I
En el rumor de los libros la casa duerme
Hay un tono insalvable en la herida
El daimon madruga
Inicia sus horadaciones (trabaja con un palo de madera, un serruchito)
Algunas herramientas de su quehacer vienen de mi sueño;
fermenta el calendario,
letras pequeñas en Gastos médicos
y Hacienda
Me levanto finalmente media hora más tarde:
Pongo el café y la música
leo
escribo
Ese animal no descansa
De noche activa la inmensidad:
su perfección es mía.
III
Pasa el tiempo del descenso
Nada impone un camino blanco de luciérnagas
Disminuyó la luz y su aparente cromatina
No existe en lo callado un ápice de encuentro que no sea recordar, y la memoria miente
Como miente la noche:
Falsa su decoloración
Falsa su ecuanimidad
Son el espíritu y su eterna hipoteca
Un reproche a la falla de tus mecanismos
―No es mío el insomnio, es otro quien no duerme.
La timidez del alba me ofrece a su ventrículo la diástole inconclusa de esa noche
(brevísima sin sueño)
No es mía la sutileza del odio o la mentira
Yo conservo muy poco
Menos con cada amanecer.
Ana Franco (Ciudad de México, 1969), "Inéditos", Periódico de Poesía, Universidad Autónoma de México (UNAM), N° 100, junio de 2017
Ediciones sin Nombre - Enciclopedia de la Literatura en México - Carmina in Minima Re
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