miércoles, enero 17, 2024

Encuesta lírica II / Lecturas elegidas, 6

Jonio González *

1. 
Francisco Urondo, La pura verdad. La pure vérité (L'Atinoir, Marsella, 2023). Traducción al francés de Jacques Aubergy
Tras publicar Le Che d'Amour y L'academie de Piatock, de Alberto Szpunberg, un nuevo esfuerzo por dar a conocer la poesía argentina en Francia:

que pourra-t-il
dire aujourd'hui
de la rose

de la consumation
de l'air
et de la couleur?

du manteau
de rêve
et de la couleur?

du manteau
de rêve
sans identité
ni mémoire
que tombe
avec le bal
du dernier pétale?

que peut-il dire
s'il ne peut voir
la lumière qui passe au loin?

s'il ne s'est pas risqué
au silence plus facile


2.
Julia Uceda, Poesía completa, Fundación José Manuel Lara, Madrid, 2023
La realidad, el dolor, la experiencia de quien a mi juicio es, junto con Antonio Gamoneda, una de las voces poéticas (entre los poetas aún vivos) más importantes de España:

No traspassing

Nadie dirá: "Murió otra Julia Uceda"
porque su cuerpo pasa todavía
entre nosotros. Porque se sienta y habla.
Nadie dirá: "¿Por qué?..."
Distraídamente
cualquiera puede —si se roza
a otro sin querer, sin advertirlo—
quedarse con la vida entre los dedos.
Y ya después
sólo se vive muerte —¿todos
vivimos muerte? ¿Ése
era el secreto de la vida?—: doce
horas de muerte sin contar insomnios,
expulsados del tiempo, sobre altas
rocas de soledad.
Y acumulamos
a los pequeños muertos de la infancia,
al perdido desván en donde duermen
objetos que ya nadie usará nunca
ni manos pulirán dándole vida,
otro cadáver más: como una hoja
que un ausente dejó dentro del libro
cerrado para siempre.
Ya nadie sabe cómo
se llamará la vida entre los muertos


3.
Adam Zagajewski, Verdadera vida (Acantilado, Barcelona, 2023).Traducción de Xavier Farré
Último libro escrito por Zagajewski antes de su muerte en 2021:

Un viejo pintor de paseo

En los bolsillos golosinas para los perros
Ya apenas ve nada
Ya apenas mira los árboles y las villas de las afueras
Aquí conoce cada piedra
He pintado todo esto intenté pintarlo piensa
Y he conseguido tan poco
El mundo sigue creciendo incontenible
Pero es cada vez menos mundo


4.
Bertolt Brecht, No pudimos ser amables. Antología poética 1916-1956 (Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2023). Traducción de José Luis Gómez Toré
Brecht y su certeza de que la poesía puede, y debe, cambiar el mundo; que es un arma que el poeta debe poner al servicio de los demás.

En el nacimiento de su hijo

Las familias, cuando les nace un hijo
Desean que éste sea inteligente.
Yo, que por la inteligencia
Arruiné toda mi vida
Sólo puedo esperar
Que mi hijo me salga
Ignorante y un lerdo.
Así podrá llevar una vida tranquila
Como ministro en su gabinete.


5. 
Robert Walser, La habitación del poeta (Siruela, Madrid, 2005). Traducción de Juan de Sola Llovet
Relatos de Walser rescatados recientemente, cinco poemas, apuntes, notas, y en todos ellos una mirada particularmente piadosa, irónica y a menudo cruel sobre personas y situaciones:

Un poeta le dijo a su novia

Un poeta le dijo a su novia
«Ya sabes que soy un genio
Y que por eso no puedo evitar
Vivir al día cual inútil.
Es lo que hacían todos
Quienes se sintieron llamados a algo superior.
Los de mi linaje no nos resignamos a
Ser aplicados y trabajadores,
Es algo que dejamos para los burgueses».
Acto seguido, la muchacha respondió:
«¿Acaso te crees más que el resto?
Deberías avergonzarte de un orgullo tan descarado.

Si eres un verdadero poeta
Léeme lo que has escrito.
El cuento de No nos resignamos
Mejor se lo cuentas a otra
¡La arrogancia y las osadas frases hechas
No bastan para hacer un poeta!»
Él le mostró su último
Poema y dijo: «He tardado cuatro semanas
En escribirlo». «¿Qué?» exclamó ella. 
«¿Cuatro semanas?»
Lo leyó , y cuando hubo terminado,
Se rió en su cara y le tiró 
El poema a los pies:

«Estos versos son horribles
Y el que los haya compuesto
Que se quite ahora mismo de mi vista».
El poeta estaba derrotado,
Se pasó la mano por el cabello
Y dijo: «No te lo tomes así»,
Y le dio un beso y recogió
El poema, se buscó un buen
Oficio, y se convirtió en un hombre honrado
Y ambos fueron muy felices
Y se amaron, tuvieron hijos
Y no hicieron nada que no fuera sensato.


6.
Dos libros de otras tantas poetas que llevo leyendo y traduciendo desde hace tiempo: la siempre un punto azorada Kenyon, la más incisiva, tal vez, Gregg: de Linda Gregg, All of It Singing. New and Selected Poems, Graywolf Press, Minneapolis, 2008. De Jane Kenyon, From Room to Room, Alice James Books, Farmington, 2016.

De Linda Gregg, traducida por mí:

El cordero

Era una foto que tuve después de la guerra.
Una iglesia inglesa bombardeada. Yo era demasiado pequeña
para conocer la palabra "inglesa" o "guerra",
pero conocía la foto.
La ciudad en ruinas aún parecía aristocrática.
La catedral no era menos santa
porque le hubiesen volado el techo. Los pájaros entraban y salían
de los agujeros que el puño de Dios había hecho en las paredes.
Todo nuestro deseo de amor o niños
es considerado una broma por el enemigo.
Yo sabía tanto, y de todos modos cantaba.
Como un pájaro que cantará hasta
que lo derriben. Cuando quitan
los árboles, el niño recoge una rama
y dice, esto es un árbol, esto es la casa
y la familia. Como querríamos nosotros. A través de una puerta
de lo que ha sido una casa, en un terreno
cubierto de escombros, camina un cordero solitario, con la cabeza
inclinada, husmeando, sin miedo, hambriento.

THE LAMB// It was a picture I had after the war./A bombed English church. I was too young/ to know the word "English" or "war",/but I knew the picture./The ruined city still seemed noble./The cathedral with its roof blown off/was not less godly. The church was the same/ plus rain and sky. Birds flew in and out /of the holes God’s fist made in the walls./ All our desire for love or children/is treated like rags by the enemy./I knew so much and sang anyway./ Like a bird who will sing until/it is brought down. When they take/ away the trees, the child picks up a stick/and says, this is a tree, this the house/and the family. As we might. Through a door/ of what had been a house, into the field/ of rubble, walks a single lamb, tilting/its head, curious, unafraid, hungry.


De Jane Kenyon, traducida por mí

De habitación en habitación

Aquí en esta casa, entre fotografías
de tus antepasados, sus libros de cantos
y sus zapatos viejos...

                   voy de habitación en habitación,
un poco aturdida, como la mosca. La veo
chocar contra cada ventana.

Soy torpe aquí, mientras meto
en la estufa astillas de arce.
Fuera de mi cuerpo por un rato,
ingrávida en el espacio...

                   A veces
el viento contra las tablas
suena como un auto que se acercase a la casa.

Mi gente no está aquí, mi madre
y mi padre, mi hermano. Hablo
del tiempo con los gatos.

"Bendito sea el lazo que une..."
cantamos en la iglesia que está bajando la calle.
¿Y qué viene después? El lazo...

la soga, el tubo que lleva
oxígeno al astronauta,
que gira y gira más allá de la escotilla,
echando un vistazo alrededor.

FROM ROOM TO ROOM//Here in this house, among photographs/of your ancestors, their hymnbooks and old/shoes ...//I move from room to room,/a little dazed, like the fly. I watch it/bump against each window.//I am clumsy here, thrusting/slabs of maple into the stove./Out of my body for a while,/weightless in pace...//Sometimes/the wind against the clapboard/sounds like a car driving up to the house.//My people are not here, my mother/and father, my brother. I talk/to the cats about weather.//"Blessed be the tie that binds ..."/we sing in the church down the road./And how does it go from there? The tie ...//the tether, the hose carrying/oxygen to the astronaut,/turning, turning outside the hatch,/taking a look around.

* Jonio González (Buenos Aires, 1954). Poeta. Traductor. fue uno de los fundadores del grupo Onofrio, Poesía Descarnada y formó parte del grupo editor de la revista La Danza del Ratón. En 1982 se radicó en Barcelona. Publicó, entre otros, los libros de poemas Muro de máscaras, Últimos poemas de Eunice Cohen, Ganar el desierto, La invención de los venenos y Esbozos y representaciones. Publicó los libros de traducciones Tres mujeres, de Sylvia Plath; El asesino y otros poemas, de Anne Sexton; Poetas norteamericanos en dos siglos y, en colaboración con Rosa Lentini, Esperando mi vida, de Linda Pastan. Diariamente publica sus traducciones en Facebook, acompañadas invariablemente por el texto original.

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