lunes, agosto 10, 2020

Cesare Pavese / La casa




El hombre solo escucha la voz calma,
con la mirada entornada, casi un aliento
soplado en la cara, un aliento amigo
que remonta, increíble, el tiempo transcurrido.

El hombre solo escucha la voz amiga
que sus padres, hace tiempo, han oído, clara,
ensimismada, una voz que como el verde
de los estanques y de las colinas oscurece de noche.

El hombre solo conoce una voz de sombra,
acariciante, que brota con tonos calmos
de una fuente secreta: la bebe atento,
los ojos cerrados, y no parece que la tuviera al lado.

Es la voz que un día detuvo al padre
de su padre, y a cada uno de su sangre, muerto.
Una voz de mujer que suena secreta
en el umbral de la casa, al caer la oscuridad.

Cesare Pavese (Santo Stefano Belbo, 1908-Turín, 1950), Trabajar cansa. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, Griselda García Editora, Del Dock, Cartografías, Buenos Aires, 2018
Versión de Jorge Aulicino

Otra Iglesia Es Imposible - Griselda García Editora - Ediciones del Dock - Cartografías - Op. Cit. - Eterna Cadencia - De Sibilas y PitiasOtra Parte - Ñ - Página 12 - Infobae

Foto: s/d

La casa

L'uomo solo ascolta la voce calma
con lo sguardo socchiuso, quasi un respiro
gli alitasse sul volto, un respiro amico
che risale, incredibile, dal tempo andato.

L'uomo solo ascolta la voce antica
che i suoi padri, nei tempi, hanno udita, chiara
e raccolta, una voce che come il verde
degli stagni e dei colli incupisce a sera.

L'uomo solo conosce una voce d'ombra,
carezzante, che sgorga nei toni calmi
di una polla segreta: la beve intento,
occhi chiusi, e non pare che l'abbia accanto.

È la voce che un giorno ha fermato il padre
di suo padre, e ciascuno del sangue morto.
Una voce di donna che suona segreta
sulla soglia di casa, al cadere del buio.

Lavorare stancaEinaudi, 1952

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