lunes, octubre 31, 2022

Gabriel Chávez Casazola / Dos poemas




Se busca   

Si alguien hubiera encontrado
un libro de los Cantos de Ezra Pound color verde
eléctrico, extraviado en la carretera antigua entre el valle
central y el altiplano
una noche de julio de 1992. 

Si alguien tuviera ese ejemplar
con poemas preciosamente traducidos
como aquél en que habla de los dedos de una mujer
que parecían una servilleta japonesa de papel o aquel otro
de Rihaku sobre la vieja esposa del mercader del río. 

-Tú viniste con zancos de madera jugando a los caballos,
caminaste junto a mi asiento, jugando con ciruelas azules… 

Si estuviera en la biblioteca de alguna persona
ese volumen con una fotografía de Ezra
con todas las arrugas, comisuras, todas las cicatrices
de la incomprensión
cuyo reverso es la locura. 

Si lo tuvieras tú, jamás lo hubieras abierto y al leer esto
decidieras hacerlo y encontraras adentro,
entre dos páginas,
tal vez marcando Portrait d’une femme,
que me recordaba a una novia de entonces,
una ingenua estampa de la Virgen niña con su Niño
en monocromo azul cerúleo
con una oración al dorso
que repetía cuando era feliz o estaba triste
en la edad de la alegría verdadera
y de la vera tristeza. 

Si encontraras ese libro habrías hallado
el muñón de un alma,
algo que se me extravió. 

No sabes lo que vale para mí ese ejemplar de los Cantos.
Si lo encuentras puedes quedártelo. Pero la estampa
-si aún está ahí-
remítemela, por favor. 

Los libros se extravían y se encuentran
pero el asombro (o la fe, que es lo mismo)
se pierden para siempre. 

-Hubo una hora iluminada por el sol, y los más altos dioses
no pueden jactarse de nada mejor
que de haber contemplado su paso a esa hora.
 
En esta u otras vidas tendrás tu recompensa.
 
 
El trabajo en lo echado a perder 

Veo el rostro de mi padre
-llamémoslo así-
figurado en una moneda

china, de esas de tirar el I King. 

Su rostro está delimitado por el perímetro de la
moneda, su cabello se
confunde con los trazos y arabescos
-¿o chinescos?-
de la parte superior, su bigote
con las volutas de la parte inferior. 

Dicen que lo fundamental en estas monedas,
su valor,
está en el centro
hueco como en la rueda del Tao,
donde lo importante no son los radios sino el vacío del eje
que permite a la rueda girar. 

En eso también esta moneda se parece a mi padre
-sigamos llamándolo así-
o al rostro de mi padre.

Gabriel Chávez Casazola (Sucre, Bolivia, 1972), Multiplicación del sol, Los Torreones, Bogotá, 2017 Vía Círculo de Poesía


domingo, octubre 30, 2022

Raymond Carver / La pipa




El próximo poema que escriba tendrá una pila de leña
junto en medio, leña de resina tan gruesa
que mi amigo se quitará los guantes
y me dirá: "Póntelos cuando
la eches al fuego." Incluirá
también la noche con todas las estrellas
del hemisferio oeste y un inmenso espacio
de agua brillando durante millas bajo la luna llena.
Contará también con una habitación
y una sala de estar, tragaluz,
un sofá, mesa, sillas y junto a la ventana
un jarrón de violetas cortadas justo una hora antes del almuerzo.
También tendré una lámpara encendida en él
y una chimenea donde arderán bloques
de madera de abeto que se consuman poco a poco.
¡Saldrán chispas de mi próximo poema!
Pero no habrá cigarrillos en él.
Empezaré a fumar en pipa en ese poema.

Raymond Carver (Clatskanie, Estados Unidos, 1938-Port Angeles, Estados Unidos, 1988), "Fuegos", 1983; Todos nosotros. Poesía completa, Anagrama, Barcelona, 2021
Traducción de Jaime Priede
Envío de Javier Cófreces




THE PIPE

The next poem I write will have firewood
right in the middle of it, firewood so thick
with pitch my friend will leave behind
his gloves and tell me, “Wear these when you
handle that stuff.” The next poem
will have night in it, too, and all the stars
in the western hemisphere; and an immense body
of water shining for miles under a new moon.
The next poem will have a bedroom
and living room for itself, skylights,
a sofa, a table and chairs by the window,
a vase of violets cut just an hour before lunch.
There’ll be a lamp burning in the next poem;
and a fireplace where pitch-soaked
blocks of fir flame up, consuming one another.
Oh, the next poem will throw sparks!
But there won’t be any cigarettes in that poem.
I’ll take up smoking the pipe.

sábado, octubre 29, 2022

Alberto Cisnero / De "La sustancia en infracción"



carver 

carver en parís. y el río que presuroso 
corre ante ellos. y más allá el sol 
se hunde en el ocaso: no podrían 
existir sin vos, le dice y desprende 
la ceniza del cigarrillo; y que acaso 
el mundo les deba una pensión 
vitalicia a tantos perritos de entrecasa 
que expresan ideas definitivas 
con tono vacilante ante un público 
que no existe más que en su imaginación 
mientras se dirigen a la fama, 
a las giras mundiales; alguien comprará 
lo que escriban, muchachos
(luego farfullan y sonríen bajo 
la llovizna helada); y supongamos,
sin mirar una vez hacia atrás, para no 
volver nunca más, hablando a través 
de volutas de humo mientras ocurre 
la combustión de hebras y pulpa, 
que fuesen más verdaderas 
las palabras, más firme el recodo 
de oscuridad y que nos bastase 
con nuestras camperas de cuero, 
nuestras drogas y nuestras arrugas,
incluso con el mal, aunque sin incitar 
la piedad, no, a menos que la gracia 
lograse captarnos; eso supone algo 
que deberemos averiguar por nosotros 
mismos, encontrar al fin un final feliz,
en lo posible por medios decentes 
y dentro de cierta legalidad; 
lo mejor sería responder eneo 
a todo, y que todo cuanto digamos 
estemos dispuestos a firmarlo después; 
eneo mientras nuestros cuerpos 
se mantengan en posición vertical, 
ladeados los sombreros, ocultándonos 
la cara, dormitando en la sombra 
de los portales, inventando otros 
personajes para contar sus historias. 
con tinta o con sangre en las propias 
manos: había una vez un hombre, etcétera;
con la secreta misión de alterar 
la estructura del universo y lo que acontece 
en nuestro sistema nervioso, 
no alcanza con asumir el riesgo, 
requiere valor, desconocer el punto 
de vista de la crítica especializada 
al respecto; y de los mercaderes,
banqueros y representantes del pueblo, 
aventuras en el circuito del hampa; 
y hoy un día tan feo y tan bello no 
hemos visto; era acá, hace ya demasiados. 
días, en el fracaso pero no en la derrota. 
sabemos dónde estábamos, dónde 
estaríamos, dónde estaremos esperando; 
tal dato quizá conlleve algún signo, 
aunque rante, o tal vez sólo se trata
de nuestra fantasía, el empapelado hecho 
trizas de las paredes, sucio del hollín 
de la chimenea, sus flores decoloradas 
y armarios que nunca logramos cerrar 
con llave; tantos vidrios rotos 
en los ventanucos, tantas despedidas, 
tantas ciudades de cuyos nombres 
no guardamos ya el recuerdo; simulacros 
convertidos en poemas por muchachas 
de quienes suponíamos estar prendados, 
proposiciones de casamiento y otras
menos deshonestas (soñando sueños 
que siempre terminaron mal);
eran planes perfectos, sólo que habían 
sido perpetrados de cualquier manera;
igual nunca bebimos como los demás
y tampoco logramos adaptarnos 
como ellos; si alguien decía querernos, 
agradecíamos, y luego extrañábamos 
de lo meticuloso a lo burdo, como ancianos 
melancólicos y resignados, como la lluvia 
cuando cae, como quienes intentan 
protegerse de algo; luego simplemente 
rompíamos nuestra palabra, simplemente
nos alejábamos; también recordamos 
verlas marcharse sin tornar a mirar 
en nuestra dirección; ningún otro ademán, 
renuencia o postrer saludo; y nada salvo 
a su alrededor, salvo fotografías rasgadas 
de dos desconocidos; habría de cobrar 
sentido en algún momento la misma 
luz de antaño sobre túmulos, puentes, 
bulevares, aquella torre, aquel molino; 
a unas palabras responderemos con otras,
o repetiremos frases extranjeras, antiguas 
y perdidas; y sólo muchos años después, 
abstraídos en un libro, con un libro sobre 
las rodillas, alzando los ojos de un libro, 
abriendo un libro, en el atardecer todavía 
luminoso de abril, nuestras palabras 
aludirán a que no nos estábamos 
volviendo más jóvenes y a que creímos 
haber recordado algo muy lejano, 
que nos acompañaría siempre en la vida. 
son las cambiantes hipótesis de la mente, 
igual a ver mecerse las lilas en una tela. 
no giran como la tierra; silencio, tres 
veces silencio; se puede ir al carajo 
el racionalismo porque esta noche estamos 
alegres y con las luces apagadas; alegres 
de que hayamos sobrevivido para encontrarnos, 
a través de aeropuertos y callejones; y no 
vamos a apartarnos del aguacero; callemos 
y corra el tiempo, el tiempo siempre 
puede más que la prisa.

Alberto Cisnero (La Matanza, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1975)

La sustancia en infracción
,
Barnacle,
Buenos Aires, 2022











Imagen: Retrato de Alberto Cisnero Mariano Lucano/Colofón 

viernes, octubre 28, 2022

Claudia Roquette-Pinto / Ecce Mulier




Yo no paso de una bóveda repleta
de manchas de infiltración
en el techo de un viejo templo, yo no
paso de una ex-belle-of-the-ball
con problemas de articulación
en las sienes, en el tiempo,
y pernos de metal para sostener los dientes
– un pedazo decadente de auto ironía
cercada de juventud por todos lados.
Yo no paso de una masa flácida
que se derrite cada día, 
escurriéndose cuerpo abajo
pero no se tranquiliza su ardor
y mira con ojo envidioso
un mundo de carnes duras
y células lindas, vivas, 
centelleantes
que se renuevan vertiginosamente
tipo arrebato 
mientras, en lo íntimo, invento
mil enredos donde me enredo 
(una inocente de Joá)
– y después, para desenredar, lleva una vida.
Yo no paso de una tímida-metida, 
una voyeuse (“Will you ever get me?”)
la que siempre se mete
en embrollos, 
tan melancólica como Chet *
pues “Everything happens to me”
– pero dueña de una alegría que resbala 
hasta el delirio,
casi una samba de avión. 
Yo no paso de una buena pieza, 
una absurda,
patinando mil veces en la curva
(y, vuelta a vuelta, aun vuelco)
por los ojos de un moreno.
Moradora de los reflejos,
un sexo equivocado, un león
de la Metro, yo no 
paso de un trazo estadístico, 
de un mísero insecto
aleteando sobre basura,
en la quebrada,
no paso de una bóveda
una peste 
una bóveda celeste
en vías de desintegrarse.

* Chet Baker

Claudia Roquette-Pinto (Río de Janeiro, Brasil 1963), Tejer y destejer, 7 poetas contemporáneas del Brasil *, selección y traducción de Agustina Roca, Bajo la Luna, Buenos Aires, 2020

* La antología la integran poemas de Ana Martins Marques, Annita Costa Malufe, Claudia Roquette-Pinto, Izabela Leal, Josely Vianna Baptista, Lu Menezes y Simone Brantes [N. del Ad.]




Ecce Mulier

Eu não passo de uma abóbada repleta
de manchas de infiltração
no teto de um velho templo, eu não
passo de uma ex-belle-of-the-ball
com problemas de articulação
nas têmporas, no tempo,
e uns pinos de metal pra segurar os dentes
– um pedaço decadente de auto-ironia
cercado de juventude por todos os lados.
Eu não passo de uma massa flácida
que a cada dia derrete,
escorrendo corpo abaixo
mas que não sossega o facho
e olha de olho comprido
para um mundo de carnes duras
e células lindas, vivas,
cintilantes
a renover-se vertiginosamente
feito um arrebol
enquanto, no íntimo, invento
mil enredos onde me enredo
(uma inocente do Joá)
– e depois, pra desenrolar, leva uma vida.
Eu não passo de uma tímida-metida,
uma voyeuse (“Will you ever get me?”) 
a que sempre se mete
em embrulhadas,
tão melancólica quanto Chet
pois “Everything happens to me”
– mas dona de uma alegria que descamba
pro delírio,
quase um samba do avião.
Eu não passo de uma boa bisca,
uma absurda,
derrapando mil vezes na curva
(e, volta e meia, ainda capoto)
pelos olhos de um moreno.
Moradora dos reflexos,
um sexo equívoco, um leão
da Metro, eu não
passo de um traço estatístico,
de um mísero inseto
voejando sobre o lixo,
na quebrada,
não passo de uma abobada
uma peste
uma abóbada celeste
em vias de desintegrar.

jueves, octubre 27, 2022

Raymond Queneau / De "Ejercicios de estilo", 2




Metafóricamente

En el centro del día, arrojado en el montón de sardinas viajeras de un
coleóptero de vientre blancuzco, un pollo de largo cuello desplumado
arengó de repente a una de ellas, pacífica, y su lenguaje se desplegó por
los aires, húmedo de protesta. Luego, atraído por un abismo, el pichón se precipitó.
En un triste desierto urbano, volví a verlo ese mismo día mientras
abofeteaban su arrogancia por un botón cualquiera.


Carta oficial

Tengo el honor de informarle los hechos siguientes, de los que tuve
oportunidad de ser un testigo tan imparcial como horrorizado.
Hoy mismo, alrededor de mediodía, me encontraba en la plataforma
de un autobús que subía la calle de Courcelles en dirección a la plaza
Champerret. Dicho autobús estaba repleto, incluso más que repleto, me
atrevería a decir, puesto que el cobrador había admitido como sobrepeso
a varios solicitantes, sin motivo válido e impulsado por una bondad de
alma exagerada que lo llevaba a hacer caso omiso del reglamento y que,
en consecuencia, rozaba la indulgencia. En cada parada, las idas y
venidas de los viajeros que descendían y ascendían no dejaban de
provocar ciertos empujones que incitaron a uno de los presentes a
protestar, no sin timidez. Debo decir que éste fue a sentarse en cuanto le
resultó posible.
Agregaré a mi breve relato esta adenda: tuve la ocasión de distinguir a
ese viajero poco tiempo después en compañía de un personaje que no he
podido identificar. La animada conversación que mantenían parecía
tener relación con temas de naturaleza estética.
Dadas estas condiciones, le ruego tenga a bien, Señor, indicarme las
consecuencias que debo extraer de estos hechos y la actitud que usted
crea oportuna que adopte en la conducta de mi vida subsiguiente.
A la espera de su respuesta, le expreso, Señor, la perfecta
consideración de este como mínimo atento servidor.

Raymond Queneau (El Havre, Francia, 1903 – París, Francia, 1976), Exercices de style, 1947. Op. Cit., noviembre 28, 2021
Versiones de Mariano Fiszman y Martín Abadía


Foto: Raymond Queneau, 12 de marzo de 1951 Rue des Archives/AGIF/France Archives

miércoles, octubre 26, 2022

Paulina Vinderman / De "Puerto Ausencia"



2

Todo ocurre ahora al mismo tiempo,
igual que en el poema: el pasado, el futuro
y el imposible presente.
* "Se marcharon, los dioses, el día
de la extraña marea".
¿Quién se atreve a decir que es demasiado?
Que la luna nada diga es irreparable.
Que el sol se adueñe del amor
con majestad, mientras las cosas mueren,
es irreparable.
La madrugada canta
una canción que no conozco.
No hay nada aquí, salvo mi pequeña vida:
llorar las muertes, aprender
lo que no sé.


* John Banville.


4

¿Qué vuela ahora en el jardín que no tuve?
Ese lugar donde escribo.
Vuela un viento blanco
contra un cielo enfermo de transparencia.
El jardín está en ruinas,
hay una estatua rota, que por eso
es más bella, y un grupo de cactus
entre los escombros.
El lenguaje absorbe la luna
de las piedras
y habla por fin de lo improbable.
El poema se parece a un guerrero
encendiendo la espada
para sobrevivir.

Paulina Vinderman (Buenos Aires, 1944), Op. Cit. 28 de agosto de 2022


Puerto Ausencia
Alción Editora, 
Córdoba, Argentina, 2022











Foto: Paulina Vinderman, Casa de la Lectura, Buenos Aires, 2010

martes, octubre 25, 2022

Weldon Kees / El final de la biblioteca




Cuando el carbón
se acabó, empezamos
a quemar los libros, uno a uno;
primero las obras
de Bulwer-Lytton
y después las de Walter Scott.
Aportaron mucho calor.
Al final, en
febrero, las llamas
consumieron las Tragedias
Griegas y a Baudelaire,
Proust, Robert Burton
y Po Chu-Yi. El hielo
era cada vez más grueso en los alféizares.
Por el gato,
dijimos, más que por nosotros mismos,
que nos pasamos el invierno
acurrucados junto a la estufa,
temblando.

Weldon Kees (Beatrice, Estados Unidos, 1914-San Francisco, Estados Unidos, 1955), The Collected Poems of Weldon Kees, Donald Justice, ed., University of Nebraska Press, Lincoln, Nebraska, 2003
Traducción de Jonio González


Foto: Weldon Kees, California, 1953 Dan Wynn Archive

THE END OF THE LIBRARY

When the coal
Gave out, we began
Burning the books, one by one;
First the set
Of Bulwer-Lytton
And then the Walter Scott.
They gave a lot of warmth.
Toward the end, in
February, flames
Consumed the Greek
Tragedians and Baudelaire,
Proust, Robert Burton
And the Po-Chu-i. Ice
Thickened on the sills.
More for the sake of the cat,
We said, than for ourselves,
Who huddled, shivering,
Against the stove
All winter long.

lunes, octubre 24, 2022

Laura Klein / El poema de la leche




ningún aleteo propiamente en los occipitales : arrancada
la leche del vaso : no logra beber
el pequeño con pies en la arena dobla gasas
limpios pechos aguados por espinillas mal puestas
golpéanse : ningún rocío para la lengua
así creen calmar : por el vaso roto y la pulpa
sobre el maldito mosaico frío sin madre
ha hecho descendencia
así creen aplastar : la leche en la arena
ningún grito propiamente en el esfuerzo
agrega dolor : al esparcirse sobre tetillas secas
para los labios

la pesadumbre joven multiplica las arenas

creen callar : oh cosa ridícula
su temblor es una muletilla : desterrado el líquido
de la boca arrancado hacia el abandono corre
la leche fuera de los sacos ruines para labios
ninguna enfermedad propiamente : hinchados
de pequeños también sino se quedan solos : creen beber
cavan en la arena maestra una ubre llena
por los vidrios rotos vil de chupar
grita lo que grita : al volcarse sin éxito el alimento
se ve la mugre y atrás

dormidos y despiertos enloquecen las arenas

el músculo gris
ha hecho descendencia : ningún hijo propiamente
logra dormir : arrancados los lieder del aire guardado amargo
en pechos primerizos ineptos por curas de pie
en lugar de leche gasas blancas : así creen cobrar
el tiempo preso : de miedo de cervato : es el esfuerzo
mismo caldo de interiores? sobre tacañas tetas
ninguna risa exactamente enseña lo que da
hasta el dolor de encías : oh fina estulticia

si la promesa se cumple confunde las arenas

el diente del cabrito en el reparto
crea dolor : estropeada la leche : al servirse
de pechos coléricos en el esfuerzo
no provee : no logra ir : ningún alivio
para el pequeño con cabeza en la arena apila tazas
por el destete : así creen vengar
la decepción del cervato ante la cal nutricia
se llama leche propiamente : el líquido
insomne : pone en el yermo una voz : hacia el anidamiento
recupera lo que da : la impresión facial en la costura
ha hecho descendencia

el trigo falso multiplica las arenas

descarriada la leche de su taza : hacia el monte
por caerse de labios propiamente abiertos
vean lo que da : gasas grises
en lugar de blancas capaces de hartar
críanse : ningún pecho tutela el descanso
el ímpetu de amor influye : al menos si hubiera una barca
para quedarse absortos
oh cosa minúscula fecunda arriba de la arena
hasta que el líquido amanezca : sobrio y solo
repite lo que da : ningún lamento
al recoger la vigilia de los ojos

cuando la hierba crece imita las arenas

ningún placer de enanos
trenzando gasas escolares a la madrugada
logra reir : agriada la leche en su cuna
ha hecho descendencia
oh bonanza ciega : nadie apacigua
pueden echar su consuelo a las malezas : creen merecer
el cántaro y la fruta : en lugar del odre
encuentra : pechos narcóticos : al perdurar
el líquido en su bolsa
percude

también el tedio del sol en la rama llama a multiplicarse

así creen divertir : cayendo y empujando
tirándose arena en el plato limpio para el higo
escuchan : cómo tiembla el cervato
por el almíbar sin curso
pequeños labios rotos puestos juntos
ninguna alegría propiamente en el líquido bebido
a tiempo : ha hecho descendencia
así creen devolver : la leche a su pote original
al vaciar el balde
y rociar un poco la pesada carne
uno se maravilla

siempre que el mundo se arruina se multiplican las arenas

Laura Klein (Buenos Aires, 1958), La bruta luz, Casi Incendio la Casa, 2009; La comedia de los panes, Hilos Editora, 2011


domingo, octubre 23, 2022

Hayden Carruth / Silencio




A veces no decimos nada. A veces
nos sentamos en el porche y contemplamos las innumerables
flores amarillas que crecen en lo que antes era el jardín
y vemos cómo cambia su color con cada día que pasa,
de amarillo intenso a mostaza hasta que finalmente
pierden su brillo. Junto a la cerca los estorninos revolotean 
en las ramas del abedul seco. ¿De modo que estos son
los procedimientos de la derrota? ¿Por qué te digo estas cosas 
si ya las sabes? Pero, por supuesto, nosotros siempre nos decimos
lo que los dos ya sabemos. ¿Qué más?
Así es el amor en una etapa tardía del mundo.

Hayden Carruth (Waterbury, Estados Unidos, 1921-Munnsville, Estados Unidos, 2008), Collected Shorter Poems, Copper Canyon Press, Port Townsend, 1992
Versión de Jonio González


Foto: POBA


SILENCE

Sometimes we don’t say anything. Sometimes
we sit on the deck and stare at the masses of
goldenrod where the garden used to be
and watch the color change form day to day,
the high yellow turning to mustard and at last
to tarnish. Starlings flitter in the branches
of the dead hornbeam by the fence. And are these
therefore the procedures of defeat? Why am I
saying all this to you anyway since you already
know it? But of course we always tell
each other what we already know. What else?
It’s the way love is in a late stage of the world.

sábado, octubre 22, 2022

Silvana Franzetti / De "Sujetos a variación"




Un relámpago 
detrás de otro
con cada estruendo
la mano lleva el lápiz
al límite del silicio.

Cocina. Interior. Noche. 
Habitación. Interior. Noche.
Estudio. Interior. Día.
Fin del día.
Comienzo de la noche.
Noche. Linterna a pilas
made in Vietnam.

En medio de esta penumbra
intermitente, debería
ir haciéndome a la idea
de que al menos
esta noche la luz
no va a volver
que lo único claro es: 
el corte no obedece
a la tormenta. 

*

Mucho más poético que Fritz
Lang diciendo de viva voz
el poema “Hollywood”, 
de Brecht, es el mismo 
Fritz Lang diciendo:

diese schöne gelbe Farbe

La expresión de la lengua
dice el amor es ciego 
y también se dice
llegar lejos.

Dedicarse a la noche
que está adentro,
concentrada
ausente, ¿de quién?

Amanece el punto de fuga
de los sesenta, se agita
el mundo y salimos a él
con nuestros sueños. Solo así
somos parte de una orquesta
al momento de afinar los instrumentos.

*

Los árboles del bosque
o la idea o la memoria
del bosque

porque no sé dónde

podría encontrar
ahora un bosque
ahora,
a las cero horas
del año dos mil.

Si no lo busco en la pintura
en el cine…

un bosque 

con la perspectiva
que da el tren en movimiento
y el sonido
de las hojas de un libro
al pasarlas según
la pulsación de las arterias.

Hay cientos de poemas
sus palabras se despliegan
y se componen
otra vez
bajo la sombra del bosque

esta vez
por única vez
que la poesía
coincida en el poema

no cien veces
esta vez, nada más.

Silvana Franzetti (Buenos Aires, 1965), Sujetos a variación, Ediciones Op. Cit., Buenos Aires, 2022. Este libro en formato electrónico se encuentra disponible para su descarga libre en www.opcitpoesia.com


viernes, octubre 21, 2022

Mercedes Álvarez / Lo más trágico es pensar...




Lo más trágico es pensar
que las mejores obras fueron 
ejecutadas por cuerpos en ruinas
Mozart y su Flauta mágica
Proust, escribiendo contra reloj.
Hace falta llegar a viejo
para que la palabra reluzca, es posible
o simplemente sentir un malestar
vivir una enfermedad incurable.
Nada sale
de una salud plena
los músculos no abonan teorías
las plaquetas no pueden 
abrirse camino en lo obtuso.
Un viejo, en una mesa
habla de cine, 
dice haber visto Ascensor hacia el cadalso anoche
y sentir felicidad.
Ahora se toma su segunda cerveza, a las 9:30 am
pide que no lo molesten
solicita cortésmente:
"No me traigan
ninguna comida".

[inédito]

Mercedes Álvarez (Tandil, Argentia, 1979), Mercedes Álvarez/Facebook, octubre de 2022

jueves, octubre 20, 2022

Xavier Amorós / Historia de Bellvís



En el centro de Urgell,
en el centro geométrico mismo de Urgell
(así quiero suponerlo)
está el pueblo de Bellvís.

Bellvís limita por todos lados con Lleida,
menos por un punto. Estuve en Bellvís
y vi este punto, que es el canal.

En la parte nueva de Bellvís,
allí donde antes había una estación,
al costado mismo del bar que hace de fonda
y que no sé muy bien si se llama Royalty
u otro nombre parecido,
y cuyo propietario no puedo recordar
si se llamaba Joanpere o Pijoan,
que se me confunden,
comienza una gran avenida
que va hasta el canal,
señalado por la hilera de árboles.

En Bellvís
hay más de cien tractores
para dos mil habitantes.
La tierra es generosa. La tierra ahora está regada
por el canal de Urgell. Milagro, en nuestra casa.
En Bellvís hay mucha agua.
Nadie habla nunca de sequía. El canal
hace muchos años que lo soluciona.
Antes, sin embargo, padecieron mucha sed,
una sed terrible durante muchos siglos.
Ahora no. Cómo roncan los motores.
No hace falta pararlos al mediodía.
Nadie se acuerda ya de la sed.
Y nadie se acuerda de la peste.

Imaginad cuando llegó el canal.
El primer año fue espléndido.
La cosecha no se acababa.

Pero el agua y la tierra de Bellvís no se entendieron.
La tierra de Bellvís no dejaba ir el agua.
Los surcos del trigo
se convirtieron en bancales pantanosos;
serpientes y pescados, como suena me lo dijeron

infestaron los campos. Y aun mucho peor:
medio pueblo de Bellvís
murió aquel año por culpa de las fiebres.

Regresaron los ingenieros. Drenaron los surcos,
y así se fue, y se va, el agua sobrante.

En Bellvís
pagaron a un alto precio
la escasa libertad.

De todo esto no hablan las historias.
He querido contarlo yo.
Aquí se acaba.

Xavier Amorós (Reus, España, 1923-2022), Poemes 1959-1964, Edicions 62, Barcelona, 1982
Versión de Jonio González




HISTÒRIA DE BELLVÍS

Al centre de l'Urgell,
al mateix centre geomètric de l'Urgell
(així vull suposar-ho),
hi ha el poble de Bellvís.

Bellvís limita pertot arreu amb Lleida,
menys per un punt. Jo vaig ésser a Bellvís

i vaig veure aquest punt, que és el canal.
A la part nova de Bellvís,
allí on abans hi havia l'estació,
al costat mateix del bar que fa de fonda
i que no sé ben bé si es diu Royalty
o un altre nom semblant,
i que no puc recordar si el propietari
es deia Joanpere o Pijoan,
que se'm confonen,
comença una gran avinguda
que va fins el canal,
assenyalat per la filera d'arbres.

A Bellvís,
hi ha més de cent tractors
per dos mil habitants.
La terra és generosa. La terra ara és regada
pel canal de l'Urgell. Miracle, a casa nostra.
A Bellvís hi ha molta aigua.
Ningú no parla mai de seca. El canal
fa molts anys que ho arregla.
Abans, però, van patir molta set,
una terrible set durant molts segles.
Ara no. Com ronquen el motors.
No cal parar-los al migdia.

Ningú no es recorda de la set.
I ningú no es recorda de la pesta.

Imagineu quan va arribar el canal.
L'any primer va ser esplèndid.
No s'acabaven la collita.

Però l'aigua i la terra de Bellvís no s'entengueren.
La terra de Bellvís no deixava anar l'aigua.
Al segon any del canal
les parades de blat
van convertir-se en feixes pantanoses;

serpotes i peixots, como sona m'ho digueren
infestaren els camps. I encara molt pitjor:
mig poble de Bellvís
morí aquell any per culpa de les febres.

Van tornar els enginyers. Drenaren les parades,
i axí marxá, i se'n va, l'aigua sobrera.

A Bellvís,
pagaren a un alt preu
l'escassa llibertat.

De tot aixó, no en parlen les històries.
Ho he volgut contar jo.
Aquí, s'acaba.

miércoles, octubre 19, 2022

Paolo Fresu / Dos poemas




Lo que me gustaría ser de grande

De grande me gustaría ser músico.
Pero no el músico "músico".
Me gustaría ser el músico
que injerta el idioma de los sueños
en el lenguaje del hombre.
Es decir aquel que crea,
con una sola nota,
emoción
y la historia que no necesita palabra.
Eso me gustaría ser de grande.

(Versión de Eduardo Conde)

Tierra

Existe una idea de tierra
que une al mundo.
La del descubrimiento y el respeto.
Y no puede haber respeto por el otro
si no se intenta conocerlo.
La música siempre tiende la mano al diferente
y es la mejor metáfora del viaje.
Y si viaje es descubrimiento
la tierra es su esencia.
Un lugar de todos y pisoteado por todos
en rutas cercanas y lejanas.

(Versión de Jorge Aulicino)

Paolo Fresu (Berchidda, Cerdeña, Italia, 1961), Poesie jazz per cuori curiosi, con ilustraciones de Anna Gardeasi, Rizzoli, Roma, 2018


Foto: 24 Ore


COSA VORREI FARE DA GRANDE

Da grande vorrei fare il musicista.
Ma non il musicista ‘musicista’.
Vorrei fare il musicista
che innesta l’idioma dei sogni
nei linguaggi dell’uomo.
Ovvero colui che crea,
con una sola nota,
l’emozione
e il racconto che non necessita parola.
Ecco cosa vorrei fare da grande.


TERRA

C'è un'idea di terra
che accomuna il mondo.
Quella della scoperta e del rispetto.
E non può esserci rispetto dell'altro
se non si prova a conoscerlo.
La musica tende sempre la mano verso il diverso
ed è la bouna mefora del viaggio.
E se viaggio è scoperta
la terra ne è l'essenza.
Luogo di tutti e da tutto calpestato
in rotte vicine e lontane.

martes, octubre 18, 2022

Liliana Heer / de "Capone en Septiembre"




Tengo una cicatriz en el párpado izquierdo
cuando duermo se ve

La primera noche
Capone sostuvo una lupa sobre mi vieja herida
cansado de indagar dijo
Si adivino me enamoro

Escondo la lupa
excluyo el mínimo riesgo
ante su hipótesis digo
voy a enseñarte a mentir

Al me viste cuidando los detalles
portaligas azul       tacos muy altos
falda increíblemente corta
labios bien rojos
cejas       pestañas
glándulas de doble moción

Subida a la mesa de luz

cualquiera diría

Es un holograma 

Capone en Septiembre, Paradiso, Buenos Aires, 2018

Liliana Heer (Esperanza, Santa Fe, Argentinas, 1943), Festival Internacional de Poesía (FIP), Buenos Aires, 2022


Foto: Eterna Cadencia

lunes, octubre 17, 2022

Patrizia Cavalli / De "Vita meravigliosa"




Ah si hubiese sabido
que bastaba un beso para abrirme los caminos del universo:
estrellas y planetas que se cruzan
hablando, constelaciones enteras
que se entrelazan.
Y yo entre ellos mirándolos
urdimbre textil ardiente
que llevo y no interrogo.

*

Pero valía la pena soñar
ese sueño tan humilde y obsequioso,
firme al servicio de todos mis miedos,
copia rancia de los sueños de la infancia,
fraude y figura desvaída de mi maldad
que ya en la oscuridad empezaba a expiar,
¿culpa de indiferencia y de inconstancia?

*

Confiada del aire, abro la ventana
y entran extrañas inesperadas
intimidades. ¡Primera traición
de la mañana, grosera respuesta
del patio, comunión brutal!
Cierto, no siempre conviene levantarse.

Patrizia Cavalli (Todi, Italia, 1947-Roma, 2022), Vita meravigliosa, Einaudi, Turín, 2020
Versiones de Jorge Aulicino


Foto: Patrizia Cavalli, Auditorium Roma, 2011 Wolfgang Achtner/YouTube


Ah l'avessi saputo
che bastava un bacio per aprirmi le vie dell'universo:
stelle e pianeti che si incrociano
parlando, constellazioni intere
che si intessono.
E io in mezzo a loro che le guardo
tessile ordito ardente
che reggo, e non domando.

*

Ma valeva la pena di sognare
quel sogno cosí umile e ossequioso,
fermo al servizio di ogni mia paura,
copia stantia dei sogni dell'infanzia,
truffa e figura scialba del mio male
che già nel buio cominciabo a espiare,
colpa d'indifferenza e d'incostanza?

*
Fiduciosa dell'aria apro la finestra
e entrano inaspettate estranee
intimità. Questo primo tradimento
del mattino, questa sgarbata risposta
del cortile, feroce comunione!
Certo non sempre conviene stare in alto.

domingo, octubre 16, 2022

Juan Manuel Rodríguez Tobal / El mar no entraba nunca en nuestra casa.



El mar no entraba nunca en nuestra casa.
Para saber del mar
acariciábamos piedras misteriosas,
piedras que eran el alma de tan tristes
y que nos consolaban
de aquella melodía nunca oída.

Duraba el mar lo mismo
que el estremecimiento nuevo de sentir
la piel del mar en unas pocas piedras.

Pero el mar nunca entraba en nuestra casa.
No habíamos nacido para el mar.

Éramos pobres.
Y nuestras noches, cortas.

Esto era, Hiperión, Madrid, 2018

Juan Manuel Rodríguez Tobal (Zamora, España, 1962), Festival Internacional de Poesía (FIP), Buenos Aires, 2022