martes, octubre 13, 2020

Susana Szwarc / Esperando a Stefan



















Miraba: dos tilos
(altísimos aquí
donde la gente
empequeñece cada día
un poco 
más).

Hace frío afuera.
En cambio
adentro,
en el café Sperl de 1880,
nos quitamos los abrigos,
los pulóveres y quedamos
como si fuera verano.
(Por fin entiendo el como si).

(Habíamos leído al costado
del Durero: en 1552 se talaron
los tilos y el tiro, libre.
Talar/tilos/tiro/ aliteraban sin saber
de, sin saber de un, de una, del
Sprachgitter  
del, de la, de una, de un
holocausto, por ejemplo, bonita con su diptongo.)

(Donde imponen actos, no entienden chistes
 ni al que los hace: llamar inconsciente 
a lo que bulle.)

Sin los anteojos, recuerdo
el silbido de su partida desde dentro de mi cabeza…
así, perpleja hoy, como quien pensó y halló y olvidó
Bostecé del esfuerzo.  Me tapé 
la boca que se abría
más grande que una jaula.
(Señor, señora, sheine frau,
fra fre fri fro.) Soñé  
niñas enjauladas
vestidas a cuadro vestidas a rejas y los
vestidos fru fru mientras afuera fru fru
adulan: barrio del bocado, del barro, del maten,
como si (como si)
decir muchas veces 
sin palabra, escurriera 
lo sentido. 

Eso le dije: no tiene sentido que no 
supieras
ni entonces.
Nadie (nadie) 
escuchó ni vio
en Viena, decía Augusto 
y yo le creí.
Le creí que había olvidado del mismo modo
que vos, que yo
y seguí caminando
-con Augusto-
hasta la casa de Freud.

Sus hermanas barrerían el festejo
de los años, las veredas de Viena. Mirá
qué limpias tus suelas, tus zapatos.
¿De ellas te acordás?
 
(Boca sucia, manos sucias, se agregó 
solo el lugar común. Se soltó la risa 
entre arañas iluminadas.)
(Parpadeo entre las manos sucias.)

 Cierran, abren. Cierran, abren
 ojos. Tanteo. 

Stefan me dice: ahora vas a ver.
Y deja los anteojos 
y deja los tilos
sobre el mármol tibio. Latente.

[Inédito]

Susana Szwarc (Quitilipi, Argentina, 1954)


2 comentarios:

  1. Hermoso poema, Susana. Qué se olvida, qué se recuerda? Quiénes olvidan, quiénes recuerdan?

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