Exterior
I
Todo está fuera
nada queda dentro.
Tú mismo estás afuera, a medio hacerte
a medio construir, como esa casa llena de andamios.
Lo más hondo no es íntimo: está afuera.
Hondura de vivir día por día
con otros, entre otros.
Falsa hondura del abismo
que sólo tú has pisado
y entre sueños has visto.
Demasiados abismos verdaderos
hay que cruzar, despójate de sombras
mira el real abismo:
se ha abierto como un tajo sobre el suelo
de la querida tierra
y tal vez no lo has visto.
Tal vez cruzas sin ver por dónde andas
de qué lado caminas, dónde apoyas
el pie... Tal vez estás perdido
en marañas espesas, trepadoras
dentro de ti. Arráncalas, arráncalas.
Lo más hondo no es íntimo.
II
No es cierto que busquemos la belleza
-relucientes racimos de palabras-.
No es la belleza que amas en tus hijos
ni tampoco en las cosas.
(Hallaría muy triste
que te gustara tanto la lindura.)
Amamos realidades porque existen
porque son verdaderas.
Pero ves qué desgracia:
se nos vuelven palabras-esqueletos.
"Verdadero" "real" suenan a nada
cajón vacío, ruido.
Una hoja de árbol se estremece.
La mano mueve el lápiz.
Una voz llama. Ahora
ahora mismo, ahora
el instante en que lees
la palabra "palabra"
¿qué círculos te envuelven
qué piso te sostiene
qué mira tu mirada?
La ciudad del sol
En prisión siciliana
el fraile dominico Tomasso Campanella
vio en sueños las murallas concéntricas rodeando la colina
-defensa de invasores-
y en su interior las vio cubiertas de dibujos
de signos, de pinturas...
(Las murallas enseñan a quien vive entre ellas
secretos de animales y plantas, astros y geometría
música y matemáticas.)
Vio el fraile en la ciudad el movimiento
de sus seres felices, sus vestidos, sus juegos
su parejo trabajo, su parejo descanso.
Y ellos "que nada tienen, pero a quienes
nada falta", sonríen
y la ciudad solar brilla y alumbra
la prisión siciliana.
(También al mil quinientos
otro Tomás, inglés, sir Thomas Moro
sueña con su fantástica Utopía
mientras se afila el hacha del verdugo.)
Circe Maia (Montevideo, 1932), "Cambios, permanencias", 1978, La pesadora de perlas. Obra poética. Conversaciones con María Teresa Andruetto, Viento de Fondo, Córdoba, Argentina, 2013
Academia Nacional de Letras del Uruguay - Crear en Salamanca - Poemas del Alma - Eterna Cadencia
I
Todo está fuera
nada queda dentro.
Tú mismo estás afuera, a medio hacerte
a medio construir, como esa casa llena de andamios.
Lo más hondo no es íntimo: está afuera.
Hondura de vivir día por día
con otros, entre otros.
Falsa hondura del abismo
que sólo tú has pisado
y entre sueños has visto.
Demasiados abismos verdaderos
hay que cruzar, despójate de sombras
mira el real abismo:
se ha abierto como un tajo sobre el suelo
de la querida tierra
y tal vez no lo has visto.
Tal vez cruzas sin ver por dónde andas
de qué lado caminas, dónde apoyas
el pie... Tal vez estás perdido
en marañas espesas, trepadoras
dentro de ti. Arráncalas, arráncalas.
Lo más hondo no es íntimo.
II
No es cierto que busquemos la belleza
-relucientes racimos de palabras-.
No es la belleza que amas en tus hijos
ni tampoco en las cosas.
(Hallaría muy triste
que te gustara tanto la lindura.)
Amamos realidades porque existen
porque son verdaderas.
Pero ves qué desgracia:
se nos vuelven palabras-esqueletos.
"Verdadero" "real" suenan a nada
cajón vacío, ruido.
Una hoja de árbol se estremece.
La mano mueve el lápiz.
Una voz llama. Ahora
ahora mismo, ahora
el instante en que lees
la palabra "palabra"
¿qué círculos te envuelven
qué piso te sostiene
qué mira tu mirada?
La ciudad del sol
En prisión siciliana
el fraile dominico Tomasso Campanella
vio en sueños las murallas concéntricas rodeando la colina
-defensa de invasores-
y en su interior las vio cubiertas de dibujos
de signos, de pinturas...
(Las murallas enseñan a quien vive entre ellas
secretos de animales y plantas, astros y geometría
música y matemáticas.)
Vio el fraile en la ciudad el movimiento
de sus seres felices, sus vestidos, sus juegos
su parejo trabajo, su parejo descanso.
Y ellos "que nada tienen, pero a quienes
nada falta", sonríen
y la ciudad solar brilla y alumbra
la prisión siciliana.
(También al mil quinientos
otro Tomás, inglés, sir Thomas Moro
sueña con su fantástica Utopía
mientras se afila el hacha del verdugo.)
Circe Maia (Montevideo, 1932), "Cambios, permanencias", 1978, La pesadora de perlas. Obra poética. Conversaciones con María Teresa Andruetto, Viento de Fondo, Córdoba, Argentina, 2013
Academia Nacional de Letras del Uruguay - Crear en Salamanca - Poemas del Alma - Eterna Cadencia
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Foto: Archivo familiar/El Cultural
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