Donde la recta acaba el punto siempre se ve más.
El ojo atrapa el espacio como aire beben las agallas.
Desde la boca, que lo ha dicho todo, menos jamás
"Por Dios", estalla un abracadabra atronador.
El cálculo, que se inicia con un marear
los hechos, etc., al dato externo, despacio, se acerca;
cautivo por la telaraña, cada ángulo
da al cuarto un aspecto de maleta.
Ya no hay adónde ir. Y más allá
no se distingue ya un profeta de un tribuno.
El despertador en el silencio hace tictac
como si la casa fuera a explotar en diez minutos.
Joseph Brodsky (San Petersburgo, Rusia, 1940-Nueva York, Estados Unidos, 1996), No vendrá el diluvio tras nosotros. Antología poética 1960-1996, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2000
Traducción de Ricardo San Vicente
Envío de Jonio González
Ref.:
Clarín
El Placard
La Horda
Letras Libres
Foto: kultprosvet.by
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