martes, marzo 17, 2020

Isaac Rosenberg / Amanecer en las trincheras














La oscuridad se disgrega.
Es el viejo tiempo druídico de siempre,
Sólo que algo vivo salta de mi mano,
Una rara y sardónica rata,
Mientras arranco la amapola del parapeto
Para ponérmela tras la oreja.
Graciosa rata, te dispararían si conociesen
Tus cosmopolitas simpatías.
Ahora has tocado esta mano inglesa
Pronto, sin duda, harás lo mismo con una alemana
Si lo que deseas es cruzar el dormido verdor que las separa.
Parece que sonrieses para ti mientras pasas junto a
Ojos de mirada intensa, extremidades delgadas, atletas altivos,
Con menos posibilidades de vivir que tú,
Sujetos a los caprichos de la aniquilación,
Tumbados en las entrañas de la tierra,
Los desgarrados campos de Francia.
¿Qué ves en nuestros ojos
Ante los gritos del hierro y el fuego
Que atraviesan los cielos tranquilos?
¿Qué temblor, qué corazón horrorizado?
Las amapolas, cuyas raíces están en las venas del hombre,
Caen y no paran de caer;
Pero la mía está a salvo detrás de mi oreja -
Aunque un poco blanca a causa del polvo.

Isaac Rosenberg (Bristol, Inglaterra, 1890-Arrás, Francia, 1918), Poetry, vol. 9, nº 3, diciembre de 1916. The Norton Anthology of Poetry. Third Edition, Alexander Allison, ed., W. W. Norton, Nueva York, 1983
Versión de Jonio González

Poetry Foundation - English Association First World War Bookmarks - All Poetry - The Poetry Archives - The First World War Poetry Digital Archive - The Independent

Foto: Isaac Rosenberg c.1917  Graham Turner/The Guardian

Nota del traductor:
Enésima versión, esta mía, del que para muchos es el mejor poema relacionado con la Primera Guerra Mundial (motivo de una suerte de "subgénero" poético en el ámbito de la literatura inglesa). En mi opinión, y en la de varios, conviene aclarar la alusión al "tiempo druídico" (druid Time, en el original) en referencia a los habituales sacrificios humanos llevados a cabo por los druidas, sacerdotes de la antigua religión celta. (Véase Amara Ali y Maria Munera, The Poetry of Isaac Rosenberg)

BREAK OF DAY IN THE TRENCHES

The darkness crumbles away.
It is the same old druid Time as ever,
Only a live thing leaps my hand,
A queer sardonic rat,
As I pull the parapet’s poppy
To stick behind my ear.
Droll rat, they would shoot you if they knew
Your cosmopolitan sympathies.
Now you have touched this English hand
You will do the same to a German
Soon, no doubt, if it be your pleasure
To cross the sleeping green between.
It seems you inwardly grin as you pass
Strong eyes, fine limbs, haughty athletes,
Less chanced than you for life,
Bonds to the whims of murder,
Sprawled in the bowels of the earth,
The torn fields of France.
What do you see in our eyes
At the shrieking iron and flame
Hurled through still heavens?
What quaver—what heart aghast?
Poppies whose roots are in man’s veins
Drop, and are ever dropping;
But mine in my ear is safe—
Just a little white with the dust.

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