sábado, agosto 05, 2023

Rubén Reches / Dos poemas




Veinticinco de Mayo de 1810 
 
                                                                     A Marcelo Cohen

¡Annie Pleyden!
¡Vacío azul que me sembraste,
indiferente a mi rumbo futuro
como la muchacha que va prendiendo cintas en las chaquetas 
                                                                          de la multitud!
¡Yo el grave patriota de galera y paraguas,
en cuya solapa trabajaron dos manos un instante y se fueron,
y que al minuto percibe que la cinta recién prendida se le 
                                                  cuela de la solapa al alma,
y la furtiva que se apodera de su alma es azul y primero 
                                        diminuta y enseguida inmensa,
y en ella naufragan sin remedio su patriotismo, su rango y 
                                                                        su paraguas,
–su galera queda flotando–,
y la que repartía las cintas desapareció!



Cita 

                                                                           A Jorge Asís

Esperar en la mesa de un café,
no haberse quitado la bufanda y ser pálido,
estar atento a sus huesos de los que el alma pende como unas 
                                                                              pocas sedas
dispuestas para dar una ilusión de anchura,
mirar la hora,
haberse acostumbrado como un vencido a su oscuridad,
en cuyo fondo ya casi no se distingue el dibujo de dos 
                                     ancianos abrazados que sonríen,
mirar hacia la puerta,
ser vertical y blanco como un bastón de ciego,
tener esa mala suerte grave
allí donde lo único razonable y perdurable son las esferas,
ver entrar de la intemperie a un hombre que va a otra mesa,
mirar hacia la calle a través del vidrio,
saber ya que es de pobre su memoria de las casas queridas,
que la lanza de los días viejos no defiende,
mirar la hora, y hacia la puerta, hacia todas las mesas, hacia 
                                                                     el techo del café,
haber tenido mucho a alguien que se deshizo dejando una voz.

Pagar, irse.

Otra noche más y el diablo no vino.

Arrabal de esferas, 1984

Rubén Reches (Buenos Aires, 1949 - 2018), Ya no serás lo que no fuiste. Obra poética, Ediciones Ruinas Circulares, Buenos Aires, 2019

Del prólogo a Poesía reunida, Ruinas Circulares, 2012:

Rubén Reches ha escrito mucho y ha desechado mucho. Este es su segundo libro de poemas, que incluye los del primer libro (Arrabal de esferas) y un puñado de poemas nuevos. Reches es un escritor maniático, hipercrítico. Sospecho que en su actitud obsesiva suele equivocarse en contra de sí mismo. Ni siquiera sé, mientras escribo esto, si los poemas que estoy releyendo aparecerán tal cual se muestran ahora ante mi vista o serán modificados en alguna medida. Como sea, a lo largo de cuarenta años ha pulido estos poemas que son irreprochables en su forma, cáustica, desencantada, urbana y sin embargo clásica.
        Sus temas son la vejez y la infancia, pero sobre todo, su tema es el presente que "hace entrechocar sus helados hierros"; su apariencia inexpugnable contra la que no puede mucho el ser humano que se desgasta sin él: fuera del tiempo real, rodeado de muertos y desaparecidos. El "arma secreta" de Reches es su apego a la exposición clara y a cierto cuidado de la métrica. Su noción de forma. No sé dónde se unen, donde se integran al sistema, esa prolijidad de índole tradicional y su visión sombría.
       Se pueden elegir entre estos poemas los más crudos o los más líricos, pero entre los más significativos, entre los que mejor representan el mundo familiar, social, político, de Rubén Reches, y su mundo metafísico, elijo "El teléfono de la casa paterna" que de tanta voz del tiempo fue vehículo -tanta voz desaparecida o muerta-, cuya campanilla arrumbada puede sonar aún en un placard. Diría Pound: todo fluye, enseñó Heráclito, pero una vulgar baratija será lo que sobreviva nuestros días. Esa es una de las más terribles constataciones de la poesía de Reches.
                                                                                                         Jorge Aulicino


Foto: Rubén Reches en Rosario, Argentina, 2016. Foto del Administrador

1 comentario:

  1. Gran autor. Qué bueno recordarlo. "Otra noche más y el diablo no vino". Gracias Jorge.

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