sábado, diciembre 21, 2024

Horace Julian Bond / El Obispo de Atlanta: Ray Charles


El Obispo seduce al mundo con su voz
El sudor estrangula los ojos mudos
Como insinuaciones surgiendo a través de la boca de riego
De la pena y del sueño, del mundo nunca visto
Moldeado en el yunque de África, atemperado en casa
Documentado en llantos y lamentos
Gritando para ser ignorado, cantando para ser escuchado
Latiendo desde el arroyo
El sábado a la noche
Solamente una ofrenda de plata
El Reverendísimo ha vuelto a la ciudad
¿No te hace bien este suceso?

Horace Julian Bond (Nashville, Estados Unidos, 1940 - Fort Walton Beach, 2015), Nueva Poesía U.S.A. De Ezra Pound a Bob Dylan, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1970 
Traducción de Marcelo Covián


The Bishop of Atlanta: Ray Charles

The Bishop seduces the world with his voice
Sweat strangles mute eyes
As insinuations gush out through a hydrant of sorrow
Dream’s, a world never seen
Moulded on Africa’s anvil, tempered down home
Documented in cries and wails
Screaming to be ignored, crooning to be heard
Throbbing from the gutter
On Saturday night
Silver offering only
The Right Reverend’s back in town
Don’t it make you feel alright?

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Foto: Julian Bond, Mississippi, 1963. Harvey Richards/Teaching for Change

viernes, diciembre 20, 2024

Hermenegildo Sábat / Dos textos poemáticos


Solo de batería

La orquesta de Count Basie era escuchada todas las noches
en  un boliche de Kansas City (Missouri), ciudad precursora  de 
Las Vegas, que atraía y estimulaba diversas deformaciones del 
vicio. La motivación nocturna de Parker consistía en concurrir al 
Reno Club y admirar al magnífico saxofonista Lester Young. 
No se conformó con ese privilegio. Quiso probarse, ignorante
de tonos, semitonos y cualquier otro fundamento musical. 
Conocía de oído dos temas y creyó que soplando su saxo alto 
tenía garantido un diploma de músico. No advirtió sus
limitaciones. Tampoco preguntó. Se largó a tocar delante 
de maduros instrumentistas. El gran baterista Jo Jones no 
lo perdonó arrojando uno de sus platillos que cayó de manera
poco gentil delante de sus pies. Ese gesto y la humillación
que provocó cambiaron la vida de Parker y de buena parte de la 
historia de la música. Encerrado durante ocho meses aprendió
todos los ejercicios, todos los tonos y semitonos, incluso
aquellos que nunca se usan. Cuando regresó a la luz para
especial alegría de sus vecinos, que amenazaban echarlo,
despidió a un inocente despistado y devino un genio, que
apenas fue el mejor saxofonista.


Persuasiones

Charlie vivió corriendo, casi siempre fundido y pedía prestado
dinero que raras veces devolvía. Otro recurso repetido
fue la visita a casas de empeño donde liquidaba su saxo alto
para financiar sus adicciones. Algunos se sintieron dichosos
de haber sido estafados. Charlie Mingus fue
más pragmático. Lo amenazó: "Si no me devolvés lo que te di,
te cago a patadas."

Hermenegildo Sábat (Montevideo, 1933 - Buenos Aires, 2018), El pájaro murió de risa. Una interpretación gráfica de Charlie Parker, Universidad de Quilmes, 2007

Más poemas de Hermenegildo Sábat en Otra Iglesia Es Imposible, Al Pial de la Palabra
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jueves, diciembre 19, 2024

Amir Or / El idioma dice


El idioma dice: antes del idioma
está el idioma. El idioma es huellas
empapadas de lo que hubo allí.
El idioma dice: escucha ahora.
Tú escuchas: aquí se oía 
un eco.
Toma el silencio e intenta callar.
Toma las palabras y trata de hablar.
Más allá del idioma, el idioma es herida
de la que fluye y fluye el mundo.
El idioma dice: hay, falta, hay, falta.
El idioma dice: yo.
El idioma dice: ven, te hablaremos,
te palparemos, ven a decir
que has dicho.

Amir Or (Tel Aviv, Israel, 1956), El idioma dice. Antología poética 1977-2019, Valparaíso Ediciones, Granada, España, 2023
Traducción de Gerardo Lewin
Envío de Jonio González

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Foto: Amir Or / Facebook

miércoles, diciembre 18, 2024

Arturo Carrera / De "Fastos"


Cuesta creerlo.
Cuesta creer que una sensación se comporte
inhumanamente;
que una sensación sea una piedra,
crezca imperceptiblemente, como las piedras,
como las formas
en el estilo de las piedras.

Cuesta creer en el "estado" del poeta.
En sus aserciones y en las imágenes que a veces
confusamente imita;

¿dónde está la evidencia de su verdad,
la continua animación y movimiento
del deterioro o crecimiento
de su estilo?



Dornkirk: rara vez la televisión
con la cara pegada a la armadura te pide: ¿activás el robot?
A través del arco gótico (dos manos que a fuerza
de estar juntas lo hicieron) pasa un camello.
Y los Tres Reyes Kanzaki: Chabón, Minita, Traba.
Y la cometa queda,
como mancha de aceite
dorado en el cielo...

6 de enero.
la miniserie, la minifábula,
la minichica, el minicabro.

Y que yo escriba y no entienda,
que sueñe y no viva,
la a, la e, el leopardiano apelotonamiento de vocales.
Abuelo, Abuelo, papá, Papa.

Arturo Carrera (Coronel Pringles, Argentina, 1948), Fastos, Hum, 2010

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Foto: MALBA

martes, diciembre 17, 2024

Hans Magnus Enzensberger / Tres poemas


Instituto de investigaciones

Oh, profetas de espaldas al mar,
de espaldas al presente, oh, hechiceros
que observáis plácidamente el futuro,
oh, chamanes eternamente
recostados en la borda,
¡basta hojear un libro de bolsillo
para descubrir vuestros misterios!

Leyendo huesos, estrellas, ruinas, entrañas,
para beneficio público, todo lo que ha sido
y todo lo que será, ¡oh, ciencia!,
bendita seas tú y los rayos de luz que nos ofreces,
mitad alarde y mitad estadísticas: tasas
de mortalidad, límites de suministro de fondos,
la creciente entropía...

¡Adelante! Todas esas iluminaciones
del color del azufre son mejores que nada,
nos mantienen felices en las noches sofocantes
del verano: impresos sacados de la computadora,
muestreos, excavaciones, confidencias
basadas en el método de Delfos... ¡bravo!
¡Bendito sea lo provisional!
Por el momento queda bastante agua fresca,
la piel respira aún expectante,
se crispa tu piel, mi piel, incluso la vuestra,
nigromantes leñosos, respirad aún,
pese a la cuestión de la cátedra titular,
a las notas y las pirámides de empleo,
por ahora el final (una interminable catástrofe natural,
finamente repartida) no es aún definitiva,
¡vaya consuelo!

De ahí, mis queridos cómplices, que,
en tanto se pronostican icebergs frente a Terranova
y tormentas de verano en los cielos sulfúreos
de Europa Central, es mejor que abandonéis
vuestros institutos durante el fin de semana. Corred
a salvar la vida, o un pedazo de ella, algo interino,
sea cual fuere su significado, hasta el lunes;
incluso en el caso de que esta forma de actuar
no resulte conveniente
como base de vuestras predicciones.

Oh, amigos siempre sedientos de sabiduría,
qué lástima me dais, descansando en vuestras dachas,
en vuestras cabañas irlandesas, o en la isla de Korcula,
de espaldas al mar,
apagando plácidamente vuestros cerebros.
¡Adelante, y que vuestra antorcha nunca se apague
durante el juego de ping-pong! Os bendigo.
 
 
Modelo para una teoría del conocimiento

Aquí tienes una caja,
una caja grande
con una etiqueta que dice
caja.
Ábrela,
y dentro encontrarás una caja,
con una etiqueta que dice
caja dentro de una caja cuya etiqueta dice
caja.
Mira adentro
(de esta caja,
no de la otra)
y encontrarás una caja
con una etiqueta que dice...
y así sucesivamente,
y si sigues así,
encontrarás
tras esfuerzos infinitos
una caja infinitesimal
con una etiqueta
tan diminuta,
que lo que dice
se disuelve ante tus ojos.
Es una caja
que sólo existe
en tu imaginación.
Una caja perfectamente vacía.

Los elíxires de la ciencia, Anagrama, Barcelona, 2002
Traducción de varios autores. De estos poemas, Heberto Padilla, con la colaboración de Hans Magnus Enzensberger y Michael Faber-Kaiser


Defensa de los lobos contra los corderos

¿queréis que los buitres devoren nomeolvides?
¿del chacal qué cosa pretendéis,
que se despoje de su piel, y del lobo:
debe arrancarse por sí mismo los colmillos?
¿qué os disgusta tanto
de comisarios y pontífices?
¿qué miráis boquiabiertos
en la mentirosa pantalla del televisor?
¿quién le cose al general
la franja de sangre en los pantalones?
¿quién le parte el pollo al usurero?
¿quién se cuelga orgulloso del ombligo gruñón esas cruces de lata? ¿quién
coge la propina, la moneda de plata,
el óbolo del silencio?

muchos son los robados, y pocos los ladrones.
pero ¿quién los aplaude? ¿quién
los condecora y distingue? ¿quién
está hambriento de mentiras?

contemplaos al espejo: cobardes
que os asusta la verdad fatigosa
y os repugna aprender
y encomendáis a los lobos la función de pensar.
un anillo en la nariz es vuestra joya predilecta.
para vosotros ningún engaño es lo bastante estúpido,
ningún consuelo demasiado barato,
ningún chantaje demasiado blando.
comparados a vosotros, corderos
que mutuamente enceguecéis
son fraternales las cornejas.

entre los lobos reina la hermandad:
siempre van en manadas.
alabados sean los ladrones:
vosotros invitándolos a la violación,
os echáis en las camas podridas
de la obediencia, y mentís
incluso gimoteando,
lo que deseáis es que os devoren. Vosotros
no cambiaréis el mundo.

1955
 
Poesías para los que no leen poesías, Barral Editores, Barcelona, 1971
Traducción de Heberto Padilla

Hans Magnus Enzensberger (Kaufbeuren, Alemania, 1929 - Munich,  Alemania, 2022)

Más poemas de Hans Magnus Enzensberger en Otra Iglesia Es Imposible, La Maja Desnuda, A Media Voz, Trianarts, Rialta, Poesía
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Foto: Hans Magnus Enzensberger, en el festival de literatura de Waischenfeld, Alemania, 2017 Nicolás Armer /dpa/ Getty Images

lunes, diciembre 16, 2024

Alfredo Rescia / Este niño


Brilla la estrella en Belén
y Roma brilla en su trono,
nació el hijo de María
se oyen gritos y sollozos.

En la paja del pesebre
y en la marcha del exilio,
este niño es Jesucristo
en pañales perseguido.

Su nombre en la lista negra
no deja de figurar,
la mano que hace la lista
enrojece la ciudad.

A su frente está el destierro,
a su espalda la matanza,
la sangre del inocente
es la sangre más amarga.

A mi canto no lo cantes,
no quieras cantarlo ahora,
canto que nace de noche
tiene que esperar la aurora.

Cuidado niño. Cuidado
bajo la noche de Herodes.

[inédito]

Alfredo Rescia (Leones, Córdoba, Argentina)

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Foto: Alfredo Rescia/ Facebook

domingo, diciembre 15, 2024

Llorenç Gomis / El homenaje


El poeta ya tiene sus años.
Para ser un hombre de edad escribe bastante bien.
Camina bastante bien.
Tartamudea un poco, pero siempre ha tartamudeado.
Cuando joven le decían el Tarta.

El poeta vive
un poco retirado
para ver si los otros van leyendo todo lo que ha escrito.
Es un poeta importante, dice el locutor.
Usted es un poeta importante, dice el locutor.
Díganos, ¿qué escribe?

El poeta es un hombre de edad
y sabe muchas
cosas, tantas sabe
que no escribe sobre ellas.
Importante, importante,
dice el locutor, este hombre es importante.
Miren cómo calla. ¿Por qué no le dan un premio?

Un premio, dicen todos, un premio para este hombre que calla.

¿Qué haremos si no le dan un premio?
Es un señor mayor y no tiene premio. ¿Qué haremos?
No sabemos adónde han ido a parar sus libros.
Es un hombre importante, dice el locutor.
Denle un premio a ver si ríe.

No, no, dice el locutor. Es demasiado importante,
más vale que no ría, que no escriba. Es importante que sea
importante, para todos, es importante.

Llorenç Gomis (Barcelona, España, 1924-2005), Déu vos guard i passi-ho bé, Edicions 62, Barcelona, 1989. Versión de Jonio González.



L'HOMENATGE

El poeta té els seus anys.
Per ser un home d'edat, escriu prou bé.
Camina prou bé.
Quequeja una mica, però sempre ha quequejat.
De jove li deien Quequé.

El poeta viu
una mica retirat
per veure si els altres van llegint tot allò que ha escrit.

És un poeta important, diu el locutor.
Vostè és un poeta important, diu el locutor.
Digui'ns, què escriu?

El poeta és un home d'edat
i en sap un niu
de coses, tantes en sap
que no les escriu.
Important, important,
diu el locutor, aquest home és important.
Mireu com calla. ¿Per què no li donen un premi?

Un premi, diu tothom, un premi per a aquest home que calla.

¿Què farem si no li donen un premi?
És un home gran i no té premi. ¿Què farem?
No sabem on han anat a parar els seus llibres
És un home important, diu el locutor.
Doneu-li un premi a veure si riu.

No, no, diu el locutor. És massa important,
més val que no rigui, que no escrigui. És important que sigui
important, per a tots, és important.
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sábado, diciembre 14, 2024

Lia Sturua / Sobre los motivos de Platón


Tanta nieve yacía en mi carne
que sería mejor cortarla,
se requieren los espacios vacíos del mapa,
los llamarán Terra Incognita
y la descubrirán,
van a transferirte al rango de la nueva tierra;
¿de la delicadeza y de la variedad de estilos
qué Estado se puede construir
para dejar entrar a los poetas?
Con el estómago vacío
te van a montar un Pop Art literario de tal manera
que no podrás distinguir
dónde está la tiranía envuelta en periódicos
y dónde -la sintaxis sorprendida por el Elbrus-
tu casa legítima,
la pared, cuya altura
confirmas con el llanto de un niño,
el vestido rojo sin usar desde hace mucho -
la revolución planchada en el armario…
¿Pero, qué nieve yacía en tu carne,
qué es lo que pretenden los poetas
del Estado ideal?

Lia Sturua (Tiflis, 1939), 16 Poemas de "Poesía georgiana contemporánea" *, Vallejo & Co., 12 de marzo de 2024
Selección y traducción del georgiano al español de Lana Kalandia y Rodolfo Häsler

* Huerga & Fierro, Madrid, 2023


პლატონის მოტივებზე 

ისეთი თოვლი მედო ამ ხორცზე,
რომ, ჯობდა, ამოეჭრათ,
ცარიელი ადგილები აუცილებელია რუკაზე,
ტერრა ინცოგრიტა-ს დაარქმევენ
და აღმოაჩენენ,
ახალი მიწის რანგში გაგიყვანენ;
აბა, სინატიფისგან და სტილების სიმრავლისგან
რა სახელმწიფოს ააშენებ?
შიგ პოეტები რომ შეუშვა?
მშიერ კუჭზე ისეთ
ლიტერატურულ პოპ არტ-ს მოგიწყობენ,
ვერ გაარჩევ,
სად გაზეთებში შეხვეული ტარანია
სად იალბუზით გაოცებული სინტაქსი _
შენი კანონიერი სახლი,
კედელი, რომლის სიმაღლეს
ბავშვის ტირილით ამოწმებ,
დიდი ხნის ჩაუცმელი წითელი კაბა _
გაუთოებული რევოლუცია კარადაში…
ან რა თოვლი გედო იმ ხორცზე?
ან რა უნდათ პოეტებს
იდეალურ სახელმწიფოში?
---
Foto: Kvira

viernes, diciembre 13, 2024

Kay Ryan / Sin nombres / Un traje nuevo


Sin nombres 

No nos tientan
los espacios grandes:
superficies escarpadas, ásperas
laderas de glaciar, toda esa clase
de cosas cuyos nombres  
se desvanecen. Y, aunque intentes
buscar alguna relación,
no vas a conseguirlo. Algunos
grandes lagos y pendientes resbaladizas
no están hechos para nosotros.
Me da vértigo pensar en lugares
a los que el pensamiento no puede aferrarse.


Un traje nuevo 

Te suena la historia
del emperador al que engañaron
sus sastres. 

Pero los sastres
siguen arreglándoselas
para ganar dinero
hagan lo que hagan. 

(Sastre significa
conseguir que algo le venga bien
a alguien). 

Seguro
que acabarán descubriendo
tu vanidad. 

Y dejarás de hacer
lo que te gusta
cuando los sastres te susurren:
“Solo tú podrías llevar esto”. 

Casi nunca se trata de un traje
como el que compró el emperador,
 pero siempre se parece
a algo que ya tenías.

Kay Ryan (San José, California, 1945), The Best of It  Grove Press, Nueva York, 2020
"Cinco poemas de The Best of It", Revista La Pecera, Mar del Plata, Argentina
Traducción de Luis Bagué Quílez



NO NAMES 

There are high places
that don’t invite us,
sharp shapes, glacier-
scraped faces, whole
ranges whose given names
slip off. Any such relation
as we try to make
refuses to take. Some
high lakes are not for us,
some slick escarpments.
I’m giddy with thinking
where thinking can’t stick.
NEW CLOTHES

The emperor who
was tricked by the tailors 
is familiar to you. 

But the tailors
keep on changing
what they do
to make money. 

(Tailor means 
to make something 
fit somebody.)

Be guaranteed
that they will discover 
your pride. 

You will cast aside 
something you cherish
when the tailors whisper, 
“Only you could wear this.” 

It is almost never clothes
such as the emperor bought 

but it is always something close 
to something you’ve got.  
---

jueves, diciembre 12, 2024

Yorgos Seferis / De "Mitología"


X

Nuestro país está cercado, rodeado por montañas
que noche y día sólo tienen cielo bajo por techumbre.
Carecemos de ríos, carecemos de pozos, 
carecemos de manantiales.
Sólo tenemos algunas cisternas vacías
que resuenan y que veneramos.
Ruido muerto y vacante, semejante a nuestra soledad,
semejante a nuestro amor, semejante a nuestros cuerpos.
Nos parece extraño que alguna vez hayamos construido
nuestras casas, nuestras chozas y nuestros apriscos.
Y nuestras nupcias, con sus coronas frescas y sus alianzas
se nos vuelven enigma insoluble para nuestra alma.
¿Cómo pudieron haber nacido nuestros hijos?
¿Cómo pudimos haber crecido?

Nuestro país está cercado, los sombríos Simblegadios*
lo ciñen. En los puertos
los domingos, cuando bajamos allí para tomar aire,
vemos de pronto centellar, a la caída del sol,
derrelictos trizados de viajes que no han podido jamás cumplir su derrotero
y cuerpos que no saben ya cómo hacerse el amor.


* Mit. Los Simblegadios eran dos enormes peñones situados frente a frente a la entrada de un puerto, dos especies de vigías alertas o torreones de guardia que, al advertir, de un modo mágico, el paso entre ellos de un barco enemigo, se juntaban de pronto, obrando también mágica e intempestivamente, como una prensa (...) En cierto modo, los Simblegadios constituyen, según Mircea Eliade (Naissances Mystiques), los "guardianes del umbral", homologables a los monstruos y a los grifos que custodian un tesoro en el fondo del mar. Así, es tan difícil penetrar en el Jardín de las Hespérides como pasar entre estas dos rocas que se entrechocan. Y cada una de estas proezas constituye una prueba iniciática por excelencia. Por cuanto no son dificultades de orden físico las que distinguen a los Simblagadios, sino "dificultades" inherentes a toda iniciación. (N. del T.)


XIII

Hydra

Delfines, estandartes y cañonazos.
El mar, tan amargo antaño para tu alma,
levantaba a veces los navíos multicolores y resplandecientes,
en encrespada onda, bajo un todo azul con alas blancas;
el mar, tan amargo antaño para tu alma
y tan colmado ahora de colores bajo el sol.

Cándidas velas, luz y los húmedos remos
batiendo el sereno oleaje como un parche.

¡Qué bellos serían tus ojos si volviesen a mirar;
tus manos luminosas, si pudieran tenderse;
tus labios, como otrora, vivos,
sabrían a milagro,
Tú lo buscabas.
          ¿Y qué buscabas frente a la ceniza
o en la lluvia o el viento o la bruma,
a la hora en que las luces se extinguían,
y la ciudad se derrumbaba, cuando sobre los pavimentos
el Nazareno te mostraba su corazón?
¿Qué buscabas? ¿Por qué no vienes?
¿Qué buscabas?


XVIII

Lamento haber dejado pasar un vasto río entre mis dedos
sin beber una gota de él.
Ahora me hundo en la piedra.
Un tierno pino sobre la tierra roja
es mi único compañero.
Todo cuanto he amado desapareció
con las casas que eran nuevas el verano anterior y se desmoronaron
bajo el viento del otoño.


XXI

Nosotros, los que hemos partido en aquella peregrinación,
contemplamos las estatuas derruidas.
Y olvidándonos de nosotros mismos, nos hemos dicho
que la vida no se pierde tan facilmente,
que la muerte tiene caminos inexplorados
y también su justicia;
que cuando morimos, erguidos,
confundidos en la fraternidad con la piedra,
unidos con la dureza y la debilidad,
los muertos antiguos ya han franqueado el círculo,
han reencontrado la existencia
y sonríen en una calma extraña.

Jorge (Yorgos) Seferis (Esmirna, Turquía, 1900 - Atenas, 1971), "Mitología" [1935] *, 'El zorzal´y otros poemas, Editorial Losada, Buenos Aires, 1966
Selección, traducción y prólogo de Lysandro Z.D. Galtier, "revisados y aprobados por el autor"

*  El traductor aclara que el título original de este libro, Mitisthórimas, se emplea comúnmente en el sentido de "novela". Seferis dice: "Ha sido elegido en razón de sus dos componentes: Mito, por cuanto en cierta manera me he inspirado en una mitología precisa, e Historia, por cuanto traté de expresar, de una manera correlativa, una situación tan independiente de mí como lo son los personajes de una novela".

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miércoles, diciembre 11, 2024

Luis César Amadori / Rencor


[Tango]

Rencor, mi viejo rencor,
dejame olvidar
la cobarde traición.
¡No ves que no puedo más,
que ya me he secao
de tanto llorar!
Dejá que viva otra vez
y olvide el dolor
que ayer me cacheteó...
Rencor, yo quiero volver
a ser lo que fui...
Yo quiero vivir...

Este odio maldito
que llevo en las venas
me amarga la vida
como una condena.
El mal que me han hecho
es herida abierta
que me inunda el pecho
de rabia y de hiel.
La odian mis ojos
porque la miraron.
Mis labios la odian
porque la besaron.
La odio con toda
la fuerza de mi alma
y es tan fuerte mi odio
como fue mi amor.

Rencor, mi viejo rencor,
no quiero sufrir
esta pena sin fin...
Si ya me has muerto una vez
¿por qué llevaré
la muerte en mi ser?
Ya sé que no tiene perdón...
Ya sé que fue vil
y fue cruel su traición...
Por eso, viejo rencor,
dejáme vivir
por lo que sufrí.

Dios quiera que un día
la encuentre en la vida
llorando vencida
su triste pasado
pa' escupirle encima
todo este desprecio
que babea mi vida
de amargo rencor.
La odio por el daño
de mi amor deshecho
y por una duda
que me escarba el pecho.
No repitas nunca
lo que vi' a decirte:
rencor, tengo miedo
de que seas amor.

[1932]

Luis César Amadori (Pescara, Italia, 1902 - Buenos Aires, 1977)

Más letras e información sobre Luis César Amadori en Puro Tango
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Foto: IMDb

martes, diciembre 10, 2024

Tamara Kamenszain / Tres poemas




Envuelta en ropa sucia que te dejo
me dejo ir subida a tres saludos
familia mía ustedes me retornen
amiguen ese andén hasta la casa
qué rieles toquen vidas paralelas
qué vidas cruz en señas de los trenes.
Somos cuatro. Dos (por cuatro)
en la rosa de los vientos
a la luz cardinal de nuestras noches
brillamos más, fugaces
multiplicados todos por la espera.
Quien se va prendiendo del que queda
una moral, un guiño de linterna a
campo abierto arrastra su valija.
La cargo sola. Pido mi descarga:
desde atrás, escudo de la muerte,
brazos cruzados de mi abuela
en candelabro.

Vida de living, 1991


Otra vez en el bar de las mujeres
me tomo la copa del olvido.
"El tango es macho"
cantan mis amigas
pero según el tango
ellas son musas tristes
o se ven
como muñecas marchitas
de vodevil.
Y a juzgar por mí
(gran olvidada de mí)
no sé si nosotras ahora
formamos una orquesta 
             de señoritas
o sin son ellos muchachos de antes
los que ahora tocan de oído
nuestro repertorio
mientras nosotras
antes también pero de apurar la copa
ya entonábamos mal.

Tango Bar, 1998


Antepasados

¿Adónde van?
Me voy con ellos desciendo de mis hijos
hasta donde quieran llegar astros rodantes
si a la hora del nacimiento calcularon ascendiente
no lo abandonen más.
Desde el Mar Negro hasta el Estrecho
se naturalizan conmigo de mí vienen
chicos de apellido descompuesto
viajando para ser argentinos
inmigrantes por vomitar en cubierta
dados vuelta nos vuelven a nosotros
como vinilo rayado de beatles
de Rusia para acá
y de aquí a la URSS que fue
dueños de un desierto que avanza
bisabuelos de la nada.

El ghetto, 2003

Tamara Kamenszain (Buenos Aires, 1947-2021), La novela de la poesía. Poesía reunida, Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2012

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lunes, diciembre 09, 2024

Amelia Biagioni / De "El humo", 2


Oh infierno,
te agradezco
la causa perdida,
la tiniebla entre los dientes,
las manos de humo
y esa espalda acosándome.
Te agradezco
el crepúsculo de piedra que no cesa.
Te agradezco
que existas cuando respiro.
Porque eres el recinto
donde encuentro,
retenidos por el ojo y el fuego,
los nombres y las formas
de la dicha.


El azul

Si te acercas
a su reino ovalado,
la puerta
te engulle suavemente,
y adentro
en lugar de la puera
está la ley,
que ordena:

Hay que fijarse al tema azul
cantando sin pasado:
"Azul, azul, azul",
y alcanzar la soga que pende azul
y enroscarla en el propio cuello
distraído,
y apoyando un pie, un párpado azul
-con el otro encogido-
en el vacío azul,
en su mano sin palma,
darse un gran envión
en torno al eje, el ojo azul,
girar desenrollándose
sobre la mano del vacío azul,
y cantar sin pasado:
"Azul, azul, azul",
hasta que llegue el miedo,
o el rojo con espuma.
O el frío.


La escuchante

Si soy la sed y el hambre
es para estarme siempre
bebiendo y royendo,
hasta con los cabellos y las uñas,
el oculto clamor
a tierra tumultuosa,
a infierno y cielo y sus legiones,
donde comienza tu mano solitaria,
la que escribe.

A veces dejas de oírte,
y tu mano,
sorda, extraviada, fría, 
abandona la página
y busca tu sudario.
Pero yo entonces
entro al clamor y sigo oyendo
lo que dirás ayer,
lo que has dicho mañana,
sigo oyendo por ti.

Mi oído te comulga día y noche,
como nadie,
más que ese hombre innumerable,
creciente,
que en los lugares
donde el dolor engendra,
para oírse te escucha
y seguirá escuchándote
hasta que yo haya sido
setenta veces
hierba.


Manifiesto

Yo me resisto,
en la calle de los ahorcados,
a acatar la orden
de ser tibia y cautelosa,
de asirme a la seguridad,
de acomodarme en la costumbre,
de usar reloj y placidez,
aventura a cuerda,
palabra pálida y mortal
y ojos con límites.

Yo me resisto,
entre las muelas del fracaso,
a cumplir la ley de cansarme,
de resignarme,
de sentarme en lo fofo del mundo
mortecina de una espada lánguida,
esperando el marasmo.

Yo me resisto,
acosada por silbatos atroces,
a la fatalidad
de encerrarme y perder la llave
o de arrojarme al pozo.

Con toda la médula
levanto, llevo, soy el miedo enorme,
y avanzo,
sin causa,
cantando entre ausentes.

Amelia Biagioni (Gálvez, Argentina, 1916 - Buenos Aires, 2000), "El humo", 1967, Poesía completa, Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2009

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Foto: Retrato de Amelia Biagioni en la tapa de Poesía completa (Adriana Hidalgo, 2009)

domingo, diciembre 08, 2024

Wallace Stevens / El optimista mecánico


Una señora que se moría de diabetes
Escuchaba la radio,
Captando hasta los mínimos ditirambos.
Es así como el Cielo congrega a sus corderos que balan.

Sus inútiles pulseras vibraban con agrado,
Remando en las espirales melódicas,
La idea de Dios ya no chisporroteaba
En las raíces de sus indiferentes rizos.

La idea de los Alpes se agrandó,
No, sin embargo, como para morir allí.
Parecía más sereno morir
Flotando en la más florida de las barcas,

Acompañada por la exégesis
De cosas familiares en una voz festiva,
Como la Nochebuena con todos sus villancicos.
Señora moribunda ¡alégrese, alégrese!

["A Thought Revolved". I, The Man with the Blue Guitar, 1937]

Wallace Stevens (Reading, Estados Unidos, 1879 - Hartford, Estados Unidos, 1955), Biblioteca Ignoria, octubre 29, 2024
Versión de Isaías Garde


The Mechanical Optimist

A lady dying of diabetes
Listened to the radio,
Catching the lesser dithyrambs.
So heaven collects its bleating lambs.

Her useless bracelets fondly fluttered,
Paddling the melodic swirls,
The idea of god no longer sputtered 
At the roots of her indifferent curls.

The idea of the Alps grew large,
Not yet, however, a thing to die in.
It seemed serener just to die,
To float off in the floweriest barge,

Accompanied by the exegesis
Of familiar things in a cheerful voice,
Like the night before Christmas and all the carols.
Dying lady, rejoice, rejoice! 
---

sábado, diciembre 07, 2024

Margalit Matitiahu / Poemas en judeoespañol


La plasa del tiempo

Me llevas a la plasa del tiempo
onde se encontran las distancias,

Caminamos entre lamparas
amizurando las palabras,

Tu
ablas del amor
Yo
de la luz manante,

un aire erante
pasa entre los pasos.

Yo
amizuro el amor
Tu
las palabras,

en la plasa del tiempo
se enceran las distancias.


Curtijo quemado
(El esfuenio)

Me topaba en tierra ajena
en un estranio curtijo
arodeada de baracas pretas
y de colonas en desorden espardidas.

Dientro mi lo sabia
que en otros lugares
las colores brian
y el selencio reina
con calmesa y siguridad.

A mi esprito queria dar
la libertad de fuir,
el curtijo quemado
me asia sinios
sin disir.

Agosto 1986


Las palabras

Las palabras
devienen madeshas
las vo despiegando
las vo rodeando
hasta que piedren su senso
locas de no ser.
Yo las amaso de muevo
y les do vivenza,
nacen a ser mi pan,
nacen a ser mi vino,
no se arugan
en el tiempo
de la zona eternel.


En el camino a Jerusalem

En el camino a Jerusalem
rayos de sol se encolgaban
en el hielor del envierno.

La vedrura se reflectaba en la claridad
tocando la tristeza de mis ojos,
basho el cielo blu
un combate de colores nacia.

Truviada de mis penserios
via que mis palabras alborotadas
caian en lo vacio
tetereando como el eco que decia sin quedar:

"Una sulicion se debe de topar…"

Margalit Matitiahu (Tel Aviv, Israel, 1935), "Poemas de la sefardita Margalit Matitiahua, XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos. Pinturas de Miguel Elías", Crear en Salamanca, 6 de octubre de 2014

Más poemas de Margalit Matitiahu en Ágora de Arte Gramático, Poesía del Toro de BarroTiberíades
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viernes, diciembre 06, 2024

Vicente Huidobro / "Altazor", texto completo



ó El Viaje en Paracaídas
Poemas en VII cantos

Prefacio

Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio,
bajo las hortensias y los aeroplanos del calor. Tenía yo un profundo mirar de
pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata. Mi
padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche. Amo la noche,
sombrero de todos los días. La noche, la noche del día, del día al día siguiente. Mi
madre hablaba como la aurora y como los dirigibles que van a caer. Tenía cabellos
color de bandera y ojos llenos de navíos lejanos. Una tarde cogí mi paracaídas y
dije: Entre una estrella y dos golondrinas. He aquí la muerte que se acerca como la
tierra al globo que cae. Mi madre bordaba lágrimas desiertas en los primeros arcos
iris. Y ahora mi paracaídas cae de sueño en sueño por los espacios de la muerte. El
primer día encontré un pájaro desconocido que me dijo: Si yo fuera dromedario no
tendría sed. ¿Qué hora es? Bebió las gotas de rocío de mis cabellos, me lanzó tres
miradas y media y se alejó diciendo: Adiós, con su pañuelo soberbio. Hacia las dos,
aquel día, encontré un precioso aeroplano, lleno de escamas y caracoles. Buscaba
un rincón del cielo donde guarecerse de la lluvia. Allá lejos, todos los barcos
anclados, en la tinta de la aurora. De pronto, comenzaron a desprenderse, uno a
uno, arrastrando como pabellón jirones de aurora incontestable. Junto con
marcharse los últimos, la aurora desapareció tras algunas olas desmesuradamente
infladas. Entonces oí hablar al Creador, sin nombre, que es un simple hueco en el
vacío, hermoso como un ombligo: Hice un gran ruido y este ruido formó el océano
y las olas del océano. Este ruido irá siempre pegado a las olas del mar y las olas del
mar irán siempre pegadas a él, como los sellos en las tarjetas postales. Después tejí
un largo bramante de rayos luminosos para coser los días uno a uno; los días que
tienen un oriente legítimo o reconstituido, pero indiscutible. Después tracé la
geografía de la tierra y las líneas de la mano. Después bebí un poco de coñac (a
causa de la hidrografía). Después creé la boca y los labios de la boca, para
aprisionar las sonrisas equívocas, y los dientes de la boca, para violar las groserías
que nos vienen a la boca. Creé la lengua de la boca que los hombres desviaron de
su rol, haciéndola aprender a hablar..., a ella, ella, la bella nadadora, desviada para
siempre de su rol acuático y puramente acariciador. Mi paracaídas empezó a caer
vertiginosamente. Tal es la fuerza de atracción de la muerte y del sepulcro abierto.
Podéis creerlo, la tumba tiene más poder que los ojos de la amada. La tumba abierta
con todos sus imanes. Y esto te lo digo a ti, a ti que cuando sonríes haces pensar en
el comienzo del mundo. Mi paracaídas se enredó con una estrella apagada que
seguía su órbita concienzudamente, como si ignorara la inutilidad de sus esfuerzos.
Y aprovechando este reposo bien ganado, comencé a llenar con profundos
pensamientos las casillas de mi tablero: Los verdaderos poemas son incendios. La
poesía se propaga por todas partes, iluminando sus consumaciones con
estremecimientos de placer o de agonía. Se debe escribir en una lengua que no sea
materna. Los cuatro puntos cardinales son tres; el sur y el norte.
Un poema es una cosa que será.
Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser.
Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser.
Huye del sublime externo si no quieres morir aplastado por el viento. Si yo, no
hiciera al menos una locura por año, me volvería loco. Tomo mi paracaídas, y del
borde de mi estrella en marcha me lanzo a la atmósfera del último suspiro. Ruedo
interminablemente sobre las rocas de los sueños, ruedo entre las nubes de la
muerte. Encuentro a la Virgen sentada en una rosa, y me dice: Mira mis manos: son
transparentes como las bombillas eléctricas. ¿Ves los filamentos de donde corre la
sangre de mi luz intacta? Mira mi aureola. Tiene algunas saltaduras, lo que prueba
mi ancianidad. Soy la Virgen, la Virgen sin mancha de tinta humana, la única que
no lo sea a medias, y soy la capitana de las otras once mil que estaban en verdad
demasiado restauradas. Hablo una lengua que llena los corazones según la ley de
las nubes comunicantes. Digo siempre adiós, y me quedo. Ámame, hijo mío, pues
adoro tu poesía y te enseñaré proezas aéreas. Tengo tanta necesidad de ternura,
besa mis cabellos, los he lavado esta mañana en las nubes del alba y ahora quiero
dormirme sobre el colchón de la neblina intermitente. Mis miradas son un alambre
en el horizonte para el descanso de las golondrinas. Ámame. Me puse de rodillas en
el espacio circular y la Virgen se elevó y vino a sentarse en mi paracaídas. Me
dormí y recité entonces mis más hermosos poemas. Las llamas de mi poesía
secaron los cabellos de la Virgen, que me dijo gracias y se alejó, sentada sobre su
rosa blanca. Y heme aquí, solo, como el pequeño huérfano de los naufragios
anónimos. Ah, qué hermoso..., qué hermoso. Veo las montañas, los ríos, las selvas,
el mar, los barcos, las flores y los caracoles. Veo la noche y el día y el eje en que se
juntan. Ah, ah, soy Altazor, el gran poeta, sin caballo que coma alpiste, ni caliente
su garganta con claro de luna, sino con mi pequeño paracaídas como un quitasol
sobre los planetas. De cada gota del sudor de mi frente hice nacer astros, que os
dejo la tarea de bautizar como a botellas de vino. Lo veo todo, tengo mi cerebro
forjado en lenguas de profeta. La montaña es el suspiro de Dios, ascendiendo en
termómetro hinchado hasta tocar los pies de la amada. Aquel que todo lo ha visto,
que conoce todos los secretos sin ser Walt Whitman, pues jamás he tenido una
barba blanca como las bellas enfermeras y los arroyos helados. Aquel que oye
durante la noche los martillos de los monederos falsos, que son solamente
astrónomos activos. Aquel que bebe el vaso caliente de la sabiduría después del
diluvio obedeciendo a las pajamas y que conoce la ruta de la fatiga, la estela
hirviente que dejan los barcos. Aquel que conoce los almacenes de recuerdos y de
bellas estaciones olvidadas. Él, el pastor de aeroplanos, el conductor de las noches
extraviadas y de los ponientes amaestrados hacia los polos únicos. Su queja es
semejante a una red parpadeante de aerolitos sin testigo. El día se levanta en su
corazón y él baja los párpados para hacer la noche del reposo agrícola. Lava sus
manos en la mirada de Dios, y peina su cabellera como la luz y la cosecha de esas
flacas espigas de la lluvia satisfecha. Los gritos se alejan como un rebaño sobre las
lomas cuando las estrellas duermen después de una noche de trabajo continuo. El
hermoso cazador frente al bebedero celeste para los pájaros sin corazón. Sé triste
tal cual las gacelas ante el infinito y los meteoros, tal cual los desiertos sin mirajes.
Hasta la llegada de una boca hinchada de besos para la vendimia del destierro. Sé
triste, pues ella te espera en un rincón de este año que pasa. Está quizá al extremo
de tu canción próxima y será bella como la cascada en libertad y rica como la línea
ecuatorial. Sé triste, más triste que la rosa, la bella jaula de nuestras miradas y de
las abejas sin experiencia. La vida es un viaje en paracaídas y no lo que tú quieres
creer. Vamos cayendo, cayendo de nuestro cenit a nuestro nadir, y dejamos el aire
manchado de sangre para que se envenenen los que vengan mañana a respirarlo.
Adentro de ti mismo, fuera de ti mismo, caerás del cenit al nadir porque ése es tu
destino, tu miserable destino. Y mientras de más alto caigas, más alto será el
rebote, más larga tu duración en la memoria de la piedra. Hemos saltado del vientre
de nuestra madre o del borde de una estrella y vamos cayendo. Ah mi paracaídas, la
única rosa perfumada de la atmósfera, la rosa de la muerte, despeñada entre los
astros de la muerte. ¿Habéis oído? Ése es el ruido siniestro de los pechos cerrados.
Abre la puerta de tu alma y sal a respirar al lado afuera. Puedes abrir con un suspiro
la puerta que haya cerrado el huracán. Hombre, he ahí tu paracaídas, maravilloso
como el vértigo. Poeta, he ahí tu paracaídas, maravilloso como el imán del abismo.
Mago, he ahí tu paracaídas que una palabra tuya puede convertir en un parasubidas
maravilloso como el relámpago que quisiera cegar al creador. ¿Qué esperas? Mas
he ahí el secreto del Tenebroso que olvidó sonreír. Y el paracaídas aguarda
amarrado a la puerta como el caballo de la fuga interminable. 


Canto I

Altazor ¿por qué perdiste tu primera serenidad?
¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa
Con la espada en la mano?
¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de
un dios?
¿Por qué un día de repente sentiste el terror de ser?
Y esa voz que te gritó vives y no te ves vivir
¿Quién hizo converger tus pensamientos al cruce de todos los vientos
del dolor?
Se rompió el diamante de tus sueños en un mar de estupor
Estás perdido Altazor
Solo en medio del universo
Solo como una nota que florece en las alturas del vacío
No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni belleza
¿En dónde estás Altazor?
La nebulosa de la angustia pasa como un río
Y me arrastra según la ley de las atracciones
La nebulosa en olores solidificada huye su propia soledad
Siento un telescopio que me apunta como un revólver
La cola de un cometa me azota el rostro y pasa relleno de eternidad
Buscando infatigable un lago quieto en donde refrescar su tarea ineludible
Altazor morirás Se secará tu voz y será invisible
La tierra seguirá girando sobre su órbita precisa
Temerosa de un traspiés como el equilibrista sobre el alambre que ata las miradas
del pavor
En vano buscas ojo enloquecido
No hay puerta de salida y el viento desplaza los planetas
Piensas que no importa caer eternamente si se logra escapar
¿No ves que vas cayendo ya?
Limpia tu cabeza de prejuicio y moral
Y si queriendo alzarte nada has alcanzado
Déjate caer sin parar tu caída sin miedo al fondo de la sombra
Sin miedo al enigma de ti mismo
Acaso encuentres una luz sin noche
Perdida en las grietas de los precipicios

Cae
        Cae eternamente
Cae al fondo del infinito
Cae al fondo del tiempo
Cae al fondo de ti mismo
Cae lo más bajo que se pueda caer
Cae sin vértigo
A través de todos los espacios y todas las edades
A través de todas las almas de todos los anhelos y todos los naufragios
Cae y quema al pasar los astros y los mares
Quema los ojos que te miran y los corazones que te aguardan
Quema el viento con tu voz
El viento que se enreda en tu voz
Y la noche que tiene frío en su gruta de huesos

Cae en infancia
Cae en vejez
Cae en lágrima
Cae en risas
Cae en música sobre el universo
Cae de tu cabeza a tus pies
Cae de tus pies a tu cabeza
Cae del mar a la fuente
Cae al último abismo del silencio
Como el barco que se hunde apagando sus luces

Todo se acabó
El mar antropófago golpea la puerta de las rocas despiadadas
Los perros ladran a las horas que se mueren
Y el cielo escucha el paso de las estrellas que se alejan
Estás solo
Y vas a la muerte derecho como un iceberg que se desprende del polo
Cae la noche buscando su corazón en el océano
La mirada se agranda como los torrentes
Y en tanto que las olas se dan vuelta
La luna niño de luz se escapa de alta mar
Mira este cielo lleno
Más rico que los arroyos de las minas
Cielo lleno de estrellas que esperan el bautismo
Todas esas estrellas salpicaduras de un astro de piedra lanzado en las
aguas eternas
No saben lo que quieren ni si hay redes ocultas más allá
Ni qué mano lleva las riendas
Ni qué pecho sopla el viento sobre ellas
Ni saben si no hay mano y no hay pecho
Las montañas de pesca
Tienen la altura de mis deseos
Y yo arrojo fuera de la noche mis últimas angustias
Que los pájaros cantando dispersan por el mundo

Reparad el motor del alba
En tanto me siento al borde de mis ojos
Para asistir a la entrada de las imágenes

Soy yo Altazor
Altazor
Encerrado en la jaula de su destino
En vano me aferro a los barrotes de la evasión posible
Una flor cierra el camino
Y se levantan como la estatua de las llamas
La evasión imposible
Más débil marcho con mis ansias
Que un ejército sin luz en medio de emboscadas
Abrí los ojos en el siglo
En que moría el cristianismo
Retorcido en su cruz agonizante
Ya va a dar el último suspiro
¿Y mañana qué pondremos en el sitio vacío?
Pondremos un alba o un crepúsculo
¿Y hay que poner algo acaso?
La corona de espinas
Chorreando sus últimas estrellas se marchita
Morirá el cristianismo que no ha resuelto ningún problema
Que sólo ha enseñado plegarias muertas
Muere después de dos mil años de existencia
Un cañoneo enorme pone punto final a la era cristiana
El Cristo quiere morir acompañado de millones de almas
Hundirse con sus templos
Y atravesar la muerte con un cortejo inmenso
Mil aeroplanos saludan la nueva era
Ellos son los oráculos y las banderas

Hace seis meses solamente
Dejé la ecuatorial recién cortada
En la tumba guerrera del esclavo paciente
Corona de piedad sobre la estupidez humana
Soy yo que estoy hablando en este año de 1919
Es el invierno
Ya la Europa enterró todos sus muertos
Y un millar de lágrimas hacen una sola cruz de nieve
Mirad esas estepas que sacuden las manos
Millones de obreros han comprendido al fin
Y levantan al cielo sus banderas de aurora
Venid venid os esperamos porque sois la esperanza
La única esperanza
La última esperanza

Soy yo Altazor el doble de mí mismo
El que se mira obrar y se ríe del otro frente a frente
El que cayó de las alturas de su estrella
Y viajó veinticinco años
Colgado al paracaídas de sus propios prejuicios
Soy yo Altazor el del ansia infinita
Del hambre eterno y descorazonado
Carne labrada por arados de angustia
¿Cómo podré dormir mientras haya adentro tierras desconocidas?
Problemas
Misterios que se cuelgan a mi pecho
Estoy solo
La distancia que va de cuerpo a cuerpo
Es tan grande como la que hay de alma a alma
Solo
    Solo
        Solo
Estoy solo parado en la punta del año que agoniza
El universo se rompe en olas a mis pies
Los planetas giran en torno a mi cabeza
Y me despeinan al pasar con el viento que desplazan
Sin dar un respuesta que llene los abismos
Ni sentir este anhelo fabuloso que busca en la fauna del cielo
Un ser materno donde se duerma el corazón
Un lecho a la sombra del torbellino de enigmas
Una mano que acaricie los latidos de la fiebre
Dios diluido en la nada y el todo
Dios todo y nada
Dios en las palabras y en los gestos
Dios mental
Dios aliento
Dios joven Dios viejo
Dios pútrido
            lejano y cerca
Dios amasado a mi congoja

Sigamos cultivando en el cerebro las tierras del error
Sigamos cultivando las tierras veraces en el pecho
Sigamos
Siempre igual como ayer mañana y luego y después
No
No puede ser Cambiemos nuestra suerte
Quememos nuestra carne en los ojos del alba
Bebamos la tímida lucidez de la muerte
La lucidez polar de la muerte
Canta el caos al caos que tiene pecho de hombre
Llora de eco en eco por todo el universo
Rodando con sus mitos entre alucinaciones
Angustia de vacío en alta fiebre
Amarga conciencia del vano sacrificio
De la experiencia inútil del fracaso celeste
Del ensayo perdido
Y aún después que el hombre haya desaparecido
Que hasta su recuerdo se queme en la hoguera del tiempo
Quedará un gusto a dolor en la atmósfera terrestre
Tantos siglos respirada por miserables pechos plañideros
Quedará en el espacio la sombra siniestra
De una lágrima inmensa
Y una voz perdida aullando desolada
Nada nada nada
No
No puede ser
Consumamos el placer
Agotemos la vida en la vida
Muera la muerte infiltrada de rapsodias langorosas
Infiltrada de pianos tenues y banderas cambiantes como crisálidas
Las rocas de la muerte se quejan al borde del mundo
El viento arrastra sus florescencias amargas
Y el desconsuelo de las primaveras que no pueden nacer
Todas son trampas
             trampas del espíritu
Transfusiones eléctricas de sueño y realidad
Oscuras lucideces de esta larga desesperación petrificada en soledad
Vivir vivir en tinieblas
Entre cadenas de anhelos tiránicos collares de gemidos
Y un eterno viajar en los adentros de sí mismo
Con dolor de límites constantes y vergüenza de ángel estropeado

Burla de un dios nocturno
Rodar rodar rotas las antenas en medio del espacio
Entre mares alados y auroras estancadas

Yo estoy aquí de pie ante vosotros
En nombre de una idiota ley proclamadora
De la conservación de las especies
Inmunda ley
Villana ley arraigada a los sexos ingenuos
Por esa ley primera trampa de la inconciencia
El hombre se desgarra
Y se rompe en aullidos mortales por todos los poros de su tierra
Yo estoy aquí de pie entre vosotros
Se me caen las ansias al vacío
Se me caen los gritos a la nada
Se me caen al caos las blasfemias
Perro del infinito trotando entre astros muertos
Perro lamiendo estrellas y recuerdos de estrella
Perro lamiendo tumbas
Quiero la eternidad como una paloma en mis manos

Todo ha de alejarse en la muerte esconderse en la muerte
Yo tú él nosotros vosotros ellos
Ayer hoy mañana
Pasto en las fauces del insaciable olvido
Pasto para la rumia eterna del caos incansable
Justicia ¿qué has hecho de mí Vicente Huidobro?
Se me cae el dolor de la lengua y las alas marchitas
Se me caen los dedos muertos uno a uno
¿Qué has hecho de mi voz cargada de pájaros en el atardecer
La voz que me dolía como sangre?
Dadme el infinito como una flor para mis manos

Seguir
No. Basta ya
Seguir cargado de mundos de países de ciudades
Muchedumbres aullidos
Cubierto de climas hemisferios ideas recuerdos
Entre telarañas de sepulcros y planetas conscientes
Seguir del dolor al dolor del enigma al enigma
Del dolor de la piedra al dolor de la planta
Porque todo es dolor
Dolor de batalla y miedo de no ser
Lazos de dolor atan la tierra al cielo las aguas a la tierra
Y los mundos galopan en órbitas de angustia
Pensando en la sorpresa
La latente emboscada en todos los rincones del espacio
Me duelen los pies como ríos de piedra
¿Qué has hecho de mis pies?
¿Qué has hecho de esta bestia universal
De este animal errante?
Esta rata en delirio que trepa las montañas
Sobre un himno boreal o alarido de tierra
Sucio de tierra y llanto
de tierra y sangre

Azotado de espinas y los ojos en cruz
La conciencia es amargura
La inteligencia es decepción
Solo en las afueras de la vida
Se puede plantar una pequeña ilusión

Ojos ávidos de lágrimas hirviendo
Labios ávidos de mayores lamentos
Manos enloquecidas de palpar tinieblas
Buscando más tinieblas
Y esta amargura que se pasea por los huesos
Y este entierro en mi memoria
Este entierro que se alarga en mi memoria
Este largo entierro que atraviesa todos los días mi memoria
Seguir
No
Que se rompa el andamio de los huesos
Que se derrumben las vigas del cerebro
Y arrastre el huracán los trozos a la nada al otro lado
En donde el viento azota a Dios
En donde aún resuene mi violín gutural
Acompañando el piano póstumo del Juicio Final

Eres tú tú el ángel caído
La caída eterna sobre la muerte
La caída sin fin de muerte en muerte
Embruja el universo con tu voz
Aférrate a tu voz embrujador del mundo
Cantando como un ciego perdido en la eternidad

Anda en mi cerebro una gramática dolorosa y brutal
La matanza continua de conceptos internos
Y una última aventura de esperanzas celestes
Un desorden de estrellas imprudentes
Caídas de los sortilegios sin refugio
Todo lo que se esconde y nos incita con imanes fatales
Lo que se esconde en las frías regiones de lo invisible
O en la ardiente tempestad de nuestro cráneo

La eternidad se vuelve sendero de flor
Para el regreso de espectros y problemas
Para el mirage sediento de las nuevas hipótesis
Que rompen el espejo de la magia posible
    Liberación, ¡Oh! si liberación de todo
De la propia memoria que nos posee
De las profundas vísceras que saben lo que saben
A causa de estas heridas que nos atan al fondo
Y nos quiebran los gritos de las alas 

    La magia y el ensueño liman los barrotes
La poesía llora en la punta del alma
Y acrece la inquietud mirando nuevos muros
Alzados de misterio en misterio
Entre minas de mixtificación que abren sus heridas
Con el ceremonial inagotable del alba conocida
Todo en vano
Dadme la llave de los sueños cerrados
Dadme la llave del naufragio
Dadme una certeza de raíces en horizonte quieto
Un descubrimiento que no huya a cada paso
O dadme un bello naufragio verde
Un milagro que ilumine el fondo de nuestros mares íntimos
Como el barco que se hunde sin apagar sus luces
Liberado de este trágico silencio entonces
En mi propia tempestad
Desafiaré al vacío
Sacudiré la nada con blasfemias y gritos
Hasta que caiga un rayo de castigo ansiado
Trayendo a mis tinieblas el clima del paraíso

    ¿Por qué soy prisionero de esta trágica busca?
¿Qué es lo que me llama y se esconde
Me sigue me grita por mi nombre
Y cuando vuelvo el rostro y alargo las manos de los ojos
Me echa encima una niebla tenaz como la noche de los astros ya muertos?
    Sufro me revuelco en la angustia
Sufro desde que era nebulosa
Y traigo desde entonces este dolor primordial en las células
Este peso en las alas
Esta piedra en el canto
Dolor de ser isla
Angustia subterránea
Angustia cósmica
Poliforme angustia anterior a mi vida
Y que la sigue como una marcha militar
Y que irá más allá
Hasta el otro lado de la periferia universal

Consciente
Inconsciente
Deforme
Sonora
Sonora como el fuego
El fuego que me quema el carbón interno y el alcohol de los ojos

Soy una orquesta trágica
Un concepto trágico
Soy trágico como los versos que punzan en las sienes y no pueden salir
Arquitectura fúnebre
Matemática fatal y sin esperanza alguna
Capas superpuestas de dolor misterioso
Capas superpuestas de ansias mortales
Subsuelos de intuiciones fabulosas

Siglos siglos que vienen gimiendo en mis venas
Siglos que se balancean en mi canto
Que agonizan en mi voz
Porque mi voz es solo canto y sólo puede salir en canto
La cuna de mi lengua se metió en el vacío
Anterior a los tiempos
Y guardará eternamente el ritmo primero
El ritmo que hace nacer los mundos
Soy la voz del hombre que resuena en los cielos
Que reniega y maldice
Y pide cuentas de por qué y para qué

    Soy todo el hombre
El hombre herido por quién sabe quién
Por una flecha perdida del caos
Humano terreno desmesurado
Sí desmesurado y lo proclamo sin miedo
Desmesurado porque no soy burgués ni raza fatigada
Soy bárbaro tal vez
Desmesurado enfermo
Bárbaro limpio de rutinas y caminos marcados
No acepto vuestras sillas de seguridades cómodas
Soy el ángel salvaje que cayó una mañana
En vuestras plantaciones de preceptor
Poeta
Antipoeta
Culto
Anticulto
Animal metafísico cargado de congojas
Animal espontáneo directo sangrando sus problemas
Solitario como una paradoja
Paradoja fatal
Flor de contradicciones bailando un fox-trot
Sobre el sepulcro de Dios
Sobre el bien y el mal
Soy un pecho que grita y un cerebro que sangra
Soy un temblor de tierra
Los sismógrafos señalan mi paso por el mundo

    Crujen las ruedas de la tierra
Y voy andando a caballo en mi muerte
Voy pegado a mi muerte como un pájaro al cielo
Como una fecha en el árbol que crece
Como el nombre en la carta que envío
Voy pegado a mi muerte
Voy por la vida pegado a mi muerte
Apoyado en el bastón de mi esqueleto
El sol nace en mi ojo derecho y se pone en mi ojo izquierdo
En mi infancia una infancia ardiente como un alcohol
Me sentaba en los caminos de la noche
A escuchar la elocuencia de las estrellas
Y la oratoria del árbol
Ahora la indiferencia nieva en la tarde de mi alma
Rómpanse en espigas las estrellas
Pártase la luna en mil espejos
Vuelva el árbol al nido de su almendra
Só1o quiero saber por qué
Por qué
Por qué
Soy protesta y araño el infinito con mis garras
Y grito y gimo con miserables gritos oceánicos
El eco de mi voz hacer tronar el caos

    Soy desmesurado cósmico
Las piedras las plantas las montañas
Me saludan Las abejas las ratas
Los leones y las águilas
Los astros los crepúsculos las albas
Los ríos y las selvas me preguntan
¿Qué tal cómo está usted?
Y mientras los astros y las olas tengan algo que decir
Será por mi boca que hablarán a los hombres

    Que Dios sea Dios
O Satán sea Dios
O ambos sean miedo nocturna ignorancia
Lo mismo da
Que sea la Vía Láctea
O una procesión que asciende en pos de la verdad
Hoy me es igual
Traedme una hora que vivir
Traedme un amor pescado por la oreja
Y echadlo aquí a morir ante mis ojos
Que yo caiga por el mundo a toda máquina
Que yo corra por el universo a toda estrella
Que me hunda o me eleve
Lanzado sin piedad entre planetas y catástrofes
Señor Dios si tú existes es a mí a quien lo debes

Matad la horrible duda
Y la espantosa lucidez
Hombre con los ojos abiertos en la noche
Hasta el fin de los siglos
Enigma asco de los instintos contagiosos
Como las campanas de la exaltación
Pajarero de luces muertas que andan con pies de espectro
Con los pies indulgentes del arroyo
Que se llevan las nubes y cambia de país

En el tapiz del cielo se juega nuestra suerte
Allí donde mueren las horas
El pesado cortejo de las horas que golpean el mundo
Se juega nuestra alma
Y la suerte que se vuela todas las mañanas
Sobre las nubes con los ojos llenos de lágrimas
Sangra la herida de las últimas creencias
Cuando el fusil desconsolado del humano refugio
Descuelga los pájaros del cielo
Mírate allí animal eterno desnudo de nombre
Junto al abrevadero de tus límites propios
Bajo el alba benigna
Que zurce el tejido de las mareas
Mira a lo lejos viene la cadena de hombres
Saliendo de la usina de ansias iguales
Mordidos por la misma eternidad
Por el mismo huracán de vagabundas fascinaciones
Cada uno trae su palabra informe
Y los pies atados a su estrella propia
Las máquinas avanzan en la noche del diamante fatal
Avanza el desierto con sus olas sin vida
Pasan las montañas pasan los camellos
Como la historia de las guerras antiguas
Allá va la cadena de hombres entre fuegos ilusos
Hacia el párpado tumbal

Después de mi muerte un día
El mundo será pequeño a las gentes
Plantarán continentes sobre los mares
Se harán islas en el cielo
Habrá un gran puente de metal en torno de la tierra
Como los anillos construidos en Saturno
Habrá ciudades grandes como un país
Gigantescas ciudades del porvenir
En donde el hombre-hormiga será una cifra Un número que se mueve
y sufre y baila
(Un poco de amor a veces como un arpa que hace olvidar la vida)
Jardines de tomates y repollos
Los parques públicos plantados de árboles frutales
No hay carne que comer el planeta es estrecho
Y las máquinas mataron el último animal
Árboles frutales en todos los caminos
Lo aprovechable sólo lo aprovechable
Ah la hermosa vida que preparan las fábricas
La horrible indiferencia de los astros sonrientes
Refugio de la música
Que huye de las manos de los últimos ciegos

Angustia angustia de lo absoluto y de la perfección
Angustia desolada que atraviesa las órbitas perdidas
Contradictorios ritmos quiebran el corazón
En mi cabeza cada cabello piensa otra cosa
Un hastío invade el hueco que va del alba al poniente
Un bostezo color mundo y carne
Color espíritu avergonzado de irrealizables cosas
Lucha entre la piel y el sentimiento de una dignidad bebida y no otorgada
Nostalgia de ser barro y piedra o Dios
Vértigo de la nada cayendo de sombra en sombra
Inutilidad de los esfuerzos fragilidad del sueño

Ángel expatriado de la cordura
¿Por qué hablas Quién te pide que hables?
Revienta pesimista mas revienta en silencio
Cómo se reirán los hombres de aquí a mil años
Hombre perro que aúllas a tu propia noche
Delincuente de tu alma
El hombre de mañana se burlará de ti
Y de tus gritos petrificados goteando estalactitas
¿Quién eres tú habitante de este diminuto cadáver estelar?
¿Qué son tus náuseas de infinito y tu ambición de eternidad?
Átomo desterrado de sí mismo con puertas y ventanas de luto
¿De dónde vienes a dónde vas?
¿Quién se preocupa de tu planeta?
Inquietud miserable
Despojo del desprecio que por ti sentiría
Un habitante de Betelgeuse
Veintinueve millones de veces más grande que tu sol

Hablo porque soy protesta insulto y mueca de dolor
Sólo creo en los climas de la pasión
Sólo deben hablar los que tienen el corazón clarividente
La lengua a alta frecuencia
Buzos de la verdad y la mentira
Cansados de pasear sus linternas en los laberintos de la nada
En la cueva de alternos sentimientos
El dolor es lo único eterno
Y nadie podrá reír ante el vacío
¿Qué me importa la burla del hombre-hormiga
Ni la del habitante de otros astros más grandes?
Y yo no sé de ellos ni ellos saben de mí
Yo sé de mi vergüenza de la vida de mi asco celular
De la mentira abyecta de todo cuanto edifican los hombres
Los pedestales de aire de sus leyes e ideales

Dadme dadme pronto un llano de silencio
Un llano despoblado como los ojos de los muertos

¿Robinsón por qué volviste de tu isla?
De la isla de tus obras y tus sueños privados
La isla de ti mismo rica de tus actos
Sin leyes ni abdicación ni compromisos
Sin control de ojo intruso
Ni mano extraña que rompa los encantos
¿Robinsón cómo es posible que volvieras de tu isla?
Malhaya el que mire con ojos de muerte
Malhaya el que vea el resorte que todo lo mueve
Una borrasca dentro de la risa
Una agonía de sol adentro de la risa
Matad al pesimista de pupila enlutada
Al que lleva un féretro en el cerebro
Todo es nuevo cuando se mira con ojos nuevos
Oigo una voz idiota entre algas de ilusión
Boca parasitaria aún de la esperanza

Idos lejos de aquí restos de playas moribundas
Mas si buscáis descubrimientos
Tierras irrealizables más allá de los cielos
Vegetante obsesión de musical congoja
Volvamos al silencio
Restos de playas fúnebres
¿A qué buscáis el faro poniente
Vestido de su propia cabellera
Como la reina de los circos?
Volvamos al silencio
Al silencio de las palabras que vienen del silencio
Al silencio de las hostias donde se mueren los profetas
Con la llaga del flanco
Cauterizada por algún relámpago

Las palabras con fiebre y vértigo interno
Las palabras del poeta dan un mareo celeste
Dan una enfermedad de nubes
Contagioso infinito de planetas errantes
Epidemia de rosas en la eternidad

Abrid la boca para recibir la hostia de la palabra herida
La hostia angustiada y ardiente que me nace no se sabe dónde
Que viene de más lejos que mi pecho
La catarata delicada de oro en libertad
Correr de río sin destino como aerolitos al azar
Una columna se alza en la punta de la voz
Y la noche se sienta en la columna

Yo poblaré para mil años los sueños de los hombres
Y os daré un poema lleno de corazón
En el cual me despedazaré por todos lados

Una lágrima caerá de unos ojos
Como algo enviado sobre la tierra
Cuando veas como una herida profetiza
Y reconozcas la carne desgraciada
El pájaro cegado en la catástrofe celeste
Encontrado en mi pecho solitario y sediento
En tanto yo me alejo tras los barcos magnéticos
Vagabundo como ellos
Y más triste que un cortejo de caballos sonámbulos

Hay palabras que tienen sombra de árbol
Otras que tienen atmósfera de astros
Hay vocablos que tienen fuego de rayos
Y que incendian donde caen
Otros que se congelan en la lengua y se rompen al salir
Como esos cristales helados y fatídicos
Hay palabras con imanes que atraen los tesoros del abismo
Otras que se descargan como vagones sobre el alma
Altazor desconfía de las palabras
Desconfía del ardid ceremonioso
Y de la poesía
Trampas
        Trampas de luz y cascadas lujosas
Trampas de perla y de lámpara acuática
Anda como los ciegos con sus ojos de piedra
Presintiendo el abismo a todo paso

Mas no temas de mí que mi lenguaje es otro
No trato de hacer feliz ni desgraciado a nadie
Ni descolgar banderas de los pechos
Ni dar anillos de planetas
Ni hacer satélites de mármol en torno a un talismán ajeno
Quiero darte una música de espíritu
Música mía de esta cítara plantada en mi cuerpo
Música que hace pensar en el crecimiento de los árboles
Y estalla en luminarias dentro del sueño.
Yo hablo en nombre de un astro por nadie conocido
Hablo en una lengua mojada en mares no nacidos
Con una voz llena de eclipses y distancias
Solemne como un combate de estrellas o galeras lejanas
Una voz que se desfonda en la noche de las rocas
Una voz que da la vista a los ciegos atentos
Los ciegos escondidos al fondo de las casas
Como al fondo de sí mismos

Los veleros que parten a distribuir mi alma por el mundo
Volverán convertidos en pájaros
Una hermosa mañana alta de muchos metros
Alta como el árbol cuyo fruto es el sol
Una mañana frágil y rompible
A la hora en que las flores se lavan la cara
Y los últimos sueños huyen por las ventanas

Tanta exaltación para arrastrar los cielos a la lengua
El infinito se instala en el nido del pecho
Todo se vuelve presagio ángel entonces

El cerebro se torna sistro revelador
Y la hora huye despavorida por los ojos
Los pájaros grabados en el cenit no cantan
El día se suicida arrojándose al mar
Un barco vestido de luces se aleja tristemente
Y al fondo de las olas un pez escucha el paso dc los hombres

Silencio la tierra va a dar a luz un árbol
La muerte se ha dormido en el cuello de un cisne
Y cada pluma tiene un distinto temblor
Ahora que Dios se sienta sobre la tempestad
Que pedazos de cielos caen y se enredan en la selva
Y que el tifón despeina las barbas del pirata

Silencio la tierra va a dar a luz un árbol
Tengo cartas secretas en la caja del cráneo
Tengo un carbón doliente en el fondo del pecho
Y conduzco mi pecho a la boca
Y la boca a la puerta del sueño

El mundo se me entra por los ojos
Se me entra por las manos se me entra por los pies
Me entra por la boca y se me sale
En insectos celestes o nubes de palabras por los poros
Silencio la tierra va a dar a luz un árbol
Mis ojos en la gruta de la hipnosis
Mastican el universo que me atraviesa como un túnel
Un escalofrío de pájaro me sacude los hombros
Escalofrío de alas y olas interiores
Escalas de olas y alas en la sangre
Se rompen las amarras de las venas
Y se salta afuera de la carne
Se sale de las puertas de la tierra
Entre palomas espantadas

    Habitante de tu destino
¿Por qué quieres salir de tu destino?
¿Por qué quieres romper los lazos de tu estrella
Y viajar solitario en los espacios
Y caer a través de tu cuerpo de tu cenit a tu nadir?

No quiero ligaduras de astro ni de viento
Ligaduras de luna buenas son para el mar y las mujeres
Dadme mis violines de vértigo insumiso
Mi libertad de música escapada
No hay peligro en la noche pequeña encrucijada
Ni enigma sobre el alma
La palabra electrizada de sangre y corazón
Es el gran paracaídas y el pararrayos de Dios

Habitante de tu destino
Pegado a tu camino como roca
Viene la hora del sortilegio resignado
Abre la mano de tu espíritu
El magnético dedo
En donde el anillo de la serenidad adolescente
Se posará cantando como el canario pródigo
Largos años ausente
Silencio
       Se oye el pulso del mundo como nunca pálido
La tierra acaba de alumbrar un árbol 


Canto II

Mujer el mundo está amueblado por tus ojos
Se hace más alto el cielo en tu presencia
La tierra se prolonga de rosa en rosa
Y el aire se prolonga de paloma en paloma

Al irte dejas una estrella en tu sitio
Dejas caer tus luces como el barco que pasa
Mientras te sigue mi canto embrujado
Como una serpiente fiel y melancólica
Y tú vuelves la cabeza detrás de algún astro

¿Qué combate se libra en el espacio?
Esas lanzas de luz entre planetas
Reflejo de armaduras despiadadas
¿Qué estrella sanguinaria no quiere ceder el paso?
En dónde estás triste noctámbula
Dadora de infinito
Que pasea en el bosque de los sueños

Heme aquí perdido entre mares desiertos
Solo como la pluma que se cae de un pájaro en la noche
Heme aquí en una torre de frío
Abrigado del recuerdo de tus labios marítimos
Del recuerdo de tus complacencias y de tu cabellera
Luminosa y desatada como los ríos de montaña
¿Irías a ser ciega que Dios te dio esas manos?
Te pregunto otra vez

    El arco de tus cejas tendido para las armas de los ojos
Te hablan por mí las olas de pájaros sin cielo
Te habla por mí el color de los paisajes sin viento
Te habla por mí el rebaño de ovejas taciturnas
Dormido en tu memoria
Te habla por mí el arroyo descubierto
La hierba sobreviviente atada a la aventura
Aventura de luz y sangre de horizonte
Sin más abrigo que una flor que se apaga
Si hay un poco de viento

Las llanuras se pierden bajo tu gracia frágil
Se pierde el mundo bajo tu andar visible
Pues todo es artificio cuando tú te presentas
Con tu luz peligrosa
Inocente armonía sin fatiga ni olvido
Elemento de lágrima que rueda hacia adentro
Construido de miedo altivo y de silencio
Haces dudar al tiempo
Y al cielo con instintos de infinito

Lejos de ti todo es mortal
Lanzas la agonía por la tierra humillada de noches
Sólo lo que piensa en ti tiene sabor a eternidad

He aquí tu estrella que pasa
Con tu respiración de fatigas lejanas
Con tus gestos y tu modo de andar
Con el espacio magnetizado que te saluda
Que nos separa con leguas de noche

Sin embargo te advierto que estamos cosidos
A la misma estrella
Estamos cosidos por la misma música tendida
De uno a otro
Por la misma sombra gigante agitada como árbol
Seamos ese pedazo de cielo
Ese trozo en que pasa la aventura misteriosa
La aventura del planeta que estalla en pétalos de sueño

En vano tratarías de evadirte de mi voz
Y de saltar los muros de mis alabanzas
Estamos cosidos por la misma estrella
Estás atada al ruiseñor de las lunas
Que tiene un ritual sagrado en la garganta
Qué me importan los signos de la noche
Y la raíz y el eco funerario que tengan en mi pecho

Qué me importa el enigma luminoso
Los emblemas que alumbran el azar
Y esas islas que viajan por el caos sin destino a mis ojos
Qué me importa ese miedo de flor en el vacío
Qué me importa el nombre de la nada
El nombre del desierto infinito
O de la voluntad o del azar que representan
Y si en ese desierto cada estrella es un deseo de oasis
O banderas de presagio y de muerte

Tengo una atmósfera propia en tu aliento
La fabulosa seguridad de tu mirada con sus constelaciones íntimas
Con su propio lenguaje de semilla
Tu frente luminosa como un anillo de Dios
Más firme que todo en la flora del cielo
Sin torbellinos de universo que se encabrita
Como un caballo a causa de su sombra en el aire

Te pregunto otra vez
¿Irías a ser muda que Dios te dio esos ojos?

Tengo en voz tuya para toda defensa
Esa voz que sale de ti en latidos de corazón
Esa voz en que cae la eternidad
Y se rompe en pedazos de esferas fosforescentes
¿Qué sería la vida si no hubieras nacido?
Un cometa sin manto muriéndose de frío

Te hallé como una lágrima en un libro olvidado
Con tu nombre sensible desde antes en mi pecho
Tu nombre hecho del ruido de palomas que se vuelan
Traes en ti el recuerdo de otras vidas más altas
De un Dios encontrado en alguna parte
Y al fondo de ti misma recuerdas que eras tú
El pájaro de antaño en la clave del poeta

Sueño en un sueño sumergido
La cabellera que se ata hace el día
La cabellera al desatarse hace la noche
La vida se contempla en el olvido
Sólo viven tus ojos en el mundo
El único sistema planetario sin fatiga
Serena piel anclada en las alturas
Ajena a toda red y estratagema
En su fuerza de luz ensimismada
Detrás de ti la vida siente miedo
Porque eres la profundidad de toda cosa
El mundo deviene majestuoso cuando pasas
Se oyen caer lágrimas del cielo
Y borras en el alma adormecida
La amargura de ser vivo
Se hace liviano el orbe en las espaldas

Mi alegría es oír el ruido del viento en tus cabellos
(Reconozco ese ruido desde lejos)
Cuando las barcas zozobran y el río arrastra troncos de árbol
Eres una lámpara de carne en la tormenta
Con los cabellos a todo viento
Tus cabellos donde el sol va a buscar sus mejores sueños

Mi alegría es mirarte solitaria en el diván del mundo
Como la mano de una princesa soñolienta
Con tus ojos que evocan un piano de olores
Una bebida de paroxismos
Una flor que está dejando de perfumar
Tus ojos hipnotizan la soledad
Como la rueda que sigue girando después de una catástrofe
Mi alegría es mirarte cuando escuchas
Ese rayo de luz que camina hacia el fondo del agua
Y te quedas suspensa largo rato
Tantas estrellas pasadas por el harnero del mar
Nada tiene entonces semejante emoción
Ni un mástil pidiendo viento
Ni un aeroplano ciego palpando el infinito
Ni la paloma demacrada dormida sobre un lamento
Ni el arco iris con las alas selladas
Más bello que la parábola de un verso
La parábola tendida en puente nocturno de alma a alma

Nacida en todos los sitios donde pongo los ojos
Con la cabeza levantada
Y todo el cabello al viento
Eres más hermosa que el relincho de un potro en la montaña
Que la sirena de un barco que deja escapar toda su alma
Que un faro en la neblina buscando a quien salvar
Eres más hermosa que la golondrina atravesada por el viento
Eres el ruido del mar en verano
Eres el ruido de una calle populosa llena de admiración

Mi gloria está en tus ojos
Vestida del lujo de tus ojos y de su brillo interno
Estoy sentado en el rincón más sensible de tu mirada
Bajo el silencio estético de inmóviles pestañas
Viene saliendo un augurio del fondo de tus ojos
Y un viento de océano ondula tus pupilas

Nada se compara a esa leyenda de semillas que deja tu presencia
A esa voz que busca un astro muerto que volver a la vida
Tu voz hace un imperio en el espacio
Y esa mano que se levanta en ti como si fuera a colgar soles en el aire
Y ese mirar que escribe mundos en el infinito
Y esa cabeza que se dobla para escuchar un murmullo en la eternidad
Y ese pie que es la fiesta de los caminos encadenados
Y esos párpados donde vienen a vararse las centellas del éter
Y ese beso que hincha la proa de tus labios
Y esa sonrisa como un estandarte al frente de tu vida
Y ese secreto que dirige las mareas de tu pecho
Dormido a la sombra de tus senos

Si tú murieras
Las estrellas a pesar de su lámpara encendida
Perderían el camino
¿Qué sería del universo?


Canto III

Romper las ligaduras de las venas
Los lazos de la respiración y las cadenas

De los ojos senderos de horizontes
Flor proyectada en cielos uniformes

El alma pavimentada de recuerdos
Como estrellas talladas por el viento

El mar es un tejado de botellas
Que en la memoria del marino sueña

Cielo es aquella larga cabellera intacta
Tejida entre manos de aeronauta

Y el avión trae un lenguaje diferente
Para la boca de los cielos de siempre

Cadenas de miradas nos atan a la tierra
Romped romped tantas cadenas

Vuela el primer hombre a iluminar el día
El espacio se quiebra en una herida

Y devuelve la bala al asesino
Eternamente atado al infinito

Cortad todas las amarras
De río mar o de montaña

De espíritu y recuerdo
De ley agonizante y sueño enfermo

Es el mundo que torna y sigue y gira
Es una última pupila

Mañana el campo
Seguirá los galopes del caballo

La flor se comerá a la abeja
Porque el hangar será colmena

El arco-iris se hará pájaro
Y volará a su nido contando

Los cuervos se harán planetas
Y tendrán plumas de hierba

Hojas serán las plumas entibiadas
Que caerán de sus gargantas

Las miradas serán ríos
Y los ríos heridas en las piernas del vacío

Conducirá el rebaño a su pastor
Para que duerma el día cansado como avión

Y el árbol se posará sobre la tórtola
Mientras las nubes se hacen roca

Porque todo es como es en cada ojo
Dinastía astrológica y efímera
Cayendo de universo en universo


Manicura de la lengua es el poeta
No el mago que apaga y enciende
Palabras estelares y cerezas de adioses vagabundos
Muy lejos de las manos de la tierra
Y todo lo que dice es por él inventado
Cosas que pasan fuera del mundo cotidiano
Matemos al poeta que nos tiene saturados

Poesía aún y poesía poesía
Poética poesía poesía
Poesía poética de poético poeta
Poesía
Demasiada poesía
Desde el arco iris hasta el culo pianista de la vecina

Basta señora poesía bambina
Y todavía tiene barrotes en los ojos
El juego es juego y no plegaria infatigable
Sonrisa o risa y no lamparillas de pupila
Que ruedan de la aflicción hasta el océano
Sonrisa y habladurías de estrella tejedora
Sonrisas del cerebro que evoca estrellas muertas
En la mesa mediúmnica de sus irradiaciones

Basta señora arpa de las bellas imágenes
De los furtivos comos iluminados
Otra cosa otra cosa buscamos
Sabemos posar un beso como una mirada
Plantar miradas como árboles
Enjaular árboles como pájaros
Regar pájaros como heliotropos
Tocar un heliotropo como una música
Vaciar una música como un saco
Degollar un saco como un pingüino
Cultivar pingüinos como viñedos
Ordeñar un viñedo como una vaca
Desarbolar vacas como veleros
Peinar un velero como un cometa
Desembarcar cometas como turistas
Embrujar turistas como serpientes
Cosechar serpientes como almendras
Desnudar una almendra como un atleta
Leñar atletas como cipreses
Iluminar cipreses como faroles
Anidar faroles como alondras
Exhalar alondras como suspiros
Bordar suspiros como sedas
Derramar sedas coma ríos
Tremolar un río como una bandera
Desplumar una bandera como un gallo
Apagar un gallo como un incendio
Bogar en incendios como en mares
Segar mares como trigales
Repicar trigales como campanas
Desangrar campanas como corderos
Dibujar corderos como sonrisas
Embotellar sonrisas como licores
Engastar licores como alhajas
Electrizar alhajas como crepúsculos
Tripular crepúsculos como navíos
Descalzar un navío como un rey
Colgar reyes como auroras
Crucificar auroras como profetas
Etc. etc. etc.

Basta señor violín hundido en una ola ola
Cotidiana ola de religión miseria
De sueño en sueño posesión de pedrerías

Después del corazón comiendo rosas
Y de las noches del rubí perfecto
El nuevo atleta salta sobre la pista mágica
Jugando con magnéticas palabras
Caldeadas como la tierra cuando va a salir un volcán
Lanzando sortilegios de sus frases pájaro

Agoniza el último poeta
Tañen las campanas de los continentes
Muere la luna con su noche a cuestas
El sol se saca del bolsillo el día
Abre los ojos el nuevo paisaje solemne
Y pasa desde la tierra a las constelaciones
El entierro de la poesía

Todas las lenguas están muertas
Muertas en manos del vecino trágico
Hay que resucitar las lenguas
Con sonoras risas
Con vagones de carcajadas
Con cortacircuitos en las frases
Y cataclismo en la gramática
Levántate y anda
Estira las piernas anquilosis salta
Fuegos de risa para el lenguaje tiritando de frío
Gimnasia astral para las lenguas entumecidas
Levántate y anda
Vive vive como un balón de fútbol
Estalla en la boca de diamantes motocicleta
En ebriedad de sus luciérnagas
Vértigo sí de su liberación
Una bella locura en la vida de la palabra
Una bella locura en la zona del lenguaje
Aventura forrada de desdenes tangibles
Aventura de la lengua entre dos naufragios
Catástrofe preciosa en los rieles del verso

Y puesto que debemos vivir y no nos suicidamos
Mientras vivamos juguemos
El simple sport de los vocablos
De la pura palabra y nada más
Sin imagen limpia de joyas
(Las palabras tienen demasiada carga)
Un ritual de vocablos sin sombra
Juego de ángel allá en el infinito
Palabra por palabra
Con luz propia de astro que un choque vuelve vivo
Saltan chispas del choque y mientras más violento
Más grande es la explosión
Pasión del juego en el espacio
Sin alas de luna y pretensión
Combate singular entre el pecho y el cielo
Total desprendimiento al fin de voz de carne
Eco de luz que sangra aire sobre el aire

Después nada nada
Rumor aliento de frase sin palabra


Canto IV

No hay tiempo que perder
Enfermera de sombras y distancias
Yo vuelvo a ti huyendo del reino incalculable
De ángeles prohibidos por el amanecer

Detrás de tu secreto te escondías
En sonrisa de párpados y de aire
Yo levanté la capa de tu risa
Y corté las sombras que tenían
Tus signos de distancia señalados

Tu sueño se dormirá en mis manos
Marcado de las líneas de mi destino inseparable
En el pecho de un mismo pájaro
Que se consume en el fuego de su canto
De su canto llorando al tiempo
Porque se escurre entre los dedos

Sabes que tu mirada adorna los veleros
De las noches mecidas en la pesca
Sabes que tu mirada forma el nudo de las estrellas
Y el nudo del canto que saldrá del pecho
Tu mirada que lleva la palabra al corazón
Y a la boca embrujada del ruiseñor

No hay tiempo que perder
A la hora del cuerpo en el naufragio ambiguo
Yo mido paso a paso el infinito

El mar quiere vencer
Y por lo tanto no hay tiempo que perder
Entonces
        Ah entonces
Más allá del último horizonte
Se verá lo que hay que ver

Por eso hay que cuidar el ojo precioso regalo del cerebro
El ojo anclado al medio de los mundos
Donde los buques se vienen a varar
¿Mas si se enferma el ojo qué he de hacer?
¿Qué haremos si han hecho mal de ojo al ojo?
Al ojo avizor afiebrado como faro de lince
La geografía del ojo digo es la más complicada
El sondaje es difícil a causa de las olas
Los tumultos que pasan
La apretura continua
Las plazas y avenidas populosas
Las procesiones con sus estandartes
Bajando por el iris hasta perderse
El rajá en su elefante de tapices
La cacería de leones en selvas de pestañas seculares
Las migraciones de pájaros friolentos hacia otras retinas
Yo amo mis ojos y tus ojos y los ojos
Los ojos con su propia combustión
Los ojos que bailan al son de una música interna
Y se abren como puertas sobre el crimen
Y salen de su órbita y se van como cometas sangrientos al azar
Los ojos que se clavan y dejan heridas lentas a cicatrizar
Entonces no se pegan los ojos como cartas
Y son cascadas de amor inagotables
Y se cambian día y noche
Ojo por ojo
Ojo por ojo como hostia por hostia
Ojo árbol
Ojo pájaro
Ojo río
Ojo montaña
Ojo mar
Ojo tierra
Ojo luna
Ojo cielo
Ojo silencio
Ojo soledad por ojo ausencia
Ojo dolor por ojo risa
No hay tiempo que perder
Y si viene el instante prosaico
Siga el barco que es acaso el mejor
Ahora que me siento y me pongo a escribir
Qué hace la golondrina que vi esta mañana
¿Firmando cartas en el vacío?
Cuando muevo el pie izquierdo
¿Qué hace con su pie el gran mandarín chino?
Cuando enciendo un cigarro
¿Qué hacen los otros cigarros que vienen en el barco?
¿En dónde está la planta del fuego futuro?
Y si yo levanto los ojos ahora mismo
¿Qué hace con sus ojos el explorador de pie en el polo?
Yo estoy aquí
¿En dónde están los otros?
Eco de gesto en gesto
Cadena electrizada o sin correspondencias
Interrumpido el ritmo solitario
¿Quiénes se están muriendo y quiénes nacen
Mientras mi pluma corre en el papel?

No hay tiempo que perder
Levántate alegría
Y pasa de poro en poro la aguja de tus sedas

Darse prisa darse prisa
Vaya por los globos y los cocodrilos mojados
Préstame mujer tus ojos de verano
Yo lamo las nubes salpicadas cuando el otoño sigue la carreta del asno
Un periscopio en ascensión debate el pudor del invierno
Bajo la perspectiva del volantín azulado por el infinito
Color joven de pájaros al ciento por ciento
Tal vez era un amor mirado de palomas desgraciadas
O el guante importuno del atentado que va a nacer de una mujer o
una amapola
El floreo de mirlos que se besan volando
Bravo pantorrilla de noche de la más novia que se esconde en su piel de flor

Rosa al revés rosa otra vez y rosa y rosa
Aunque no quiera el carcelero
Río revuelto para la pesca milagrosa
Noche préstame tu mujer con pantorrillas de florero de amapolas jóvenes
Mojadas de color como el asno pequeño desgraciado
La novia sin flores ni globos de pájaros
El invierno endurece las palomas presentes
Mira la carreta y el atentado de cocodrilos azulados
Que son periscopios en las nubes del pudor
Novia en ascensión al ciento por ciento celeste
Lame la perspectiva que ha de nacer salpicada de volantines
Y de los guantes agradables del otoño que se debate en la piel del amor.

No hay tiempo que perder
La indecisión en barca para los viajes
Es un presente de las crueldades de la noche
Porque el hombre malo o la mujer severa
No pueden nada contra la mortalidad de la casa
Ni la falta de orden
Que sea oro o enfermedad
Noble sorpresa o espión doméstico para victoria extranjera
La disputa intestina produce la justa desconfianza
De los párpados lavados en la prisión
Las penas tendientes a su fin son travesaños antes del matrimonio
Murmuraciones de cascada sin protección
Las disensiones militares y todos los obstáculos
A causa de la declaración de esa mujer rubia
Que critica la pérdida de la expedición
O la utilidad extrema de la justicia
Como una separación de amor sin porvenir
La prudencia llora los falsos extravíos de la locura naciente
Que ignora completamente las satisfacciones de la moderación

No hay tiempo que perder
Para hablar de la clausura de la tierra y la llegada del día agricultor a la
nada amante de lotería sin proceso ni niño para enfermedad pues el dolor
imprevisto que sale de los cruzamientos de la espera en este campo de la sinceridad
nueva es un poco negro como el eclesiástico de las empresas
para la miseria o el traidor en retardo sobre el agua que busca apoyo en
la unión o la disensión sin reposo de la ignorancia pero la carta viene sobre
la ruta y la mujer colocada en el incidente del duelo conoce el buen éxito
de la preñez y la inacción del deseo pasado da la ventaja al pueblo que tiene
inclinación por el sacerdote pues él realza de la caída y se hace más íntimo que el
extravío de la doncella rubia o la amistad de la locura

No hay tiempo que perder
Todo esto es triste como el niño que está quedándose huérfano
O como la letra que cae al medio del ojo
O como la muerte del perro de un ciego
O como el río que se estira en su lecho de agonizante
Todo esto es hermoso como mirar el amor de los gorriones
Tres horas después del atentado celeste
O como oír dos pájaros anónimos que cantan a la misma azucena
O como la cabeza de la serpiente donde sueña el opio
O como el rubí nacido de los deseos de una mujer
Y como el mar que no se sabe si ríe o llora
Y como los colores que caen del cerebro de las mariposas
Y como la mina de oro de las abejas
Las abejas satélites del nardo como las gaviotas del barco
Las abejas que llevan la semilla en su interior
Y van más perfumadas que pañuelos de narices
Aunque no son pájaros
Pues no dejan sus iniciales en el cielo
En la lejanía del cielo besada por los ojos
Y al terminar su viaje vomitan el alma de los pétalos
Como las gaviotas vomitan el horizonte
Y las golondrinas el verano

No hay tiempo que perder
Ya viene la golondrina monotémpora
Trae un acento antípoda de lejanías que se acercan
Viene gondoleando la golondrina

Al horitaña de la montazonte
La violondrina y el goloncelo
Descolgada esta mañana de la lunala
Se acerca a todo galope
Ya viene viene la golondrina
Ya viene viene la golonfina
Ya viene la golontrina
Ya viene la goloncima
Viene la golonchina
Viene la golonclima
Ya viene la golonrima
Ya viene la golonrisa
La goloniña
La golongira
La golonlira
La golonbrisa
La golonchilla
Ya viene la golondía
Y la noche encoge sus uñas como el leopardo
Ya viene la golontrina
Que tiene un nido en cada uno de los dos calores
Como yo lo tengo en los cuatro horizontes
Viene la golonrisa
Y las olas se levantan en la punta de los pies
Viene la goloniña
Y siente un vahido la cabeza de la montaña
Viene la golongira
Y el viento se hace parábola de sílfides en orgía
Se llenan de notas los hilos telefónicos
Se duerme el ocaso con la cabeza escondida
Y el árbol con el pulso afiebrado

Pero el cielo prefiere el rodoñol
Su niño querido el rorreñol
Su flor de alegría el romiñol
Su piel de lágrima el rofañol
Su garganta nocturna el rosolñol
El rolañol
El rosiñol

No hay tiempo que perder
El buque tiene los días contados
Por los hoyos peligrosos que abren las estrellas en el mar
Puede caerse al fuego central
El fuego central con sus banderas que estallan de cuando en cuando
Los elfos exacerbados soplan las semillas y me interrogan
Pero yo sólo oigo las notas del alelí
Cuando alguien aprieta los pedales del viento
Y se presenta el huracán
El río corre como un perro azotado
Corre que corre a esconderse en el mar
Y pasa el rebaño que devasta mis nervios
Entonces yo sólo digo
Que no compro estrellas en la nochería
Y tampoco olas nuevas en la marería
Prefiero escuchar las notas del alelí
Junto a la cascada que cuenta sus monedas
O el bronceo del aeroplano en la punta del cielo
O mirar el ojo del tigre donde sueña una mujer desnuda
Porque si no la palabra que viene de tan lejos
Se quiebra entre los labios

Yo no tengo orgullos de campanario
Ni tengo ningún odio petrificado
Ni grito como un sombrero afectuoso que viene saliendo del desierto
Digo solamente
No hay tiempo que perder
El visir con lenguaje de pájaro
Nos habla largo largo como un sendero
Las caravanas se alejan sobre su voz
Y los barcos hacia horizontes imprecisos
Él devuelve el oriente sobre las almas
Que toman un oriente de perla
Y se llenan de fósforos a cada paso
De su boca brota una selva
De su selva brota un astro
Del astro cae una montaña sobre la noche
De la noche cae otra noche
Sobre la noche del vacío
La noche lejos tan lejos que parece una muerta que se llevan
Adiós hay que decir adiós
Adiós hay que decir a Dios
Entonces el huracán destruido por la luz de la lengua
Se deshace en arpegios circulares
Y aparece la luna seguida de algunas gaviotas
Y sobre el camino
Un caballo que se va agrandando a medida que se aleja

Darse prisa darse prisa
Están prontas las semillas
Esperando una orden para florecer
Paciencia ya luego crecerán
Y se irán por los senderos de la savia
Por su escalera personal
Un momento de descanso
Antes del viaje al cielo del árbol
El árbol tiene miedo de alejarse demasiado
Tiene miedo y vuelve los ojos angustiados
La noche lo hace temblar
La noche y su licantropía
La noche que afila sus garras en el viento
Y aguza los oídos de la selva
Tiene miedo digo el árbol tiene miedo
De alejarse de la tierra

No hay tiempo que perder
Los iceberg que flotan de los ojos de los muertos
Conocen su camino
Ciego sería el que llorara
Las tinieblas del féretro sin límites
Las esperanzas abolidas
Los tormentos cambiados en inscripción de cementerio
Aquí yace Carlota ojos marítimos
Se le rompió un satélite
Aquí yace Matías en su corazón dos escualos se batían
Aquí yace Marcelo mar y cielo en el mismo violonchelo
Aquí yace Susana cansada de pelear contra el olvido
Aquí yace Teresa ésa es la tierra que araron sus ojos hoy ocupada por
su cuerpo
Aquí yace Angélica anclada en el puerto de sus brazos
Aquí yace Rosario río de rosas hasta el infinito
Aquí yace Raimundo raíces del mundo son sus venas
Aquí yace Clarisa clara risa enclaustrada en la luz
Aquí yace Alejandro antro alejado ala adentro
Aquí yace Gabriela rotos los diques sube en las savias hasta el sueño
esperando la resurrección
Aquí yace Altazor azor fulminado por la altura
Aquí yace Vicente antipoeta y mago
Ciego sería el que llorara
Ciego como el cometa que va con su bastón
Y su neblina de ánimas que lo siguen
Obediente al instinto de sus sentidos
Sin hacer caso de los meteoros que apedrean desde lejos
Y viven en colonias según la temporada
El meteoro insolente cruza por el cielo
El meteplata el metecobre El metepiedras en el infinito
Meteópalos en la mirada
Cuidado aviador con las estrellas
Cuidado con la aurora
Que el aeronauta no sea el auricida
Nunca un cielo tuvo tantos caminos como éste
Ni fue tan peligroso
La estrella errante me trae el saludo de un amigo muerto hace diez años
Darse prisa darse prisa
Los planetas maduran en el planetal
Mis ojos han visto la raíz de los pájaros
El más allá de los nenúfares
Y el ante acá de las mariposas
¿Oyes el ruido que hacen las mandolinas al morir?
Estoy perdido
No hay más que capitular
Ante la guerra sin cuartel
Y la emboscada nocturna de estos astros

La eternidad quiere vencer
Y por lo tanto no hay tiempo que perder
Entonces
        Ah entonces
Más allá del último horizonte
Se verá lo que hay que ver
La ciudad
Debajo de las luces y las ropas colgadas
El jugador aéreo
Desnudo
Frágil
La noche al fondo del océano
Tierna ahogada
La muerte ciega

Y su esplendor
Y el sonido y el sonido
Espacio la lumbrera
A estribor
Adormecido
En cruz
en luz
La tierra y su cielo
El cielo y su tierra
Selva noche
Y río día por el universo
El pájaro tralalí canta en las ramas de mi cerebro
Porque encontró la clave del eterfinifrete
Rotundo como el unipacio y el espaverso
Uiu uiui
Tralalí tralalá
Aia ai ai aaia i i


Canto V

Aquí comienza el campo inexplorado
Redondo a causa de los ojos que lo miran
Y profundo a causa de mi propio corazón
Lleno de zafiros probables
De manos de sonámbulos
De entierros aéreos
Conmovedores como el sueño de los enanos
O el ramo cortado en el infinito
Que trae la gaviota para sus hijos

Hay un espacio despoblado
Que es preciso poblar
De miradas con semillas abiertas
De voces bajadas de la eternidad
De juegos nocturnos y aerolitos de violín
De ruido de rebaños sin permiso
Escapados del cometa que iba a chocar
¿Conoces tú la fuente milagrosa
Que devuelve a la vida los náufragos de antaño?
¿Conoces tú la flor que se llama voz de monja
Que crece hacia abajo y se abre al fondo de la tierra?
¿Has visto al niño que cantaba
Sentado en una lágrima
El niño que cantaba al lado de un suspiro
O de un ladrido de perro inconsolable?
¿Has visto al arco-iris sin colores
Terriblemente envejecido
Que vuelve del tiempo de los faraones?

El miedo cambia la forma de las flores
Que esperan temblando el juicio final
Una a una las estrellas se arrojan por el balcón
El mar se está durmiendo detrás de un árbol
Con su calma habitual
Porque sabe desde los tiempos bíblicos
Que el regreso es desconocido en la estrella polar

Ningún navegante ha encontrado la rosa de los mares
La rosa que trae el recuerdo de sus abuelos
Del fondo de sí misma
Cansada de soñar
Cansada de vivir en cada pétalo
Viento que estás pensando en la rosa del mar
Yo te espero de pie al final de esta línea
Yo sé dónde se esconde la flor que nace del sexo de las sirenas
En el momento del placer
Cuando debajo del mar empieza a atardecer
Y se oye crujir las olas
Bajo los pies del horizonte
Yo sé yo sé dónde se esconde
El viento tiene la voz de abeja de la joven pálida
La joven pálida como su propia estatua
Que yo amé en un rincón de mi vida
Cuando quería saltar de una esperanza al cielo
Y caí de naufragio en naufragio de horizonte en horizonte
Entonces vi la rosa que se esconde
Y que nadie ha encontrado cara a cara

¿Has visto este pájaro de islas lejanas
Arrojado por la marea a los pies de mi cama?
¿Has visto el anillo hipnótico que va de ojo a ojo
Del amor al amor del odio al odio
Del hombre a la mujer del planeta a la planeta
¿Has visto en el cielo desierto
La paloma amenazada por los años
Con los ojos llenos de recuerdos
Con el pecho lleno de silencio
Más triste que el mar después de un naufragio?

Detrás del águila postrera cantaba el cantador
Tenía un anillo en el corazón
Y se sentó en la tierra de su esfuerzo
Frente al volcán desafiado por una flor
El atleta quisiera ser un faro
Para tener barcos que lo miren
Para hacerlos dormir para dormirse
Y arrullar al cielo como un árbol
El atleta
Tiene un anillo en la garganta
Y así se pasa el tiempo
Quieto quieto
Porque le están creciendo anémonas en el cerebro

Contempla al huérfano que se paró en su edad
Por culpa de los ríos que llevan poca agua
Por culpa de las montañas que no bajan
Crece crece dice el violonchelo
Como yo estoy creciendo
Como está creciendo la idea del suicidio en la bella jardinera
Crece pequeño zafiro más tierno que la angustia
En los ojos del pájaro quemado

Creceré creceré cuando crezca la ciudad
Cuando los peces se hayan bebido todo el mar
Los días pasados son caparazones de tortuga
Ahora tengo barcos en la memoria
Y los barcos se acercan día a día
Oigo un ladrido de perro que da la vuelta al mundo
En tres semanas
Y se mueren llegando

El corazón ha roto las amarras
A causa de los vientos
Y el niño está quedándose huérfano
Si el paisaje se hiciera paloma
Antes de la noche se lo comería el mar
Pero el mar está preparando un naufragio
Y tiene sus pensamientos por otros lados

Navío navío
Tienes la vida corta de un abanico
Aquí nos reímos de todo eso
Aquí en el lejos lejos

La montaña embrujada por un ruiseñor
Sigue la miel del oso envenenado
Pobre oso de piel de oso envenenado por la noche boreal
Huye que huye de la muerte
De la muerte sentada al borde del mar

La montaña y el montaño
Con su luno y con su luna
La flor florecida y el flor floreciendo
Una flor que llaman girasol
Y un sol que se llama giraflor

El pájaro puede olvidar que es pájaro
A causa del cometa que no viene
Por miedo al invierno o a un atentado
El cometa que debía nacer de un telescopio y una hortensia
Que se creyó mirar y era mirado

Un aviador se mata sobre el concierto único
Y el ángel que se baña en algún piano
Se vuelve otra vez envuelto en sones
Buscando el receptor en los picachos
Donde brotan las palabras y los ríos

Los lobos hacen milagros
En las huellas de la noche
Cuando el pájaro incógnito se nubla
Y pastan las ovejas al otro lado de la luna

Si es un recuerdo de música
Nadie puede impedir que el circo se agrande en el silencio
Ni las campanas de los astros muertos
Ni la serpiente que se nutre de colores
Ni el pianista que está saliendo de la tierra
Ni el misionero que olvidó su nombre

Si el camino se sienta a descansar
O se remoja en el otoño de las constelaciones
Nadie impedirá que un alfiler se clave en la eternidad
Ni la mujer espolvoreada de mariposas
Ni el huérfano amaestrado por una tulipa
Ni la cebra que trota alrededor de un valse
Ni el guardián de la suerte
El cielo tiene miedo de la noche
Cuando el mar hace dormir los barcos
Cuando la muerte se nutre en los rincones
Y la voz del silencio se llena de vampiros
Entonces alumbramos un fuego bajo el oráculo
Para aplacar la suerte
Y alimentamos los milagros de la soledad
Con nuestra propia carne
Entonces en el cementerio sellado
Y hermoso como un eclipse
La rosa rompe sus lazos y florece al reverso de la muerte

Noche de viejos terrores de noche
¿En dónde está la gruta polar nutrida de milagros?
¿En dónde está el miraje delirante
De los ojos de arco iris y de la nebulosa?
Se abre la tumba y al fondo se ve el mar
El aliento se corta y el vértigo suspenso
Hincha las sienes se derrumba en las venas
Abre los ojos más grandes que el espacio que cabe en ellos
Y un grito se cicatriza en el vacío enfermo
Se abre la tumba y al fondo se ve un rebaño perdido en la montaña
La pastora con su capa de viento al lado de la noche
Cuenta las pisadas de Dios en el espacio
Y se canta a sí misma
Se abre la tumba y al fondo se ve un desfile de témpanos de hielo
Que brillan bajo los reflectores de la tormenta
Y pasan en silencio a la deriva
Solemne procesión de témpanos
Con hachones de luz dentro del cuerpo
Se abre la tumba y al fondo se ven el otoño y el invierno
Baja lento lento un cielo de amatista
Se abre la tumba y al fondo se ve una enorme herida
Que se agranda en lo profundo de la tierra
Con un ruido de verano y primaveras
Se abre la tumba y al fondo se ve una selva de hadas que se fecundan
Cada árbol termina en un pájaro extasiado
Y todo queda adentro de la elipse cerrada de sus cantos
Por esos lados debe hallarse el nido de las 1ágrimas
Que ruedan por el cielo y cruzan el zodiaco
De signo en signo
Se abre la tumba y al fondo se ve la hirviente nebulosa que se apaga y
se alumbra
Un aerolito pasa sin responder a nadie
Danzan luminarias en el cadalso ilimitado
En donde las cabezas sangrientas de los astros
Dejan un halo que crece eternamente
Se abre la tumba y salta una ola
La sombra del universo se salpica
Y todo lo que vive en la sombra o en la orilla
Se abre la tumba y sale un sollozo de planetas
Hay mástiles tronchados y remolinos de naufragios
Doblan las campanas de todas las estrellas
Silba el huracán perseguido a través del infinito
Sobre los ríos desbordados
Se abre la tumba y salta un ramo de flores cargadas de cilicios
Crece la hoguera impenetrable y un olor de pasión invade el orbe
El sol tantea el último rincón donde se esconde
Y nace la selva mágica
Se abre la tumba y al fondo se ve el mar
Sube un canto de mil barcos que se van
En tanto un tropel de peces
Se petrifica lentamente

Cuánto tiempo ese dedo de silencio
Dominando el insomnio interminable
Que reina en las esferas
Es hora de dormir en todas partes
El sueño saca al hombre de la tierra

Festejamos el amanecer con las ventanas
Festejamos el amanecer con los sombreros
Se vuela el terror del cielo
Los cerros se lanzan pájaros a la cara
Amanecer con esperanza de aeroplanos
Bajo la bóveda que cuela la luz desde tantos siglos
Amor y paciencia de columna central
Nos frotamos las manos y reímos
Nos lavamos los ojos y jugamos
     El horizonte es un rinoceronte
     El mar un azar
     El cielo un pañuelo

 La llaga una plaga
Un horizonte jugando a todo mar se sonaba con el cielo después de las
    siete plagas de Egipto
El rinoceronte navega sobre el azar como el cometa en su pañuelo lleno
    de plagas

Razón de día no es razón de noche
Y cada tiempo tiene insinuación distinta
Los vegetales salen a comer al borde
Las olas tienden las manos
Para coger un pájaro
Todo es variable en el mirar sencillo
Y en los subterráneos de la vida
Tal vez sea lo mismo

La herida de luna de la pobre loca
La pobre loca de la luna herida
Tenía luz en la celeste boca
Boca celeste que la luz tenía
El mar de flor para esperanza ciega
Ciega esperanza para flor de mar
Cantar para el ruiseñor que al cielo pega
Pega el cielo al ruiseñor para cantar

Jugamos fuera del tiempo
Y juega con nosotros el molino de viento
   Molino de viento
   Molino de aliento
   Molino de cuento
   Molino de intento
   Molino de aumento
   Molino de ungüento
   Molino de sustento
   Molino de tormento
   Molino de salvamento
   Molino de advenimiento
   Molino de tejimiento
   Molino de rugimiento
   Molino de tañimiento
   Molino de afletamiento
   Molino de agolpamiento
   Molino de alargamiento
   Molino de alejamiento
   Molino de amasamiento
   Molino de engrendramiento
   Molino de ensoñamiento
   Molino de ensalzamiento
   Molino de enterramiento
   Molino de maduramiento
   Molino de malogramiento
   Molino de maldecimiento
   Molino de sacudimiento
   Molino de revelamiento
   Molino de oscurecimiento
   Molino de enajenamiento
   Molino de enamoramiento
   Molino de encabezamiento
   Molino de encastillamiento
   Molino de aparecimiento
   Molino de despojamiento
   Molino de atesoramiento
   Molino de enloquecimiento
   Molino de ensortijamiento
   Molino de envenenamiento
   Molino de acontecimiento
   Molino de descuartizamiento
   Molino del portento
   Molino del lamento
   Molino del momento
   Molino del firmamento
   Molino del sentimiento
   Molino del juramento
   Molino del ardimiento
   Molino del crecimiento
   Molino del nutrimiento
   Molino del conocimiento
   Molino del descendimiento
   Molino del desollamiento
   Molino del elevamiento
   Molino del endiosamiento
   Molino del alumbramiento
   Molino del deliramiento
   Molino del aburrimiento
   Molino del engreimiento
   Molino del escalamiento
   Molino del descubrimiento
   Molino del escurrimiento
   Molino del remordimiento
   Molino del atronamiento
   Molino del aturdimiento
   Molino del despeñamiento
   Molino del quebrantamiento
   Molino del envejecimiento
   Molino del aceleramiento
   Molino del encarnizamiento
   Molino del anonadamiento
   Molino del arrepentimiento
   Molino del encanecimiento
   Molino del despedazamiento
   Molino del descorazonamiento
   Molino en fragmento
   Molino en detrimento
   Molino en giramiento
   Molino en gruñimiento
   Molino en sacramento
   Molino en pensamiento
   Molino en pulsamiento
   Molino en pudrimiento
   Molino en nacimiento
   Molino en apiñamiento
   Molino en apagamiento
   Molino en decaimiento
   Molino en derretimiento
   Molino en desvalimento
   Molino en marchitamiento
   Molino en enfadamiento
   Molino en encantamiento
   Molino en transformamiento
   Molino en asolamiento
   Molino en concebimiento
   Molino en derribamiento
   Molino en imaginamiento
   Molino en desamparamiento
   Molino con talento
   Molino con acento
   Molino con sufrimiento
   Molino con temperamento
   Molino con fascinamiento
   Molino con hormigamiento
   Molino con retorcimiento
   Molino con resentimiento
   Molino con refregamiento
   Molino con recogimiento
   Molino con razonamiento
   Molino con quebrantamiento
   Molino con prolongamiento
   Molino con presentimiento
   Molino con padecimiento
   Molino con amordazamiento
   Molino con enronquecimiento
   Molino con alucinamiento
   Molino con atolondramiento
   Molino con desafallecimiento
   Molino para aposento
   Molino para convento
   Molino para ungimiento
   Molino para alojamiento
   Molino para cargamento
   Molino para subimiento
   Molino para flotamiento
   Molino para enfriamiento
   Molino para embrujamiento
   Molino para acogimiento
   Molino para apostamiento
   Molino para arrobamiento
   Molino para escapamiento
   Molino para escondimiento
   Molino para estrellamiento
   Molino para exaltamiento
   Molino para guarecimiento
   Molino para levantamiento
   Molino para machucamiento
   Molino para renovamiento
   Molino para desplazamiento
   Molino para anticipamiento
   Molino para amonedamiento
   Molino para profetizamiento
   Molino para descoyuntamiento
   Molino como ornamento
   Molino como elemento
   Molino como armamento
   Molino como instrumento
   Molino como monumento
   Molino como palpamiento
   Molino como descubrimiento
   Molino como anunciamiento
   Molino como medicamento
   Molino como desvelamiento
   Molino a sotavento
   Molino a barlovento
   Molino a ligamento
   Molino a lanzamiento
   Molino a mordimiento
   Molino a movimiento
   Molino que invento
   Molino que ahuyento
   Molino que oriento
   Molino que caliento
   Molino que presiento
   Molino que apaciento
   Molino que transparento
   Molino lento
   Molino cruento
   Molino atento
   Molino hambriento
   Molino sediento
   Molino sangriento
   Molino jumento
   Molino violento
   Molino contento
   Molino opulento
   Molino friolento
   Molino avariento
   Molino corpulento
   Molino achaquiento
   Molino granujiento
   Molino ceniciento
   Molino polvoriento
   Molino cazcarriento
   Molino gargajiento
   Molino sudoriento
   Molino macilento
   Molino soñoliento
   Molino turbulento
   Molino truculento
Así eres molino de viento

Molino de asiento
Molino de asiento del viento
Que teje las noches y las mañanas
Que hila las nieblas de ultratumba
Molino de aspavientos y del viento en aspas
El paisaje se llena de tus locuras

Y el trigo viene y va
De la tierra al cielo
Del cielo al mar
Los trigos de las olas amarillas
Donde el viento se revuelca
Buscando la cosquilla de las espigas

Escucha
Pasa el palpador en eléctricas corrientes
El viento norte despeina tus cabellos
Hurra molino moledor
Molino volador
Molino charlador
Molino cantador
Cuando el cielo trae de la mano una tempestad
Hurra molino girando en la memoria
Molino que hipnotiza las palomas viajeras

Habla habla molino de cuento
Cuando el viento narra tu leyenda etérea
Sangra sangra molino del descendimiento
Con tu gran recuerdo pegado a los ocasos del mundo
Y los brazos de tu cruz fatigados por el huracán

Así reímos y cantamos en esta hora
Porque el molino ha creado el imperio de su escogida
Y es necesario que lo sepa
Es necesario que alguien se lo diga

Sol tú que naciste en mi ojo derecho
Y moriste en mi ojo izquierdo
No creas en los vaticinios del zodiaco
Ni en los ladridos de las tumbas
Las tumbas tienen maleficios de luna
Y no saben de lo que hablan
Yo te lo digo porque mi sombrero está cansado de recorrer el mundo
Y tengo una experiencia de mariposa milenaria

Profetiza profetiza
Molino de las constelaciones
Mientras bailamos sobre el azar de la risa
Ahora que la grúa que nos trae el día
Volcó la noche fuera de la tierra
Empiece ya 
La farandolina en la lejantaña de la montania
El horimento bajo el firmazonte
Se embarca en la luna
Para dar la vuelta al mundo

Empiece ya
La faranmandó mandó liná
Con su musiquí con su musicá

La carabantantina
La carabantantú
La farandosilina
La Farandú
La Carabantantá
La Carabantantí
La farandosilá
La faransí

Ríe ríe antes que venga la fatiga
En su carro nebulosos de días
Y los años y los siglos
Se amontonen en el vacío
Y todo sea oscuro en el ojo del cielo

La cascada que cabellera sobre la noche
Mientras la noche se cama a descansar
Con su luna que almohada al cielo
Yo ojo el paisaje cansado
Que se ruta hacia el horizonte
A la sombra de un árbol naufragando

Y he aquí que ahora me diluyo en múltiples cosas
Soy luciérnaga y voy iluminando las ramas de la selva
Sin embargo cuando vuelo guardo mi modo de andar
Y no sólo soy luciérnaga
Sino también el aire en que vuela
La luna me atraviesa de parte a parte
Dos pájaros se pierden en mi pecho
Sin poderlo remediar
Y luego soy árbol
Y en cuanto a árbol conservo mis modos de luciérnaga
Y mis modos de cielo
Y mi andar de hombre mi triste andar
Ahora soy rosal y hablo con lenguaje de rosal
Y digo
Sal rosa rorosalía
Sal rosa al día
Salía al sol rosa sario
Fueguisa mía sonrodería rososoro oro
Ando pequeño volcán del día
Y tengo miedo del volcán
Mas el volcán responde
Prófugo rueda al fondo donde ronco
Soy rosa de trueno y sueno mis carrasperas
Estoy preso y arrastro mis propios grillos
Los astros que trago crujen en mis entrañas
Proa a la borrasca en procesión procreadora
Proclamo mis proezas bramadoras
Y mis bronquios respiran en la tierra profunda
Bajo los mares y las montañas
Y luego soy pájaro
Y me disputo el día en gorjeos
El día que me cruza la garganta
Ahora solamente digo
Callaos que voy a cantar
Soy el único cantor de este siglo
Mío mío es todo el infinito
Mis mentiras huelen a cielo
Y nada más
Y ahora soy mar
Pero guardo algo de mis modos de volcán
De mis modos de árbol de mis modos de luciérnaga
De mis modos de pájaro de hombre y de rosal
Y hablo como mar y digo
De la firmeza hasta el horicielo
Soy todo montalas en la azulaya
Bailo en las volaguas como espurinas
Una corriela tras de la otra
Una corriela tras de la otra
Ondola en olañas mi rugazuelo
Las verdondilas bajo la luna del selviflujo
Van en montonda hasta el infidondo
Y cuando bramuran los hurafones
Y la ondaja lanza a las playas sus laziolas
Hay un naufundo que grita pidiendo auxilio
Yo no me hago el sordo
Mira las butraceas lentas sobre mis tornadelas
La subaterna con sus brajidos
Las escalolas de la montasca
Las escalolas de la desonda
Que no descansan hasta que roen el borde de los altielos
Hasta que llegan al abifunda
En tanto el pirata canta
Y yo lo escucho vestido de verdiul
   La lona en el mar riela
   En la luna gime el viento
   Y alza en blanco crugimiento
   Alas de olas en mi azul
El mar se abrirá para dejar salir los primeros náufragos
Que cumplieron su castigo
Después de tantos siglos y más siglos
Andarán por la tierra con miradas de vidrio
Escalarán los montes de sus frases proféticas
Y se convertirán en constelaciones
Entonces aparecerá un volcán en medio de las olas
Y dirá yo soy el rey
Traedme el harmonio de las nebulosas
Y sabed que las islas son la corona de mi cabeza
Y las olas mi único tesoro

Yo soy el rey
El rey canta a la reina
El cielo canta a la ciela
El luz canta a la luz
La luz que busca el ojo hasta que lo encuentra
Canta el cielo en su lengua astronómica
Y la luz en su idioma magnético
Mientras el mar lame los pies de la reina
Que se peina eternamente

Yo soy el rey
Y os digo que el planeta que atravesó la noche
No se reconoce al salir por el otro lado
Y mucho menos al entrar en el día
Pues ni siquiera recuerda cómo se llamaba
Ni quiénes era sus padres
Dime ¿eres hijo de Martín Pescador
O eres nieto de un cigüeña tartamuda
O de aquella jirafa que vi en medio del desierto
Pastando ensimismadas las yerbas de la luna
O eres hijo del ahorcado que tenía ojos de pirámide?
Algún día lo sabremos
Y morirás sin tu secreto
Y de tu tumba saldrá un arco-iris como un tranvía
Del arco-iris saldrá una pareja haciendo el amor
Del amor saldrá una selva errante
De la selva saldrá una flecha
De la flecha saldrá una liebre huyendo por los campos
De la liebre saldrá una cinta que irá señalando su camino
De la cinta saldrá un río y una catarata que salvará a la liebre de sus perseguidores
Hasta que la liebre empiece a trepar por una mirada
Y se esconda al fondo del ojo

Yo soy el rey
Los ahogados florecen cuando yo lo mando
Atad el arco-iris al pirata
Atad el viento a los cabellos de la bruja
Yo soy el rey
Y trazaré tu horóscopo como un plan de batalla

Oyendo esto el arco-iris se alejaba
¿A dónde vas arco-iris
No sabes que hay asesinos en todos los caminos?
El iris encadenado en la columna montante
Columna de mercurio en fiesta para nosotros
Tres mil doscientos metros de infra-rojo
Un extremo se apoya en mi pie y el otro en la llaga de Cristo
Los domingos del arco-iris para el arcángel
¿En dónde está el arquero de los meteoros?
El arquero arcaico
Bajo la arcada eterna el arquero del arcano con su violín violeta con su
violín violáceo con su violín
         violado
Arco-iris arco de las cejas en mi cielo arqueológico
Bajo el área del arco se esconde el arca de tesoros preciosos
Y la flor montada como un reloj
Con el engranaje perfecto de sus pétalos
Ahora que un caballo empieza a subir galopando por el arco-iris
Ahora la mirada descarga los ojos demasiado llenos
En el instante en que huyen los ocasos a través de las llanuras
El cielo está esperando un aeroplano
Y yo oigo la risa de los muertos debajo de la tierra


Canto VI

Alhaja apoteosis y molusco
Anudado
        noche
            nudo
El corazón
Esa entonces dirección
        nudo temblando
Flexible corazón la apoteosis
Un dos tres
        cuatro
lágrima
        mi lámpara
            y molusco

El pecho al melodioso
Anudado la joya
Conque temblando angustia
Normal tedio
        Sería pasión
        Muerte el violonchelo

Una bujía el ojo
            Otro otra
Cristal si cristal era
Cristaleza
Magnetismo
        sabéis la seda
Viento flor
        lento nube lento
Seda cristal lento seda
El magnetismo
        seda aliento cristal seda
Así viajando en postura de ondulación
Cristal nube
Molusco sí por violonchelo y joya
Muerte de joya y violonchelo
Así sed por hambre o hambre y sed
Y nube y joya
Lento
        nube
Ala ola ole ala Aladino
El ladino Aladino Ah ladino dino la
Cristal nube
Adónde
        en dónde
Lento lenta
        ala ola
Ola ola el ladino si ladino
Pide ojos
        Tengo nácar
En la seda cristal nube
Cristal ojos
        y perfumes
Bella tienda
Cristal nube
        muerte joya o en ceniza
Porque eterno porque eterna
        lento lenta
Al azar del cristal ojos
Gracia tanta
        y entre mares
Miramares
Nombres daba
        por los ojos hojas mago
Alto alto
Y el darín de la Babel
Pida nácar
        tenga muerte
Una dos y cuatro muerte
Para el ojo y entre mares
Para el barco en los perfumes
Por la joya al infinito
Vestir cielo sin desmayo
Se deshoja tan prodigio
El cristal ojo
Y la visita
        flor y rama
Al gloria trino
        apoteosis
Va viajando Nudo Noche
Me daría
        cristaleras
        tanto azar
            y noche y noche
Que tenía la borrasca
Noche y noche
        Apoteosis
Que tenía cristal ojo cristal seda cristal nube
La escultura seda o noche
Lluvia
        Lana flor por ojo
            Flor por nube
            Flor por noche
Señor horizonte viene viene
Puerta
Iluminando negro
Puerta hacia idas estatuarias
Estatuas de aquella ternura
A dónde va
De dónde viene
        el paisaje viento seda
El paisaje
        señor verde
Quién diría
Que se iba
Quién diría cristal noche
Tanta tarde
Tanto cielo que levanta
Señor cielo 
        cristal cielo
Y las llamas
        y en mi reino
Ancla noche apoteosis
Anudado
        la tormenta
Ancla cielo
        sus raíces
El destino tanto azar
Se desliza deslizaba
Apagándose pradera
Por quien sueña
Lunancero cristal luna
En que sueña
En que reino
        de sus hierros
Ancla mía golondrina
Sus resortes en el mar
Ángel mío
        tan oscuro
            tan color
Tan estatua y tan aliento
Tierra y mano
La marina tan armada
Armaduras los cabellos
Ojos templo
        y el mendigo
Estallado corazón
Montanario
Campañoso
Suenan perlas
Llaman perlas
El honor de los adioses
        Cristal nube
El rumor y la lazada
Nadadora
        Cristal noche
La medusa irreparable
Dirá espectro
        Cristal seda
Olvidando la serpiente
Olvidando sus dos piernas
Sus dos ojos
Sus dos manos
Sus orejas
Aeronauta
        en mi terror
Viento aparte
Mandodrina y golonlina
Mandolera y ventolina
Enterradas
Las campanas
Enterrados los olvidos
En su oreja
        viento norte
Cristal mío
Baño eterno
        el nudo noche
El gloria trino
        sin desmayo
Al tan prodigio
Con su estatua
Noche y rama
        Cristal sueño
        Cristal viaje
Flor y noche
Con su estatua
        Cristal muerte


Canto VII

Ai aia aia
ia ia ia aia ui
Tralalí
Lali lali
Aruaru
     urulario
Lalilá
Rimbibolam lam lam
Uiaya zollonario
           lalilá
Monlutrella monluztrella
           lalolú
Montresol y mandotrina
Ai ai
        Montesur en lasurido
        Montesol
Lusponsedo solinario
Aururaro ulisamento lalilá
Ylarca murllonía
Hormajauma marijauda
Mitradente
Mitrapausa
Mitralonga
Matrisola
        matriola
Olamina olasica lalilá
Isonauta
Olandera uruaro
Ia ia campanuso compasedo
Tralalá
Ai ai mareciente y eternauta
Redontella tallerendo lucenario
Ia ia
Laribamba
Larimbambamplanerella
Laribambamositerella
Leiramombaririlanla
             lirilam
Ai i a
Temporía
Ai ai aia
Ululayu
        lulayu
         layu yu
Ululayu
        ulayu
          layu yu
Lunatando
Sensorida e infimento
Ululayo ululamento
Plegasuena
Cantasorio ululaciente
Oraneva yu yu yo
Tempovío
Infilero e infinauta zurrosía
Jaurinario ururayú
Montañendo oraranía
Arorasía ululacente
Semperiva
        ivarisa tarirá
Campanudio lalalí
        Auriciento auronida
Lalalí
      io ia
i i i o
Ai a Ai A i i i i o ia 

Vicente Huidobro (Santiago de Chile, 1893-Cartagena, Chile, 1948), Altazor [1919], Compañía Hispanoamericana de Publicaciones, Madrid, Barcelona, Buenos Aires, 1931

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