Ana Lafferranderie
(Montevideo, 1969)
El umbral, de Louise Glück
Este poema es parte de lecturas relativamente recientes. Será que tengo aún tanto por leer y descubrir que las nuevas lecturas me provocan un particular entusiasmo.
Lo elegí porque me hace pensar en la percepción poética. La imagen del niño que ronda un umbral me lleva al modo de estar en la poesía como experiencia, algo de lo cual tengo conciencia desde muy chica. Una modalidad diferente de la percepción se activa, me sustrae del hacer cotidiano, genera cierto “detenimiento”. Una sensación de perplejidad, extrañamiento en relación al mundo y a la propia percepción. Es pura apertura (entrar en los detalles, mirar la posibilidad). Una quisiera quedarse ahí, quieta, a diferencia del mundo, retirada de la utilidad inmediata de la praxis, sabiendo incluso que a ella se va a volver, que la vida es entrar una y otra vez en ese verano intoxicante, ese placer fraudulento, ese aturdimiento.
Sé cuánto debo a ese umbral, al movimiento de la percepción poética que me deja en ninguna parte, más yo, amplificada y minuciosa, con un radar y un foco ingobernables, íntimos.
El umbral
Yo quería quedarme como estaba,
quieta, a diferencia del mundo,
no en medio del verano sino en la fase previa
al brote de la primera flor, el momento
en que nada es pasado aún -
no en medio del verano, intoxicante,
sino a fines de la primavera, cuando el césped no es alto todavía
al borde del jardín, cuando los tulipanes precoces
empiezan a brotar -
como un niño que ronda un umbral, observando a los demás,
los que entran primero,
tensa fusión de brazos, atento a los
fracasos ajenos, las vacilaciones ajenas
con la brutal confianza infantil de un inminente poder
preparándose para vencer
esas flaquezas, para sucumbir
a la nada, el tiempo directamente
previo a la floración, la época de la maestría
antes de la aparición del don,
antes de la posesión.
Louise Glück (Nueva york, 1943)
Versión de María Negroni
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Foto: Ana Lafferranderie en FB
Finalmente, y a manera de síntesis, parecería que es lo clásico lo que influye en la escritura de poesía aunque el resultado componga la novedad, siempre prescriptible, de una poesía
ResponderBorrardel porvenir.
Hay, según creo, algunos rasgos de la poesía de los más jóvenes, que en esta selección no he leído aún: la poesía de los hijos del rock, la poesía de los admiradores de Mario Arteca, interesante corte de manga a lo más actual de lo hasta aquí publicado. (M.Arteca como piedra de toque de una summa heteróclita de lecturas y de autores, varios de ellos traducidos por el propio Arteca, que los más jóvenes están leyendo al sesgo de los libros de Arteca).Las editoriales de poesía pequeñas, diminutas o exquisitas; las ediciones cortas, medianas y cortísimas; la poesía de autor; la poesía nacida para las performances y a los gritos; la poesía la poesía: otra iglesia es imposible.