Solo una vez la ola hierve hasta la espuma
y se deshace.
El corazón no puede vivir de la traición,
las traiciones no existen: el amor es uno.
Nos indignamos o jugamos,
o mentimos — pero hay silencio en el corazón.
Nunca traicionamos:
el alma es una — el amor es uno.
Monótono y desierto,
es fuerte en su monotonía,
la vida pasa… Y en la vida larga
el amor es uno, siempre uno.
Solo en lo invariable está el infinito,
solo en lo constante, la profundidad.
Después, el camino, y más cerca la eternidad,
y es cada vez más claro que el amor es uno.
Le pagamos al amor con nuestra sangre,
pero el alma justa es justa,
y con un amor amamos…
El amor es uno, como la muerte.
Zinaída Guíppius (Beliov, Rusia, 1869-París, 1945), Eterna Cadencia, 3 de febrero de 2016. Vía Jonio González
Traducción de Natalia Litvinova
Ref.:
Foto: Parnasse
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