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Pasan de a miles por el puente blanco
que cruza el río menor, no navegable,
de esta ciudad imprecisa: sin un mar
a menos de mil kilómetros de acá.
¿Los pueden ver? También ustedes pasan
como puntos de una línea imaginaria
que se construye en la ilusión de fechas
y en el vacío mágico de nombres.
No nombro la ciudad ni los recuerdo
más que por lo que hicieron: gestos, notas,
afectos, versos, deseos de marcar
un punto en esa hilera parpadeante.
Pero no hay líneas, todo se extingue
y estas estrellas sudamericanas
ya se apagaron cuando nos alumbran.
“¿Y cuántos son entonces, cómo suman
la gracia de escribirse en el momento
de disolverse? ¿Y el arte de enterrarlos
y negarlos y ahora convertirlos
en parlamentos?” Querrás decir relatos
de un teatro perverso, que no niega
los nombres, las imágenes, los rictus,
guiños perdidos de una luz que pasa.
Miro el puente que los está esperando
y pienso que tal vez nunca los vuelva
a escuchar. Ahora empieza mi propia
bajada al río. Hay una sombra, tinta
que mancha el tiempo de la hoja escrita
con todos los momentos de este día.
Palabras y palabras, les hago una promesa
que es sólo para mí: no dejaré
pasar el viento fresco de noviembre
sobre la casa, el campus o la cámara
teatral de papeles que se arrumban.
Y en lo que sopla escucharé una risa
que vuelve tarde del patio o del pasto
en la vieja casa o en la universidad,
los brazos llenos de libros, ¿la ven?,
y yo que todavía no podía escribir,
me fallaba la vista y no estaba
vivo ni muerto y no sabía nada
mirando el foco de luz, el silencio.
Silvio Mattoni (Córdoba, Argentina, 1969), Tanatocresis, Borde Perdido Editora, Córdoba, Argentina, 2018
Otra Iglesia Es Imposible - Borde Perdido Editora - Premios Nacionales - La Infancia del Procedimiento - Buenos Aires Poetry - Nueva Provenza - Eterna Cadencia - El Infinito Viajar - 1 Poeta 10 Preguntas - Vallejo & Co. - La Voz - Borde Perdido Editora/Rodolfo Fogwill/YouTube
Foto: CETyCLI/Silvio Mattoni/Facebook
Gracias, Jorge, por el poema rescatado, aplausos para tu blog que hace tiempo no veía y es inmenso y colmado de maravillas.
ResponderBorrarDe nada, Silvio Mattoni. Gracias por tu comentario y por el poema (este y tantos otros)
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