Coro de militantes traicionados por el partido
La plaza nos ofrece el último sol de la tarde.
Hay flores de segunda clase.
Hay ciudadanos de tercera.
Hay, como siempre, enamorados
fuera de un plan inmobiliario.
Que no se demore, que venga,
que venga la noche a nosotros
con la verde verdad de los sapos.
Que venga con los sapos, las cigarras, los grillos.
Que venga con la sombra que habla con su dueño.
Que no se demore, que venga
la noche con la calesita, tema prohibido
por tantos y tan fatuos brahamanes literarios.
Que venga, que no se demore,
que venga la noche a nosotros.
Que nos traiga confianza.
Que nos deje, con una promesa creíble,
su luna humanizante y su estrella de yapa.
Un hotel cien estrellas en la costa
Cuando se pierde un barco allá lejos,
no olvides pedir un refresco en la terraza.
Además, el otoño es aquí un huésped.
Y las hojas no caen, yo diría que naufragan.
Jacobo Rauskin (Villarrica, Paraguay, 1941), El arte de la sombra, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2011
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