José María Pallaoro
Cada día me encuentra más sordo. Quizás por eso, vuelvo a una música conocida, aquella que me asombró en mi juventud. Speroni, Bayley, Aguirre, Giannuzzi, Lamborghini, Gelman, Vilariño, Urondo, Porro... Por difundir, creo que es por eso, recibo, aunque cada vez menos, libros de nuevos y viejos poetas (los “viejos poetas”, salvo honrosas excepciones, tienen mi edad). Lo que nutre mis blogs son mis lecturas, y mis lecturas provienen de mi biblioteca. Armada desordenadamente a lo largo de más de 40 años. Hay miles de libros. Y recurro a algunos de ellos en todo momento. En mis blogs se refleja una pequeña parte de lo leído, no todo (muchos de los poemas y autores amados, vaya uno a saber el motivo, no se encuentran en Aromito, en Poesía La Plata). En esos blogs está lo poco que sé de la actual producción de poesía argentina. Podría afirmar, sin demasiada convicción, que la poesía nunca termina, suena, siempre, y a su ritmo, al del tiempo actual, aunque, posiblemente, yo ya no tenga oídos. Por una cuestión de sobrevivencia, fui y soy de salir poco, no es frecuente que participe de lecturas, presentaciones, festivales. Nada personal. Prefiero, una y otra vez, volver a mis libros, revistas y discos. Para no olvidar la música. Esa que una vez escuché y que aún me permite vivir.
José María Pallaoro (City Bell / La Plata, provincia de Buenos Aires, 1959). Dirigió la revista de poesía El Espiniyo. Editor de Libros de la Talita Dorada. Coordina talleres de lectura y escritura creativa. Administra los blogs de poesía Aromito y Poesía La Plata. Algunos de sus libros: Antología breve (2016); El flautista de City Bell (2015); Son dos los que danzan (2005 y 2012; traducido al italiano y esloveno: Sono due quelli che danzano / Ples v d voje, 2013).
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