Como buscar el sol con dos lámparas de mano.
Un sol que se confunde con las naranjas
podridas del jardín; luego se desuella,
cae hacia el cielo y lo encontramos
detrás de los edificios,
asomándose
entre casa
y casa,
siguiéndonos
por un ojo de llave.
De noche alumbramos
el naranjo y no el nido bajo tierra,
donde las ratas se frotan entre sí como un pedernal.
Hernán Bravo Varela (Ciudad de México, 1979), #39 Hablar de Poesía, Buenos Aires, agosto de 2019
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Foto: Javier Senon/Gatopardo
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