viernes, agosto 23, 2019

Manuel J. Castilla / Orillas del Pilcomayo














Vuelvo a mirar de nuevo el Pilcomayo
y el paso solitario de una garza blanquísima
derrumba ante mis ojos
una nevisca rosa en el crepúsculo.

Sobre esta tierra lisa,
en este chaco,
entre picadas blancas de arena que nos pierden
donde el silencio es una nube tendida y alargada,
sobre esta arena, digo,
dejo mis huellas para siempre
como quien se desviste de sombra y se entristece.

Aquí nace el polvoroso tatuaje de los chacos.
Se hunde en ellos como en su propia greda
y desde allí, ya medio ahogado,
canta con una voz de lámpara arcillosa.

Siente que dentro de ella
el chorote tristísimo
ahúma con resinas de algarrobo nuestro origen,
lo pone en unos leves hilos de cháguar,
lo tinta en las raíces calientes de las tuscas
y nos lo da como a su primer beso,
tímido y luminoso.

Déjenme que recuerde
esta guirnalda pobre:
este poco de vino por el viaje
que Nisapé emprendía siempre desde su sueño,
"-Nisapé -me contaba- quiere decir el indio que
siempre va lejos."

El Pilcomayo,
su arena yendo ahogada en suaves tumbos
tragaba y devolvía
el más hermoso esplendor de los días
y al pie del cielo caído
acezaba el más leve latido de la tierra.

¡Oh, riberas, oh río,
oh garzas lentas!
¿Cómo podré olvidaros?
¿A cuál de ustedes cuento este recuerdo?
Era un quirquincho niño el que mamaba.
Prendido de las ubres de la madre redonda
eran los dos, un trozo tierno de la luna,
piedras llenas de leche
rodando en el arroyo de la vía láctea,
toca goteando la vida miedolenta.

Pilcomayo.
Gajo vivo del chaco.
Sombra de mi memoria apaciguada.
Mármol brotando blando del desierto
herida abierta
por el insomne canto de los pájaros.

Ando en tu hollejo bayo.
Toda mi barba es rama de tu harina polvorosa.
Canto bagualas, lejos, con tus gauchos
mientras caigo en la luna, enorme y amarilla,
como en el más antiguo corazón de las frutas.

Manuel J. Castilla (Estación de Cerrillos, Argentina, 1918-Ciudad de Salta, Argentina, 1980), "Andenes al ocaso", 1967, El gozante, selección de Santiago Sylvester, Colihue, Buenos Aires, 2000

Ref.:
Portal de Salta
Ministerio de Cultura de Salta
Tardes Amarillas
El Pájaro Cultural
Jujuy al Momento

Foto: La Nueva Mañana

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