miércoles, marzo 18, 2020

Cesare Viviani / De "Osare dire"


Cuando el cielo se tiñe de negro
en la oscuridad,
los fatigados que obtienen
un justo reposo en casa
no somos nosotros,
empeñados en desmontar
y volver a montar la verdad.

*

Crecía el no ser.
¿Quién habría detenido la onda celeste
que descendía del cielo a traer el vacío
y lo difundía en el aire?
Hubo entonces quienes reaccionaban
con levantamiento de pesas y abdominales,
quienes se arrojaban sobre el primer cliente
insistentes
para cerrar un contrato,
quienes se endeudaban para comprarse un auto
quienes corrían a la iglesia para suplicar a Dios
que remediara todo.

*

Quien no se empeña
se queda en la fosa tal como
lo han bajado.
Quien en cambio quiere adquirir
un mejor status, trabaja,
busca el agujero para llegar
a la oscuridad más profunda,
la absoluta calma,
la eternidad inmutable.

*

Imagen, resiste, resiste,
no me prives de la esperanza
de que un día puedas ser verdadera,
descubierta por puro sentir.
Un peso secular gravita
sobre el órgano del corazón.
Y ya no hay más presencia,
sino muchas ausencias
que nos demandan
ignoradas por todos.

*

¿Y si fuésemos nosotros la luz de día,
y no el sol?
Calmos en nuestro ser verdadero,
finalmente encontrado, ser nosotros
portadores de tiniebla también,
con el temblor del reposo y del sueño.
¿Y si el tiempo fuese solo pensamiento?
Pero del universo provienen
las alteraciones del cuerpo
y la fiebre.

*

Ha pasado la vida,
y no nos dimos cuenta.

Cesare Viviani (Siena, Italia, 1947), Osare dire, Einaudi, Turín, 2016, vía Gianluca D'Andrea
Versiones de Jorge Aulicino

Otra Iglesia Es Imposible - Einaudi - Luigia Sorrentino/RAI News - Pangea - PoesiaFestival - PoesiaFestival/YouTube - Gazzetta di Parma - Italian Poetry - Corriere della Sera

Foto: Pangea


Quando il cielo si tinge di nero,
a buio,
gli affaticati che ottengono
un giusto riposo a casa
non siamo noi,
affannati a smontare
e a rimontare il vero.

*

Cresceva il non essere.
E chi l’avrebbe fermata l’onda celeste
che scendeva dal cielo a portare il vuoto
e lo diffondeva nell’aria,
e allora c’era chi reagiva
con il sollevamento pesi o con gli addominali,
chi scaraventandosi dal primo cliente
a insistere
per concludere un contratto,
chi si indebitava per comprare una macchina suv,
chi correva in chiesa a supplicare Dio
d rimediare a tutto.

*

Chi non si impegna
resta nella fossa, tale e quale
l’hanno calato.
Chi invece vuole acquisire
uno stato migliore, si dà da fare,
cerca il pertugio per arrivare
al buio più profondo,
all’assoluta quiete,
all’eterno immutabile.

*

Immagine resisti, resisti,
non mi privare della speranza
che un giorno tu possa essere vera,
scoperta dal puro sentire.
Un peso secolare grava
sull’organo del cuore.
E ora non c’è più presenza,
ma tante assenze
che si richiamano
all’insaputa di tutti.

*

E se fossimo noi luce del giorno,
e non il sole?
Acquietarci nel nostro essere vero,
finalmente trovato, essere noi
anche portatori di tenebre,
col tremolio del riposo e del sogno.
E se il tempo fosse solo pensiero?
Ma dall’universo provengono
le alterazioni del corpo
e la febbre.

*

È passata la vita,
e non ce ne siamo accorti.

https://gianlucadandrea.com/2016/04/25/cesare-viviani-6-poesie-da-osare-dire-einaudi-2016/

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