La eternidad selectiva
"Créeme te amaré eternamente"
repite a cada rato Caronte
a la eternidad
y ella quejándose
por tan desafortunada certeza
¡ay! por qué no serías mentiroso
lo maldice.
Edificio
La verdad: ¿cómo fue
aquella gran empresa de sentimientos
que habías montado?
Supe que acabó contigo.
¿Al menos acabaste con tus obligaciones?
¿Ayudaste al olvido a construir?
Durante años soñaba
con una familia propia
con una casa propia
lejos
lejos del recuerdo
de aquellos que amaron a ambas.
Kikí Dimulá (Atenas, 1931), Símbolos solubles, Linteo, Ourense, 2010
Traducción de Nina Anghelidis y Juan Antonio González Iglesias
Envío de Jonio González
Versos como puños.
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