domingo, junio 06, 2021

Mario Nosotti / De "Dos poemas inconclusos"

 














La drogada familia
(Fragmentos)

El alveolo solar preside las reuniones
la mesa de la larga galería donde el eco torcido
      resbala sobre el hule de las toscas
          familias ensambladas
italianos vecinos     llegados en el mismo barco
criollos que no aprenden a hacer plata. 

Y desde la membrana hirviente 
desde la percepción enceguecida
de los techos:     el campo.

Pero antes el vestíbulo de tierra 
la zanja del camino que bordea 
      lo abierto de una exclusa 
que suelta la presión de chorros infinitos

         Spegazzini
el barrio con obreros e inmigrantes detrás del paredón
de la Gilera     la despensa en la esquina 
         “de Pamapaluna”
y el salón comedor donde almorzamos 
los platos del Piamonte     ¿o Lombardía? 

   Carneaban a los cerdos
 a las pobres ovejas ahí cerquita
en el fondo debajo de unas chapas hirvientes
el chorro que dispara la aorta seccionada
Lorenzo era a mis ojos como un forzudo bueno 
presente como el ruido que llegaba
de la pista de prueba de las motos

y cerca de las casas      y de las “casas-quinta”
    que a mano levantaron esos inmigrantes
          sembradíos y campos
terrones triturados como bocas cariadas
  que a poco un vello íntimo
avanzados los días hacía más intenso 
              hasta que de lo alto 
todo se convertía en aeródromo de pájaros 
       que avizoraban sombras 
        huyendo por el ras de las raíces. 

(y en los playones verdes
cortados cada tanto por el marrón camino
corredores de álamos como lenguas de plata
                        como bocas de viento 
                        en plena verde nada
yo te oía.





Planchón negro del agua
cielo plomizo
el rocío enjoyó los pastizales
una rama se estira y prende ese silencio
el sol hace temblar cristales acostados. 

Del pozo de la fronda 
molduras vegetales 
las vísceras de un bicho 
y en esa oscuridad un aleteo
de fulgores naranjas que enseguida 
la luz oscura traga.

Todo lo que no veo porque no hago silencio 
porque el fuego me asusta.

Perdón hondo jardín
por no atreverme a entrar en tu espesura.

Mario Nosotti (San Fernando, Argentina, 1966)

Dos poemas inconclusos
,
Caleta Olivia,
Buenos Aires, 2020










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