miércoles, diciembre 31, 2014

Jaim Guri / Poema del año nuevo















Y bien, no es ésta la ruta
por la que se disponen las líneas enemigas,
las extranjeras lenguas
o el pasmo.

Nada hemos hecho – mi voz o yo –
por estos pactos de distanciamiento.
Marcho hacia allí y no me matan.
Llego, finalmente, a una casa.
Me detengo y golpeo a la puerta.

Aquellos que perdonan dicen “lo que pasó, pasó”.
Y yo regreso. Vuelvo.
Aquellas que perdonan se verán, tarde o temprano
apostadas en un balcón.
Hay una ventana que no es negra
y una carta que el correo no ha extraviado:
si no ha llegado hoy, de seguro mañana.

Todas las ciudades  se abrieron esta noche:
no hay asedios ni clausuras.
Vendrán, con el ocaso, las visitas
y yo seré uno más.
En todas las ventanas surgen y se expanden
las filiales de la pena.
Muchas palabras peregrinarán
desde las tierras del silencio y de la muerte.

Florecerán las celosías
y girarán sobre sus goznes
los portales.

Jaim Guri (Tel Aviv, 1923) en De-canta-sión
Traducción: Gerardo Lewin

martes, diciembre 30, 2014

Betina Edelberg / Descripción de la realidad















Algo,
acaso inesperada, una vergüenza
o el golpe de una puerta lejana,
algo,
algo que no importa
porque puede llegar a ser olvido,
reúne tu cuerpo disperso
y recubre de solemne minucia
unos tristes huesos finales,
la fábula de tus vísceras, tu voz, tus gestos,
ese vago alarde que es vivir,
como si tal cosa,
a través de largos mañanas
que siempre llegan.
Algo
destierra mi pesada negación
y vuelvo,
olvido las trágicas fotografías de este mundo,
la muerte y la destrucción en colores,
me salvo del rojo, amarillo y azul
jugando al odio, a la mentira,
me salvo de las palabras carcomidas,
yo empleada pública, ama de casa, escritora,
yo población, yo nosotros y
nada,
en medio del polvo que habita la luz de una
                                       [ventana entreabierta,
en medio de mi mediocridad,
pienso desesperadamente en algo de importancia,
enumero flor, cielo, viento.
Me resigno
y reanudo nuestro falso prestigio.

Betina Edelberg (Buenos Aires, 1921-2010), en Emma Gunst
Fuente citada: Imposturas, Selección Emecé de Obras Contemporáneas, Buenos Aires, 1960

Foto: Betina Edelberg por Felka Konreich en The Friends of Borges

lunes, diciembre 29, 2014

Cristina Campo / Nobilísimos hieráticos














Nobilísimos hieráticos
gracias por el silencio,
la privación, la santa
gnosis de la distancia,
el ayuno de los ojos, el veto de los velos,
la negra cuerdita que anuda a los cielos
con ciento cincuenta veces siete de nudos de seda
cada temblor del pulso,
el augusto canon del amor inconmovible,
la danza divina de la reserva:
incendio imperial que enciende
como en Teófano el griego y en Andrés Diácono,
los miles Tabor de oro de vuestras cúpulas,
abre ojos en el corazón de las azulísimas explanadas,
reviste los torreones de Sangre…
Que la proximidad extingue
como lluvia de cenizas.

Cristina Campo, seudónimo de Vittoria Guerrini (Bolonia, Italia, 1923-Roma 1977). Este poema fue publicado en Conoscenza Religiosa, I, 1977, p.97, dirigida por Elémire Zolla, pocos días antes de la muerte de la autora
Versión de Ángel Faretta

Nota del traductor:
Quien firmara Cristina Campo fue una escritora italiana, muy religiosa, confinada en buen parte de su vida por una enfermedad; que tradujera a Simone Weil al italiano y que diera a conocer su obra. Se relacionó con el pensador también más que confidencial y esquivo, Andrea Emo, con quien mantuvo una extensa correspondencia. Férrea opositora a las modificaciones cultuales introducidas por el así llamado “concilio vaticano segundo”, y compañera vital e intelectual de Elémire Zolla en sus últimos años se inclinó, como en este poema, por la liturgia bizantina como más fiel al ritual católico.
Desde hace unos años se ha vuelto “escritora de culto”; pero ella no tiene la culpa. Su compañero Elémire Zolla ha dicho (2002) que en vida, y tras los años del ‘68 en adelante, nadie le tocaba el timbre, y que tras su muerte fue silenciada por toda la prensa llamada “cultural”. Una excepción, Roberto Calasso que escribiera su necrológica para el Corriere della Sera.


Nobilissimi ierei,
grazie per il silenzio,
l'astensione, la santa
gnosi della distanza,
il digiuno degli occhi, il veto dei veli,
la nera cordicella che annoda ai cieli
con centocinquanta volte sette nodi di seta
ogni tremito del polso,
l’augusto cànone dell’amore incommosso,
la danza divina del riserbo:
incendio imperiale che accende
come in Teofano il Greco e in Andrea Diacono,
di mille Tabor l’oro delle vostre cupole,
apre occhi del cuore negli azzurrissimi spalti,
riveste i torrioni di Sangue...
Che prossimità spegne
come pioggia di cenere.

Ref.:
La nuez de oro, Selecciones de Amadeo Mandarino, 2006

domingo, diciembre 28, 2014

Irene Gruss / Mueven montañas










Los veo moverse (viento, copas de los pinos,
pájaros, gatos y perros y bichos en general), pasan
personas
solas o en pareja corriendo, ejercitándose
las veo ir hasta la playa cargadas de bolsas,
reposeras, toallones por si acaso, o la que va
en ayunas tan temprano,
vuelven seguramente complacidas de hacer
lo que hay que hacer, de aprovechar lo que hay
que aprovechar,
pero yo suelto la tanza a pescar restos, finales, eso que se deja
para después, cuando haga falta,
carpe!, me digo, y
arremeto.

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950), en Casta Diva 17.12.2014

sábado, diciembre 27, 2014

Margie Cronin / Indicaciones














Todo el mundo acepta.

Una lengua que sobrevive
sin ser entendida.

En poesía, rasgos que siguen a un punto.

Cualquier eufemismo.

Señales de algo definitivo. (Un aullido, un lamento, maldad o destreza.)

Cosas como motmot, esvástica, ambón y sollado.

Ergo, la belleza
de una oreja al revés.

Resplandece brillante propósito, sin miedo
a la inevitable exposición.

Citas de la realidad.

Construir oraciones sólo de frases magnéticas.

Hablarle al mundo con absoluta discreción.

Decir, nada más,
sin tener que practicar
alguna clase de involuntaria
hechicería.

Por lo tanto, espontaneidad.

Un conocimiento vacío.

Recordar más
de lo que no podría ser olvidado.

La adquisición que no proviene de nadie.

Nace de forma simultánea.

Encallada en lo que ocurre.

Margie Cronin (Merriwa, Nueva Gales del Sur, Australia, 1963), en PoemHunter
Versión de Jonio González

Nota de edición: Margie Cronin firma sus escritos como MTC Cronin y M.T.C. Cronin



INDICATIONS

Everyone accepts

Someone tells a story comparable

to any that's happened.

A language that survives
not being understood.

In poetry, dashes that follow a full-stop. -

Any euphemism.

Signs of something definite. (A howl, a wail,
mischief or skill.)

Things like motmot, fylfot, ambo and orlop.

Ergo, the beauty
of an upside-down ear.

Bright shining purpose with no fear
of inevitable exposure.

Quoting from reality.

Building sentences solely from magnetic phrases.

Speaking to the world in complete secrecy.

Saying only and nothing
without having to practise
some sort of unintentional
sorcery.

Then spontaneity.

An empty knowing.

Remembering more
than what could not be forgotten.

The acquisition that comes from no-one.

Born simultaneous.

Stranded in what happens.

viernes, diciembre 26, 2014

Beatriz Vignoli / 8:30 AM










La luz es joyas prístinas:
el mundo todavía se parece al sol.
¿Celebrar el modo en que sus rayos
alumbran casi al ras
el abanico de vivientes plumas
que se mantiene en vilo
en lo alto del aire?
Celebrar. Si pudiéramos
celebrar sin victoria;
amar esto, estas cosas,
amarlas todavía.
Espléndida al trasluz,
la paloma desplegó su queratina.
No es que signifique.
Le basta con ser bella.

El día no nos necesita y lo sabemos.

Beatriz Vignoli (Rosario, Argentina, 1965), Lo gris en el canto de las hojas, Baltasara Editora, Rosario, 2014
Envío de Irene Gruss

Foto: Beatriz Vignoli Página 12

jueves, diciembre 25, 2014

Horacio Zabaljáuregui / Sostiene el sombrero junto a la pierna derecha















Sostiene el sombrero junto a la pierna derecha;
botamangas anchas, alto el tiro del pantalón,
lleva corbata y el infaltable pañuelo en el bolsillo superior del saco.
Está parado sobre una roca,
una mata pequeña,
al lado del pie izquierdo;
atrás, el arroyo,
más rocas, un arbusto y lejos, al fondo,
se adivina una casa:
mi padre sonríe, en un paisaje serrano;
hay algo inusitado en la foto,
aunque usual para la época:
el hombre, de traje,
en la sierra cordobesa.
En otra
de bordes dentados, en sepia,
de tres cuartos de perfil,
atildado,
con aire de galán,
posa,
presuntuoso,
pulcro,
"detallista". (Para él, una virtud cardinal);
peinado a la gomina, la raya casi al medio,
el bigote recortado con prolijidad;
aquí las solapas son anchas, lleva chaleco,
impecable,
el nudo de la corbata.
Las cejas pobladas sombrean
ojos claros;
miran con intensidad
como si la cámara fuera un espejo.
Debe tener veintisiete o veintiocho años;
su bella época en América:
vermuts en el club Atlético
junto a los notables del pueblo.
Años más tarde abrirá El Clásico,
la casa de ropa para el hombre elegante;
luego dejará el negocio
por culpa de un tío de mi madre,
la traición familiar.
Nos vendremos a Buenos Aires
pero en su leyenda,
lo que no fue,
y tenía deparado,
todo
queda en esa nube de oro;
"él estaba para otra cosa";
peso muerto del imaginario ajeno,
tejido crispado,
run run hostil,
eco estelar en la infancia.

Horacio Zabaljáuregui (América, provincia de Buenos Aires, 1955), América, Bajo la Luna, Buenos Aires, 2014

Foto: Horacio Zabaljáuregui FB

miércoles, diciembre 24, 2014

Uriel Martínez / El calendario
















cuando nací alguien en casa
decidió que me llamaría uriel.

pero nadie si no yo decidió
que me estrellaría contra el alcohol.

alguien en casa quiso calzarme
zapatos de estambre y babero bordado.

pero ninguno si no tú quiso
ensartarme púas de vudú y curare en ojos e ingles.

en casa creyeron que un día vestiría
corbata y mancuernillas pero no cartón/cobertor.

nací bajo el signo de los gemelos, el serio
y el atufado, el primitivo y el disminuido.

ahora que todos murieron floto a ras de tierra
y trato de recordar cómo fuiste de origen.

Uriel Martínez (Zacatecas, 1950), en Portal de Poesía

martes, diciembre 23, 2014

Francis Ponge / De "La fábrica del prado"




















2

A veces -o pongamos, también, según lugares-
A veces nuestra naturaleza -
Quiero decir, en una palabra, la Naturaleza en nuestro planeta
Y lo que cada día al despertar somos -
A veces, nuestra naturaleza nos ha preparado (para) un prado.

Pero ¿qué es lo que así obstruye nuestro camino?
En estos matorrales entre la sombra y el sol,
¿Quién nos pone palos en las ruedas?
¿Por qué, desde nuestro final en pendiente sobre la página,
en un solo párrafo, todo estos escrúpulos?

¿Por qué, visto desde aquí, este fragmento limitado del espacio,
Trazado por cuatro rocas o por cuatro setos de espino albar,
Apenas más grande que un pañuelo,
Morrena de los bosques, aguacero de signo inverso,
Este prado, superficie amena, aureola de los manantiales
Y dulce continuación de la tormenta inicial
En llamada o respuesta unánime anónima a la lluvia,
Nos parece súbitamente más precioso
Que la más delgada de las alfombras persas?

Francis Ponge (Montepellier, 1899-Le Bar-sour-Loup, Francia,1988),"La fábrica del prado [1971], La soñadora materia, traducción y prólogo de Miguel Casado, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2006

Nota de edición: Como señala el traductor Miguel Casado en el prólogo de La soñadora materia, el libro La fábrica del prado fue publicado en 1971 en base a los facsímiles de los originales de Ponge, incluidos sus agregados y correcciones, con una introducción titulada "Los senderos de la creación", un "texto de poética", de acuerdo con Casado, escrito a manera de notas en prosa y verso, en el que se desmenuza incluso el propio título de ese prólogo, comenzando por la palabra "los". En cuanto a la "fábrica", se trata de trabajos sobre un mismo motivo -¿borradores? ¿notas?- escritos entre 1961 y 1964. El fragmento aquí publicado es de la versión del poema "El prado" publicada en la revista Tel Quel en 1964. Esto es, la última, cronológicamente hablando, y la última del libro de 1971.


 2

Parfois donc - ou mettons aussi bien par endroits -
Parfois, notre nature -
J'entend dire, d'un mot, la Nature sur notre planète
Et ce que, chaque jour, à notre réveil, nous sommes -
Parfois, notre nature nous a préparé(s) (à) un pré.

Mais qu'est-ce, qui obstrue ainsi notre chemin ?
Dans ce petit sous-bois mi-ombre mi-soleil,
Qui nous met ces bâtons dans les roues ?
Pourquoi, dès notre issue en surplomb sur la page,
Dans ce seul paragraphe, tous ces scrupules ?

Pourquoi donc, vue d'ici, ce fragment limité d'espace,
Tiré à quatre rochés ou à quatre haies d'aubépines,
Guère plus grand qu'un mouchoir,
Moraine des forêts, ondée de signe adverse,
Ce pré, surface amène, auréole des sources
Et de l'orage initial suite douce
En appel ou réponse unanime anonyme à la pluie,
Nous semble-t-il plus précieux soudain
Que le plus mince des tapis persans ?

lunes, diciembre 22, 2014

Gary Snyder / Lo que deberías saber para ser un poeta










todo lo que puedas saber sobre animales como personas.
los nombres de árboles y flores y yuyos.
los nombres de las estrellas y el movimiento de los planetas
                                       y la luna.

tus propios seis sentidos,
con una mente elegante y alerta.

al menos un tipo de magia tradicional:
adivinación, astrología, el libro de las mutaciones, el tarot;

sueños.
los demonios ilusorios y los brillantes dioses ilusorios;

besar el culo del diablo y comer mierda;
cojerte su pija puntiaguda y caliente,
cojerte a la bruja,
y a todos los ángeles celestiales
                              y las doncellas perfumadas y doradas-

y entonces amar lo humano: esposas         maridos       y amigos.

juegos de chicos, libros de historietas, chicles-globo,
lo extraño de la televisión y la publicidad.

trabajar, secas y largas horas de trabajo gris,
tragado y aceptado
y al final soportado y amado.             agotamiento,
                           hambre, descanso.

la libertad salvaje de la danza, éxtasis
la iluminación silenciosa y solitaria, énstasis

peligro real.   apuestas   y el borde de la muerte.

Gary Snyder (San Francisco, California, 1930), Regarding Wave, New Directions Books, New York, 1970
Versión de Griselda García
en Griselda García

What You Should Know to be a Poet
all you can know about animals as persons. / the names of trees and flowers and weeds. / the names of stars and the movements of planets/ and the moon. // your own six senses, / with a watchful elegant mind. // at least one kind of traditional magic: / divination, astrology, the book of changes, the tarot; // dreams./ the illusory demons and the illusory shining gods. / kiss the ass of the devil and eat shit; / fuck his horny barbed cock, / fuck the hag, / and all the celestial angels/ and maidens perfum’d and golden- // & then love the human: wives husbands and friends// children’s games, comic books, bubble-gum, / the weirdness of television and advertising. // work long, dry hours of dull work/ swallowed and accepted/ and lived with and finally lovd. exhaustion, / hunger, rest. // the wild freedom of the dance, extasy/ silent solitary illumination, entasy/ real danger. gambles and the edge of death.

domingo, diciembre 21, 2014

Joaquín Giannuzzi / Este tipo










Estoy sentado en el umbral de mi casa.
Miro pasar la gente, los autos, el país en este verano del 71
mientras me rasco los sobacos
mientras no me decido a salir a escena
renuncio a practicar un destino.
Mis bostezos son sorprendentes aun para esta época.
Soy un tipo que fuma, que se hurga los dientes,
que conoce el engaño mil veces aceptado.
Un tipo que está allí, simplemente,
mirando con estilo de perro,
sin poder elegir, con el conocimiento inerte
para toda causa que vaya más allá de la noche próxima.
Pero usted debe suponer que vale tanto como cualquier otro
si ahora hay héroes que están muriendo
para que este tipo viva realmente

(La Opinión Cultural, 13 de mayo de 1973)

Joaquín Giannuzzi (Buenos Aires, 1924-Salta, 2004), "Poemas no recogidos en libro", Obra completa, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2014

sábado, diciembre 20, 2014

Juan Cristobal Miranda / Dos poemas










Devotos

Trajimos a la virgen
la sentamos en un banquito
y la peinamos delicadamente
desenrollando cada rizo de porcelana
para que pueda sentir una vez más
su cabellera al viento
una gota de adrenalina sobre la nuca
la exuberancia femenina.

Santa
resucitada del mármol
niña convertida en sierva
ahora un animal oscuro
al calor de nuestras manos
el milagro sofocado
dos ojos secos y hundidos
diminutos espejos de nuestro secreto.


Última cena

Los apóstoles cenaron en casa
y se fueron dejando la sensación
de que nada merecía celebrarse
doce platos prolijamente apilados
el mantel lleno de migas
y esa enorme copa dorada
que ninguno de nosotros
está dispuesto a lavar.

(Inéditos)

Juan Cristobal Miranda (Buenos Aires, 1976)

Foto: Juan Cristobal Miranda FB

viernes, diciembre 19, 2014

Rubén Reches / El sastre y sus clientes




Ya nada puede hacerse:
estás viejo
y tus clientes murieron.

En la sastrería, tu cuerpo
va y viene trazando
débiles estelas
de pez de acuario.

Hoy vivir es para tu alma
como si te mantuvieran sumergida la cabeza
en una palangana llena al ras de dolor humano.

Con su lápiz rojo, el sol
te circunda, te señala.
Estás ahí,
pero tus clientes murieron.

 Vos protestás, decís
a quien quiera escucharte
que todavía sos fuerte,
que, si se te antoja,
podés levantar por una pata
la silla en que cosés
sin que se incline;
que quién sabe si no sos
más fuerte que tus hijos.

Pero tus clientes murieron.

Se fueron de todas partes,
Se salieron de sus tibiezas
y ya no hay ángel que pueda encontrar
a aquel que, mientras lo medías,
hacía mohínes de galán de teatro;
ni a aquel otro, el que venía con moño;
ni al que te traía calendarios
con mujeres desnudas;
ni a ese al que tus hijos bautizaron
“Rinoceronte Perfumado”.

Porque tus clientes murieron.

Nunca más se los verá de lejos
llegando a tu taller,
ya silbando, ya canturreando,
preocupados o sumidos en sueños,
unos erguidos, otros encorvados,
el sombrero en la cabeza o en la mano,
el soliloquio en los labios siempre.
Se fueron yendo de a uno
a las entrañas de la tierra.
Se fueron a hacerse trajes
con sastres del otro mundo.
¡La superficie del planeta
los extrañará por siempre!

Porque tus clientes murieron.

[inédito]

Rubén Reches (Buenos Aires, 1949-2018)


---
Act. 2016

jueves, diciembre 18, 2014

Marcelo Díaz / Dos poemas












El cielo sobre Berlín

Los álamos de la casa forman una puerta por
la que desciende mi vecina. La niña baja
del remolque en bicicleta como si llevara
un trapecista en el canasto. Le duele la garganta,
los músculos de la ciudad tienden canales
donde se arremolina el humo de las fábricas.
En la cafetería alguien afirma que el norte es
más frío que el sur, que la mayoría de las personas
son aburridas porque así son las calles, las plazas,
los departamentos que habitamos. Los viejos,
con sus asuntos domésticos anuncian el milagro
la fisura en los bloques de cemento. Recuerdo
que regresabas de Ratisbona en un vehículo
con techo corredizo, una neblina compacta como
el débil resplandor de un túnel subterráneo,
cómo se dice, de una pista de hielo variable
como la condición cardíaca del suicida
que abandona su coche a mitad del puente sobre
el río en un día soleado. Buscando romper el
récord de los corredores de largas distancias
sin desplazarme de mi posición actual
cada vez que la bicicleta parte hacia la autopista
pienso en cómo saludarnos cuando el tráfico
desaparezca por esa puertita arbolada.
Tejeremos una red elástica como una telaraña
en la superficie áspera de las paredes. En fin
no somos la luz, tampoco el mensaje.
Dependemos de las cosas que desaparecen.


La nación de Qin

Terminado el año del dragón
el emperador Qin
traza una ruta imaginaria.
El milagro del deshielo
prolongado en la desembocadura
de la trama de las ausencias
no en el canto ejemplar sino
en la grieta donde se concentran
las abstracciones de la lluvia.
En un departamento
separada por dos milenios
la borra de este instante
es una geografía desolada
del tamaño de Mongolia.

Marcelo Díaz (Villa Mercedes, San Luis, 1981, vive en Río Cuarto, Córdoba), El fin del realismo, Viajero Insomne, Buenos Aires, 2014

Foto: Marcelo Díaz FB

miércoles, diciembre 17, 2014

Robert Creeley / Dos poemas















La inocencia

Mirando el mar, una línea
ininterrumpida de montañas.

Es el cielo.
Es la tierra. Allí
vivimos, sobre ella.

Es una niebla
ahora tangencial a otra
quieta. Aquí llegan
las hojas, allí
manifiéstase la roca

o atestigua.
Lo que vengo de hacer
está parcial, parcialmente guardado.


La proposición inmoral

Si nunca haces nada por nadie
te será ahorrada la tragedia de las relaciones

humanas. Si calladamente y como otras veces
se produce el paso de algo inesperado:

mirarlo es más
de lo que era. Dios sabe

que nada es válido, que nada es
todo lo posible. El inseguro

egoísta no es
bueno para sí.

Robert Creeley (Arlington, Massachusetts, 1926-Odessa, Tejas, 2005), Alberto Girri, 15 poetas norteamericanos [primera serie], Bibliográfica Omeba, Buenos Aires, 1966

Foto: Robert Creeley por Chris Felve en Academy of American Poets


The Innocence

Looking at the sea, it is a line
of unbroken mountains.

It is the sky.
It is the ground. There
we live, on it.

It is a mist
now tangent to another
quiet. Here the leaves
come, there
is the rock in evidence

or evidence.
Waht I come to do
is partial, partially kept.


The Inmoral Proposition

If you never anything for anyone else
you are spared the tragedy of human relation-

ships. If quietly and like another time
there is the passage of an unexpected thing:

to look at is more
that it was. God knows

nothing is competent nothing is
all there is. The unsure

egoist is not
good for himself.

martes, diciembre 16, 2014

Giuseppe Gioachino Belli / La madre de las santas












Por mentarle la dama a Catalina,
para hacerse entender con gente sabia,
diga "los genitales" o vaquina, *
y prosiga con cunnus y con labia.

Pero nosotros, siempre de las putas,
decimos celda, chucha, gorrioncita
raja, grieta, fisura, hoyo, la gruta,
coño, concha, pantufla, guitarrita,

ratona, ollita, vaina, caramelo,
pichón, canasta, peluca, pulposa,
canaleta, gatera, vello y pelo,

silbadora, el-asunto, eso, la-cosa
meadora, la entrepierna, terciopelo,
la jaula-del-pepino, la-caldosa.

Y para terminar uno la roza
con vergüenza, la llama otro natura;
o porquería o cepo o sepultura.

Giuseppe Gioachino Belli (Roma, 1791-1863), Sonetti licenziosi, Roma Virtuale
Versión de Jorge Aulicino

* Se intenta aquí mantener la burlona fusión de vacca (vaca) y vagina (igual escritura en italiano y castellano) que da vaccina en el original de Belli

Nota de traducción:
Algunos de los términos que usa Belli en romanesco en el siglo XIX no encuentran equivalentes en el italiano contemporáneo en relación con el objeto central del poema. Así, en la versión en italiano actual del texto, el traductor mantuvo el término vaschetta del original romanesco como vaschetta en italiano actual, el cual significa cubeta, recipiente pequeño, bandeja. Algo similar ocurre con scella (cella, celda) y con sciavatta (ciabatta, chancleta). De modo que en la versión en castellano se encontrarán en algunos casos aproximaciones más o menos imaginativas o sustituciones (Por el link a Roma Virtuale se puede llegar a una versión en italiano del original en dialecto).


La madre de le sante

Chi vvò cchiede la monna a Ccaterina
Pe ffasse intenne da la ggente dotta
Je toccherebbe a ddì vvurva, vaccina,
E ddà ggiù co la cunna e cco la potta.

Ma nnoantri fijjacci de miggnotta
Dimo scella, patacca, passerina,
Fessa, spacco, fissura, bbuscia, grotta,
Freggna, fica, sciavatta, chitarrina,

Sorca, vaschetta, fodero, frittella,
Ciscia, sporta, perucca, varpelosa,
Chiavica, gattarola, finestrella,

Fischiarola, quer-fatto, quela-cosa,
Urinale, fracosscio, ciumachella,
La-gabbia-der-pipino, e la-bbrodosa.

E ssi vvòi la scimosa,
Chi la chiama vergoggna, e cchi nnatura,
Chi cciufèca, tajjola, e ssepportura.

Roma, 6 dicembre 1832

lunes, diciembre 15, 2014

Lucas Soares / Dos poemas









como ese aleteo fuerte
que hacen las gaviotas
para después planear
sin resistencia por el aire

así le gustaría a Pola
hendir su mundo privado


*


me toca darle duro al trabajo
porque mi madre está muy mal
el campo se pone frío e imposible
y tu ausencia enrarece
la forma de las cosas

me mantiene viva la alegría
triste de las mujeres que hacen
crucigramas en las tardes de lluvia
y una pila de revistas viejas
con manchones de agua

Lucas Soares (Buenos Aires, 1974), "Pola", El sueño de ellas, Bajo la Luna, Buenos Aires, 2014

Foto: Lucas Soares FB

domingo, diciembre 14, 2014

Valeria Cervero / Dos poemas










5

dar con la piedra que funda la casa
recorrer los susurros
    de quien huyó

el secreto a veces
retoma
la imagen
d e  e s e  v u e l o

en otro cuerpo de entonces
dejamos quejas
peros
caminos sin cuándos en
lo minúsculo

despedir los susurros
de quien huyó
en cada vano retorno

dar con la piedra que
           la derrumba


6

en el cuarto de olvidos
la ría crece
hasta el deseo
o la luz

migaja
empecinada en ser
delante
para tentarnos sin dar

nuestra espera se reduce
a lo improbable
mezquino del no-viaje

ni la calma ni el fin
edifican el afuera
de esa sed

Valeria Cervero (Buenos Aires, 1972), equilibristas, Colectivo Semilla, Bahía Blanca, 2014

Foto: Valeria Cervero FB

sábado, diciembre 13, 2014

Giovanna Frene / Emblema II


VI. Emblema II - Nescius unde 

...me decía que en el fondo existe un modo objetivo de observar, en el que era experto:
mirar afuera, fuera de la óptica absoluta de la sombra de la cosa, si ver significa
biafrontar a luz de vela en pleno día un panorama aparente:
el humo retorcido evoluciona en nube espesa o algo, pero en tanto se detiene sobre la lata
del envase, en su reflejado-especular-vivir, cierto
o presunto - quema como sea la carne, las cosas

Giovanna Frene  (Asolo, Véneto, Italia, 1968), Ereditá e estinzione (sette poesie), Nazione Indiana, 2014
Versión de Jorge Aulicino

Ref.:
Ómnibus n° 42


VI. Emblema II – Nescius unde 

…mi dicevo che in fondo esiste un modo oggettivo di osservare, di cui ero esperto:
guardare fuori, fuori dall’ottica assoluta dell’ombra della cosa, se vedere significa
bifronteggiare al lume di candela in pieno giorno un panorama apparente:
il fumo torto evolve in nube spessa o altro, ma intanto ci si ferma alla latta
del contenitore, al suo specchiato-speculare-vivere, vero
o presunto che sia – brucia comunque la carne, le cose

viernes, diciembre 12, 2014

Miklós Radnóti / No puedo saber...

           
                                      

                                                   








                                                     (17 de enero, 1944)

No puedo saber qué significa para otros este paisaje,
mi patria, este pequeño país abrazado al fuego,
el mundo de mi niñez que lejana se mece.
Crecí de él, como una tierna rama del tronco de un árbol,
y espero ver mi cuerpo hundirse en él un día.
Estoy aquí, en casa. Y si alguna vez a mis pies se arrodilla
un arbusto, conozco su flor y hasta su nombre,
sé adónde van y quiénes van por el camino,
y sé qué significa en la madrugada del verano
ese dolor rojo que nace en el muro de las casa.
Para el piloto que lo sobrevuela, este paisaje es tan sólo un mapa
y no sabe en qué lugar vivió Mihäly Vörösmarty,
¿qué esconde para él esta región?, fábricas y áridos cuarteles.
Yo veo un saltamontes, un buey, la torre, una granja apacible,
pero él ve fábricas con los prismáticos, y campos de labranza;
yo veo trabajadores que tiemblan por lo suyo,
temporeros que silban, bosques, viñedos y tumbas,
y entre las tumbas madres que lloran en silencio.
Y lo que desde arriba son raíles y fábricas indemnes que hay que destruir
es el guardagujas y el ferroviario dando la señal
rodeado de niños y con una bandera roja en la manos,
y en el patio de la fábrica se revuelca un perro pastor,
y allí está el parque, la huella de los viejos amores,
y el sabor a miel y arándano de los besos en mi boca,
y aquí la piedra que puse al borde de la acera
para que el maestro no me preguntara,
la piedra que ahora piso y nadie pude ver desde lo alto.

Es verdad, somos culpables, pero no más que el resto de los pueblos,
y sabemos bien cuándo hemos pecado, dónde y de qué modo,
pero aquí vive gente que trabaja, y poetas sin culpa,
y niños de pecho en los que la razón madura,
la misma que ahora los alumbra y protege en los sótanos oscuros
hasta que el dedo de la paz dibuje de nuevo una señal en nuestra tierra
y con su fresca voz responda a las palabras nuestras tan ahogadas.

Cúbrenos ya con tus extensas alas, nube del amanecer.


Miklós Radnóti (Budapest, 1909-Abda, Hungría, 1944), Antología de la poesía del Holocausto, Toro de Barro, Cuenca, España (en preparación)
Traducción de Carlos Morales
Envío de Jonio González

Nem tudhatom...

Nem tudhatom, hogy másnak e tájék mit jelent, 
nekem szülőhazám itt e lángoktól ölelt 
kis ország, messzeringó gyerekkorom világa. 
Belőle nőttem én, mint fatörzsből gyönge ága 
s remélem, testem is majd e földbe süpped el. 
Itthon vagyok. S ha néha lábamhoz térdepel 
egy-egy bokor, nevét is, virágát is tudom, 
tudom, hogy merre mennek, kik mennek az uton, 
s tudom, hogy mit jelenthet egy nyári alkonyon 
a házfalakról csorgó, vöröslő fájdalom. 
Ki gépen száll fölébe, annak térkép e táj, 
s nem tudja, hol lakott itt Vörösmarty Mihály, 
annak mit rejt e térkép? gyárat s vad laktanyát, 
de nékem szöcskét, ökröt, tornyot, szelíd tanyát, 
az gyárat lát a látcsőn és szántóföldeket, 
míg én a dolgozót is, ki dolgáért remeg, 
erdőt, füttyös gyümölcsöst, szöllőt és sírokat, 
a sírok közt anyókát, ki halkan sírogat, 
s mi föntről pusztitandó vasút, vagy gyárüzem, 
az bakterház s a bakter előtte áll s üzen, 
piros zászló kezében, körötte sok gyerek, 
s a gyárak udvarában komondor hempereg; 
és ott a park, a régi szerelmek lábnyoma, 
a csókok íze számban hol méz, hol áfonya, 
s az iskolába menvén, a járda peremén, 
hogy ne feleljek aznap, egy kőre léptem én, 
ím itt e kő, de föntről e kő se látható, 
nincs műszer, mellyel mindez jól megmutatható. 

Hisz bűnösök vagyunk mi, akár a többi nép, 
s tudjuk miben vétkeztünk, mikor, hol és mikép, 
de élnek dolgozók itt, költők is bűntelen, 
és csecsszopók, akikben megnő az értelem, 
világít bennük, őrzik, sötét pincékbe bújva, 
míg jelt nem ír hazánkra újból a béke ujja, 
s fojtott szavunkra majdan friss szóval ők felelnek. 

Nagy szárnyadat borítsd ránk virrasztó éji felleg. 

(1944. január 17)

jueves, diciembre 11, 2014

Ford Madox Ford / Valor a las cuatro de la mañana




















Esta mañana los pájaros me despertaron tan temprano que apenas si era de día:
Diez gorriones en la lila, un mirlo en el espino,
Un estornino en algún lugar de las caballerizas, un tordo sobre un sombrero roto,
Abajo, en el patio que usan los tenderos, gritaron: ”¡Cuidado! ¡Cuidado! ¡El gato!”
Nunca estuve con ánimo para escribir versos este año: siempre desperté triste,
Y tarde, cuando era posible, así el tiempo sería más breve; pero me he sentido alegre,
Con una insensata alegría, hoy, que es el dia más largo de junio.
(El mirlo anida en el espino.) Fue apenas ayer al mediodía
Cuando en la larga hierba de Holland Park me pareció –sólo me pareció- oír una alondra...
Oí tu voz, vi tu rostro de nuevo... (Sobre aquel cajón de embalaje
El estornino me despertó antes de que amaneciera imitando el dulce canto del tordo.)

Ford Madox Ford (Merton, Surrey, Inglaterra, 1873-Deaville, Francia, 1939), Selected Poems, Routlege, Nueva York, 2003
Versión de Jonio González



Foto de arriba: Ford Madox Ford E.O. Hoppe/ Getty Images/El País

Foto a la izquierda: Ford Madox Ford, James Joyce, Ezra Pound y John Quinn. París, 1923 CSU Archv/Everett/Rex Features/The Guardian






FOUR IN THE MORNING COURAGE

The birds this morning wakened me so early it was hardly day:
 Ten sparrows in the lilac tree, a blackbird in the may,
 A starling somewhere in the mews, a songthrush on a broken hat
 Down in the yard the grocers use, all cried: "Beware; Beware! The Cat!"
 I've never had the heart to rhyme, this year: I've always wakened sad
 And late, if might be, so the time would be more short—but I was glad
 With a mad gladness in to-day that is the longest day in June.
 (That blackbird's nesting in the may.) For only yesterday at noon
 In the long grass of Holland Park, I think—I think—I heard a lark...
 I heard your voice: I saw your face once more ... (Upon that packing case
 The starling waked me ere the day aping the thrush's sober tune). 

miércoles, diciembre 10, 2014

Antonella Anedda / Amor y cuervo



He visto un cuervo bajar
sobre un escalón de la escalera:
ha sido un milagro de negritud luciente
un largo escrito sobre el blanco de la piedra.
La entera bajada –mía y del cuervo– sabía a abedul y miel.
Nuestros cuerpos –el del cuervo y el mío– eran esbeltos y viejos.
     –Mirándolo moverse noté
     cuán ofuscado estaba el negro
algunas manchas y el andar incierto. También mis piernas, aquí y allá
               /manchadas por la edad y el sol,
eran un signo como para él ese ciego andar a los saltitos.
Sin embargo los dos en amor amábamos: él sus pocas plumas brillantes, yo
             /un residuo de gracia:
el ahusarse de las piernas hacia los pies y los pies ligeramente contraídos
frágiles (como los suyos) con garras carmesí.
Ahora volamos, él hacia el cielo y yo hacia la tierra
allá abajo de la escalera que me espera:
un limbo aún sin color, pero con musgo y piedras
un continente inexplorado.

Es un bien que vacila.

El cielo llama al cuervo.
La piedra hace crujir bajo mis pasos una orquesta de grava.
Devora partes de mí. Roe los talones

Antonella Anedda (Roma, 1958), "Dal balcone del corpo", 2007, Antologia, selección, traducción y prólogo de Jorge Aulicino, Hilos Editora, Buenos Aires, 2014

Foto: RAI

Amore e corvo

Ho visto un corvo abbassarsi
su uno dei gradini della scala:
è stato un miracolo di nerità lucente
un lungo inchiostro sul bianco della pietra.
L’intera discesa –mia e del corvo– sapeva di betulla e miele.
I nostri corpi –del corvo e mio– erano svelti e vecchi.
     –Guardandolo muoversi mi accorsi
     di quanto il nero fosse offuscato
di qualche macchia e di come l’andatura fosse
incerta. Anche le mie gambe, qua e là macchiate dall’età e dal sole
erano un segno come per lui quel cieco saltellare.
Eppure entrambi in amore amavamo: lui le poche lucide piume
io un residuo di grazia:
l’affusolarsi delle gambe fino ai piedi e i piedi leggermente contratti
fragili (come i suoi) con artigli cremisi.
Ora voliamo lui verso il cielo e io verso la terra
laggiù sotto la scala che mi aspetta:
un lembo ancora senza colore, ma con muschio e pietre
un continente inesplorato.

E’ un bene che vacilla.

Il cielo chiude il corvo.
La pietra mi scricchiola sui passi un’orchestra di ghiaia.
Inghiotte parti di me. Rode i talloni.

martes, diciembre 09, 2014

Carlos Alberto "Indio" Solari / El pibe de los astilleros











Fue unos meses a Caseros y su strato roja,
se hizo el torbellino que hoy suena en la radio.
La ceniza no caía desde su cigarro
y estaba en sus ojos desarmándote.
Alquiló una rana rubia, tibia y haragana;
se moría de ganas de matarla.
Una linda damita de Concordia,
el más bello fuselaje que jamás lustró.
Le hizo un par de promesas imprudentes
y así fue que de ella se aburrió.
Las minitas aman los payasos
y la pasta de campeón.
El pibe de los astilleros nunca se rendía,
tuvo un palacete por un par de días.
Rapiñaba montado a los containers
el maldito amor que tanto miedo da.
Fue por una lluvia que realmente moje
(que pusiera fin a su aventura).
Un final feliz para pimpollos
allí estaba, al fin, acechándolo.
Ciertos reyes no viajan en camello;
ellos andan el tranco del amor.
Esos tipos soplan con el viento
al rebaño y su temor.

Carlos Alberto "Indio" Solari (Paraná, Entre Ríos,1949),  Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, La mosca y la sopa, Del Cielito Records, Parque Leloir, provincia de Buenos Aires, 1991

lunes, diciembre 08, 2014

Osip Mandelstam / Toma, para el goce, de mis manos...














Toma, para el goce, de mis manos
Un poco de sol y algo de miel
Como nos ordenaron las abejas de Perséfone.

No se puede soltar una barca a la deriva
Ni sentir en la piel la sombra de una bota
Ni vencer el temor de la dormida vida.

Sólo nos quedan los besos
Felpudos como pequeñas abejas
Que mueren al salir de la colmena.

Ellos murmuran en la transparente espesura de la noche,
Su patria: el profundo bosque de Taiget
Su alimento: el tiempo, la menta y la pulmonaria.

Toma, pues, para tu goce, mi regalo salvaje
Este seco y burdo collar
De abejas muertas: la miel que se convierte en sol.

                                                                                    1920

Osip Mandelstam (Varsovia, 1891-Vladivostok, Siberia, 1938), La piedra en la historia, Leviatán, Buenos Aires, 2014
Trad. de Víctor Toledo

Nota de edición: Existen las transliteraciones "Mandelshtam" y "Mandelstam" para el apellido de Осип Мандельштам. En esta edición de Leviatán el traductor optó por "Mandelshtam". Aquí se ha mantenido la opción "Mandelstam" elegida por otros traductores en versiones publicadas en este blog..

---
Foto del prontuario de la policía política rusa, c.1938. Wikimedia Commons

domingo, diciembre 07, 2014

Louise Glück / El caballo alado










Aquí está mi caballo Abstracción,
blanco plateado, del color de la página,
de lo no escrito.

Ven, Abstracción,
por una Voluntad surgida de la Ambición Demoníaca,
llévame suavemente hasta las regiones de lo inmortal.

Estoy aburrida de mi otra montura,
por Instinto surgido de la Realidad,
del color del polvo, de la descripción,
a pesar de
la silla de montar que llevaba
y las espuelas de bronce, ese trozo
de metal indestructible.

Estoy aburrida de los dones del mundo, de sus
límites estipulados.

Y estoy aburrida de estar en contra
y aburrida de que lo material me contradiga constantemente,
   como
un enorme muro donde todo lo que digo puede
comprobarse.

Ven, pues, Abstracción,
llévame donde has llevado a tantos otros,
lejos de quí, al vacío, a los pastos estelares.

Llévame rápido,
Sueño surgido de la Esperanza Ciega.

Louise Glück (Nueva York, 1943), Vita Nova, Pre-textos, Valencia, 2014
Trad. de Mariano Peyrou

Ilustración: Louise Glück por Montse Bernal en The New Yorker  (detalle)


The Windged Horse

Here is my horse Abstraction,
silver-white, color of the page,
of the unwritten.

Come, Abstraction,
by Will out of Demonie Ambition;
carry me lightly into the regions of the immortal.

I am weary of my other mount,
by Instintct out of Reality,
color of dust, of disappointment,
notwithstanding
the saddle that went with him
and the bronze spurs, the bit
of indestructible metal.

I am weary of the world's gifts, the world's
stipulated limits.

And I am weary of being opposed
and weary of being constantly contradicted by the material
   as by
a massive wall where all I say can be
checked up on.

The come Abstraction,
take me where you have taken so many others,
far from here, to the void, the star pasture.

Bear me quickly, 
Dream out Blinde Hope.

sábado, diciembre 06, 2014

Dorothy Livesay / Fuego y razón




No puedo ahuyentar la noche
ni su intensa claridad.
Por muchas persianas que bajemos,
tú y yo,
por muchos fuegos que encendamos
nunca podremos borrar
la ironía de las estrellas,
la luna deliberada,
la última irresuelta finalidad de la noche.

Dorothy Livesay (Winnipeg, Canadá, 1909-Victoria, Canadá, 1996), Sentir los mundos. Poetas en lengua inglesa, Huerga y Fierro, Madrid, 2001
Trad. de Rosa García Rayego y Esther Sánchez-Pardo
Envío de Jonio González

---
Foto: Dorothy Livesay Poetry in Voice

viernes, diciembre 05, 2014

Hugo Padeletti / Dos poemas













CANTA, SI PUEDES, EN EL DÍA BLANCO

porque el negro ya asoma sus ribetes
detrás de la carcoma.
Fuga la paloma

y no regresa.
                       Fuga el riponoma
pero, estanca, la Esfinge permanece.

Una defección incipiente
aspira con furor a la ceniza.
El comején arrasa con la rosa

en el último arriate
pero dura la médula del hueso

que sólo el rayo bate.



NO SE ESCUCHA EL QUEJIDO

del polvo:
el grito de la Esfinge
lo ha asumido.

Oigo el silbido
del mosquito, el
abombado zumbido

de la mosca.
                      ¡Vibra ahora,
cendal de llamas,

con tu súbito brillo! ¡Enciende el crisantemo
del momento
para un renacimiento

de inmarcesibles Reinos Amarillo!

(Hugo Padeletti, Alcorta, Santa Fe, Argentina, 1928), Osaturas 1969-2008, El Cuenco de Plata, Buenos Aires, 2014


Foto: Hugo Padeletti por Daniel Rodríguez (detalle)

jueves, diciembre 04, 2014

Jan Skácel / Dos poemas













Un segundo de enero

Frágil como una cortecita, el día está en silencio.
En su interior el sol, blanco todo blanco.
Y aun la nieve es blanca, los árboles, los tejados, la nieve.
Y aun este segundo, es blanco este momento.


La  guerra

Llueve Mi ropa está empapada
No así mi corazón Cantan los soldados
Y cargan sus armas como básculas
Como las mujeres los pechos magros por el hambre

Con pequeñas puntadas la lluvia cose
El lienzo de la camisa contra el cuerpo desnudo
Las gotas salpican en el lago
Y yo no puedo creer esas palabras

Jan Skácel (Vnorovy, Moravia, 1922 - Brno,1989), Teresa Amy, “La más larga de las noches”, antología de poemas de Jan Skácel, Un huésped en casa. Memorias de una traducción, Editorial Yaugurú, Montevideo, 2013
Envío de Jonio González

miércoles, diciembre 03, 2014

Francis Ponge / El gimnasta















Como su G indica, el gimnasta lleva perilla y un bigote que se junta casi con un grueso mechón en forma de gancho sobre una frente caída.

Ceñido por una malla que hace dos pliegues en su ingle, lleva también -como su Y- la cola a la izquierda.

Devasta todos los corazones, pero debe ser casto y su palabrota es ¡BASTA!

Más rosado que lo natural y menos diestro que un mono, salta a los aparatos embargado de puro celo. Luego, con la parte superior de su cuerpo asida a la cuerda de nudos, interroga el aire como una lombriz desde su terrón.

Para acabar, cae a veces de las cintras como una oruga, pero rebota con los pies, y es entonces el adulado prototipo de la estupidez humana quien os saluda.


Francis Ponge (Montepellier, 1899-Le Bar-sour-Loup, Francia,1988),"Tomar partido por las cosas" [1942]. La soñadora materia, traducción y prólogo de Miguel Casado, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2006

Nota del traductor
como su Y: Conservo las letras de la palabra francesa gymnaste.

Le Gymnaste

Comme son G l'indique le gymnaste porte le bouc et la moustache que rejoint presque une grosse mèche en accroche-coeur sur un front bas.

Moulé dans un maillot qui fait deux plis sur l'aine il porte aussi, comme son Y, la queue à gauche.

Tous les coers il dévaste mais se doit d'etre chaste et son juron es BASTE!

Plus rose que nature et moins adroit que'un singe il bondit aux agrès saisi d'un zèle pur. Puis du chef de son corps pris dans la corte à noeuds il interrogue l'air comme un ver de sa motte.

Pour finir il choit parfois des cintres comme une chenille, mais rebondit sur pieds, et c'est alors le parangon adulé de la bêtise humaine qui vous salue.

martes, diciembre 02, 2014

Francis Ponge / El cigarrillo














Reproduzcamos, primero, la atmósfera a la vez brumosa y seca, desmelenada, en la que el cigarrillo está siempre de través, continuadamente creándola.

Luego, su persona: una pequeña antorcha mucho menos luminosa que aromática, de la que se desprenden y caen según un ritmo por determinar un número calculable de pequeñas masas de ceniza.

Su pasión, por último: ese botón abrasado, que se descama en películas plateadas y que un anillo inmediato formado por las más recientes rodea.

Francis Ponge (Montepellier, 1899-Le Bar-sour-Loup, Francia,1988),"Tomar partido por las cosas" [1942]. La soñadora materia, traducción y prólogo de Miguel Casado, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2006


La Cigarette

Rendons d'abord l'atmosphère à la fois brumeuse et sèche, échevelée. où la cigarette est toujours posée de travers depuis que continûment elle la crée.

Puis sa personne: une petit torche beaucop moins lumineuse que parfumée, d'où se détachent et choient selon un rythme à déterminer un nombre calculable de petites masses de cendres.

Sa passion enfin: ce bouton embrasé, desquamant en pellicules argentées, qu'un manchon immédiat formé des plus récentes entoure.

lunes, diciembre 01, 2014

William Carlos Williams / Paterson, 22


Libro Dos
Domingo en el Parque 
II (cont.)




Como corolario a la famosa pelea por la asunción subyacía el entendimiento entre muchas de las mentes más destacadas de la joven república de que a menos que la industria se reactivara, a menos que la manufactura de productos se activara los ingresos por impuestos serían un mito.
El nuevo mundo había sido considerado como productor de metales preciosos, pieles y materia prima que serían entregados a la tierra madre a cambio de productos manufacturados, que los colonos no tendrían otra opción sino comprarlos a precios elevados. Se les impidió fabricar telas de lana, algodón o lino para la venta. Tampoco se les permitió la construcción de hornos para convertir el hierro de origen en acero.
Incluso durante la Revolución, Hamilton había quedado impresionado ante la vista de las Grandes Cataratas de Passaic. Su imaginación fértil vislumbró un gran centro de manufactura, una gran Ciudad Federal, que supliera las necesidades del país. Allí había fuerza hidráulica para hacer funcionar la rueda de los molinos y un río navegable para el transporte de la manufactura a los centros de comercio: una manufactura nacional.

¡Desprenderme de mi dinero!

–con insistencia monótona
las cataratas de su arenga poco interesante colgaban
de la oreja, aunque de forma extraña,
como suspendidas en el espacio

Eso sería difícil de hacer
para mí. ¿Qué dirían mis amigos ricos?
Dirían: Ese viejo tonto de Klaus Ehrens está
enloqueciendo, deshacerse de su
efectivo. ¡Cómo! ¿abandonar aquello por lo que luché
por apilar toda mi vida –para poder decir que era rico?
¡No! no podría hacerlo. Pero mi mente me
atormentaba.

Hizo una pausa para secarse la frente mientras
los cantantes entonaban un animado cántico.

No podía comer, no podía
dormir pensando en mi problema, y cuando
el Señor vino hacia mí por tercera vez yo estaba
listo y me arrodillé ante Él
y dije: ¡Señor, haz de mí tu voluntad!

¡Entrega tu dinero, Él dijo, y Yo
te haré el hombre más rico del mundo!
E incliné mi cabeza y le dije: Sí, Señor.
Y su verdad bendita descendió sobre mí y me llenó
de regocijo, tal regocijo y tal riqueza como nunca
había conocido en mi vida hasta ese día y le dije
a Él: ¡Señor!
En el Nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo.
    Amén.

¡Amén! ¡Amén! repitieron los asistentes devotos.

¿Es esta la única belleza aquí?
Y ¿es esta belleza–
la que destrozan los
cismáticos acechantes?

¿Dónde estará la belleza entre
estos árboles?
¿Son los perros cuyos dueños
traen aquí para secar su pelaje?

Estas mujeres no son
bellas y no reflejan
ninguna belleza sino vulgaridad . .
A menos que la belleza

se encuentre, en cualquier parte,
tan flagrante en deseo  .
La belleza de la santidad,
si así fuera,

es la única belleza
visible en este lugar
además del paisaje
y el fresco e incipiente árbol.

Empecé entonces a despojarme de mi dinero. ¡No me llevó
mucho tiempo debo decir!  Lo tiré a manos
llenas. Y comencé a sentirme mejor  .  .  .  .

–y apoyado en el parapeto, pensaba

Desde aquí, uno podría verlo –aquel
hombre atado, aquel asesino
a sangre fría  .  ¡Abril! siendo ahorcado
en la distancia. Grupos en diferentes
puntos del acantilado  .  reunidos
desde antes del amanecer
para ser testigos.


William Carlos Williams (Rutherford, 1883-1963), Paterson, New Directions, New York, 1963
Versión © Silvia Camerotto



Book Two
Sunday in the Park II

As a corollary to the famous struggle for assumption lay the realization among many leading minds in the young republic that unless industry were set upon its feet, unless manufactured goods could be produced income for taxation would be a myth. //The new world had been looked on as a producer of precious metals, pelts and raw materials to be turned over to the mother country for manufactured articles which the colonists had no choice but to buy at advanced prices. They were prevented from making woolen, cotton or linen cloth for sale. Nor were they allowed to build furnaces to convert the native iron into steel. //Even during the Revolution Hamilton had been impressed by the site of the Great Falls of the Passaic. His fertile imagination envisioned a great manufacturing center, a great Federal City, to supply the needs of the country. Here was water-power to turn the mill wheels and the navigable river to carry manufactured goods to the market centers: a national manufactury. //Give up my money! //–with monotonous insistence /the falls of his harangue hung featureless /upon the ear, yet with a certain strangeness /as if arrested in space //That would be a hard thing /for me to do. What would my rich friends say? /They'd say, That old fool Klaus Ehrens must /be getting pretty crazy, getting rid of his  /cash. What! give up the thing I'd struggled all /my life to pile up–so I could say I was rich? /No! that I couldn't do. But I was troubled /in mind. //He paused to wipe his brow while /the singers struck up a lively hymn tune. //I couldn't eat, I couldn't  /sleep for thinking of my trouble so that /when the Lord came to me the third time I was /ready and I kneeled down before Him /and said, Lord, do what you will with me! //Give away your money. He said, and I /will make you the richest man in the world! /And I bowed my head and said to Him, Yea, Lord. /And his blessed truth descended upon me and filled /me with joy, such joy and such riches as I /had never in my life known to that day and I said /to Him, Master! /In the Name of the Father /and the Son and the Holy Ghost. //Amen. //Amen! Amen! echoed the devout assistants. //Is this the only beauty here? /And is this beauty– /torn to shreds by the /lurking schismatists? //Where is beauty among /these trees? /Is it the dogs the owners /bring here to dry their coats? //These women are not /beautiful and reflect /no beauty but gross  .   .    /Unless it is beauty //to be anywhere, /so flagrant in desire  . /The beauty of holiness, /if this it be, //is the only beauty /visible in this place /other than the view /and the fresh budding tree. //So I started to get rid of my money. It didn't take /me long I can tell you! I threw it away with both /hands. And I began to feel better  .   .   .   . //–and I leaned on the parapet, thinking /from her, one could see him– that /tied man, that cold blooded /murderer   .    April! in the distance /being hanged. Groups at various /vantages along the cliff   .   having /to witness it.