La caza
La duquesa guarda, montada a caballo, una actitud pudorosa y gentil. Increpa al azor aferrado en el puño y lo despide en seguimiento de un ave distinta.
El azor dibuja un vuelo indeciso y acierta con el rumbo.
La belleza de la señora me distrae de seguir el curso de la caza. Resalta de lleno en el campo uniforme.
Yo recojo del suelo y oculto recatadamente un chapín de cordobán escapado de su pie.
La duquesa nota la pérdida en una tregua de la activa diversión.
Me abstengo de contestar sus preguntas inquietas, donde se traspinta el enfado. Un paje saca a plaza la vergüenza de mi hurto.
La duquesa ríe donosamente al adivinar la señal de una pasión en el más intonso de sus villanos.
José Antonio Ramos Sucre (Cumaná, 1890-Ginebra, 1930) "Las formas del fuego", 1929; Obra poética, Colección Archivos, n° 52, Barcelona, 2001
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Ilustración: Diana después de la caza, 1745, François Boucher
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