Hay platos, pero no hay apetito.
Hay alianzas, pero no amor correspondido
desde hace al menos trescientos años.
Hay un abanico, ¿dónde está el rubor?
Hay espadas, ¿dónde está la ira?
Y el laúd ni siquiera suena al alba.
A falta de eternidad, han reunido
diez mil cosas viejas.
El mohoso portero dormita apaciblemente,
sus bigotes cuelgan por encima del escaparate.
Los metales, la arcilla, una pequeña pluma de pájaro,
triunfan, callados, en el tiempo.
Sólo se ríe la aguja de la risueña de Egipto.
La corona sobrevivió a la cabeza.
La mano perdió contra el guante.
El zapato derecho venció al pie.
En cuanto a mí, créanme, vivo.
Mi carrera contra el vestido aún continúa.
Y ¡qué terquedad la suya!
Y ¡qué deseos de sobrevivir!
[AM]
Wislawa Szymborska (Kórnik, Polonia, 1923-Cracovia, Polonia, 2012),"Sal" [1962], Poesía no completa, edición y traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia, Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México, 2014
Más poemas de Wislawa Szymborska en Otra Iglesia Es Imposible, Biblioteca Ignoria, De Sibilas y Pitias, Poémame, Círculo de Poesía, Eterna Cadencia
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Foto: Wislawa Szymborska, Cracovia, 2009 Janek Skarzynski/France-Presse/Getty Images
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