viernes, diciembre 17, 2021

Jorge Santkovsky / De "El después es ahora"




Momentos íntimos


18

ya nada queda del día
me atrapa el camino de cenizas

el barro decide que brillará
bajo la secreta luz de la hipocresía


23

soy un habitante más de esta ciudad
sé de brumas y veredas

valoro entonces al hombre que susurra
en esta noche de otoño
una canción inesperada


36

soy abducido desde el cielo
de un cielo que no deseo
allí habitan maestros auto iluminados
que ofrecen falsas esperanzas
y sermonean culpas ajenas


41

hay quienes tienen un árbol
otros tienen tantos que no pueden contarlos
hay quienes saben qué hacer con sus frutos
otros son hábiles artesanos

en mi caso, la magnolia me ha vuelto su amante
me detengo observando sus flores
tan fugaces como mis buenos momentos


42

la palmera se sumerge en la tormenta
me aterra el frío que atraviesa los vidrios

lo que ahora está disperso
al amanecer volverá a su viejo orden

para otros puede que ya sea tarde
para mí la tempestad
es agua pura de vertiente

Jorge Santkovsky (Bahía Blanca, Argentina, 1957)

El después es ahora
,
A Capela Ediciones, 
Villa los Aromos, Córdoba, 
Argentina, 2021









Foto de Pilar Martínez Jorge Santkosky/Facebook

jueves, diciembre 16, 2021

Joseph Brodsky / De "Divertimento mexicano"

 


                                           A Octavio Paz

Cuernavaca

En el jardín donde M., un protegé francés
mantuvo a una beldad de espesa sangre indígena
hoy canta un hombre venido de muy lejos.
En el jardín tupido como un trazo cirílico
un mirlo nos recuerda al ceño cejijunto.
El aire de la noche silba como cristal.

El cristal ya está roto, notémoslo de paso.
Aquí Maximiliano fue emperador tres años.
Introdujo el cristal, la champaña, los bailes
y todas esas cosas que adornan la existencia.

Pero la infantería de los republicanos
lo fusiló después. Dolorosos graznidos
llegan del denso azul.
Los campesinos sacuden sus perales.
Tres patos blancos nadan en el estanque.
El oído percibe en la hojarasca
la jerga de las almas que conversan
en un infierno densamente poblado.

Omitamos las palmas. Destaquemos el sauce.
Imaginemos que M. deja a un lado la pluma,
se despoja, sereno, de su batín de seda
y piensa en qué está haciendo su hermano,
Francisco José (también emperador)
mientras silba, quejoso, Mi marmota.

“Saludos desde México. Mi esposa
perdió el juicio en París. En las afueras
de palacio oigo tiros, crepitan las llamas.
La capital, querido hermano, está rodeada
y mi marmota, fiel, permanece conmigo.
El revólver, de moda, ha vencido al arado.

Qué otra cosa decirte, la caliza terciaria
es famosa por ser un suelo hostil.
Agreguémosle a esto el calor tropical
donde los disparos son la ventilación.
Se resienten mis pobres pulmones y riñones,
sudo tanto estos días que se me cae la piel.

Como si fuera poco, se me antoja largarme,
extraño demasiado nuestros tugurios patrios.
Envíame almanaques y libros de poemas.
Todo parece indicar que ya di con la tumba
en donde una marmota será mi compañía.
Mi mestiza te manda los debidos saludos.”

Julio llega a su fin y se oculta en la lluvia
como un conversador entre sus pensamientos
Lo cual, por supuesto, nada afecta a un país
con mucho más pasado que futuro.
Una guitarra gime. Sobra el lodo en las calles.
Un paseante se hunde en un velo amarillo.

Incluido el estanque, todo se ha enyerbado.
Alrededor pululan culebras y lagartos.
En las ramas hay pájaros con nidos y sin ellos.
Todas las dinastías declinan por la cifra
tan grande de herederos y la falta de tronos.
El bosque nos invade como las elecciones.

M. no reconocería el lugar. No hay bustos
en los nichos, los pórticos se hunden,
los muros desdentados muerden la ladera.
Puedes saciar la vista, no los pensamientos.
El parque y el jardín se convierten en jungla.
De los labios se escapa una palabra: “Cáncer”.

Joseph Brodsky (San Petersburgo, Rusia, 1940 -Nueva York, Estados Unidos, 1996), Часть речи. Стихотворения 1972-1976, Leningrado, 1989
Traducción de Ernesto Hernández Busto,
Buenos Aires Poetry, septiembre 16 de 2016

Foto: Joseph Brodsky, Nueva York, 1980 Evelyn Hofer/Getty Images

miércoles, diciembre 15, 2021

Howard Nemerov / Cinco poemas breves




El gorrión en el zoo

No existen barrotes tan cerrados ni malla tan fina
que me impidan acercarme al águila y el león,
cuyos guardianes alimentan para que yo pueda cenar libremente.
Esto viene a demostrar que si tienes la perspicacia
de ser pequeño, corriente, listo y vivir en la mierda,
aunque la jaula inquiete a los reyes, puedes aprovecharte de ello.


Paz en nuestros tiempos

El honor está a salvo por la voluntad nacional,
el burgués lanza al aire su sombrero.
Se ha marchado el soldado, sobre la colina,
y la rata ha defendido su madriguera.


Recuerdo de un amigo

Un judío ateo testarudo como Freud
(el único padre al que dejó sin destruir),
que cuando te ibas de su casa por la noche, asentía
y decía, en lugar de “Buenas noches”, “Ve con Dios”.


Lucilio

Lucilio el poeta me ha informado,
en defensa de sus algo pedantes canciones,
de que "la Memoria es la Madre de las Musas".
Que siga haciéndole el amor a la madre.


El Dios de este mundo

Él sonríe al ver a Sus hijos, nacidos para pecar,
cavando esas trincheras en las que no hay ateos.

Howard Nemerov (Nueva York, Estados Unidos, 1920 - University City, Misuri, Estados Unidos, 1991), The Collected Poems of Howard Nemerov, University of Chicago Press, Chicago, 1977
Versiones de Jonio González 




THE SPARROW IN THE ZOO

No bars are set too close, no mesh too fine 
To keep me from the eagle and the lion, 
Whom keepers feed that I may freely dine.
This goes to show that if you have the wit 
To be small, common, cute, and live on shit, 
Though the cage fret kings, you may make free with it.


PEACE IN OUR TIME

Honor is saved by the national will,
The burgher throws up his cap.
Gone is the soldier, over the hill,
And the rat has defended his trap.


A MEMORY OF MY FRIEND

A jewish atheist subborn as Freud
(the only Father he left undestroyed),
Who when you left his house at night would nod
And say, instead of "Good night", "Go with God".


LUCILIUS

Lucilius the poet has informed me,
Defending his somewhat pedantic songs,
That "Memory is the Mother of the Muses".
May he continue making love to the mother.


THE GOD OF THIS WORLD

He smiles to see His, born to sin,
Digging those foxholes there are no atheist in.