(para Tatiana y Peter)
Están los que sólo visitas una vez,
como el compañero de Phibsboro, Dublín
que rugió “la concha de Dios”
con la pierna sobre el sillón de dentista
mientras me extraía
mi diente avergonzado.
O el que me dijo que mintiera
sobre estar embarazada
para poder tener coronas
que nunca dije
que quería
gratis en la obra social.
El hombre de Kensington
que me dijo que realmente
amaba a los irlandeses
y se murió cinco años después
dejándome de herencia
un análisis de HIV.
Con otros, tienes que quedarte.
Pero si les pagas
al final pueden querer
todos tus dientes.
Podrías encontrarte
con la boca abierta
mientras estás acostada en la silla
como un cadáver
con una moneda en la boca
viajando
hacia el inframundo.
Martina Evans (Burnfot, condado de Cork, Irlanda, 1961), Can Dentists Be Trusted?, Anvil Press, Reino Unido, 2004
Versión de Jorge Fondebrider
Martina Evans - Martina Evans/Poems - Carcanet Press - Royal Literary Fund - The Irish Times - Irish World - Pelmeni Poetry
Foto: Martina Evans
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