sábado, noviembre 30, 2019

Ricardo Zelarayán / De "La necesidad y el deseo"























Y ahora a seguir

Pero no se sigue cuando un momento
florece en momentitos
momentito pa comprar
momentito pa charlar
y pa todo lo demás
que es grueso
y se apila en la memoria
para en un momento dado
no seguir...
Alguien se habrá asomao
y seguro que preguntará
(o apretémoslo como un pomo pa que pregunte).
Pero por qué no se aguanta?
no se meta en honduras
que por'ai se me ahoga
quedeseme ai un momento
ansina como boya perdida en la noche
de toda esa matufia de barcos.

Ricardo Zelarayán (Paraná, Argentina, 1922-Buenos Aires, 2010), "Poesía inédita", Ahora o nunca. Poesía reunida, Editorial Argonauta, Buenos Aires, 2009

viernes, noviembre 29, 2019

Enrique Lihn / Pena de extrañamiento














No me voy de esta ciudad con la resignación de los visitantes en tránsito
Me dejo atar, fascinado por ella
a los recuerdos del presente:
cosas que no tuvieron, por definición, un futuro
pero que, ciertamente, llegaron a envejecer, pues las dejo a sabiendas
de que son, tal vez, las últimas elaboraciones del deseo,
los caprichos lábiles que preanuncian la vejez.

En una barraca, cerca de Nueva York, el martillero liquidó el saldo de su negocio
—un stock de fotografías antiguas—
ofreciéndolas a gritos en medio de la risotada de todos:
“Antepasados instantáneos”, por unos centavos
Esos antepasados eran los míos, pues aunque los adquirí a vil precio
no tardaron, sin duda, en obligarme a la emoción
ante el puente de Brooklyn
como si Manhattan, que se enorgullece de volatilizar el pasado
conservándolo en el modo de la instigación a desafiarlo
fuera mi ciudad natal y yo el hijo de esos antiguos vecinos de los que la voz gutural
hace irrisión, y el martillo.

No me voy de esta ciudad sin haber amado aquí
a la mujer que conocí y no conocí ni haber agotado la vida conyugal
reflotando en el negocio de plantas o antigüedades.

La isla dispone de fantasmas artificiales
con que llenar los huecos de la contra-historia
Ellos ocupan en la memoria, con la naturalidad que ésta se permite en relación a la nada
el lugar de los verdaderos ausentes: caras que vi en las bouffoneries del Soho
directement angeliques: esas muchachas caídas de la luna a la nieve
vestidas de pierrot y sus acompañantes andróginos
fueron y no fueron mis amigos de juventud
Se congelan lágrimas que son de frío
pero que memorizan, asimismo, a John Lennon
Reconozco la nieve de antaño, que cae
sobre Blecker Street en este día acrónico
mientras se hace de noche a la velocidad simultánea del vuelo de un murciélago
y pasan películas de mi tiempo en mi barrio.

Como si me retuviera algún negocio en la ciudad
veo a Cary Grant e Irene Dunne
que acaban de morir en una vieja comedia
víctimas del capricho de uno de los primeros automóviles deportivos
(la máquina del glamour)
Sigo sus apariciones y desapariciones
—una cita de Meliès en la magia blanca y sonora de Hollywood—
la sorpresa de esta pareja en otro tiempo ideal
cuando el paisaje se espejea en ellos —los transparentes— por gracia del celuloide.

Como mis propios fantasmas, esos figurines inverosímiles
evocan, de manera en sí misma realista, alguna época acrónica de lo imaginario
Son los antepasados instantáneos de los deseos que provocan
en la inocencia total de sus reencarnaciones o desplazamientos
desde su absoluta lejanía en blanco y negro
El beso final no ocurre en la pantalla
sino entre la pantalla y la media luz de la sala
un corte insubsanable en que se juntan y se besan el presente y el pasado: labios incompatibles
que ninguna comedia puede reunir.

Lo que me ata a la ciudad es todavía más irreal que ese beso
blanco, que connota glamour, escrito en la luz centelleante
(el placer del ojo en el paraíso de la visión artificial)
haciendo el reconocimiento de cómo es lo que no es
hic et nunc, en el Blecker Cinema
Esta ciudad no existe para mí y yo no existo para ella
allí, en ese punto en que los tiempos convergen
bajo la especie de la Duración
Existe para mí, en cambio, en la medida en que logro destemporizarla
desalojarla, por unos contrasegundos, de la convención que marca el reloj
con sus pasitos de gato en la rutina del living
Trabajo que Hércules no se soñaba
en franca competencia con la Meditación Trascendental
Si yo lo consiguiera, sentiría apoyarse desaprensivamente en mi brazo
(el de Cary Grant) la mano enguantada
pronta a desaparecer, de una muerta: Irene Dunne
—Frisson Nouveau— y entre la pantalla y la media luz de la sala
(borrado ya del tiempo el día de mi partida:
dos de enero de mil novecientos ochenta y uno)
Se tocarían (no) como para cualesquiera de los espectadores
—gatos descongelados en el invierno de Nueva York—
pasado, presente y futuro
en una unidad de medida que reúna esos tiempos incompatibles
para ellos y para mí, pero no para ellos: los veros vecinos de Washington Square.
A diferencia mía ellos permanecerán, de hecho, en la ciudad, con el aval de sus antepasados
a quienes, a lo mejor, pusieron en subasta
por unos centavos
y que yo mismo adquirí en una barraca.

De una memoria de la que mi memoria se hace cargo
en la borrada fecha del dos de enero, mi cuerpo tomará el avión
para hacer, en los meros hechos, de algunas calles cuyos nombres ya no recuerdo
y de ciertos rincones que nadie volverá a ver
recuerdos sin objeto ni sujeto
Eso en lo que concierne a mi cuerpo, mientras el invisible ciudadano de esos rincones y esas calles
tan innotorio como lo son, al fin y al cabo, entre sí
diez millones de habitantes
seguirá aquí, delegado por la memoria
que llega a la aberración y toma entonces
no sólo la forma de mi sombra:
mi existencia hecha de algo que se le parezca
Ese doble abrirá en mí un hueco que yo mismo no podría llenar
con las anotaciones de mi diario de viajes
No me proporcionará los estímulos a los que necesite responder
cuando me pregunten en mi pueblo por la Megalópolis
Vivirá en mí de ella, simplemente, como el huésped del mesonero
coadyuvando a que mi vida sea
una versión del discours sur le peu de realité
Porque la realidad estará allí donde ese parásito del ser se pasee gozando de su inanidad
en tanto miseria sonora de estos versos y más allá del lenguaje
y de la vida que me sustraiga mañana cuando como un cuerpo sin la mitad de su alma
despojado del terror que fascina, habite
en cualesquiera de esas medio-ciudades, defectuosas copias de Manhattan
y, por lo tanto, ruinas —nuestros nidos—
antes, después y durante su construcción
algunos de mis puntos de destino
cuando me vaya y no me vaya de aquí.

Enrique Lihn (Santiago de Chile, 1929-1988), "Pena de extrañamiento", 1986, Sólo sé que seremos destruidos. Antología poética, selección de José Villa, Gog y Magog, Buenos Aires, 2019

Gog y Magog/Facebook - Otra Iglesia Es Imposible
---
Foto: Luis Poirot/La Tercera

jueves, noviembre 28, 2019

José Gorostiza / Pausas II












No canta el grillo. Ritma
la música
de una estrella.

Mide
las pausas luminosas
con su reloj de arena.

Traza
sus órbitas de oro
en la desolación etérea.

La buena gente piensa
-sin embargo-
que canta una cajita
de música en la hierba.

José Gorostiza (Villahermosa, México, 1901-Ciudad de México, 1973), Antología de la poesía hispanoamericana 1914-1970, José Olivio Jiménez, Alianza Editorial, Madrid, 1973
vía Uriel Martínez

Academia Mexicana de la Lengua - Arcadia - Fonoteca Nacional de México - A Media Voz - Poesí As - 
Los Poetas - Este País - Letras Libres - Isliada

Foto: Archivo de la Secretaría de Cultura de México/Este País

miércoles, noviembre 27, 2019

Héctor Pedro Blomberg / La muerte de Schneider



















A Schneider lo mataron una noche
en el boliche de la Paraguaya.
Tenía los ojos azules
y la cara muy pálida.

Schneider oía el canto de la alondra
del viejo Rhin en las mañanas claras:
soñaba con países
de sol, y con tierras lejanas.

Se embarcó en un velero, allá en Hamburgo,
partió en la niebla de una madrugada.
Schneider fue por los cinco océanos
con sus ojos azules y su cara muy pálida.

Se enamoró una noche, muy ebrio y muy romántico,
de aquella camarera valenciana
que volvía locos a los marineros
en aquella taberna del Río de la Plata,
y un hombre lo mató de un navajazo
en una vuelta de la calle Australia.

¿Dónde estará el alma de Schneider?
¿Oyendo las alondras del Rhin en las mañanas?
¿Vagando por los mares
en los perdidos barcos?

Yo he llorado por Schneider, una noche de lluvia,
en el boliche de la Paraguaya.

Héctor Pedro Blomberg (Buenos Aires, 1889-1955), Poesías. Sus mejores canciones, Librerías Anaconda, Buenos Aires, 1928
Envío de Jonio González

Otra Iglesia Es Imposible - Poetas Siglo XXI - Todo Tango

Foto: Historia de la Literatura Argentina, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1968

martes, noviembre 26, 2019

Li Po / Borracho todo el día













Vivir en este mundo es tener un gran sueño;
¿Por qué castigarme trabajando?
Así que estoy borracho todo el día.
Me desplomo por la puerta principal, muerto para el mundo.
Al despertar, miro el jardín
donde un pájaro canta entre las flores
y me pregunto qué estación es.
Creo que lo escucho decir, “los pájaros mango
        cantan en el viento de primavera.”
Estoy abrumado y casi suspiro.
Pero no, me sirvo otra copa de vino,
y canto con todas mis fuerzas y espero a la luna brillante.
Cuando mi canción desaparece, la olvido.

Li Po (probablemente Sui-ye, hoy Kirguistán, 701-Dangtu, actual Anhui, 762), Anchor Book of Chinese Poets, Tom Barnstone y Chuo Ping, editores y traductores, Anchor Books, Nueva York, 2005
Versión al castellano: Juan Arabia, Buenos Aires Poetry, 24.11.2019

Nota del Administrador: La grafía con que se conoce tradicionalmente en los países occidentales al "mayor poeta chino" es Li Po. Revisada hace unos años, se concluyó que era una transliteración (al inglés) que respondía a una pronunciación arcana, que Wikipedia sin más, con su habitual pedantería, calificó de "obsoleta". De manera que la grafía Li Po se alterna actualmente con la de Li Bai. El poeta Ezra Pound se refiere a él como Rihaku, incorporando al inglés la pronunciación del nombre en japonés. Este blog optó por la antigua transliteración del sistema Wade-Giles, Li Po.

CRI Online - Absoluted China - Shen Yung Performing Art - Editorial Pre-Textos - Poetas Siglo XXI - Letras Libres - Zenda Libros - Revista Cocktail - Otra Iglesia Es Imposible

Imagen: "Li Bai de paseo", dibujo atribuido a Liang Kai (c.1140-1210), detalle Tokyo National Museum


DRUNK ALL DAY *

To live in this world is to have a big dream;
why punish myself by working?
So I´m drunk all day.
I flop by the front door, dead to the world.
On waking, I peer at the garden
where a bird sings among the flowers
and wonder what season it is.
I think I hear him call, “mango birds
…….sing in spring wind.”
I´m overcome and almost sigh.
But no, I pour another cup of wine,
sing at the top of my lungs and wait for the bright moon.
When my song dies out, I forget.

* La traducción al inglés no respeta el título del poema original (Nota de Juan Arabia)


春日醉起言志

處世若大夢,胡爲勞其生?
所以終日醉,頹然臥前楹。
覺來眄庭前,一鳥花間鳴。
借問此何時?春風語流鶯。
感之慾嘆息,對酒還自傾。
浩歌待明月,曲盡已忘情。

lunes, noviembre 25, 2019

Linda Pastan / Dos poemas













Funeral en octubre

El mundo está mudando
sus miles de pieles.
La serpiente va desnuda,
y las agujas del pino caen
como los dientes de un peine que rompí
sobre tu pelo la semana pasada.
Los fantasmas de las hojas muertas
no atormentan a nadie. Imposible
entregarte al clima,
dejarte encerrada en un árbol asesinado.
Ninguna metafísica nos ha preparado
para el simple acto de volvernos
y alejarnos andando.


La muerte de la abeja

La biografía de la abeja
está escrita en miel
y tocando
a su fin.

Pronto el zumbido
que es canto del verano
será silenciado para siempre;

las flores, encendidas
resplandecerán
una última vez
y se apagarán.

Y el chico que curaba
la picadura en su tobillo esta mañana
evocará
sus breves lágrimas

con algo
parecido al arrepentimiento
al recordar el ambarino
sabor de la miel

Linda Pastan (Nueva York, Estados Unidos, 1932), Carnival Evening: New and Selected Poems 1968-1998, W. W. Norton, Nueva York, 1999
Versiones de Jonio González

Foto: Friends of The Pacific Grove Public Library


OCTOBER FUNERAL

The world is shedding
its thousand skins.
The snake goes naked,
and the needles of the pine fall out
like the teeth of a comb I broke
upon your hair last week.
The ghosts of dead leaves
haunt no one. Impossible
to give you to the weather,
to leave you locked in a killed tree.
No metaphysic has prepared us
for the simple act of turning
and walking away.


THE DEATH OF THE BEE

The biography of the bee
is written in honey
and is drawing
to a close.

Soon the buzzing
plainchant of summer
will be silenced
for good;

the flowers, unkindled
will blaze
one last time
and go out.

And the boy nursing
his stung ankle this morning
will look back
at his brief tears

with something
like regret,
remembering the amber
taste of honey.

domingo, noviembre 24, 2019

César Fernández Moreno / Al mar hay que decirlo












al mar hay que decirlo
el mar es un hecho que el hombre no puede pasar por alto
hay que volverlo palabras
hay que hacer del mar un sonido que te salga de la boca
un dibujo de letras que te parta el corazón
ahora van a ver qué fácil
yo les voy a decir
el mar

uno va por el camino y de pronto el mar
sale del cielo para abajo
está duro liso cobrizo vertical
uno ve el mar y qué
es algo innecesario rebuscado
un mero color puro
con la tierra y el cielo bastaba para envasar la tarde
pero el camino se derrumba al mar
y el mar te punza la cara se mete en tus sentidos
entonces te das cuenta
lo importante del mar es que viene a la tierra
hay una fuerza que se apoya en el horizonte y se proyecta
     hacia aquí
viene y se rompe en la roca
la vertical gira como hélice lo liso se eriza lo cobrizo se irisa
el mar se particulariza se desparrama se deja chupar por la
     playa
lo duro se fragmenta en un millón de besitos
aquel mar general resulta ser una cita con vos en la costa
un hecho neto de tu biografía
este momento de tu respiración

entonces no es el mar
yo no decía el mar en tanto rompe sobre la orilla
no decía tu retina ni tu epidermis
qué me importa el mar trepando tu pie
yo preguntaba por el mar por el mar
a ver si le puedo sacar el parecido
parece la pampa pero con alambrados de espuma
una palma de mano que sostiene las nubes
una almohada para la cabeza de dios
el ojo de buey por donde mira dios desde su camarote
el ojo de la tierra
una rueda con cámara de horizonte
la línea de flotación de todos los buques
la tumbadora que golpean los nadadores
el refugio subterráneo de las playas
una bailarina deshecha
el ruido líquido la parte más baja del cielo
o el verdadero cielo y estamos al revés las estrellas se
     cayeron arriba
o el verdadero continente y aquí nos ahogamos
si el mar fuera todo eso sería lo que no es
entonces cuál es yo preguntaba por su tejido de adentro
por el mar por el maaar

desde el cielo las olas pierden énfasis
solo configuran la curtida piel del mar
flota un barco al sol como un insecto acuático
la rompiente no grita al abordar la tierra
solo manifiesta su impotencia de seguir mar con una
     marginal protesta de espuma
es tan evidente que la forma de la costa depende de la tierra
que el mar es una extensa pero débil objeción del agua a la
     tierra
a estas alturas todo se pone demasiado abstracto
el cielo siquiera tiene nubes
el mar solo tiene mar
qué manera de estar esto ya no es el mar
las nubes perfeccionan momento a momento su explosión
     silenciosa
solo ellas son humanas están más vírgenes más besables por
     arriba
el mar no existiría si las nubes no lo necesitaran para
     proyectar su forma
las nubes determinan un cielo de arriba y otro de abajo los
     dos con puntitos blancos
el avión elegante vuela gozando el sol
que permanece arriba sin llegar a los hombres
sin embargo las nubes se rasgan se dispersan
y el mar triunfa sigue abajo sin una fisura
pero yo no quería decir ese mar sus componendas con la
     tierra y el cielo
con el sol con la sopa de nubes

yo quería decir el mar
no resbalar entre los planos del silencio
cerré los ojos ahí estaban las mismas nubes
entonces volví abajo para mirar el mar desde el mar
puse mi tiempo en agua por el ancho de un océano
el buque habló humo el mar contestó espuma
al mar hay que decirlo yo insistí
queriendo una vez más restablecer a palabras mi equilibrio
    con el mundo
ahí estaba esa cosa verde
la miré la volví a mirar la seguí mirando hasta que se me
disolvieron los párpados
pero el mar seguía consistiendo en la exagerada redondez
     del horizonte
el paisaje infinito no será para verlo
en vano el hombre se arroja contra él
rebota y vuelve a sus sensaciones orgánicas
a sus dedos amarillos de tabaco a la cutícula irregular de
     sus uñas
ya viene la noche a relevarme ya te cubre de sí
mar como si no fueras lo bastante oscuro
a lo lejos la tierra alardea de faros
como si ella fuera tan clara
en vano tus olas se me aplastan contra los oídos y me
     cambian el mundo
yo no entiendo lo que querés decirme
¿quién te bate desde adentro quién te emociona hasta
     volverte espuma?
¿para qué tanta agua si no podrías ahogar una gaviota?
¿qué te parece la república argentina
te acordás de Mariano Moreno?

pero el mar no responde
la quilla lo hiere lo saja
él opone magia blanca de espuma y recobra su respiración
     ondulante

yo no te puedo ver solo la luna nueva te contempla en secreto
igual me lanzo todo el tiempo sobre vos
¿un contenido? ¿la cosa más grande puesta sobre el planeta?
imagínense un vaso lleno de agua
los habitantes de sus bordes vivirían embrujados por ese
     líquido
en definitiva la menor gota de niebla la más insinuada
     lágrima desembocan en el agua total del mar
cuerpo intermedio penetrable flotable móvil y quieto
su forma conciliadora lo hace hermano del hombre
el mar es una especie de tierra benigna donde no tropiezo
una especie de viento muy fuerte que se ve
al agua la conozco con la boca y el cuerpo
respeta mi perfil mis tejidos más delicados se deja doblar
     nos recibimos por entero
mar ya te voy entendiendo
algo como eso pero no tan largo
solo una sirena podría abreviármelo
(llorando entrecortadamente)
ah si yo fuera pez
ameba siquiera
(más esperanzado)
si me ahogara tal vez…

…el texto continuaba
en la próxima estrofa explicaba el mar completo
yo la escribí crispado sobre la proa
pero esa hoja se me voló al mar
                                                                      1955
[de "Espacio escrito"]

César Fernández Moreno (Buenos Aires, 1919-París, 1985)

Argentino hasta la muerte,
Ediciones del Dock,
Buenos Aires, 2019









Ref.:
Ediciones del Dock
Ediciones en Danza
Otra Iglesia Es Imposible
Caína Bella
Blog del Amasijo
Eterna Cadencia
Poetas Siglo XXI
La Nación
Lamás Médula
Colegio Mariano Moreno

Foto: Poemas cortos, Ediciones en Danza, 2015

sábado, noviembre 23, 2019

Teresa Arijón / (escrito a orillas del río Arashiyama)




















De espaldas a los comensales
de frente a las ollas
donde el aceite bulle y borbotea
las mujeres preparan delicias humildes.
Parecen un ejército, una colmena, una grey.
El sonido ardiente del aceite
que mece y quema, construye
desde los cimientos
–el sol naciente–
un imperio.
Las bases del imperio
están aquí, en esta cocina junto al río de los botes azules.
Río que Hokusai pudo haber pintado, Kawabata descripto
y Mishima incendiado.
Pero la raíz del imperio –el sol naciente– está aquí.
En esta afanosa cocina bajo el cielo, a orillas del agua.
Metódica, civilizada.
Creciente como la luna crecerá esta noche
hasta dejar su estela temblorosa sobre el río.

[inédito]

Teresa Arijón (Buenos Aires, 1960)

Ref.:
FILBA
Ñ
Op. Cit.
Hacienda Glamorosa
Fundación Kónex
Blog del Amasijo
Poetas Siglo XXI
Página 12
Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Hacienda Glamorosa

viernes, noviembre 22, 2019

Ana Blandiana / La patria del desasosiego













Esta es la patria del desasosiego
A punto de cambiar de opinión
De un momento a otro
Y, no obstante, sin renunciar a esperar algo indefinido.
Esta es mi patria,
Entre estas paredes
A unos metros los unos de los otros
Y ni siquiera en el espacio completo entre ellos,
Sólo en la mesa con papel y lápices
Dispuestos a moverse solos y a empezar a escribir,
Esqueletos animados bruscamente por unas plumas más antiguas,
Sin usar desde hace mucho tiempo, con la pasta seca,
Que se deslizan frenéticamente sobre el papel
Sin dejar ninguna huella…
Esta es la patria del desasosiego:
¿Conseguiré alguna vez
Descifrar las huellas que no se ven,
Pero que sé que existen y esperan
Que las pase a limpio
En mi patria A4?

Ana Blandiana (Timisoara, Rumania, 1942), Mi patria A4, Pre-Textos, Valencia, 2014
Traducción de Viorica Patea y Antonio Colinas

Editorial Pre-Textos - Luna Libros - Otra Iglesia Es Imposible

---
Foto: ABC

jueves, noviembre 21, 2019

Michael Longley / Arquitecturas

















La casa a la orilla del mar

Arena y ripio dejas como suelo
y cubriendo con algas los suaves cantos rodados
haces de tu casa una cámara de resonancia
que magnifica el viento como un ciclón
y te mantiene con la cabeza en alto y los hombros
sobre el nivel del susurro marino y de la costa.


La casa con forma de huevo

¿Pagas por esta casa a precio de huevo
por sus blanqueados muros limpios como una concha
y la sala el lavadero y dormitorios ovalados
o la doble yema del Cielo y del Infierno
o los días cuando llueve y luego vuelve el Sol?


La casa sobre la pálida pradera

Este tronco de árbol deshojado
puede ocuparse mas nunca habitarse
cuando nieva en la pálida pradera
y la casa más pequeña nunca vista por ti
oculta a quien el lino cuida
desde las mínimas ventanas para ver a los ladrones.


La casa hecha de césped

¿Fueron las chimeneas armadas de piedra
o es solo el lugar para el fuego
en una casa hecha de césped, con sus techos
de astillas, frontis para proteger del agua
esta gran caja de yesca donde hacer una hoguera
de cuanto has levantado y calentado por ti mismo?

Michael Longley (Belfast, Reino Unido, 1939), traducción de Juan Cameron, Revista Liberación Cultural, Suecia, 1994. Poesía universal traducida por poetas chilenos, selección de Jorge Teillier, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1996

Ref.:
Poetry Foundation
British Council
Aspects Festival
The Warr Poets Association
The Guardian
The New Yorker

Foto: Michael Longley, 2012 Wikimedia Commons

miércoles, noviembre 20, 2019

Horacio Fiebelkorn / De "Poemas contra un ventilador"













Lo simultáneo

Todo al mismo tiempo, dijo Patchen, es la eternidad. Ni un borde entre los árboles mojados y las lámparas, o el rocío del amanecer y el aparato de radio.
La eternidad funde el límite entre la sartén y el semáforo, el café y la rata.
Todo al mismo tiempo, dice el muñeco de colores, sobre un fondo que parece cielo, o un agua difusa donde se recorta, infantil y manuscrita, la frase mágica: todo al mismo tiempo es la eternidad. Todo al mismo tiempo es la eternidad.


El jardín

Cuando desperté, supe que estaba en el poema de otro. Había un jardín con macetas, una ligustrina, un desayuno servido, nadie a la vista.
Las cosas no tenían identidad. Sólo un leve brillo, como en una película de terror un poco obvia.
Pero el caso es que era el poema de otro y allí me desperté.
No sabía cuál era su tema. ¿Era un poema de amor a alguien, un poema con alguien, una reflexión frente a un paisaje, un juego verbal, una proclama? Me hacía estas preguntas mientras servía el café y las tostadas. Siempre odié las tostadas: era la prueba de que el poema era de otro. Un guión que no era para mí.
Pero yo miraba el jardín y las macetas. Cantaban benteveos, era una mañana sin frío ni calor en el poema de otro, con un aire familiar.

Horacio Fiebelkorn (La Plata, Argentina, 1958)

Poemas contra un ventilador,
Caleta Olivia,
Buenos Aires, 2019










Ref.:
Caleta Olivia
Espacio Murena
La Otra
Los Poetas no Van al Cielo
1 Poeta 10 Preguntas
La Primera Piedra
Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Horacio Fiebelkorn, 2019 Nora Lezano/Facebook

martes, noviembre 19, 2019

Luis Franco / De "Los trabajos y los días"


La cocina

El gato, hecho un ovillo, dormita contra la olla:
El gato runrunea y la olla borbolla.

La vieja sopla el fuego brujo. El humo se escapa,
Duendecito, a las varas más negras que morcillas.
La pava para el mate hace bailar la tapa,
Y en sí misma se fríe la tira de costillas.
Y el ají y el vinagre ensangrietan ya un plato.

Alzando el lomo al techo se despereza el gato.


Nieve

El fuego-Dios alegra la cocina de quincha.

El viejo reanuda los hilos de una cincha
Y los chicos calientan un pichón entumido.
Mientras bailan los husos que van echando panza
Como niños glotones y brindando a la holganza,
Se abre el maíz que tuestan como un peral florido.
La blancura chiquita de esas flores se suma
A la blancura enorme de la nevada, espuma
De jabón que en silencio sonríe la limpieza
Sin mancha, como un ángel, de la Naturaleza.

La nieve es la pureza cristalina del frío.
Es el lirio inodoro de tus inviernos, tierra.
Con su blancura de hostia, con su silencio pío,
Quién sabe qué misterio de comunión encierra.

Es tan simple su gracia de blancura que el suelo
Ahora no es indigno del celeste del cielo.

Luis Franco (Belén, Catamarca, Argentina, 1898-Ciudadela, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1988), Los trabajos y los días (geórgicas), segunda edición, Babel, Buenos Aires, 1929
Luis Franco/Issuu 2014

Ref.:
Todo Argentina
Aromito
Voces que no Olvidamos
Generación Abierta

Foto: Luis Franco c. 1959 Wikipedia/Archivo General de la Nación Argentina

lunes, noviembre 18, 2019

Luis Franco / Oda a León Trotsky























Una certeza fortalecida en la gimnasia de todas las dudas
hasta dominar el vértigo de abismos y sepulcros
y una serenidad más ancha que el ademán de las banderas y
  /los sembradores
tú, cuya biografía comienza a ser levadura del mundo
y cuyo nombre imanta lo que hay de fierro en nosotros.
Domicilio de honor te fue la cárcel,
como ya es el destierro tu patria de adopción
(Te recuerdo en Nicolaiev custodiado por los piojos,
tú, dandy de ademanes perfectos; recuerdo tu casi astronómica fuga
  /desde un arrabal del polo
a través de la nieve sin ribera como la sombra;
casi oigo el resuello cansado de los remos incansables)
te recuerdo en Alma Ata, mazmorra de cristal,
con fríos que buscaban coparte esa alma que descongela los miedos.
Pero qué pobre cosa estas patrias para diplomáticos y pedicuros,
ellas que así tiritan de tu sola vecindad, ahora.
Amigo profundo de los hombres,
eres como un recién venido de la mar
entre mediterráneos que nunca oyeron hablar de ella
con tu saber de sol que hace fluir las verdades heladas,
con tu pasión que hace trampolín de cada obstáculo.
Donde tú entras los relojes que apresuran la marcha.
Se quemaron las naves del pasado sobre las playas vírgenes del alba
cuando amaneció Octubre para siempre,
y el sol descendía a través de todos los cerrojos.
Una vasta esperanza comenzaba ya a colonizar el futuro.
Al fin una preñez dolorosamente larga
las masas daban a luz una época nueva.
Natchalo! Naovaia Jizn! Natchalo!
Y tus jornadas eran de veinticuatro horas cabales, Lev Davidovich.
Contra toda la herrumbre y el fierro de Europa
sobre catorce frentes se combatió después,
y un tren fantasma que aventó doscientos mil kilómetros
era tu ferrado caballo de pelea,
capitán.
Pero la vida es breve y la guerra es larga.
Sabes que somos un vaivén en marcha
entre la conservación y la invención;
sabes de la sirena llamada Costumbre
cuyo encanto es la muerte de la audacia y el mañana.
La vida no es remanso
sino río en marcha.
El único dios que no abdicó aún se nombra Comienzo.
Por eso tu ciencia y tu voluntad se llaman revolución.
Es verdad,
como un árbol primaveral se conmueve la humanidad sufrida.
(Todos los siglos podridos son su abono).
Los pueblos van a colgar sus recuerdos inservibles,
y echar a la basura como zapatos rotos
sus creencias de ayer y de anteayer.
El filo del alba está segando todos los sueños del miedo.
Los pueblos van a mudar todas sus plumas viejas.
Inútil el cordón sanitario de los gritos de alerta
o de amenaza;
la revolución no conoce fronteras al igual que la brisa.
La razón no es el jardín de invierno,
sino el intenso verano del hombre.
Están los días blancos con sus terribles yemas.
Razón, claro silbido de ayuda
en el cruce del oscuro callejón del ser.
¡Qué nocturno es el hombre! Pero su amanecer definitivo se acerca.
De las iglesias a los códigos,
todos los becerros de oro y estiércol,
todos los dioses panzudos e hipócritas se irán.
Serán los servidores del hombre o tendrán que irse.
No lo creen los que engordan con la sanies llamada provecho
ni los que suponen a la vida coronada de adormideras.
Con el perro dinero el perro hambre será desterrado.
Las fábricas no serán los templos
donde obesos sacrificadores alimentan con carne y espíritu de hombre
  /el Ídolo máquina.
La propiedad no expropiará al hombre.
La higiene abolirá un día
esos holocaustos malolientes que son las guerras
las que dejan sin pulso o sin figura a los mozos de veinte años
para hacer del mundo un hospital cuidado por viejos.
Pero tú sabes, adelantado de todo lo nuestro,
que lo moribundo debe morir,
que lo muerto debe ser enterrado.
¿No inocula el futuro gérmenes en el flanco de todas las muertes?
Que las guerras morirán en la guerra creadora, la nuestra,
la que desuncirá las manos y las mentes,
Libertador.
Pero es sabiduría vedada
ésa que tu acrisolas y vives, como ninguno aún,
hombre vertical entre todos,
con el coraje del amanecer,
y el más arduo, el de media noche, que espanta a los fantasmas.
Y por ello no hay tierra firme, para ti, navegante,
por ello eres el varón más solitario del mundo,
tú, viento que alza el amargo oleaje de las ansias en vela.
Todo lo que es oblicuo te odia,
todo lo que huele a cucarachas y moho,
y los que viven entre su corbata y su reloj,
y los que arrodillan el espíritu, como el camello, para el fardo:
mientras tú, contemporáneo de lo que nacerá un día,
dices adiós al pasado con una mano
e inauguras con la diestra el porvenir hasta lo más distante.
Tú, el ferviente, confías en que podrán ser redimidas en la luz las herencias
 /de lo subterráneo. Tienes fe en el que ha de suceder por fin
a los dioses que sacara de sus costados un día:
el hombre hecho de profundidad terrible y sal de permanencia como
  /el océano.
Domesticador del mundo ya,
el hijo de la mujer es todavía
la fiera del circo de sí mismo.
Más la economía, esfinge del mal de ojo,
será entendida al fin;
la Necesidad entreabrirá como un capullo sus puños de piedra,
y para el nuevo crecimiento del hombre,
una matinal armonía será descubierta.
Esa es tu fe y la mía, camarada.

[1940]

Luis Franco (Belén, Catamarca, Argentina, 1898-Ciudadela, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1988), La Izquierda Diario, 20 de agosto de 2017

Eterna Cadencia - La Poesía Alcanza para Todos - El Ancasti - La Izquierda Diario - Letralia - Los trabajos y los días, 1929/Issuu
---
Imagen: Luis Franco por Hermenegildo Sábat s/d

domingo, noviembre 17, 2019

Billy Collins / Te pregunto

















¿En qué escena quisieras estar
que no sea esta,
una noche cualquiera sentado a la mesa,
el empapelado con flores cayéndose encima,
armarios blancos repletos de vidrio,
el teléfono en silencio,
sosteniendo una lapicera en la mano?

Me da tiempo para pensar
en todo lo que pasa afuera -
hojas acumulándose en los rincones,
el liquen enverdeciendo las altas piedras grises,
mientras el mundo navega sobre las dunas,
enorme, oceánico, la historia burbujeando en su estela.

Pero más allá de esta mesa
no hay nada que necesite,
ni siquiera un oficio que me permita remar al trabajo,
ni un Aston Martin DB4 color café
con agrietados asientos de cuero verde.

No, todo está acá,
los nítidos óvalos de un vaso de agua,
un pequeño cajón de naranjas, un libro sobre Stalin,
por no hablar del extraño pez
enmarcado en la pared,
y el modo en que estas tres velas
-cada una de distinta altura-
cantan en perfecta armonía.

Discúlpenme
si inclino mi cabeza, ahora y escucho
al bajo de la vela corta hacer su solo
mientras mi corazón
repica bajo la camisa
-rana al borde del estanque-
y mis pensamientos vuelan a una provincia
hecha de un cielo enorme
y casi un millón de ramas vacías.

Billy Collins (Nueva York, Estados Unidos, 1941), The Trouble With Poetry and Other Poems, Random House, Nueva York, 2005
Versión © Silvia Camerotto


I Ask You

What scene would I want to be enveloped in
more than this one,
an ordinary night at the kitchen table,
floral wallpaper pressing in,
white cabinets full of glass,
the telephone silent,
a pen tilted back in my hand?

It gives me time to think
about all that is going on outside-
leaves gathering in corners,
lichen greening the high grey rocks,
while over the dunes the world sails on,
huge, ocean-going, history bubbling in its wake.

But beyond this table
there is nothing that I need,
not even a job that would allow me to row to work,
or a coffee-colored Aston Martin DB4
with cracked green leather seats.

No, it's all here,
the clear ovals of a glass of water,
a small crate of oranges, a book on Stalin,
not to mention the odd snarling fish
in a frame on the wall,
and the way these three candles-
each a different height-
are singing in perfect harmony.

So forgive me
if I lower my head now and listen
to the short bass candle as he takes a solo
while my heart
thrums under my shirt-
frog at the edge of a pond-
and my thoughts fly off to a province
made of one enormous sky
and about a million empty branches. 

---

sábado, noviembre 16, 2019

Luisa Valenzuela / La palabra es mi esqueleto
















La palabra es mi esqueleto, me mantiene erguida, me da forma
y consistencia.
La palabra es mi músculo, me mueve por la vida.
La palabra es mi yo aunque “yo” no sea la palabra exacta.
La palabra, y el amor, y el agradecimiento que también me sostienen.
Las palabras, estas mismas que ahora esbozo en un taxi, en
movimiento.
El taxi responde al color de los semáforos.
Una también responde, sólo que los semáforos son otros y ni los
vemos ni conocemos su clave, pero igual respondemos.
El semáforo de unos ojos claros, por ejemplo, si bien también hay
ojos claros turbios que nos interpelan desde lejos. Son semáforos
esos ojos y solemos responder a su llamado.
Nos vamos acercando, sin prisa, hasta reconocer nuestro error al
filo de la trampa. Ensimismadas.
Ojos que no nos corresponden en ningún sentido del verbo corresponder.
Menos mal; así seguimos escribiendo.
No fue por falta de miradas claras, respondientes, que me largué
a escribir, es decir a deambular sin derrotero fijo, sola, sí, con toda
mi risa a cuestas
La risa es lo que salva
La escritura de risa y su diseño; tintinear de campanas, sonoridad
de cuencos tibetanos.
Esas cosas.
La risa. La escritura. ¿Por qué será que a veces queremos separarlas
si son equivalentes?
Nos salvan cada cual a su manera y en conjunto.
Nos salvan.
El mirar para atrás, el querer contarlo todo sin tapujos y ya no
queda nada, todo ha sido contado una y mil veces.
Y las manos vacías.
Es nuestra suerte:
Empezar de nuevo con la simpleza de la primera letra.

Luisa Valenzuela (Buenos Aires, 1938)

La cortina negra
(2010. Diálogo entre dos cuadernos),
Fundación Proyecto al Sur,
Buenos Aires, 2019








Ref.:
Luisa Valenzuela - Sitio oficial
Fundación Proyecto al Sur
Biografías
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Foto: Luisa Valenzuela, Guadalajara, México, 2007 Triunfo Arciniegas/Biografías

viernes, noviembre 15, 2019

Jim Harrison / Dos poemas














El presente

El precio del vuelo es el aterrizaje.
En este cálido día de invierno en el sudoeste,
aquí en el límite de la frontera, quiero
ir a Francia, de donde todos venimos,
donde Occidente nació cerca de las antiguas
cuevas próximas a Lascaux. En casa sólo estoy
sentado en el borde de este agujero negro,
un pozo que desciende hasta el centro de la tierra.
Con un gran telescopio apuntado hacia abajo
veo un rojo punto de fuego y oigo a la bestia aullar.
Mi espalda supura, enferma,
el corazón se tambalea,
el cerebro canta sus cancioncillas.
En todas partes blancas películas vírgenes esperan ser vistas.
La alondra buceó a pocas pulgadas de las rocas
antes de detenerse y ascender de nuevo.
Los dedos de los pies de Dios hundidos en la tierra.
Está listo para correr. Pero ¿hacia dónde?


Otro país

Amo estos amaneceres muy húmedos con
mil pájaros que oyes pero
no llegas a ver en la niebla.
Mi viejo y ajeno cuerpo es un extranjero
que lucha por entrar en otro país.
La llamada del somormujo me da escalofríos.
De regreso en la cabaña veo un libro
y no acabo de estar seguro de qué es en realidad.

Jim Harrison (Grayling, Michigan, Estados Unidos, 1937-Patagonia, Arizona, Estados Unidos, 2016), The Essential Poems, Joseph Bednarik, ed., Copper Canyon Press, Port Townsend, Washington, 2019
Versiones de Jonio González

Ref.:
Poetry Foundation
The New York Times
Poetry Dispatch and Other Notes from the Underground
The Guardian
El Cultural
ABC
Buenos Aires Poetry
Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Andy Anderson/El Diario


THE PRESENT

The cost of flight is landing.
On this warm winter day in the southwest,
down here on the edge of the border I want
to go to France where we all came from
where the Occident was born near the ancient
caves near Lascaux. At home I’m only
sitting on the lip of this black hole, a well
that descends to the center of the earth.
With a big telescope aimed straight down
I see a red dot of fire and hear the beast howling.
My back is suppurating with disease,
the heart lurches left and right,
the brain sings its ditties.
Everywhere blank white movies wait to be seen.
The skylark dove within inches of the rocks
before it stopped and rose again.
God’s toes are buried deep in the earth.
He’s ready to run. But where?


ANOTHER COUNTRY

I love these raw moist dawns with
a thousand birds you hear but can't
quite see in the mist.
My old alien body is a foreigner
struggling to get into another country.
The loon call makes me shiver.
Back at the cabin I see a book
and am not quite sure what that is.

jueves, noviembre 14, 2019

Enrique Lihn / Este no querer ser lo que se es

















Este no querer ser lo que se es
este rechinamiento,
y el gusto, en todas partes, de lo que uno se pierde miserablemente:
el sabor del agua con que culmina la sed,
el momento feliz con que culmina, en su noche feroz, el manicomio.
Mujeres de otro mundo ya, por las que me rebano de los buenos sueños
amores dulces como lágrimas de cordero degollado
seres que me distancian del amor resolviéndose por lo intocable
Familias tardes en el campo
Vida en la exacta acepción de la palabra como algo puesto al fuego
                                                                                         / lento del sol
mi infancia a pesar de todo digna de unos recuerdos este poema mismo
todas son partes ahora de una noche incolora
de una mutilación.

Enrique Lihn (Santiago de Chile, 1929-1988)

"La musiquilla de las pobres esferas", 1969
Sólo sé que seremos destruidos.
Antología poética,
selección de José Villa,
Gog y Magog,
Buenos Aires, 2019







Gog y Magog/Facebook - Op. Cit.
---
Foto: Enrique Lihn. Portada de esta antología, detalle

miércoles, noviembre 13, 2019

Cristina Campo / Moriremos alejados




















Moriremos alejados. Será mucho
si puedo posar la mejilla en tu mano
en año nuevo, si en la mía la huella
contemplarás de otra migración.

Del alma bien poco
sabemos. Beberá quizás de los cuencos
de las cóncavas noches sin pasos,
se posará sobre aéreas plantaciones
nacidas de las piedras…

¡Oh señor y hermano!, de nosotros,
sobre una sola vitrina de cristal,
pueblos estudiosos escribirán,
quizá, tras miles de inviernos:

“ningún vínculo unía a estos muertos
en la necrópolis desierta”.

Cristina Campo, seudónimo de Vittoria Guerrini (Bolonia, Italia, 1923-Roma 1977), La tigra assenza, Adelphi, Milán, 1991
Traducción de Ángel Faretta

Nota del traductor:
El primer poema escrito por CC, como le dice en una carta a su amiga Margherita Dalmati en el verano de 1955. Y como apunta allí también, inspirado en una cripta de cristal del antiguo Egipto, puesta en la sala correspondiente del Museo Vaticano, donde reposaban los cuerpos de dos jóvenes. No aclara si  momificados o con la mascarilla de oro o bronce correspondiente. Y donde había un cartel que rezaba “sin ningún parentesco entre ambos”. Luego, en una siguiente visita, un año después y acompañada por su padre, CC vio que los cuerpos habían sido separados y puestos en diferentes criptas de cristal. Allí le escribe a su amiga “al verlo mi corazón se dividió en dos. En 'Moriremo', pienso que seguirán unidos”.

Otra Iglesia Es Imposible - Adamar - Poetas Siglo XXI - Ñ - A la Bartola - Il Foglio Letterario - Pangea - 900 Letterario


Moriremo lontani. Sarà molto
se poserò la guancia nel tuo palmo
a Capodanno; se nel mio la traccia
contemplerai di un’altra migrazione.

Dell’anima ben poco
sappiamo. Berrà forse dai bacini
delle concave notti senza passi,
poserà sotto aeree piantagioni
germinate dai sassi…

O signore e fratello! ma di noi
sopra una sola teca di cristallo
popoli studiosi scriveranno
forse, tra mille inverni:

"nessun vincolo univa questi morti
nella necropoli deserta".

--
Foto: Retrato de Cristina Campo, con fecha manuscrita de 1963, incluido en la edición de Gli imperdonabili, Adelphi1987 Glossator

martes, noviembre 12, 2019

Yves Di Manno / De "El Meridiano"













Todo está mudo en las rocas
la harina reposa
un viejo se pasea en el borde del muelle.

A lo lejos se lanzan redes sobre el agua
el herido grita sin ruido
las mujeres alarmadas levantaron la cabeza
nadie se ha acercado.

Los pájaros en el cielo pasan sin prisa.

Sobre la barca inmóvil ya no hay nadie.

Yves Di Manno (Rhône, Francia, 1954), "El Meridiano", 1987, Kambuja y otros poemas, traducción de Jorge Fondebrider, Milena París, Buenos Aires, 2019

Ref.:
Milena París
Babelio
Club de Traductores Literarios de Buenos Aires
Las Egerias
La Nación
La Dépêche 
Le Monde
Poems and Poetics
Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Babelio


Tout est muet dans les rochers 
la farine repose 
un vieillard se promène au bord de la jetée.

Au loin on lance les filets sur l’eau 
le blessé crie sans bruit 
les femmes alarmées ont relevé la tête 
nul ne s’est approché.

Les oiseaux dans le ciel passent sans se presser.

Sur la barque immobile il n’y a plus personne.

lunes, noviembre 11, 2019

Jorge Fondebrider / Dos poemas














Un mal poeta

Me atraen los lobos y los cuervos por alguna razón que desconozco.
Emblemas de otra parte, patrimonio
del norte de la suerte que nos toca
Aquí, en el sur, abundan
guanacos y pingüinos.
La épica es esquiva.
Yo no sé qué hacer con esos bichos.


Retórica

Estrellas reflejadas en un lago.
Figuras de la lengua y el público de pie.
Eso tengo.
Nada más.
O sea, nada digno de mención en un poema.

[inéditos]

Jorge Fondebrider (Buenos Aires, 1956)

El Orate y la Musa - Festival de Poesía de Medellín - Página 12 - CADRA/YouTube - Cultura UNAM - LOM Ediciones - Eterna Cadencia - Club de Traductores Literarios de Buenos Aires - Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Luis Manuel Rivera/Crash

domingo, noviembre 10, 2019

Don Paterson / Una aguja elíptica














Mi tío estaba encantado: ‘La aguja elíptica –
toca hasta el mínimo detalle’.
Equilibrado a una fracción de onza,
el gran cartucho descendió cual pluma;
la música se expandió en tres dimensiones
cual si anduviéramos entre los músicos.

Mi padre, consciente de la diferencia,
viajó a Largs en pos de una aguja elíptica
para nuestro arcaico tornamesa Philips.
El tipo rompió a reír: ‘No se puede…
eh… va a necesitar otro equipo’.
Aún sonriente, nos despidió de la tienda
con una caja de agujas como tachuelas,
las únicas para nuestro tocadiscos.

(Si yo hubiera sido su hijo: espiemos
‘Fidelidades’, el poema que ahora escribo:
El día de su muerte, mi padre me enseñó 
cómo alistar la consola y su desempeño:
es la lección que recuerdo, cómo afinaba el 
peso del brazo, para equilibrar la aguja 
entre la elipsis y la precisión,
como yo, despacio, desciendo la punta
para que capte la vibración
y cual cardiógrafo, surque la página…)

Volvimos lento, como con la llanta baja;
mi padre sin parpadear, y la risa del hombre
clavada en mi cabeza, donde el cuento permanece,
junto al intento por cauterizar la fábula
con axiomas sobre la naturaleza
de la elocuencia y otras herencias,
dado que él puede excusarse a sí mismo,
y tú sacar tus propias conclusiones.
Pero si insistes en la resonancia –
le clavaría un buen puño, como a cualquier
hijo de puta que minimice a mi padre,
lo cual tal vez te incluya. Te soy sincero.

Don Paterson (Dundee, Escocia, Reino Unido, 1963), Nil Nil, Faber, Londres, 1993
Traducción de Carlos Llaza

Don Paterson Web Site - Scottish Poetry Library - The Telegraph - The Library of Congress - Café Verlaine - Fractal - Círculo de Poesía
---

sábado, noviembre 09, 2019

Coral Bracho / De "Debe ser un malentendido"



















1                                                                     
                              (Observaciones)

Cuando los goznes
que articulan el mundo
se resquebrajan; cuando sus tramos
se separan, se aíslan; y sus confines,
sus encuadres, se rompen,
se desmoronan, ¿cómo
y en dónde somos?
¿Cómo unimos estupor y vacío
palpable; deslumbramiento
y concisos rastros
de oquedad, de abandono? Presencia
y nada que hable,
que la nombre.

2                                                             
                              (Observaciones)

Ese pájaro
que baja a picotear el asfalto
muy cerca de su pie, es algo
que jamás ha visto.
No hay con qué compararlo;
nada que lo emparente con aquel gato
o que comparta
con ese arbusto.
Todos son habitantes inesperados;
contundentes presencias
del espacio que, de momento,
compartimos con ellos. No hay reinos
que los reúnan o los separen
en sus precisos territorios,
ni palabras
donde se empalmen. Éste,
que ahora agita las alas 
y brinca entre la hierba y el polvo,
es único.

3
                              (Intuiciones. Ella)

No, no me hace caso
el espacio, ya no me entiende.
No lo entiendo tampoco. Siento su hueco
como un borrón.
Como una mancha que niega
este impulso a saberlo; a encontrar
lo que rige, y decide en él.
Una tachadura que apaga
mi pregunta
antes que pueda hacerla;
que la compacta,
y la encierra
en un pequeñísimo punto oscuro.

4
                              (Intuiciones)

La melodía regresa desde la hondura
con sus palabras;
surge
y se alza con ellas,
las hace hablar. En ti se dicen,
se cantan.
Fluyen
y se enlazan, se encienden,
como un festivo y sereno ensalmo
sobre lo oscuro; como un indicio
y su trama, su manantial.

Coral Bracho (Ciudad de México, 1951)
Gentileza de Ana Franco. Selección de la autora

Debe ser un malentendido,
Ediciones Era,
México, 2018