Una oscura pradera me convida,
sus manteles estables y ceñidos,
giran en mí, en mi balcón se aduermen.
Dominan su extensión, su indefinida
cúpula de alabastro se recrea.
Sobre las aguas del espejo,
breve la voz en mitad de cien caminos,
mi memoria prepara su sorpresa:
gamo en el cielo, rocío, llamarada.
Sin sentir que me llaman
penetro en la pradera despacioso,
ufano en nuevo laberinto derretido.
Allí se ven, ilustres restos,
cien cabezas, cornetas, mil funciones
abren su cielo, su girasol callando.
Extraña la sorpresa en este cielo,
donde sin querer vuelven pisadas
y suenan las voces en su centro henchido.
Una oscura pradera va pasando.
Entre los dos, viento o fino papel,
el viento, herido viento de esta muerte
mágica, una y despedida.
Un pájaro y otro ya no tiemblan.
[de Enemigo rumor, 1941]
José Lezama Lima (La Habana, 1912–1976), Antología de la poesía cubana, selección de José Miguel Oviedo, Ediciones Paradiso, Lima, 1968
Envío de Jonio González
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes - Diario de Cuba (audio) - La Soledad de la Página en Blanco -
A Media Voz - Otra Iglesia Es Imposible
---
Foto: Lezama Lima, 1970 Iván Cañas/France Press/El País
No hay comentarios.:
Publicar un comentario