Una tras otra
las letras, los sonidos;
la ce que huele a ka,
la vocal de boca abierta,
la ese constelada
y la a de los subsuelos;
todo
se derrumba.
(Todas
nuestras cosas
se derrumban.)
Cada miembro de la torre
se vuelve prescindible:
los objetos
blandos
como infantes no nacidos,
reflejo de nuestras almas
que poco a poco se fortificaban,
ahora se despeñan,
babélicos,
tras el cobarde golpe del no.
Caen los naipes
por la imprudencia del viento;
los espejos amorosos
magnifican el estruendo.
Se desmorona
la recién nacida
guarida de nuestras cosas.
Una por una besan el suelo
antes de romperse:
crrrrack (bastardilla)
el libro que toca el piso y lo acaricia
antes de morir,
como yo
abierta en tu pecho
esa repentina noche última
-la lengua sobre la tierra,
destrozada-.
Hoy el mundo asiste
a la caída
estrepitosa
de las letras
de tu nombre.
Michelle Pérez-Lobo (Ciudad de México, 1990), Periódico de Poesía, n° 109, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mayo 2018
Tercera Vía - Luvina - Poetas Siglo XXI - Notimex
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Foto: Tercera Vía /14/01/2018
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