viernes, octubre 12, 2018

Sebastián Urli / Miami (o el sabor del encuentro)















Después de las promesas
el rigor y el decir
las mismas cosas.

Vuelo
por sobre todo aquello
que se aproxima.

Debe de ser mi parte italiana, digo,
cuando me presentan en Madrid.

Hago chistes hago muecas gestos
que no ocurrieron todavía
porque no vivo en España
(solo tengo un pasaporte color rojo
color Galicia)
ni recité poesía en la capital
del imperio.
¿Cuál? ¿Cuál de todos
me preguntan? ¿Cuál de todos los imperios?

Pero no, no,
porque mi abuelo
nació en un pueblo alemán
que hoy es un punto en Polonia
(mi abuelo no es Segismundo, lo aclaro,
no vayan a confundirse las cosas)

Debe de ser mi parte alemana entonces
mi parte polaca
o mi fobia a las presentaciones
o al despegue de un avión americano

(“american airlines anuncia
la repetición incesante de su vuelo AA 901
con destino a la ciudad de Buenos Aires.

Les rogamos tengan a bien embarcar
por la puerta del canto tercero:
sin esperanza
cerca de aquello que se aproxima
según los grupos preestablecidos.

Recuerden también
ajustar sus cinturones
mirar las pantallas despedirse
hacerle caso a los ruidos tradicionales
a las marcas de clase a los acentos
tan parecidos
tan detestables
por favor pasajeros”)

No, pienso,
debe de ser mi parte española
mi pasaporte rojo color Galicia.
Eso,
sí,
eso digo
ya acomodado en el asiento del vuelo
AA 901 con destino a una ciudad del sur

(del sur del continente
del sur de Buenos Aires)

de cuyo nombre
de cuya malta

no quisiera hoy hacerme cargo

Esa, digo
(porque también soy uruguayo)

esa
debe de ser mi parte
argentina

Sebastián Urli (Quilmes, Argentina, 1987)

Diagnóstico,
Zindo & Gafuri,
Buenos Aires, 2018










Ref.:
Zindo&Gafuri
Badebec

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