jueves, noviembre 07, 2019

Eduardo Ainbinder / Nada es suave














para el que cae
ni el idílico poema
      del principio
  ni la arena, ni el agua
tampoco la mullida piel del conejo.
Nada es suave: 
El poema del principio puja
contra el poema del fin;
       todos los días un duelo.
     A su vez,
     el mundo dividido
entre los que acompañan
     al poema del fin
  hasta sus últimas consecuencias
          y los que no
(en esto -como en todo-
hay volátiles propósitos opuestos).
Quien interminablemente cae
   día a día manipula
                los resultados
     en favor del poema del fin.
Nada es suave para el que cae:
   el poema del fin
           exige ser leído
                 con un desplome óptico.

Eduardo Ainbinder (Buenos Aires, 1968), Quién es quién, inédito

Ref.:
Poetas Argentinos
Interzona
Gog y Magog
Op. Cit.
Ñ
Siglo en la Brisa
Eterna Cadencia
El Interpretador
Poetas Siglo XXI
Otra Iglesia Es Imposible

Imagen: Eduardo Ainbinder, Buenos Aires, 2011 - Foto de Silvia Camerotto - Archivo del Administrador

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