jueves, enero 21, 2021

Fabio Pusterla / Por todo todo, y chau

          
















                                para Giampaolo Cereghetti
                               y algunos otros camaradas

Se olía el rechazo incluso antes de verlo
sin conciencia el "no" subió desde los días, la piel,
las brasas de una chimenea o el humo de los rastrojos.

Eran piedrazos, primeras filas ocupadas
por almas bien intencionadas, saludos cordiales al doctor
al farmacéutico al ingeniero, y vos, gil,
¿qué hacés?, andá al fondo y tratá de
entender lo que puedas, lavate las manos, callate.
Tarde: un proyecto imposible. Nunca más
aquello, aquel lugar degradante,
el vaivén de sonrisas falsas y las bofetadas dobles
o triples, pastillas de fluoruro ahogadas en el tintero,
olor a pegamento y silencios
grabados en la madera de un banco viejo
o durmientes de ferrocarril, aduanas.
¡Máscanun, máscanun!*
Y un sueño incluso. De un lugar diferente
de apertura y redención, igualdad; un contrapunto
de coraje y conocimiento, para todos. A pesar de:
para todos, y entre todos, primero, para los últimos. Sin promedios
cianógenos, aritméticas o datos personales: la pura
responsabilidad de la mirada
firme, que intenta atrapar algo,
arriesga y anima, no juzga.
Orienta.

Ah, amigos perdidos por el camino
el linchado, el caído, el exhausto,
amigos que entendían al vuelo, sin hablar,
ese sueño. Que volaban sobre el mundo
casi todos los días, guiando. ¿Y ahora, decís, queda
poco? ¿O somos nosotros lo que queda? ¿Un engaño? Quién sabe.
Pero en el bolsillo o en el armario, en las grietas
de los años, habrá un resurgimiento inesperado
alguna imagen o rastro de los nombres, una lista
de mundos y rostros, miles y miles de ex alumnos
y tal vez una nota, una sola: "Por todo,
gracias, señor maestro. Por todo, todo, y chau".
Una lista, sí. Un mapa de vuelos.
No un estado de ánimo, más bien
un registro de mentes en movimiento, una alegre
suma de posibilidades.

(Gamosdile ranzaespe, roca gomía)**

Fabio Pusterla (Mendrisio, Suiza, 1957), Roca comia. Versi per Giampaolo, Alla Chiara Fonte, Lugano, 2016 En La Ricerca, 1 de febrero de 2017
Versión de Jorge Aulicino

N. del T.:
Las señaladas * y ** son  expresiones escritas con las sílabas trastocadas. Era propio del cantón suizo de Tesino -de habla italiana- el uso de un lenguaje que en la Argentina llamamos verres, hablar al verres. Exactamente como los habitantes del Tesino más meridional: con las sílabas en otro orden. Esto se intentó aquí, poniedo al verres las palabras castellanas. En el primer caso (*) la expresión al derecho es "nunca más", y en el segundo (**) "Digámosle esperanza, caro amigo", con la salvedad de que las erres deberían pronunciarse suaves, como eres, para respetar el sonido de las palabras originales ("esperanza" y "caro"). 
Para concordar con el uso del larpaiudre (parla indré) de Pusterla en este poema, se creyó apropiado usar también el voseo argentino 
Fuente: La Ricerca




DI TUTTO TUTTO E CIAO

                    per Giampaolo Cereghetti
                    e qualche altro compagno

Si fiutava il rifiuto prima ancora di vederlo
senza coscienza il no saliva dai giorni, dalla pelle,
dalle braci di qualche camino o fumo di stoppie.

Erano sassi scagliati lontano, prime file occupate
d’anime sempre bennate, cari saluti al dottore
al farmacista all’ingegnere, e tu bifolco
qui cosa fai vai almeno in fondo e cerca di
capire quel che puoi, lavati le mani, taci.
Più tardi: un progetto di mai più. Che mai più
quella cosa, quel posto degradante,
l’altalena di falsi sorrisi e sberle doppie
o triple, pasticche di fluoro annegate nel calamaio,
odore di colla e silenzi
già incisi nel legno di qualche vecchio banco
o traversine della ferrovia, dogane.
Ùipiamech! Ùipiamech!
E un sogno, anche. Di un luogo diverso,
d’apertura e riscatto, uguaglianza; un controcanto
di coraggio e sapere, per tutti. Indipendentemente da:
per tutti, e tra i tutti, prima, per gli ultimi. Senza medie
cianògene, aritmetiche o anagrafiche: la pura
responsabilità dello sguardo
fermo, che prova a cogliere qualcosa,
rischia e incoraggia, non giudica.
Avvìa.

Ah, gli amici persi per strada,
l’impiccato il caduto lo stremato dal viaggio,
gli amici che capivano al volo, senza parlare,
quel sogno. Che si alzavano in volo nel mondo,
quasi ogni giorno, guidando. E adesso, dici, rimane
poco? O siamo noi dei rimasti? Un inganno? Chissà.
Ma nella tasca o nell’armadio, negli anfratti
degli anni, a riemergere imprevisto ci sarà
qualche immagine o traccia, dei nomi, un elenco
di mondi e di volti, mille e mille studenti passati
di qui, e magari un biglietto, uno solo: «Di tutto,
grazie, signor maestro. Di tutto tutto e ciao».
Un elenco, sì. Una mappa di voli.
Non uno stato d’anime, piuttosto
un registro di menti in cammino, una gioiosa
somma di possibilità.

(Zaranspe lamomiachia, roca comia)

De la nota de La Ricerca: “Roca comia” vuol dire “caro amico”; “Ùipiamech” significa “che mai più”; e il verso finale letto al contrario dà: “Chiamiamola speranza, caro amico…”.

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