y otro tanto puede decirse
tal vez de la sal
y de la forma más bella del desierto
y la más peligrosa
que pueda conocerse
el desierto de sal o gran salina
ahí donde nadie recuerda su nombre
ni su forma
ni las diferencias entre el día con su sol
la noche con su luna
en lo plano de la blancura
en lo inhóspito de la sed
que hace pensar en lo divino
y en lo infernal
ahí otro desierto
otra arena
otra piedra
no por sabrosa
menos rara. o menos peligrosa.
piedra que llama al agua. a la saliva. al cuerpo.
y lo devuelve destruido.
Anahí Mallol (La Plata, Argentina, 1968)
Piedras,
Prebanda,
Córdoba, Argentina
FILBA - Eterna Cadencia - El Poeta Ocasional - El Infinito Viajar
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Foto: Eterna Cadencia
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