martes, abril 09, 2019

Raúl González Tuñón / De "El rumbo de las islas perdidas"















Y el porvenir que nace como un niño, desnudo

...Cuando andemos de nuevo desnudos
           y no tengamos vergüenza.
                         Jesucristo

Desnudo nace el niño, desnudo y sin un céntimo.
El porvenir es un niño desnudo.
Vienen después los años, las leyes, los prejuicios, el alquiler,
los primeros ministros, y todo se complica.
Vienen los que se oponen a que la historia crezca,
las brújulas se inquieten y se apasionen los relojes,
y están los que se sientan en la piedra
("Non raggionam di lor, ma guarda e pasa".)

A Moisés lo pusieron en una canasta, en la corriente,
y hubo un niño apodado La Suerte en California.
El porvenir estaba en ellos, desnudo y sin vergüenza.


Nostalgia-devenir-soledad-multitud

    Soledad, multitud, términos iguales
         para el poeta altivo y fecundo.
                              Baudelaire

Por momentos en días graves mas no solemnes
vuelvo los ojos a las madres nutricias, viejas fuentes,
y avanzo hacia la verde frescura de las nuevas.
Estoy solo en la calle y rodeado de gentes
en el patio de adentro de la intimidad.
Entre la multitud camino y escapo de ella cuando sueño
o cuando miro, lánguidas, pasar las nubes bajas.

Si, señor Rilke, el creador es un solitario,
pero sólo en el acto de crear, ya se lo dije.
Antes -usted lo supo en un instante intenso-
suele andar, si es auténtico, contemplando los mundos,
en el barro, en la estrella, en la sangre, en el hombre
y en el rumor espeso que viene del Mercado.

Raúl González Tuñón (Buenos Aires, 1905-1974), El rumbo de las islas perdidas, Ediciones del Alto Sol, Buenos Aires, 1969

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Foto: Raúl González Tuñón en su casa en el barrio de Colegiales, Buenos Aires, c.1971. Archivo familiar

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