(la ley de los grandes números)
Un alivio la ley de los grandes números,
nos permite saber que hay una secuencia y también
este descubrimiento: lo que ocurre
no es universal ni simultáneo.
Por la ley de los grandes números
no morirán al mismo tiempo todos nuestros amigos,
no se secarán de golpe los ceibos del planeta;
no será éste el año de todos los incendios, los volcanes en
erupción, los derrumbes de las cordilleras;
no nacerán sabios todos los niños, ni rubios, ni todos serán
jugadores de fútbol;
no todos andaremos en bicicleta, ni escribiremos una marcha
fúnebre, ni seremos abandonados en una isla;
no es cierto que todos los jóvenes estudiarán latín.
La proporción consiste en que las cosas no sucedan todas juntas,
hay gradación:
un precursor suele ser el que ha llegado antes de tiempo,
un plagiario el que ha llegado tarde;
la reiteración existe y por ella sabemos cómo es el mundo;
unas veces ocurre esto y otras lo contrario: es un alivio que no
suceda en una hora
lo que corresponde a medio siglo.
Gracias a las variantes aleatorias esta noche
unos dormirán
otros tendremos insomnio:
ambas cosas según el promedio.
(el sitio donde vivimos)
Un verano con 40ºC a la sombra
y alguien muere de frío en algún lugar:
consecuencias de vivir en un planeta en construcción.
El que tenga hambre
y el que esté saciado,
el que vea, el que no quiera ver;
el que habla o calla para siempre;
tienen un sitio en este planeta en construcción;
viajar o no viajar,
los estados intermedios: claroscuro, entreacto, mientras tanto:
pruebas de un planeta en construcción;
madrugar o anochecer son variantes del mismo verbo en un
planeta en construcción.
Nosotros: nuestro paso rápido, nuestro intento de tener un
porvenir; los recuerdos que amamos, los que
sobrellevamos, los sentimientos que no debiéramos tener;
la utopía del éxito, el prestigio del fracaso,
la aceptación de lo que venga,
la propensión por el engaño:
no alcanza la sabiduría del mundo
para que éste deje de ser un planeta en construcción.
Los que hablan por teléfono, consultan su correo, y siempre
quieren estar en otra parte;
los que gastan un presupuesto en avisos fúnebres;
¿y la magia? ¿el ocultismo? ¿los trasmundos de este mundo?
Los lugares
cambian de lugar, nosotros con ellos,
y aquí terminan las constataciones
que podrían seguir:
más pruebas de que estamos en un planeta en construcción.
Santiago Sylvester (Salta, Argentina, 1942)
Llaman a la puerta,
Ediciones del Dock,
Buenos Aires, 2019
Bibliografía
Academia Argentina de Letras
Poemas
Otra Iglesia Es Imposible
Buenos Aires Poetry
Círculo de Poesía
Reportajes
Los Andes
El Faro
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Foto: Francisco Manzano/El Vendedor de Tierra
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