martes, febrero 25, 2025

Catherine Barnett / En route



Sola en Siena, compré una botella de elixir,
Elisire di S. Caterina.
La basílica estaba cerrando, aunque las luces *
aún brillaban en la capilla lateral,
la capilla de mármol donde está la cabeza de Catalina,
momificada, dentro de una caja festoneada,
detrás de una reja, bajo llave,
lejos de su cuerpo aún enterrado en Roma.
Permanecí allí de pie unos pocos minutos.
tratando de entender. ¿Era ella arte o realidad?
Cerca de mí, un hombre se pasaba los dedos
por el cabello. Respirando.
Compuesto orgánico volátil mal iluminado
junto al relicario dorado.
Parecía el momento apropiado para tomar decisiones.
Paciencia, urgencia, perdón, aceptación.
Los elixires deben guardarse en relojes.
Hecho de bergamota y humo,
éste se esparce furtivamente por el amanecer
y quema cuando lo bebo como si fuera aguardiente.

Catherine Barnett (Washington D. C., Estados Unidos, 1960), Human Hours, Graywolf Press, Minneapolis, 2018
Versión de Jonio González.


* La autora se refiere a la Basílica di San Domenico, donde se encuentra la cabeza de la monja terciaria de los dominicos, santa Catalina de Siena, patrona de Italia, muerta en 1380 como consecuencia, se dice, de un riguroso ayuno. Los ciudadanos de Siena deseaban que sus restos volvieran a su ciudad, pero ante la negativa de las autoridades romanas, algunos fieles se hicieron con la cabeza de la santa y la guardaron en una bolsa. Según la leyenda, cuando los guardias les exigieron ver el contenido de la bolsa, sólo encontraron un cúmulo de pétalos de rosas. Según otra leyenda, los padres de Catalina se negaban a que ésta tomara los hábitos, pero cambiaron de parecer cuando vieron que una paloma se posaba en la cabeza de su hija. Véase Joan Mueller, Santa Catalina de Siena: Vida y milagros. (N. del T.)


EN ROUTE

Alone in Siena, I bought a bottle of elixir,
Elisire di S. Caterina.
The basilica was closing, though the lights
were still bright in the side chapel,
the marble chapel where Catherine’s head
is mummified, set in a scalloped case,
behind a grille, under lock and key,
far from her body still buried in Rome.
For a few minutes I stood there,
trying to understand. Was she art or fact?
The man next to me was running his fingers
through his hair. Breathing.
Volatile organic compound poorly lit
beside the gilt reliquary.
It seemed like the right time for resolutions.
Patience, urgency, forgiveness, acceptance.
Elixirs should be kept in clocks.
Made of bergamot and fumes,
this one spreads furtively across the dawn
and burns when I drink it down like spirits.
---

No hay comentarios.:

Publicar un comentario