Cuando estás frente a la ventana
los hombros se alinean
con el filo de las chimeneas apagadas
todo el caserío se desprende de vos
y un puma se te escapa
en el gesto de tirar las cenizas
mirar las publicidades despintadas
a lo lejos,
entonces existe una suspensión
en los océanos del tiempo
(Cuánto más para cruzarlos
en cuál furia, con qué huesos)
todos los accidentes ocurren
congelados:
puedo ver los cristales goteando
en finos colmillos
la tarde pierde su lógica y espanto
de ser el hacha en la perla
de cualquier promesa.
No es acaso el amor
un movimiento fatal
como detenerse para respirar,
y después seguir
y seguir
y seguir
con la hermosa farsa
de llevar el mentón al pecho
hacer envejecer los archivos
cambiar los zapatos de lugar
empujar las hamacas del verano
doblar la ropa
acomodarla en estantes vacíos
no es acaso una fe infiel,
sin templos
toda intemperie
una sala de máquinas destruida
brillante por las esquirlas,
un refucilo
tajeando la negrura.
Así,
como escribir.
Gabriela Clara Pignataro (Buenos Aires, 1985)
Tundra,
Añosluz Editora,
Buenos Aires, 2018
Ref.:
Añosluz Editora
La Bienal
Op. Cit.
El Poeta Ocasional
La Primera Piedra
Escrituras Indie
Poesía en la Escuela
Foto: El Poeta Ocasional
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