domingo, mayo 31, 2020

Ricardo Molinari / Nao d'amores


















Ya estoy harto de mar, de gente, de cielo;
de muerte, si Dios quiere.

Nadie podrá arrancarte de mí, sombra de sueño,
porque tengo pegada en el pecho
toda tu noche de pasión horrible.

Dentro de días estaré en la llanura
para cubrir mi corazón de polvo,
el aire de arena. Nuestra sola muerte
olvidada de olvido.

(Si pudiera encontrarte. Si pudiera bajar a Río ,
esta noche;
andar por las calles oliendo las hojas gruesas de
los árboles;
abandonarme en la tierra hasta llenarme de
piojos. Distraído.)

No quiero mi idioma, mi otra vida; no quisiera
llegar nunca. Volver si fuera posible...

Magoas.
Esta noche ¡así!, desprendido totalmente;
vuelto, devuelto, perseguido: ajeno mío
sin quererme. Caído en otra voz,
resbalado.

Mi corazón negándose al polvo,
ya detrás de tu cuerpo, del aire desterrado.

Ricardo Molinari (Buenos Aires, 1898-1996), Caballo Verde para la Poesía, nº 1, Madrid, octubre de 1935 Caballo Verde, Europeana, edición digital
Envío de Jonio González

Otra Iglesia Es ImposibleEdiciones del Dock - La NaciónHojas del Abanico -Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes - A Media VozPoeticus

Foto: Portada de Voz raigal de nuestra poesía (detalle), Corregidor, Buenos Aires, 1993

sábado, mayo 30, 2020

Pablo Gungolo / Cowboy














un auto avanza por la ruta
hacia el sol que cae detrás
de unas montañas 
en álamos dorados
tranquilos donde ir es
adquirir un nombre y una morada
tararea la música que habita
en el pensamiento siente
como una cinta progresa
torsiona desconquista
y conquista al mismo tiempo
los misterios de un corazón
conoce hasta dónde puede
pedir algo a los actos del lenguaje
salmones que resbalan
sobre la mano de un oso
escapan con la fuerza del eco 
no hay más: un itinerario
de desierto donde un horizonte
esconde otro horizonte
y es la gracia.
saca un brazo por la ventanilla
corta el viento. 

Pablo Gungolo (Bahía Blanca, Argentina, 1980)

Los lazos,
Salta el Pez Ediciones,
Buenos Aires, 2019









Otra Iglesia Es Imposible - Salta el Pez - Ediciones en Danza - Ediciones la Parte MalditaOp. Cit. -Celofán - El Infinito Viajar - Transtierros

Foto: Ediciones en Danza

viernes, mayo 29, 2020

Héctor Giuliano / Poemas



Arrabales
de Torino,
un hebreo deambula
sin cara sonora.
Establecido
el rumor de muerte.

*

Estoy de mimbre,
salmodiando
la Piazzetta.
Orejas,
trigos tardes,
agujeros que no reconocen
el chaparrón que San Marcos
atrapa como chinches.

30 poemas italianos del norte, inédito

*

¿A quién
cazzo
le importa mi nombre?
¿Mi oro
que no riega plata?
¿A quién
el blanco refugio
de anónimas gansadas
puestas en papel
y arcadas de vino y despilfarro?

"Todos tienen
un muerto en el placar".
Tengo una docena,
y pronto
se multiplicará.

Acariciado cencerro
que vibra
en el desierto.

[inédito]

Héctor Giuliano (1947, Murazzano, Italia)


Foto: Hector Giuliano/Facebook

jueves, mayo 28, 2020

Dorianne Laux / Tarde
















La luz de la luna se derrama
sin piedad, da igual
cuántos hayan muerto
bajo los árboles.

El río sigue su curso.

Allí siempre reinará
el silencio, da igual
el tiempo que alguien
haya llorado contra
la pared de una casa.
los antebrazos desnudos presionando
las tablas.

Todo termina,
incluidas las penas, incluido el dolor.

Los cisnes se dejan llevar por la corriente.

Las cañas soportan el peso
de sus emplumadas cabezas.
Los guijarros se hacen más pequeños
y lisos bajo las ásperas
corrientes de la noche. Caminamos

largas distancias, cargando
con nuestras maletas, nuestros bultos.
El peso de las ofrendas.

Sabemos que la tierra
desaparece bajo
el mar, las islas tragadas
igual que peces prehistóricos.

Sabemos que estamos condenados,
perdidos, maldecidos, y sin embargo
la luz nos alcanza, cae
sobre nuestros hombros incluso ahora,

incluso aquí donde la luna
se oculta para nosotros, incluso cuando
las estrellas están tan lejos.

Dorianne Laux (Augusta, Estados Unidos, 1952), Only As The Day Is Long, New And Selected Poems, W. W. Norton, Nueva York, 2019
Versión de Jonio González


miércoles, mayo 27, 2020

Eli Hirsch / Un insecto espacial















La Tierra permanecerá en su eje
aún en ausencia de poesía.
¿Sorprendente, no?
No la necesita para deambular por el éter.

La luna es otra historia
mucho más antigua
y lo que ella nos cuenta resulta fascinante.
Perturbador, incluso.

Porque qué - si no es la poesía -
me pregunto,
qué, si no es esta locura
que me desgarra desde adentro

a pesar de no ser yo la luna
(eso, al menos, lo comprendo),
ni siquiera una esquirla lunar
sino más bien un insecto espacial.

Eli Hirsch (Petaj Tikva, Israel, 1962), De_canta_sión, 22 de agosto de 2012
Traducción de Gerardo Lewin


martes, mayo 26, 2020

Mario Luzi / La India


























Está en silencio ahora, me pregunto si oprimida por su karma,
(sé sobre su vida, el nombre que le da y el significado)
mientras muestra la pantalla largo tiempo
en la vereda una multitud,
congelada en una pose entre el sueño y la muerte,
levantarse a duras penas en oración y cepillarse en el alba.
Quizá no el primer rostro la afecta
sino otro más escondido, y ve
una justicia de un tipo diferente
en ese sufrimiento de paria,
horrible pero no abyecto, y en el suyo que desciende sobre él.

"Tener o no tener su parte en esta vida",
su pensamiento resurge en palabras - pero solo un borde.
Y yo tironeo de ese fleco,
ansioso de que me confíe todo lo demás,
cuidando nada me niegue
ni siquiera la amargura, y espero.
Pero se detiene. Siguen otras imágenes de la India
y en su reverberación atrapo
una sonrisa extrema entre víctima y niña,
casi me deja esa gracia en prenda
mientras se eclipsa en su dolor
y la idea de sí misma muere en ella.

"¿Por qué llevas ese yugo? ¿Por qué no te levantas?",
apenas me contengo de gritarle,
sufriendo porque sufre, por supuesto,
pero aún más porque deja la toma
de mi ternura insatisfecha y se aleja llorando.
"Escúchame", empiezo a murmurar
y ya estoy pensando en la luz de la habitación después del tecnicolor
y a ella que está a punto de irse
y me mira por detrás de la lámpara
de su soledad enfrente.

"Mario", me previene ella, que adivina el resto, "todavía
levantas como una espada -¿buena para qué?-
el desdén por las cosas que te resisten.
Hombre cerrado a la inteligencia de lo distinto,
negado al amor: del mundo, quiero decir; de Dios, por lo tanto",
y se entrega a una mueca burlona
ella misma subida al púlpito, y casi se anula.

"Realmente desearía que hubieras ganado"
le digo con afecto incontenible, más tarde,
mientras fluye en un zumbido de abejas, en la película sin comentarios, la India.

Mario Luzi (Florencia, Italia, 1914-2005), Onore del vero, 1957 Club degli Autori
Versión de Jorge Aulicino

Otra Iglesia Es Imposible - Ojos de Papel - Ediciones Linteo - Trianarts - UNAM - Proyecto Patrimonio - Poéticas - Revista de Libros - El País MadridPáginas Digitales - La Verdad - La Nación

Foto: Premio "Firenze per Mario Luzi"

L'India

Tace ora, mi chiedo se oppressa dal suo Karma,
(so della sua vita, del nome che le dà, e del senso)
mentre mostra a lungo lo schermo
sul selciato una moltitudine
stecchita in una posa tra sonno e morte
levarsi a stento in preghiera e spulciarsi nell'alba.
Né forse la colpisce il primo aspetto
ma un altro più recondito, e vede
una giustizia di diverso stampo
in quella sofferenza di paria
orrida eppure non abbietta, e nella sua che le scende addosso.

"Avere o non avere la sua parte in questa vita"
riemerge in parole il suo pensiero - ma solo un lembo.
E io ne tiro a me quella frangia
ansioso mi confidi tutto l'altro,
attento non mi rubi niente
di lei, neppure l'amarezza, ed attendo.
S'interrompe invece. Seguono altre immagini dell'India
e nel loro riverbero le colgo
un sorriso estremo tra di vittima e di bimba,
quasi mi lasci quella grazia in pegno
di lei mentre si eclissa nella sua pena
e l'idea di se stessa le muore dentro.

"Perché porti quel giogo, perché non insorgi"
mi trattengo appena dal gridarle,
soffrendo perché soffre, certo,
ma più ancora perché lascia la presa
della mia tenerezza non saziata e piglia il largo piangendo;
"Ascoltami" comincio a mormorarle
e già penso al chiarore della sala dopo il technicolor
e a lei che sul punto di partire
mi guarda da dietro la lampada
della sua solitudine tenuta alzata di fronte.

"Mario" mi previene lei che indovina il resto. "Ancora
levi come una spada, buona a che?,
lo sdegno per le cose che ti resistono.
Uomo chiuso all'intelligenza del diverso,
negato all'amore: del mondo, intendo, di Dio dunque"
e indulge a una smorfia fine di scherno
per se stessa salita sul pulpito, e quasi si annulla.

"Davvero vorrei tu avessi vinto"
le dico con affetto incontenibile, più tardi,
mentre scorre in un brusio d'api, nel film senza commento, l'India.

lunes, mayo 25, 2020

Mario Luzi / Como debe





















¿Qué quieres tú que vienes de tan lejos
y en vuelo ciego entras en la niebla
hasta aquí donde aun los pajarillos
se desorientan de una rama a otra?

La vida, como debe, se perpetúa,
en mil arroyos se derrama. La madre
entre los hijos parte el pan, alimenta
el fuego; la jornada pasa, plena
o fastidiosa, llega un forastero,
se va, cae nieve, escampa o una llovizna
de fin de invierno apaga los colores,
moja zapatos y vestidos. Llega la noche.

Es poco, de otra cosa no hay señales.

Mario Luzi (Florencia, Italia, 1914-2005), Honor de la verdad [Onore del vero, 1957], Ediciones Linteo, Ourense, España, 2012 Centro Cultural Tina Modotti, Caracas
Versión de Francisco Deco

Otra Iglesia Es Imposible - Ediciones Linteo - Nazione Indiana - Associazioni Mendrisio - Club degli Autori - Ojos de Papel - UNAM - El Trabajo de las Horas - La Nación - Hablar de Poesía

Foto: La Casa della Poesia di Monza

Che vuoi che vieni da così lontano
ed entri a volo cieco nella nebbia
fin qua dove gli uccelli anche di nido
da ramo a ramo perdono la traccia?

La vita come deve si perpetua,
dirama in mille rivoli. La madre
spezza il pane tra i piccoli, alimenta
il fuoco; la giornata scorre piena
o uggiosa, arriva un forestiero, parte,
cade neve, rischiara o un’acquerugiola
di fine inverno soffoca le tinte,
impregna scarpe ed abiti, fa notte.

E’ poco, d’altro non vi sono segni.

domingo, mayo 24, 2020

Charles Simic / Crepuscule with Nellie
















Monk en el Five Spot
una noche, tarde.
"Ruby My Dear", "Epistrophy".
El lugar casi desierto
debido a la ola de frío.
Un hermoso travesti negro
solo en la primera fila
bebiendo su copa con disimulada coquetería.
La música pitagórica
una nota por vez
conectando las esferas celestes
mientras me apoyaba contra la barra
estudiando el local
a través del humo del cigarrillo.
De pronto, la clara sensación
de un acontecimiento memorable...
El placer que produce, la deliciosa melancolía...
Este hombre tan extraño inclinado sobre el piano
sacudiendo la cabeza, canturreando...
"Misterioso."
Después, todo terminó, ¡gracias!
Las sillas apiladas en las mesas,
las patas hacia arriba.
Fuera, la posibilidad de congelarse,
el largo camino a casa,
el deseo de posponerlo.
¿Quién dijo que los norteamericanos no tienen historia,
sólo una nostalgia infinita?
Y ¿dónde demonios estaba Nellie?

Charles Simic (Belgrado, 1938), The Book of Gods and Devils [1990], Jazz Poems, Keving Young, ed., Alfred A. Knopf, Nueva York, 2006
Versión de Jonio González.

Nota del Ad.: El tema "Crespuscule with Nellie" fue escrito por Thelonius Monk en 1957 e incluido en el álbum Monk's Music, de ese mismo año.

Otra Iglesia Es Imposible - Poetry Foundation - The Poetry Archive - ABC - Universidad de Chile - Idiomas Olvidados - Perros en la Playa - Círculo de Poesía - El Poeta Ocasional - Vallejo & Co.


CREPUSCULE WITH NELLIE

Monk at the Five Spot
late one night.
"Ruby my Dear," "Epistrophy."
The place nearly empty
Because of the cold spell.
One beautiful black transvestite
alone up front,
Sipping his drink demurely.
The music Pythagorean,
one note at a time.
Connecting the heavenly spheres.
While I leaned against the bar
surveying the premises
Through cigarette smoke.
All of a sudden, a clear sense
of a memorable occasion...
The joy of it, the delicious melancholy...
This very strange man bent over the piano
shaking his head, humming...
“Misterioso.”
Then it was all over, thank you!
Chairs being stacked on tables,
their legs up.
The prospect of the freeze outside,
Making one procrastinatory.
Who said Americans don't have history,
only endless nostalgia?
And where the hell was Nellie?

---
Foto: Charles Simic en el auditorio de la escuela preparatoria número 7 de Guadalajara, México, 2018 Leonardo Alvarez/El País Madrid

sábado, mayo 23, 2020

Valeria Cevero / De "Ctalamochita"















olvido

12.

Las penumbras también nos hablan de los otros. De la espera puertas adentro, casi al borde del día. La voz parda para decir un nombre. La energía puesta en la tarde en que haya que volver.

15.

El tiempo ya no se parece a sí mismo. La vejez es una promesa que quién sabe si cumpliremos. Mientras la juventud se vuelve recuerdos de la época en que no sabíamos temer. El resto es una enramada que sigue creciendo en el fondo de la casa.


Ctalamochita

21.

La escritura viene y va. Nos moja y deja en el silencio que nos escribe. Un silencio más acá de los árboles y las gotas de lluvia. Un silencio que pone afuera cada sonido del mundo.

22.

El olor a tierra húmeda se adueña del jardín y trae otras tormentas. Otros veranos en que todo podía perderse bajo el agua, hasta que dejara de ser el tiempo que promete. ¿Quién nos librará de lo que moja y vuelve?

23.

El pino y la rosa china conquistan el día y opacan el gris. Las hormigas insisten con mis zapatillas. Son dueñas de cada pared de la casa: un espejismo de este ciclo que llamamos vida.

28.

El poema se escribe a orillas del río. Cada palabra es una piedra mojada que produce sus propias ondas, sus propios recovecos.

29.

El motor de la heladera vieja establece continuos. El aire fresco se filtra por las ventanas y promete un mejor clima adentro. Desde el patio pueden verse relámpagos que miden el tiempo de la próxima tormenta. Ya no soy ese único sonido.

40.

Mi casa tampoco puede ser dicha.


marcas y claridades
a Javier Galarza

63.

¿Qué haré con este cuerpo que afirma cosas que desconozco? En medio de la rutina, un algo extraño, un dolor que no me pertenece.
Cada mal traza su propio dominio y dice.

64.

Un resplandor ocurre en algún lugar. Lo que maravilla y ciega por un instante deja su herida para siempre.

65.

Traspasar lo impredecible como la tormenta que cede. Sin únicas certezas. Una hoja que puede volar hasta esa tierra u otro cielo.

Valeria Cervero (Buenos Aires, 1972)


Ctalamochita
Barnacle,
Buenos Aires, 2020









Otra Iglesia Es Imposible - La Ficción del Olvido - Low-Fiardentía - Emma Gunst - La Primera Piedra - Espacio Murena - El Infinito Viajar - Op. Cit. - Eterna Cadencia - 1 Poeta 10 Preguntas

Foto: Valería Cervero/Facebook

jueves, mayo 21, 2020

János Pilinszky / Dos poemas















Pietà blanca

En el aire fotosensible,
párpados cerrados, Madre, hijo.
Manos blancas y arrugas
todavía más blancas.
Pietà, linterna mágica.


Sobre mi lápida

Escribe tú también, muchacho.
Niña triste, garabatea.
Que se pierda mi nombre
de este lado de Dios.

János Pilinszky (Budapest, 1921-1981), Vuelta, n° 156, México, noviembre de 1989, Letras Libres
Versiones de Gabriel Zaid

Otra Iglesia Es ImposiblePoetry Foundation - Modern Poetry in Traslation - Jesús Jiménez Domínguez - Idiomas Olvidados - Mecanismos - Poetas Siglo XXI - Asamblea de Palabras - El Cultural
---
Foto: Lighthouse

miércoles, mayo 20, 2020

Charles Baudelaire / El abismo



Pascal tenía su abismo, que se movía con él.
—¡Todo es pozo sin fondo, ay, acción, deseo, sueño,
palabra! y a menudo, rozando mis pelos erizados,
he sentido pasar el viento del Miedo.
Arriba, abajo, en todas partes, lo profundo, lo inhóspito,
el silencio, el espacio horroroso y cautivador…
Sobre el fondo de mis noches, Dios, con su dedo sabio,
dibuja una pesadilla multiforme y sin tregua.
Tengo miedo del sueño como se teme un gran túnel,
repleto de vago terror, camino hacia quién sabe dónde;
no veo más que infinito por todas las ventanas,
y mi espíritu, siempre acosado por el vértigo,
envidia la insensibilidad de la nada.
—¡Ah, no poder nunca evadirse de los Números y los Seres!

[1868]

Charles Baudelaire (París, 1821-1867), "11 grandiosos poemas de Charles Baudelaire", edición de Claudia Gómez Molina, Cultura Genial
Versión de Pedro Provencio

Otra Iglesia Es Imposible - FandomFleursDuMal.org - Un Jour un Poème - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes - A Media Voz - Grandes Poetas - Las Egerias - Zenda - Conversos - Arcadia

Foto: Charles Baudelaire, "Le dernier portrait", Etienne Carjat, París, 1865 ArtNet


Le Gouffre

Pascal avait son gouffre, avec lui se mouvant.
— Hélas! tout est abîme, — action, désir, rêve,
Parole! Et sur mon poil qui tout droit se relève
Mainte fois de la Peur je sens passer le vent.

En haut, en bas, partout, la profondeur, la grève,
Le silence, l'espace affreux et captivant...
Sur le fond de mes nuits Dieu de son doigt savant
Dessine un cauchemar multiforme et sans trêve.

J'ai peur du sommeil comme on a peur d'un grand trou,
Tout plein de vague horreur, menant on ne sait où;
Je ne vois qu'infini par toutes les fenêtres,

Et mon esprit, toujours du vertige hanté,
Jalouse du néant l'insensibilité.
— Ah! ne jamais sortir des Nombres et des Êtres!

Les Fleurs du mal. París, 1868

martes, mayo 19, 2020

Alejandro Jorge / Hace falta otra mirada

















Me emborrachaba en el comedor
de la casa de mi abuela, mirando
los partidos de un Boca irregular
donde mi ídolo, Diego
Latorre, la rompía y no servía
para nada. Terminábamos los partidos
con la Tota Fabbri, nuestro central,
jugando de 9, sufriendo desesperadamente
por lograr un gol. Me emborrachaba
tomando botellas de un litro de cerveza
Quilmes, yo tenía 15 años, o 16, no puedo
acordarme, las compraba en el almacén
de la otra cuadra, el hijito del almacenero
venía a lo de mi abuela, tendría 7, 8 años,
no puedo darme cuenta. El nene, seguramente
inducido por el padre, decía que Maradona
no era bueno, que era drogadicto, yo le decía:
“nene, Maradona es lo más grande que hay,
LO MÁS GRANDE QUE HAY”, mi abuela
me decía, “no le digas así al nene, por favor”.
Me emborrachaba, mirando fútbol,
y le gritaba al televisor, excitado,
mi bisabuela me decía, “nene, no le grites
al televisor, que no sirve de nada”, y yo
me entusiasmaba, con los partidos que el Vélez
de Bianchi le hacía a River, porque nosotros
no figurábamos en ningún lado. Me entusiasmaba
con la idea y la presencia de un equipo
que pudiera derrotarlos, humillarlos,
hacerles un gol desde la mitad de la cancha.
Me entusiasmaba, sin saber que luego Bianchi
nos daría el triunfo, la gloria, y mucho más.

El Lunes, al otro día del partido, fui a la librería
a buscar una caja y me quedé, conversando con Roberto,
hincha de Racing como mi abuela, y antiBoca,
y al rato llegó Nico, con Galel, seguían festejando la victoria
desde el día anterior, sin dormir,
triunfadores, satisfechos. Nico me decía,
“estoy un poco triste, por vos, por Iuso, por Kacero,
y por alguien más que no recuerdo, otro hincha de Boca,
pero también muy feliz, porque ese hijo de puta
está triste, porque lo único que le importa
es el fútbol, no le importa el país”.

Desde el partido llovió un día sí
y un día no, durante dos semanas,
pero ese día, el Domingo,
al terminar el partido, el cielo
estaba partido al medio, una mitad
era amarilla, dorada, con el sol reflejando
en todo el cielo, como una moneda.
La otra mitad, gris plomo, casi negra,
y llovía, llovía sin parar, hasta que en la mitad
oscura surgieron, uno arriba del otro, dos
arcoiris, y la otra mitad del amarillo pasó al rosa,
del rosa al naranja, al celeste, al azul.
Pude verlo todo, porque mi novia vive
en un piso 10, frente a la autopista.
En el departamento de enfrente, la bandera
de Boca se rajó a la mitad, y no es una imagen,
fue la verdad, se abrió al medio, era como la ropa
de Superman el día que le tocó morir.
Una semana antes del partido en Madrid,
unos días después del partido en la Boca, soñé
que me sentaba con el Tano Angelici
que estaba con un saco azul y me decía: “perdimos”,
pero al rato me enteraba que había perdido las elecciones,
el partido todavía se tenía que jugar, detrás
de él estaba Elisa Carrió, que también era Madonna a la vez,
y al rato subía yo a una especie de tarima donde en otra
tarima frente a mí, lo tenía al muñeco Gallardo con un saco
negro, y yo le daba la mano, felicitándolo por la victoria.
Eso lo soñé, y también soñé que ganábamos 3-2
y yo me entusiasmaba, pensaba en mis amigos
Anti-Guillermo, y me decía “¿y ahora, qué van a decir ahora?”
Yo me entusiasmaba, pero sabía que faltaba un partido más.
Un tiempo más, fue lo que nos faltó, uno más, un gol, un cambio,
un mediocampista, uno más. No lo pudimos aguantar, lo dieron
vuelta, y los hinchas de Boca estamos dolidos no
porque perdimos contra Gallardo, maestro de la plasticidad
y la sorpresa, esencias del arte y el fútbol, que
es el arte de la guerra. Gallardo, que en su época de jugador
expresó la impotencia de su equipo de la forma más vil y cobarde,
arañando a nuestro arquero por la espalda,
y ahora de técnico manda a sus jugadores
a pegar, lesionar y sacar ventajas como sea
con tal de ganar. No, lo que nos duele
es perder contra D'Onofrio,
que en cada entrevista repite la misma falsedad:
“Nosotros ganamos porque tenemos valores,
yo tengo palabra.” La palabra,
hecha carne en el fútbol,
el lugar donde nadie era inocente,
expropiado por un difamador.

Nico viene hasta la compu,
donde estoy sentado y me dice
“escuchá este audio por favor, que no puedo
escucharlo, no le entiendo nada. No es así, `es tomá
Puto. Te rompimos el orto´.” Y me pasa
el celular y escucho
a un típico-hincha-de-River-amargo extasiado
por la victoria, extasiado por haber podido derrotar
al tipo que en la cancha les había enfermado
la vida: “Qué placer, dice, qué placer. Se cayó el mito.
Qué placer la impotencia de los mellizos. Qué placer.” Se relame, goza
suavemente, dice: “escucho al Muñeco, siento que es Brian Eno,
un ideólogo, un superador, qué placer, dice,
derrumbamos al mito, qué placer”.
La intelectualidad del Muñeco, prepotente y sobrador,
al cual todo le parece poco y en su época de jugador
estudiaba hasta la lengua del país
al cual podrían llegar a venderlo,
y habla entonces cuatro idiomas.

El Tano arregló por seis palos, y yo hice de todo,
promesas, congelamiento, imploración.
Nico sale a la vereda, habla por teléfono,
“estoy festejando”, dice, discute, Galel
se come dos empanadas semidormido,
con los ojos entrecerrados, piensa,
“hace 36 horas que no comía”, dice, y se recuesta
definitivo en el sillón, con una sonrisa, su short, y una cadena
colgando sobre el pecho. Hoy dormí
una siesta y volví a soñar con Gallardo, lo saludaba,
le daba la mano y le decía: “soy de Boca,
pero la tenés muy clara”, y él sonreía
y miraba para arriba, casi al horizonte, y me decía
“siempre se puede aprender, mejorar, seguir aprendiendo.”
Por la radio D’Onofrio no para de hablar, y en su pose
todo se aleja, todo se confunde. Boca ya tiene un nuevo dt,
y todo se recicla, pero esta época
es casi imposible que no sea de River.
Cuando me voy de la librería los muchachos discuten
sobre el poder, el Peronismo y las posibilidades
de que las cosas cambien alguna vez.
“Macri y Cristina, Macri y Cristina, esa va a ser
la final del mundo”, dicen, mientras yo agarro mi caja
de libros y me voy.

Alejandro Jorge (Lobos, Argentina, 1981), Hace falta otra mirada, Spiral Jetty, Buenos Aires, 2019

Otra Iglesia Es Imposible - Spiral JettyLas afinidades electivas. las elecciones afectivas - La Palabra de Lobos - Clarín - La Nación - Infobae

Foto: Alejandro Jorge/Facebook

lunes, mayo 18, 2020

Roberto Mascaró / Un río de pájaros

















Un río de pájaros

Yo quise un día ser una cantante pop.
Pero no tenía cuero. Pero no tenía trapos.

Mas ahora me gustaría mucho estar
en estos mismísimos instantes
sentado en una terraza de un bar de Piriápolis
degustando unos mejillones provenzal
acompañados de un intachable vino blanco,
viendo la línea negra del horizonte marino a la distancia.

Una de esas terrazas de Piriápolis,
parte de sus veredas
que mi abuelo materno,
Giovanni Crisci, nato in Napoli,
tanto habrá disfrutado
en los momentos en que no andaba pescando en su lancha
acompañado de nuestra perra, la Loba.

Yo no puedo recordar aquellos veranos
porque no había nacido todavía,
aunque todo se preparase
en los vientres de mis padres
y aunque mi abuela me contase siempre
toda la historia como un cuento de hadas.

¡Y yo que quise ser una cantante!
Una flaca elástica
que cruza calles en ropa deportiva
seduciendo con leve desaliño.

(Cae la tarde y ahora no las urracas
sino los niños se mueven en los pastos:
se descubren perplejos invisibles
jugando a la escondida.)

Paseada en convertible.

La modelo trotando
por una pasarela interminable.

Me gustaba vestirme de odalisca.

También sé –aunque allí no estuviese-
que aquellas corvinas colosales
que mi abuelo arrancaba del mar
se transformaban en chupín de pescado
que bautizase los manteles níveos
de la casa.

Quisiera ser una cantante pop.

Una yegua fatal. Por la que muchos muchos
se vuelvan en sus túmulos de yeso.

No sé si lo que he sido o no he sido
fue o no fue lo que yo creo que fue
o fue eso otro que otros creen
o no creen que fue.

Mas, sólo quisiera estar en Piriápolis,
ver otra vez el hotel Argentino y su Casino
y comer una cena decente rodeado
de buenos amigos, para variar.
(¿Entre los comensales estarás
siempre y siempre tú, Judas?)

Mas yo quisiera ser una cantante.

Una cantante pop, pop, pop.
                                                         (Para mi  abuelo Juan Crisci)

Roberto Mascaró (Montevideo, 1948), Un río de pájaros, EAFIT, Medellín, 2004

Universo Centro - Universidad de Chile - Poetas Siglo XXI - Festival Internacional de Poesía de Medellín - Alpialdelapalabra - Bitacora del Párvulo - El País - La Hora

Foto: Nicolás Celaya/Ladiaria/Universo Centro

domingo, mayo 17, 2020

Jonio González / Lección improvisada de historia



sin mengua de la estrategia política
el caso del mártir heroico
es por demás significativo
o nada significativo
según lo que la memoria sea capaz de retener
o desee retener
o jamás haya retenido:
fórjanse así héroes, dictadores e historia
inmolaciones, suicidios y páginas en blanco
o borroneadas
metales furiosos de la luna
como los llamaba el poeta
refiriéndose a otra cosa
que es justamente de lo que se trata

[inédito]

Jonio González (Buenos Aires, 1954)

Otra Iglesia Es Imposible - Ediciones en Danza - Analecta Literaria - De Sibilas y Pitias - El Infinito Viajar - El Poeta Ocasional - Poetas Siglo XXI - Tuerto Rey - Poeta Zen  - Concédeme esos Cielos - Hablar de Poesía - Diario de Poesía

Foto: Jonio González/Facebook

sábado, mayo 16, 2020

Antonio Gamoneda / Diván de Nueva York













Tú en la tristeza de los urinarios, ante las cánulas de bronce (amor, amor en las iglesias húmedas);
ah, sollozabas en las barberías (en los espejos, los agonizantes estaban dentro de tus ojos):
así es el llanto.
Y aquellas madres amarillas en el hedor de la misericordia:
así es el llanto.
Ah de la obscenidad, ah del acero.

Vi las aguas coléricas, y sábanas, y, en los museos, junto a la dulzura, vi los imanes de la muerte.
Te desnudaron en marfil (ancianas, en los prostíbulos profundos) y te midieron en dolor, oscuro:
así es el llanto, así es el llanto.
Ten piedad de tus labios y de mi espíritu en los almacenes;
ten piedad del alcohol en los dormitorios iluminados.
Veo las delaciones, veo indicios: llagas azules en tu lengua, números negros en tu corazón:
ah de los besos, ah de las penínsulas.

Así es el llanto;
así es el llanto y las serpientes están llorando en Nueva York.

Así es el llanto.

Antonio Gamoneda (Oviedo, España, 1931), "Lápidas" [1986], Antología poéticaBiblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Otra Iglesia Es Imposible - El PlacardPoemas del Alma - El CulturalTamtam Press - Hoy Es Arte - El Mundo - El País - ABC

Foto: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

viernes, mayo 15, 2020

Jorge Isaías / La mano














La mano
que no puede
recoger el sol
se conforma
con apretar
algunos granos de trigo.
Mi madre
volcaba
en un vaso
con agua
algunos granos de trigo
haciendo tres veces
la señal de la cruz
y murmurando
una oración
incomprensible,
con ella me curaba
los calambres.
Ahora mi madre
ha muerto y se llevó el secreto
de sus curaciones
Y yo no tengo a quién
recurrir cuando siento
calambres en el alma.

Jorge Isaías (Los Quirquinchos, Argentina, 1946 - Rosario, Argentina, 2023), Lluvia de marzo, Ciudad Gótica, Rosario, 2012

Otra Iglesia Es Imposible - Editorial Ciudad Gótica - Universidad Nacional del Litoral - Aromito - Rosario 12 - La Capital - El FurgónLa Cebolla de Vidrio Pesoa/YouTube

Foto: Gerardo Burton/Jorge Isaías/Facebook

---
Act. 2023

jueves, mayo 14, 2020

Gregory Corso / El café Sacré-Coeur
















Las feroces muchachas en el café Sacré-Coeur
golpean sus vinos contra la mesa
gritando Danton triunfó negando la libertad
mientras que el garçon exige que Marat triunfe en cuanto triunfa.
Cada uno de los bombardeados argelinos contempla los candentes dientes de los otros.
Un café aterrador el café Sacré-Coeur.
Los propietarios son como los propietarios de Les Misérables.
Siempre que voy allí hacen que me sienta como Jean Valjean.
Gracias a Dios no tengo bolsa de plata ni documento de identidad que mostrar.
Pero ésa es la razón por la que voy allí un ex convicto sin hospedaje
sentado en una esquina de madera comiendo pan negro
esperando a la pequeña Cosette -del tamaño de la eternidad.
Espero allí para seguirla entrada la noche
para cargar con sus baldes de agua
comprarle una enorme y gloriosa muñeca
y llevarla lejos
para que me ame
para cargar a su amado en la espalda a través de cloacas
para que yo viejo y gris muera en su mesa nupcial.
Ah pero hay mesas de plástico en el café Sacré-Coeur.
Todas las muchachas feroces trabajan en la oficina de Correos.
Los propietarios no tienen una Cosette sino un hijo grande y gordo
que sentado moja cruasanes.
Y los argelinos
ellos no van al café Sacré-Coeur.

Gregory Corso (Nueva York, Estados Unidos, 1930 - Robbinsdale, Estados Unidos, 2001), The Happy Birthday of Death, New Directions, Nueva York, 1960
Versión de Jonio González

Otra Iglesia Es Imposible - Poetry Foundation - The Allen Ginsberg Project - My Poetic Side - All PoetryLetralia - El Placard - De Sibilas y Pitias - Buenos Aires Poetry - Barbas Poéticas - Alpialdelapalabra

Foto: Gregory Corso por Allen Ginsberg (detalle), París, 1961 The Allen Ginsberg Project/Standford University

THE SACRÉ-CŒUR CAFÉ 

The fierce girls in the Sacré-Cœur Café 
bang their wine glasses on the table 
screaming Danton triumphed having denied liberty. 
While the garçon demands Murat triumph on all that triumphs. 
The bombed Algerians observe each others' burning teeth.
A scarey café the Sacré-Cœur Café. 
The proprietors are like the proprietors in Les Misérables.
Always making me feel like Jean Valjean when I go there.
Thank God I've no sack of silver no yellow ticket to show.
But that's why I go there an ex-convict with no lodgings
sitting in a wooden corner eating black bread 
waiting for little Cosette–the size of eternity. 
Wait there that I follow her out into the night 
that I might carry her water buckets 
buy her a huge glorious doll 
and take her far away
that she love me. 
That I carry her lover on my back through sewers 
that I old and grey die at their wedding table.
Ah but there are plastic tables in the Sacré-Cœur Café. 
The fierce girls all work at the Post Office. 
The proprietors have no Cosette but a big fat son 
who sits dunking croissants. 
And the Algerians 
They don't go to the Sacré-Cœur Café.

miércoles, mayo 13, 2020

Vasko Popa / Tres poemas














Consejo y medio

Antes de morir querido vecino
Hay que dormir bien

Me aconseja mi conocido
Vagabundo del parque cercano

Y no se levanta del banco
Donde reposa hasta hartarse

Poesía, traducción de Juan Octavio Prenz,
Fondo de Cultura Econónima, México, 1985


El conflicto en el cenit

Nació el sol azul
Bajo la axila izquierda del cielo
Nació el sol negro
Bajo la axila derecha del cielo

Sube el azul sube el negro
Hacia la torre en el cenit
Donde ahora reina el desierto

Desnudos bajamos a nuestro interior

Abrimos las madrigueras
Susurramos el nombre secreto
De nuestro sol nativo

El trípode dorado de la torre
Ha partido hacia tres rumbos


Partida 

Ya no estoy aquí
No me he movido un ápice
Pero ya no estoy aquí

Que entren
Que revisen      que registren

A la sombra del costillar el molino
Muele el maduro vacío
Colillas de sueños baratos
Humean en el cenicero
Ya no estoy aquí

La barca atada se mece
Sobre las olas rojas
Un par de palabras inmaduras
Pende en la garganta nublada
Ya no estoy aquí

No me he movido un ápice
Pero ya estoy lejos
Difícil que me alcancen

El cansancio ajeno. Poesía completa, traducción de Dubravka Sužnjević,
Vaso Roto, Monterrey, México, 2012

Vasko Popa (Grebenac, Serbia, 1922-Belgrado, 1991)

Vaso Roto - Fondo de Cultura EconómicaLondon Review of Books - Belgrade Beat - El Cultural - Tendencias Literarias - De Nada Puedo Ver Todo - El Placard - Adamar

Foto: IN4S

martes, mayo 12, 2020

Miroslav Holub / Dos poemas


Napoleón

Niños, cuándo
nació Napoleón Bonaparte,
pregunta el maestro.

Hace mil años, dicen los niños.
Hace cien años, dicen los niños.
El año pasado, dicen los niños.
Nadie lo sabe.

Niños, qué hizo
Napoleón Bonaparte,
pregunta el maestro.

Ganó una guerra, dicen los niños.
Perdió una guerra, dicen los niños.
Nadie lo sabe.

Nuestro carnicero tenía un perro
que se llamaba Napoleón,
dice Frantisek.
El carnicero le pegaba y el perro murió
de hambre
el año pasado.

Y todos los niños tienen pena ahora
por Napoleón.


Cementerio judío de Olšany,
tumba de Kafka, abril, soleado 

Bajo los sicomoros indagan
algunas palabras vertidas de la lengua.
Abandono próximo
y por ende pétreo.

Un hombre viejo en la puerta
con aspecto de Gregorio Samsa,
que no se metamorfoseó,
entrecierra los ojos a esa
luz desnuda
y a cualquier pregunta responde:

Perdone, yo no sé,
no soy de Praga.

Miroslav Holub (Pilsen, República Checa, 1923 - Praga, 1998), Poemas, traducción Carlos Cid Abasolo y Šárka Grauová, Cátedra, Madrid, 1990

Otra Iglesia Es Imposible - Slovník Ceské Literatury - Poetry Foundation - Poetry International Archives - Adamar - Poesía Digital
---
Foto: Raza Rumi

lunes, mayo 11, 2020

Gary Snyder / Sin dejar la casa













Cuando nace Kai
yo dejo de salir.

Deambulo por la cocina – hago pan de maíz
no dejo entrar a nadie.
El correo es escaso.
Masa yace sobre su costado, Kai suspira,
Non lava y barre
nos sentamos y miramos
a Masa amamantar, y bebemos té verde.

Cuentas turquesas navajas sobre la cama
la pluma de la cola de un pavo en la cabecera
la piel de un tejón de Nagano-ken
como colchón; debajo la sábana;
un pote de yogur asentándose
bajo las mantas, a sus pies.

Masa, Kai,
y Non, nuestra amiga,
reflejadas en la luz del jardín
sin dejar la casa.
Desde el amanecer hasta la noche tarde
haciendo un nuevo mundo de nosotros
alrededor de esta vida.

Gary Snyder (San Francisco, 1930), Regarding Wave, New Directions Books, Nueva York, 1970
Versión de Griselda García

Otra Iglesia Es Imposible - Poetry Foundation - New Directions - Tryclicle - Miami Book Fair/YouTubeGriselda García - Gog y Magog - Kriller 71 Ediciones - Universidad del LitoralBuenos Aires Poetry - El Poeta Ocasional - El Placard - Eterna Cadencia - Oculta Lit - UNAM - Poetas Siglo XXI

Foto: Kurt Lorenz/Alta. Journal of Alta California


Not Leaving the House

When Kai is born
I quit going out

Hang around the kitchen – make cornbread
Let nobody in.
Mail is flat.
     Masa lies on her side, Kai sighs,
     Non washes and sweeps
We sit and watch
     Masa nurse, and drink green tea.

Navajo turquoise beads over the bed
A peacock tail feather at the head
A badger pelt from Nagano-ken
For a mattress; under the sheet;
A pot of yogurt setting
Under the blankets, at his feet.

Masa, Kai,
And Non, our friend
In the garden light reflected in
Not leaving the house.
From dawn till late at night
     making a new world of ourselves
     around this life.

domingo, mayo 10, 2020

Dylan Thomas / Aquella mano que firmó el papel














Aquella mano que firmó el papel
Derribó una ciudad; los cinco dedos
Soberanos tasaron el aliento,
Redoblaron el número de muertos
Y dividieron a un país - los cinco
Reyes que coronaron a la muerte.

La mano poderosa
Lleva a un hombro caído,
Al yeso que agarrota
Las articulaciones de los dedos;
Una pluma de ganso puso término
Al estrago que dio término al diálogo.

Aquella mano que firmó el tratado
Trajo la fiebre, el hambre y las langostas;
Grande es la mano que domina al hombre
Tan sólo con garabatear un nombre.

Los cinco reyes pueden contar muertos
Pero no saben suavizar la herida
Encostrada, no saben dar consuelo
A una frente; es regida la piedad
Por una mano, y otra rige el cielo;
Las manos nunca derramaron lágrimas.

[1936]

Dylan Thomas (Swansea, Gales, Reino Unido, 1914 – Nueva York, Estados Unidos, 1953), El Trabajo de las Horas, 29 de abril de 2020
Versión de Pablo Anadón, Córdoba, Argentina, 29-IV-20

Otra Iglesia Es Imposible - Poetry Foundation - Dylan Thomas Web Site - The Allen Ginsberg ProjectDe Sibilas y Pitias - El Placard - OghamA Media Voz - Universidad Austral de Chile - Revista de la Universidad de México


The hand that signed the paper

The hand that signed the paper felled a city;
Five sovereign fingers taxed the breath,
Doubled the globe of dead and halved a country;
These five kings did a king to death.

The mighty hand leads to a sloping shoulder,
The finger joints are cramped with chalk;
A goose's quill has put an end to murder
That put an end to talk.

The hand that signed the treaty bred a fever,
And famine grew, and locusts came;
Great is the hand that holds dominion over
Man by a scribbled name.

The five kings count the dead but do not soften
The crusted wound nor pat the brow;
A hand rules pity as a hand rules heaven;
Hands have no tears to flow.
---
Foto: Dylan Thomas, 1952 Rollie McKenna/Encyclopaedia Britannica

sábado, mayo 09, 2020

Williams Carlos Williams / Consagración de una parcela de tierra





















Esta parcela de tierra
frente a las aguas de esta ensenada
está consagrada a la viviente presencia de
Emily Dickinson Wellcome *
que nació en Inglaterra, se casó,
perdió a su esposo y con
su hijo de cinco años
partió hacia Nueva York en un barco de dos palos,
fue arrastrada hasta las Azores;
derivó hasta los bancos de arena de Fire Island,
conoció a su segundo esposo
en una pensión de Brooklyn,
fue con él a Puerto Rico
dio a luz otros tres hijos, perdió
a su segundo esposo, llevó una vida difícil
durante ocho años en St. Thomas ,
Puerto Rico, Santo Domingo, siguió
a su hijo mayor a Nueva York,
perdió a su hija, perdió a su "niña",
se hizo cargo de los dos hijos del
hijo mayor de su segundo matrimonio
los crio -habían quedado
sin madre- peleó por ellos
contra la otra abuela
y las tías, los trajo aquí
verano tras verano, se defendió
de ladrones,
tormentas, sol, fuego,
de moscas, de niñas
que venían a husmear, de
la sequía, de malas hierbas, marejadas,
vecinos, comadrejas que le robaban las gallinas,
de la debilidad de sus propias manos,
de la fuerza creciente de
los chicos, del viento, de
las piedras, de intrusos,
de rasgaduras, de sus propios pensamientos.

Ella removió esta tierra con sus propias manos,
dominó esta parcela herbosa,
maldijo a su hijo mayor
hasta que la compró, vivió quince años aquí,
alcanzó una soledad final y...

Si no puedes traer nada a este lugar
excepto tus huesos, ni te acerques.

William Carlos Williams (Rutherford, Estados Unidos, 1883-1963), Al Que Quiere! A Book of Poems, The Four Seas Company, Boston, 1917; The Collected Poems: Volume I, 1909-1939, New Directions, Nueva York, 1986
Traducción de Jonio González

* Abuela de Williams. Nacida en Chichester, Inglaterra, llegó a Nueva York hacia 1860 con su hijo William George Williams. Allí conoció a su segundo marido, Benjamin Wellcome, un fotógrafo itinerante. Su casa estaba en West Haven, Connecticut. Murió en 1920 de un derrame cerebral [N. del T.]

Otra Iglesia Es Imposible - Poetry Foundation - The Poetry Archive - The Allen Ginsberg Project - De Sibilas y Pitias - UNAMEl Placard - La Biblioteca de Marcelo Leites - Letras Libres - Eterna Cadencia - Universidad del Litoral - Clarín - Poetas Siglo XXI

Foto: William Carlos Williams c.1951 The Allen Ginsberg Project/Beinecke Rare Book and Manuscript Library


DEDICATION FOR A PLOT OF GROUND

This plot of ground
facing the waters of this inlet
is dedicated to the living presence of
Emily Dickinson Wellcome
who was born in England; married;
lost her husband and with
her five year old son
sailed for New York in a two-master;
was driven to the Azores;
ran adrift on Fire Island shoal,
met her second husband
in a Brooklyn boarding house,
went with him to Puerto Rico
bore three more children, lost
her second husband, lived hard
for eight years in St. Thomas,
Puerto Rico, San Domingo, followed
the oldest son to New York,
lost her daughter, lost her "baby,"
seized the two boys of
the oldest son by the second marriage
mothered them—they being
motherless—fought for them
against the other grandmother
and the aunts, brought them here
summer after summer, defended
herself here against thieves,
storms, sun, fire,
against flies, against girls
that came smelling about, against
drought, against weeds, storm-tides,
neighbors, weasels that stole her chickens,
against the weakness of her own hands,
against the growing strength of
the boys, against wind, against
the stones, against trespassers,
against rents, against her own mind.

She grubbed this earth with her own hands,
domineered over this grass plot,
blackguarded her oldest son
into buying it, lived here fifteen years,
attained a final loneliness and—

If you can bring nothing to this place
but your carcass, keep out.

viernes, mayo 08, 2020

Constantino Cavafis / Esperando a los bárbaros



- ¿Qué esperamos reunidos aquí en esta plaza?

A los bárbaros que van a llegar hoy.

- ¿Por qué esa abulia instalada en el Senado?
¿Por qué están los Senadores ahí sin legislar?

Porque los bárbaros van a llegar hoy
¿Qué leyes van a hacer los Senadores ya?
Cuando lleguen los bárbaros van a legislar.

- ¿Por qué el emperador se ha levantado tan temprano  
Y en la puerta principal de la ciudad está sentado,
solemne sobre el trono, llevando la corona?

Porque los bárbaros van a llegar hoy
Y el emperador aguarda recibir
A su jefe. Incluso más, dispuso
un pergamino para darle. En él
le otorga muchos títulos y nombres. 

- ¿Por qué los dos cónsules y los pretores han salido
El día de hoy con esas togas rojas y bordadas;
Por qué esas pulseras con tantas amatistas,
Anillos luminosos, brillantes esmeraldas;
Por qué hoy día van con los valiosos bastones
De oro y plata labrados con arte excepcional?

Porque los bárbaros van a llegar hoy;
Y esas cosas deslumbran a los bárbaros.

- ¿Por qué los dignos oradores no vienen como siempre
A decirnos sus discursos, a hablar de sus asuntos?

Porque los bárbaros van a llegar hoy
Y se aburren con discursos y elocuencias.

- ¿Por qué ha comenzado de repente esta inquietud
Y confusión. (Las caras se  volvieron taciturnas).
Por qué así presto las calles y las plazas se han vaciado
Y todos regresan a sus casas preocupados?

Porque anocheció y no llegaron bárbaros.
y vinieron desde la frontera algunos
diciendo que los bárbaros no existen ya.

Y ahora qué será de nosotros sin los bárbaros.
Esas gentes hubieran sido una cierta solución.  

c. 1911

Constantino Cavafis (Alejandría, Egipto, 1863-1933), Letras de Grecia, 29 de mayo de 2015
Traducción de Pedro Ignacio Vicuña

jueves, mayo 07, 2020

Mina Loy / Dos poemas



Desierto mexicano
(1920)

El eructo fantasmal de la locomotora
arrastrando su ruidosa cola de madera 
hacia el atardecer de una banda de jazz...

Las montañas en fila 
forman pináculos de feroz aislamiento 
bajo el caliente cielo extraterrestre

Vegetales heridos por la sequía 
empujan la reseca súplica 
agrietando el suelo 
cáctus de amputados dedos 
y jorobadas palmeras 
se extienden sobre las cenizas del crepúsculo...


Poe
(1921)

un elixir lírico de la muerte

   embalsama
   la espiritual aguja de tu adorado reloj de arena 
                                 hilado en noches de luna

dispone
   enramadas estalactitas
   como cadáveres de poesía
   con rosas y auroras boreales

Donde congelados ruiseñores en pasadizos de acebo
                   entonan ritos funerarios

Mina Loy (Mina Gertrude Lowry) (Londres, 1882-Aspen, Estados Unidos, 1966)


Poemas escogidos y Manifiesto Feminista,
selección y traducción de Camila Evia,
Buenos Aires Poetry,
Buenos Aires, 2020


Foto: Mina Loy por Man Ray, 1918 artnet


Mexican Desert
(1920)

The belching ghost-wail of the locomotive 
trailing her rattling wooden tail 
into the jazz-band sunset...

The mountains in a row 
set pinnacles of ferocious isolation 
under the alien hot heaven

Vegetable cripples of drought 
thrust up the parching appeal 
cracking open the earth 
stump-fingered cacti 
and hunch-back palm trees 
belabour the cinders of twilight...



Poe
(1921)

a lyric elixir of death
….embalms 
….the spindle spirits of your hour glass loves 
                        on moon spun nights

sets 
….icicled canopy 
….for corpses of poesy 
….with roses and northern lights

Where frozen nightingales in ilex aisles 
                               sing burial rites