Anahí Mallol
(La Plata, 1968)
Le Pont Mirabeau, de Guillaume Apollinaire
Me acuerdo de este poema de Apollinaire, que la profesora de francés leía, cuidando al extremo la pronunciación. Yo era una nena que se resistía a dejar de ser nena: tendría once o doce años cuando este poema llegó a mí.
Y llegó como un bloque: la poesía y la lengua extranjera, así, entrelazadas, en ese momento de iluminación infanto-juvenil, profana y sagrada. Creía entender entonces todo del poema y del francés, justamente porque no entendía nada. O sí, entendía lo fundamental: algo fluía, algo que no se podía detener, algo que en su huida dejaba restos, algo que alguien, una voz, trataba de retener mala o buenamente como un resto del fluir. Lo que fluía, francés, lenguaje, poema, amor, tiempo, río, lo hacía maravillosamente, acompasadamente, en profusión de eles, de eres, de eses.
Ese fluir me rodeó, me atravesó, me acarició, se quedó: un puente con la vida, que quedaría como resto hasta hoy; la poesía, el idioma, entre natal y extranjero, un fluir de sonidos que busca desesperadamente, fracasado, sonoro y sonante, hacer un sentido, siquiera efímero, para demorarse un rato más en los meandros de lo que huye.
Le Pont Mirabeau
Sous le pont Mirabeau coule la Seine
Et nos amours
Faut-il qu'il m'en souvienne
La joie venait toujours après la peine
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
Les mains dans les mains restons face à face
Tandis que sous
Le pont de nos bras passe
Des éternels regards l'onde si lasse
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
L'amour s'en va comme cette eau courante
L'amour s'en va
Comme la vie est lente
Et comme l'Espérance est violente
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
Passent les jours et passent les semaines
Ni temps passé
Ni les amours reviennent
Sous le pont Mirabeau coule la Seine
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
Wilhelm Apollinaire de Kostrowitsky, Guillaume Apollinaire (Roma, 1880-París, 1918)
El puente de Mirabeau
Bajo el puente pasa el Sena
también pasan mis amores
¿hace falta que me acuerde?
tras el goce va la pena
La noche llega y da la hora
Se va la hora y me abandona
Pongo en tus manos mis manos
y con los brazos formamos
un puente bajo el que pasan
onda mansa las miradas
La noche llega y da la hora
Se va la hora y me abandona
Amor es agua corriente
y como el agua se va
agua de la vida lenta
y la esperanza violenta
La noche llega y da la hora
Se va la hora y me abandona
Pasan días y semanas
pasan y jamás regresan
días semanas amores
bajo el puente pasa el Sena
La noche llega y da la hora
Se va la hora y me abandona
Versión de Octavio Paz
Versiones y diversiones
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, Barcelona, 2000
Foto: Anahí Mallol en FB
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