miércoles, agosto 31, 2016

Oscar de Pablo / Injuria de la luz, horror del día









Dime, tiempo de sables, si me ha temblado hoy el alba
   en la pupila.

Niégame que la angustia es la cosa solar
que aparece chorreando en gris y amarillo
de ese mar inventado cada noche
por mí (modestia aparte), si bien para otros fines muy distintos.

Dime, momento de afilado chorro, agua precipitada en vidrios
   rotos, si las sábanas pesan como siento que pesan, si las
   cosas del mundo serán iguales de grandes, si los dientes
   del mundo morderán tan adentro después del primer sorbo
de café.

Rayón en partitura de doliente pureza, avisa si las seis de la
   mañana
durarán otra vez todo mi día; dime si en tu sonido de abrupta
   transparencia
es mi furiosa muerte por fin la que amanece, o déjame dormir
otro ratito.

Óscar de Pablo (Cuernavaca, México, 1979)


El baile de las condiciones,
Audisea,
Buenos Aires, 2016







martes, agosto 30, 2016

Biancamaria Frabotta / Los nuevos climas













El jardín parecía una habitación
que una ráfaga de viento hubiera
cerrado de un portazo.
La destrucción era total.
Andando despacio, con cuidado
de no pisar las bulbos abatidos
los raros azafranes pelados por el estruendo
las trompetas tan sutiles y comunes
que adornaban la gran piedra
sacada a la luz por la excavadora
pensé que todo estaba floreciendo
al revés, las raíces a tientas
por los míseros vapores, los pétalos rancios
apresados bajo el lodo
como perros con cadena.
El inesperado aluvión de Pascua
había recorrido el reino entero
con la bestialidad de una herejía.
Tal vez entre las grietas pudiera rebrotar el pálido eucalipto
tan útil contra los pantanos. Pero ahora que todo ha sido edificado
piedra sobre piedra, ¿qué hacer con esta ávida hidrobomba?

*

En invierno de dos mil siete
nos salteamos el invierno.
Como en un capricho de Goya
el otoño empezó y no terminó
sino, en primavera, con las moscas
que nunca se murieron, dentro
de un espejo inquieto y venenoso.
En la ciudad casi no se dieron cuenta
de la deliberada tibieza
inmersos como estaban en el
tráfico de sus quehaceres
cotidianos –solo alguno
a veces se desvelaba de noche
con un pie hinchado, el pelo
todo revuelto, aunque cortado
hace poco, la camiseta de dormir
enrollada sobre el vientre
o totalmente desnudo bajo el edredón.
En el campo cada yema sufría
la falsa hinchazón de las venas engañadas
por el sol cálido de esos días en que
de los prados manaba una
intrépida hierba incolora.

Biancamaria Frabotta (Roma, 1946) XXIV Festival de Poesía de Rosario
Versiones de Daniel García Helder


I nuovi climi

Il giardino sembrava una stanza
che un colpo di vento avesse chiuso
sbattendo la sua unica porta.
La distruzione era totale.
Camminando a fatica, attenta
a non pestare i bulbi sconvolti
i rari crochi pelati dallo scroscio
i tromboni così gentili e comuni
che ornavano la grande pietra 
portata alla luce dalla scavatrice
pensai che tutto stesse fiorendo
a rovescio, le radici brancolanti
nei miseri vapori, i petali marci
trattenuti sotto dal fango 
come cani alla catena.
L’inattesa alluvione di Pasqua
aveva percorso l’intero regno
con la violenza di un’eresia.
Forse tra le crepe sarebbe ricresciuto il pallido eucalipto
così utile contro le paludi. Ma ora che tutto è stato edificato
pietra su pietra, che farsene di questa vorace idrovora?

*

L’inverno del duemila e sette 
saltammo l’inverno. 
Come in un capriccio di Goya
l’autunno cominciò e non finì 
se non, a primavera, con le mosche
che non erano mai morte, dentro
uno specchio inquieto e velenoso. 
I cittadini quasi non si accorsero 
del premeditato tepore 
immersi com’erano nel 
traffico delle loro imprese 
quotidiane – solo qualcuno
talvolta si svegliava di notte
con un piede più gonfio, coi
capelli scomposti, per quanto
tagliati di recente, le bluse
dei pigiami arrotolate sui ventri
o in totale nudità sotto i piumoni.
In campagna ogni gemma soffriva
nel falso turgore dei getti traditi
dal sole caldo di quelle giornate
che dai prati emanavano una 
intraprendente erba incolore.
---
Foto: De la autora

lunes, agosto 29, 2016

Salvador Novo / Palabras extrañas



Por la calle había
en carteles rojos y en bocas ásperas
extrañas palabras
que se grababan en mi cerebro como enigmas
y había acciones y efectos
cuyo motivo me preocupaba indagar.
Muchos novelistas que estudian
una niñez que no han vivido
observan que los diccionarios
son siempre consultados por niños.
Por las noches el alfabeto estelar
combinaba sus veintisiete letras
en frases que me conturbaban
y que aún no encuentro en enciclopedias.

Salvador Novo (Ciudad de México, 1904-1974), “Espejo”, 1933,Poesía. XX Poemas, Espejo, Nuevo amor y Poesías no coleccionadas, Fondo de Cultura Económica, México, 1961
Envío de Jonio González

Foto: Salvador Novo c.1950 Simón Flechine /Mediateca INAH, México

sábado, agosto 27, 2016

Romina Freschi / De "Eco del parque", 2
















El sueño y su escarmiento
plumaje vaporoso
cerca de la mañana asciende
manifiesto
a dar por visto
lo no comprendido
que esconde su semiótica troyana
en el humilde cerezo
de los días

Con dolor dejamos
de comprehender
y es la incapacidad la que duele
en la reiterada programación del sueño
ver lo que no vimos
vislumbrar aquello
que no comprenderemos

en el futuro imperfecto
indicativo
esa contundente piedra
por mucho que elevemos
volverá a caer

(...)


La construcción
el camino
la pista
también se obstruyen
los terrenos de la imaginación
mueren en una encrucijada
cualquiera.

La variable que se sale del destino
se rompe su deseo
se excede o no alcanza
y su importancia sufre
una herida letal.

No es solo mi pasado.
el pasado de la especie
también se entretiene
en pasadizos contados
hipertransitados
laberintos y pasatiempos:

Dónde reside la fuerza y por qué
optamos por perderla
a pesar del largo y dedicado
amor.

Romina Freschi (Buenos Aires, 1974), Eco del parque, Juana Ramírez Editora, 2015

Foto: Romina Freschi en FB

Jack Kerouac / Diez haikus



Nuevos vecinos:
luz
en la vieja casa

**

Un gato come cabezas de pescado:
todos esos ojos
en la luz de las estrellas

**

Brotes del sauce surgen allí
al pie
del árbol expectante

**

Y el inmóvil gato
sentado junto al poste
percibe la luna

**

Llegadas del este,
cubriendo la luna,
nubes: ni un sonido

**

Día fresco y soleado de otoño,
segaré el césped
una última vez

**

El sueño de Dios,
sólo es
un sueño

**

Sin hacer caso de mi pan,
el pájaro mira furtivamente
la hierba

**

Encontré
a mi gato: una
estrella silenciosa

**

Mi mano,
una cosa con pelos,
subiendo y bajando con mi vientre

Jack Kerouac (Lowell, EE. UU.,1922- St. Petersburg, EE. UU., 1969), Book of Haikus, Penguin, Nueva York, 2003
Versiones de Jonio González


New neighbors
- light
in the old house

**

Cat eating fish heads
- all those eyes
in the starlight

**

A pussywillow grew there
at the foot
of the breathless tree

**

And the quiet cat
sitting by the post
perceives the moon

**

Coming from the West,
covering the moon,
clouds: not a sound

**

Cool sunny autumn day,
I’ll mow the lawn
one last time

**

God’s dream,
it’s only
a dream

**

Ignoring my bread,
the bird peeking
in the grass

**

I found my
cat – one
silent star 


**

My hand,
a thing with hairs,
rising and falling with my belly

---

viernes, agosto 26, 2016

Miyazawa Kenji / Proemio











El fenómeno denominado Yo
es esta provisional lámpara de luz azul
una lámpara orgánica de corriente eléctrica
(todo un sistema de espectros transparentes)
en mi titilan los paisajes y todas las cosas juntas

frenéticamente mientras continúa encendida
esta iluminación azul del karma
(su luz persiste aunque la lámpara se desvanezca)

Y hace veintidós meses
que reúno los instantes contemplados desde el pasado
en papel y tinta
en bosquejos mentales
en escenas trazadas de luz y sombras
hasta llegar
a este preciso momento
(en que centelleo
y todo es simultáneamente
        el sentimiento de todas las cosas)

Humanos y ashuras*, galaxias y erizos de mar
todos comen polvo de estrellas
respiran del aire o del agua salada
mientras piensan en sus nuevas ontologías
y es porque cada uno es después de todo
un corazón particular del paisaje

Como estos paisajes que recuerdo en mí
como las escenas guardadas en mi solitaria naturaleza
que quizá no significan nada
o quizá sea una manera en que la nada significa
al grado común de un compartir total

(En la misma manera que comparto mi ser en todas las cosas
la totalidad del ser de cada una de las cosas se da para mí)

Mientras tanto mis palabras se reflejan
en la brillante y monstruosa acumulación del tiempo
aluvial y Cenozoico
y cambian sus estructuras
y también sus partes
en lo que ahora parece un punto
visto a la luz y sombra
        (o los billones de años del Asura)

Aunque es posible que el impresor y yo
sólo intentamos ensamblar la extrañeza
de la misma forma que nuestros sentidos
nuestros paisajes y personalidades
de la misma forma que la conciencia de nuestros recuerdos
y la historia geológica de la Tierra
o los mil datos diversos
         (en la red causal del karma)
que sólo basamos en nuestra percepción común

Nosotros somos los que no veremos más allá
y es probable que en dos mil años
el surgimiento de una diferente Geología
revelará una a una las evidencias del pasado
de modo que cada hombre pensará que dos mil años antes
pavo reales incoloros poblaban el azul del cielo
mientras nuevos estudiantes excavan fósiles espléndidos
entre los resplandecientes cristales de nitrógeno congelado
en los estratos superiores de la atmósfera
y cuando todo esto se conozca
quizá en algún estrato de arenisca del Cretácico
se descubran las huellas gigantes de una humanidad transparente

Todas estas teorías
son la imaginación y el tiempo de la naturaleza
la cuarta dimensión dentro de la cual nos preguntamos

20 de enero de 1924

Miyazawa Kenji  (Hanamaki, Japón, 1896-1933), Periódico de Poesía número 90, México, junio de 2016
Traducción de Yaxkin Melchy Ramos


* Del sánscrito asura, literalmente “no dioses” y a veces traducido como “semidioses” o “titanes”, se refiere a una clase de divinidades que dentro del esquema de los seis destinos del renacer budista se encuentra entre el mundo de los dioses y el mundo de los humanos, pero que se considera por lo general un destino no deseable. Se dice que los asuras envidian la fortuna de los dioses y por lo tanto están en constante guerra contra estos para acceder al reino que perdieron. (Nota del traductor)






わたくしといふ現象は
假定された有機交流電燈の
ひとつの青い照明です
(あらゆる透明な幽霊の複合体)
風景やみんなといっしょに
せはしくせはしく明滅しながら
いかにもたしかにともりつづける
因果交流電燈の
ひとつの青い照明です
(ひかりはたもち、その電燈は失はれ)
これらは二十二箇月の
過去とかんずる方角から
紙と鑛質インクをつらね
(すべてわたくしと明滅し
 みんなが同時に感ずるもの)
ここまでたもちつゞけられた
かげとひかりのひとくさりづつ
そのとほりの心象スケッチです
これらについて人や銀河や修羅や海膽は
宇宙塵をたべ、または空気や塩水を呼吸しながら
それぞれ新鮮な本体論もかんがへませうが
それらも畢竟こゝろのひとつの風物です
たゞたしかに記録されたこれらのけしきは
記録されたそのとほりのこのけしきで
それが虚無ならば虚無自身がこのとほりで
ある程度まではみんなに共通いたします
(すべてがわたくしの中のみんなであるやうに
 みんなのおのおののなかのすべてですから)
けれどもこれら新世代沖積世の
巨大に明るい時間の集積のなかで
正しくうつされた筈のこれらのことばが
わづかその一點にも均しい明暗のうちに
   (あるひは修羅の十億年)
すでにはやくもその組立や質を變じ
しかもわたくしも印刷者も
それを変らないとして感ずることは
傾向としてはあり得ます
けだしわれわれがわれわれの感官や
風景や人物をかんずるやうに
そしてたゞ共通に感ずるだけであるやうに
記録や歴史、あるひは地史といふものも
それのいろいろの論料といっしょに
(因果の時空的制約のもとに)
われわれがかんじてゐるのに過ぎません
おそらくこれから二千年もたったころは
それ相當のちがった地質學が流用され
相當した證據もまた次次過去から現出し
みんなは二千年ぐらゐ前には
青ぞらいっぱいの無色な孔雀が居たとおもひ
新進の大學士たちは気圏のいちばんの上層
きらびやかな氷窒素のあたりから
すてきな化石を發堀したり
あるひは白堊紀砂岩の層面に
透明な人類の巨大な足跡を
発見するかもしれません
すべてこれらの命題は
心象や時間それ自身の性質として
第四次延長のなかで主張されます




jueves, agosto 25, 2016

Gabeba Baderoon / Punto de vista




En la cocina, ella busca el rallador de nuez moscada
y de pronto recuerda que está en otro aparador,
en otra casa.
En la oficina de correos escribe la dirección
que ha dejado atrás.
Rompe el formulario en pedacitos
y comienza de nuevo.
Su correo la persigue
como una mano muy alargada.
En el cielo de camino a casa
un halcón cuelga inmóvil,
vuela quieto,
fijando el cielo.

Gabeba Baderoon (Port Elizabeth, Sudáfrica, 1969), Rima interna, El Cultural de El Mundo, Madrid, 7 de marzo de 2016
Traducción de Martín López-Vega
Envío de Jonio González
---

miércoles, agosto 24, 2016

Edward Thomas / La gloria















La gloria, el resplandor de la mañana:
el cuco que susurra sobre el rocío intacto,
el mirlo que lo encuentra, y la paloma
que me incitan a algo más dulce que el amor;
las nubes agrupadas como recién segada hierba;
el calor, el rumor, el gran vacío
del cielo, el prado, el bosque, y de mi corazón.
Esa gloria me incita y me reprocha
todo lo que yo puedo ser o hacer
junto a esta hermosura de forma y movimiento,
esa felicidad que habitaría
en la presencia de lo bello. ¿Hoy debo
empezar a buscar por Cielo e Infierno
fuerza o saber que iguale esta belleza
y a recorrer el polvo moteado
en la esperanza de encontrar lo que persigo,
escuchando a las cosas efímeras, felices,
de las que no sabemos nada, en mi camino?
¿O debo contentarme con este descontento
igual que golondrinas y alondras con sus alas?
Al final de este día, una vez más,
¿preguntaré qué es la belleza, y a qué aludo
con la felicidad? ¿Debo dejarlo todo
contento o triste, o ambos? ¿O saber
que he sido, sí, feliz tan a menudo
al olvidar qué cerca está mi encierro,
qué triste, sin lugar al que viajar,
es el Tiempo? No puedo morder del todo el día.

[1915]

Edward Thomas (Londres, 1878-batalla de Arras, Francia, 1917), Poesía completa, traducción de Gabriel Insausti, Pre-textos, Valencia, 2012


The Glory

The glory of the beauty of the morning, -
The cuckoo crying over the untouched dew; 
The blackbird that has found it, and the dove
That tempts me on to something sweeter than love; 
White clouds ranged even and fair as new-mown hay; 
The heat, the stir, the sublime vacancy
Of sky and meadow and forest and my own heart: -
The glory invites me, yet it leaves me scorning
All I can ever do, all I can be, 
Beside the lovely of motion, shape, and hue, 
The happiness I fancy fit to dwell
In beauty's presence. Shall I now this day
Begin to seek as far as heaven, as hell, 
Wisdom or strength to match this beauty, start
And tread the pale dust pitted with small dark drops, 
In hope to find whatever it is I seek, 
Hearkening to short-lived happy-seeming things
That we know naught of, in the hazel copse? 
Or must I be content with discontent
As larks and swallows are perhaps with wings? 
And shall I ask at the day's end once more
What beauty is, and what I can have meant
By happiness? And shall I let all go, 
Glad, weary, or both? Or shall I perhaps know
That I was happy oft and oft before, 
Awhile forgetting how I am fast pent, 
How dreary-swift, with naught to travel to, 
Is Time? I cannot bite the day to the core.

martes, agosto 23, 2016

Minerva Margarita Villarreal / Como si los siglos fueran días












Sin nombre ni cruz
cerca de Fuente Grande
o fuente de las lágrimas
ante un viejo olivar
encima de Viznar   en Villa Concha
o La Colonia   donde los niños solían prepararse
      en el verano
lejos del paraíso de Pedro Soto de Rojas
de la pila del solado de azulejos
donde los mascarones
bajan calles empedradas
de escalonada blancura   casas
de forja negra   lejos de esa placa que honraste
permanece callada
la cuneta del camino de Alfacar
el barranco   fuente de lágrimas
fuente de cadáveres
Ha amanecido el abandono
y ha declarado
su paseo de sangre hasta el aljibe
que abre su agitación   su traje sin corbata
sus huesos
mojados   detenido aroma de nardos
o el espíritu
huesos que no encontraron
cuerpo
ya no te encontraron
No   No te encontraron
pero el Domingo de Ramos por la subida
de San Cristóbal
repetidamente
el ciervo puede soñar por los ojos de un caballo
y por los ojos de un caballo
repetidamente te vi.


LAUDE

Un castillo
se eleva
si a Dios amo
Si a Dios amo
el terror
se evapora
Por su afiebrado
cálamo
el vuelo del castillo
Por su alfabeto
la elevación de la paloma

Minerva Margarita Villarreal (Montemorelos, México, 1957 - Monterrey, México, 2019), Las maneras del agua, Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México, 2016

Foto: Minerva Villarreal en FB

---
Act. 2020

lunes, agosto 22, 2016

Luisa Futoransky / La losa de mármol claro











Hay ciudades de
agravios solapados
falsos durmientes
y dolencias crónicas
ciudades
en las que me cunde el pánico
ése que irrumpe sin alfabeto
ni traductor conocido
y se disipa cuando quiere
para irse con la neblina -que es su música
a otra parte
siempre
dentro de mí

Luisa Futoransky (Buenos Aires, 1939), Pintura rupestre, editorial Leviatán, Buenos Aires, 2014

domingo, agosto 21, 2016

Jan de Jager / De lo sublime matemático














Pienso en esa escena del Viejo y el mar
En pleno mar el viejo ve hundirse su presa descomunal,
cientos de metros para abajo,
en cámara lenta,
hasta que la imagen del pez
se termina diluyendo en el azul
oscurísimo indefinible
de las profundidades

Pienso en tener doce años
y  llegar caminando de Afganistán hasta Suecia
y que te manden de vuelta

Pienso en el arroyo Antequera,
cuando de pronto desemboca
en la inquietante indiferencia
del Paraná de las Palmas,

Pienso en la esquina de San Martín y Maipú.
Ambas adoquinadas aún.
A rayo de sol de mediodía de verano
los adoquines bruñidos encandilan

“Nunca cruces solo la avenida Maipú”
me decía mi mamá.
Pienso en los niños que nacieron
del otro lado de Maipú
y que tampoco los dejan
cruzar
  solos.

Jan de Jager (Buenos Aires, 1959), Casa de cambio IV, inédito

Foto: Jan de Jager en FB

sábado, agosto 20, 2016

Raúl González Tuñón / José de San Martín escribe a O'Higgins

 









          Sólo unidos venceremos (De una carta de San Martín a O'Higgins)
                      
La sombra de la patria cruza su frente pálida.
Por la ventana ve los ágiles veleros.
Mil ochocientos treinta y tantos. Las palomas
suben como la tarde en la plazuela antigua.

Dejadme recordar suspirando que he visto
veleros y palomas y a un hombre en medio, solo,
más puro que el crepúsculo,
cerca del mueble donde yace muerto
el poncho desgarrado que anduvo en Chacabuco.

El perfil de la horca
multiplica en Europa su agudo árbol inválido.
La Santa Alianza a la ávida mandíbula borbónica
promete devolver la juventud de América.
Del general proscrito tiembla la mano augusta
llamando a la unidad de los americanos.

Los ágiles veleros
van a llevar su alerta más allá de las nubes.
Él, el Libertador, el Verdadero,
escribe entre recuerdos, bajo lámparas frías
con su mano por donde va subiendo la Muerte
en la más desolada de las habitaciones
y luego, hambriento mío,
sale a dar de comer a las palomas.

Nadie, ninguno, nadie, ni aun Simón Bolívar
-a quien siempre veré entregando a Miranda-
Ni Rosas, siervo al fin de Londres y de Viena,
vieron como él y como él golpearon
a las puertas de América, despertando al Destino.

Una derrota de carbón contempla
sobre los hombros de los cargadores,
la vieja verdulera de los muelles,
el triste actor de harina y de nostalgia,
la Librería atestada de biblias y Lutero,
y en la pequeña tienda de olores conocidos
gentes que hablan del tiempo y la desgracia.

¡Dadme esa carta! Dadme la rosa de las nieblas.
Por un caliente río de ceniza ha pasado
y del polvo del polvo de los huesos yacentes
su grito atruena América, Padre de los Relámpagos.
                  Que el sol de la Argentina
                  y la estrella de Chile lo recojan.

Raúl González Tuñón (Buenos Aires, 1905-1974), Primer canto argentino, Edición del Autor, Talleres Macland, Buenos Aires, 1945
---
Foto: Raúl González Tuñón (der.) con Héctor Yánover, c. 1973

viernes, agosto 19, 2016

Billy Collins / Introducción a la poesía














Les pido que tomen un poema
y lo sostengan contra la luz
como una diapositiva en color

o que apliquen el oído contra su colmena.

Digo soltad un ratón dentro de un poema
y observad cómo indaga buscando una salida,

o caminad en la habitación del poema
y tantead las paredes en busca del interruptor.

Quiero que hagan ski acuático
a través de la superficie de un poema
saludando con la mano el nombre del autor en la orilla.

Pero todo lo que quieren hacer
es atar el poema a una silla con una cuerda
y torturarlo hasta arrancarle una confesión.

Empiezan a golpearlo con una manguera
para averiguar qué significa en realidad.

Billy Collins (Nueva York, Estados Unidos, 1941), The Apple that Astonished Paris, University of Arkansas Press, Arkansas, 1988
Versión de Jonio González

Foto: Suzannah Gilman Key West Literary Seminar


Introduction to Poetry 

I ask them to take a poem  
and hold it up to the light  
like a color slide 

or press an ear against its hive. 

I say drop a mouse into a poem  
and watch him probe his way out, 

or walk inside the poem’s room  
and feel the walls for a light switch. 

I want them to waterski  
across the surface of a poem 
waving at the author’s name on the shore. 

But all they want to do 
is tie the poem to a chair with rope  
and torture a confession out of it. 

They begin beating it with a hose  
to find out what it really means.

jueves, agosto 18, 2016

Charles Simic / Navegante












Convoqué a Cristóbal Colón.
A la hora del lobo
surgió de la penumbra,
se parecía un poco a mi padre.

En este viaje en particular
no descubrió nada.
El océano que le di era infinito.
Y el barco, una maleta abierta.

Estaba completamente perdido: Yo había olvidado proporcionarle estrellas.
Sentado en la oscuridad con una botella en la mano.
Cantaba una canción de su infancia

En la canción amanecía.
Una niña descalza
se detenía sobre la hierba húmeda
para arrancar una ramita de menta.

Y después, nada;
sólo el chillido del viento alejándose deprisa,
como si acabara de recordar
adónde estaba yendo, dónde había estado

Charles Simic (Belgrado, 1938), Selected Early Poems, George Braziller, Nueva York, 1999
Versión de Jonio González

NAVIGATOR

I summoned Christopher Columbus.
At the hour of the wolf,
He came out of the gloom
Looking a little like my father.

On this particular voyage
He discovered nothing.
The ocean I gave him had no end.
And the ship – an open suitcase.

He was thoroughly lost – I had forgotten to provide the stars.
Sitting in the dark with a bottle in its hand.
He sang a song from his childhood.

In the song the day was breaking.
A barefoot girl
Stepped over the wet grass
To pick a sprig of mint.

And then nothing –
Only the wind rushing off with a screech
As if it just remembered
Where it’s going, where it’s been.

miércoles, agosto 17, 2016

Jorge de Lima / De "La invención de Orfeo"














Era un caballo todo hecho de lavas
cubierto de brasas y de espinas.
En las tardes amenas él venía
y leía el mismo libro que yo hojeaba.

Después lamía la página y borraba
la memoria de los versos más sufridos:
entonces la oscuridad cubría el libro,
y el caballo de fuego se encantaba.

Bien sabía que él aún ardía
en el salitre del libro subsistido
y transformado en olas levantadas.

Bien se sabía el libro que él leía:
la locura del hombre angustiado
en que el íncubo caballo se nutría.

[1952]

Jorge de Lima (União dos Palmares, Brasil, 1893-Río de Janeiro, Brasil, 1953), La invención de Orfeo, traducción de Antonio Cisneros, Colección El Oro de los Tigres V, Universidad Autónoma de Nuevo León, México, 2015

Era um cavalo todo feito em lavas
recoberto de brasas e de espinhos.
Pelas tardes amenas ele vinha
e lia o mesmo livro que eu folheava.

Depois lambia a página, e apagava
a memória dos versos mais doridos;
então a escuridão cobria o livro,
e o cavalo de fogo se encantava.

Bem se sabia que ele ainda ardia
na salsugem do livro subsistido
e transformado em vagas sublevadas.

Bem se sabia: o livro que ele lia
era a loucura do homem agoniado
em que o íncubo cavalo se nutria.
---

martes, agosto 16, 2016

Elvira Hernández / De "Santiago Waria"














Ciudad interior

No puedo ser otra cosa que la pensativa del Patio de los
Callados, la llorosa del Parque de los Reyes,
la olvidadiza
                                ni otra
que la que recoge papeles con sangre
                                ni
aquella que no quiere el balazo solipsista
               porque nada desaparecerá

A ratos soy la misma, la Una, la del espejo
que camina con una araña en el ojal
                                la sombra
que se pegó al hombre que dobló la esquina
               y duele su cuello guillotinado


Fuente Neptuno

Te tomo la palabra. ¡Bah! ¡Qué haces aquí! Esto es peor que cruzar
la Avenida Cardenal Caro. O que Escilas y Caribdis en seco. No se
respira el salobre mar sino amoniaco puro. Amén del monóxido y
el hollín por mil. Es el Novus Orbis vomitado: Ngechén en la Cruz
y en la picana. Es la noche bajo el tridente, dando tumbos por las
escalinatas, por la Escala Unica sin un peso en los bolsillos. Pronto
aparecerán tus pescados de acá, la corte milagrosa para el Mirón
del Cerro. Los príncipes del peñascazo se quedarán en las laderas
salivando un pito. Las reinas de la noche pasarán derecho al
fornicatorio. Los caminos yacen atestados y el cerro se mueve
como un pulpo. Los reyes del sablazo establecen pronto sus capitales.
Los vampiros tienen puestos sus guantes de gasa. El Mohicano
encendió su fogata y yo he lanzado mis cupidos a más no poder. Es
mi única transacción la que se pierde en el aire, un chorro sin destino.
Mojo la cara en tus aguas y no logro quitarme la sarna de maldito.
Nunca tuve proposiciones que hacerle a la vida.


WC

muros de la democracia nuestros públicos
                 doble vecé
Lascaux para damas y caballeros
              a solas consigo mismos
                                   obran
pájaros     conchas     vestigios
                imprecaciones
                allí donde se suelta
    eso     los demás    el ello
nombres     direcciones     teléfonos
             croquis mágicos
                  monerías
              incisiones humanas incitaciones
              donde se tira agua papel y
                                       lejía

Elvira Hernández (Lebu, Chile, 1951), Santiago Waria, Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1992

lunes, agosto 15, 2016

Darío Jaramillo / De "El cuerpo y otra cosa"













4

DOLORES en la pierna, picadas que me estremecen, dolores
     que la pastilla no borra, sólo amengua.
Cambio de piel, metamorfosis, necesidad de aislarse a esperar la
     epifanía o el parto.
Necesidad de recogimiento, necesidad de desconectar los sentidos,
     necesidad de estar aislado, de cerrar las cortinas, de eliminar
     todo ruido.
Cero fachada y noche, cero derroche.
Mudo de piel y una parte dentro de mí hace crac o algo parecido.
Intuyo otra manera de llevar el tiempo.
Indiferente al ruido, ausente del ruido, atento a las premoniciones,
     a ciertos dichosos augurios, al vacío.


22

LAS palabras no son las cosas pero las palabras son la cosa.
Las palabras no son las cosas pero cambian las cosas, a veces
     cambian las cosas.
Las palabras son sólo palabras, pero las cosas son algo más que
     las cosas.
Las cosas no son palabras pero las palabras son cosas.
Las cosas son cosas o son palabras pero las palabras son sólo
     palabras.
Y son la cosa.

Darío Jaramillo Agudelo (Santa Rosa de Osos, Colombia, 1947)



El cuerpo y otra cosa,
Pre-textos,
Valencia, 2016









---
Foto: EFE

domingo, agosto 14, 2016

Jorge Manrique / Porque estando él durmiendo le besó su amiga









Vos cometistes traición
pues me heristes, durmiendo,
de una herida qu'entiendo
que será mayor passión
el deseo d'otra tal
herida como distes,
que no la llaga ni mal
ni daño que me hezistes.

Perdono la muerte mía,
mas con tales condiciones
que de tales traiciones
cometáis mil cada día;
porque d'aquesta manera
no me place que otro muera
pues que yo lo merescí.

        Fin

Más plazer es que pesar
herida que otro mal sana:
quien durmiendo tanto gana
nunca deve despertar.

Jorge Manrique (Paredes de Nava, España, 1440- Castillo de Garcimuñoz, Cuenca, España,1479), Poesías completas, Colección Austral, Espasa Calpe [1940], Buenos Aires, 1993

sábado, agosto 13, 2016

Romina Freschi / De "Eco del parque"














No hay paraíso en la tierra.

Sus maravillas, inmensas
son hostiles
y en lucha con ellas gastamos
fuerza, fe
y voluntad.

Sí, hay paz y éxtasis.

Provienen
sin embargo
del temporal
-crisis de las condiciones pactadas-
destructor más creador
de los mundos
manjares precarios
grandezas efímeras
deletéreas, funestas
de la tierra.

Romina Freschi (Buenos Aires, 1974)

Foto: Romina Freschi en FB




Eco del parque,
Juana Ramírez Editora,
2015








viernes, agosto 12, 2016

Wallace Stevens / De "Un anochecer cualquiera en New Haven", 3



XXII

El profesor Eucaliptus dijo: "La búsqueda
De la realidad es tan importante como
La búsqueda de dios." Es la búsqueda del filósofo

De un interior vuelto exterior y la búsqueda
Del poeta de ese mismo exterior vuelto
Interior: cosas inanimadas respirando absortas

Las inhalaciones del frío original y del principio
Original. Sin embargo, la sensación de frío
Y de principio es una sensación cotidiana,

No del predicado del origen resplandeciente.
La creación no se renueva con imágenes
De vagabundos solitarios. Recrear, usar

El frío y el principio y el origen resplandeciente
Es buscar. Lo mismo que decir de la estrella vespertina,
La luz más antigua en el cielo más antiguo,

Que es totalmente una luz interior, que brilla
Desde el seno somnoliento de lo real, recrea,
Busca un posible para su posibilidad.

[The Auroras of Autumn, 1950]

Wallace Stevens (Reading, Estados Unidos, 1879 - Hartford, Estados Unidos, 1955), "Un anochecer cualquiera en New Haven", versión de Darío Rojo y Jorge Salvetti, Tupé N° 6, Buenos Aires, febrero de 2016


XXII

Professor Eucalyptus said, "The search
For reality is as momentous as
The search for god." It is the philosopher’s search

For an interior made exterior
And the poet’s search for the same exterior made
Interior: breathless things broodingly abreath

With the inhalations of original cold
And of original earliness. Yet the sense
Of cold and earliness is a daily sense,

Not the predicate of bright origin.
Creation is not renewed by images
Of lone wanderers. To re-create, to use

The cold and earliness and bright origin
Is to search. Likewise to say of the evening star,
The most ancient light in the most ancient sky,

That it is wholly an inner light, that it shines
From the sleepy bosom of the real, re-creates,
Searches a possible for its possibleness.ro

Professor Eucalyptus said, "The search
For reality is as momentous as
The search for god." It is the philosopher’s search

For an interior made exterior
And the poet’s search for the same exterior made
Interior: breathless things broodingly abreath

With the inhalations of original cold
And of original earliness. Yet the sense
Of cold and earliness is a daily sense,

Not the predicate of bright origin.
Creation is not renewed by images
Of lone wanderers. To re-create, to use

The cold and earliness and bright origin
Is to search. Likewise to say of the evening star,
The most ancient light in the most ancient sky,

That it is wholly an inner light, that it shines
From the sleepy bosom of the real, re-creates,
Searches a possible for its possibleness.
---
Foto: Stevens en su casa en el 118 de Westerly Terrace, Hartford (Huntington Library)

jueves, agosto 11, 2016

Wallace Stevens / Habitación gris















Aunque te sientes en una habitación que es gris
Salvo por el plateado
Del papel vegetal,
Y acaricies
Tu pálido vestido blanco;
O levantes una de las cuentas verdes
De tu collar
Para dejarla caer;
O contemples tu abanico verde
Estampado con las rojas ramas de un sauce rojo;
O, con un dedo,
Muevas la hoja en el cuenco...
La hoja que ha caído de las ramas de la forsitia
A tu lado...
¿Qué importa todo esto?
Sé cuán furiosamente está latiendo tu corazón.

Wallace Stevens (Reading, Estados Unidos, 1879-Hartford, Estados Unidos, 1955), Harmonium (1923), Faber and Faber, Londres, 2001
Versión de Jonio González


GREY ROOM

Although you sit in a room that is gray, 
Except for the silver 
Of the straw-paper, 
And pick 
At your pale white gown; 
Or lift one of the green beads 
Of your necklace, 
To let it fall; 
Or gaze at your green fan 
Printed with the red branches of a red willow; 
Or, with one finger, 
Move the leaf in the bowl-- 
The leaf that has fallen from the branches of the forsythia 
Beside you... 
What is all this? 
I know how furiously your heart is beating. 
---
Foto: Wallace Stevens (izq.), después de entregarle el National Book Award a William Faulkner, 1955

miércoles, agosto 10, 2016

John Ashbery / Diciéndolo para que no suceda














Algún desvío de la norma
ocurrirá a medida que el tiempo se hace más abierto.
El consenso varía de a poco; acerca de lo cual
ya nadie miente. Óxido oscuro derramándose
sobre el cuerpo, cambiándolo sin deteriorarlo –
gente con muchas cosas en la cabeza, pero vivimos
en los intersticios, entre una mirada distraída y el cielorraso.
Nuestras vidas se encargan de hacernos acordar. Finalmente no otra cosa es ser consciente
y los que viven a través de esto se bajan en la misma parada.
Qué descuidados. Sin embargo, al fin cada uno
resulta haber viajado la misma distancia – es el tiempo
lo que cuenta, y cuán profundamente hayas invertido en él,
cruzando la calle de un suceso, como si salir de él fuera
lo mismo que realizarlo. No te importa, por supuesto,
mayormente, si éste es el modo en que tenía que suceder,
sin embargo te habría gustado recibir una porción más exacta de tiempo
que sólo un reloj te puede indicar; cómo se lo siente, no lo que significa.
En un campo abierto, sólo conocemos un pedazo del final,
no la parte que presumiblemente teníamos que atravesar para llegar ahí.
Si esto no te alcanza, considera la idea
Inherente en el día, brazadas de trigo y flores
achatadas sobre carretillas, si tal vez significa más
al relacionarse contigo, sin embargo lo que es, es lo que sucede al fin
como si te hubiera importado. El evento se combina con
rayos que salen de su interior para dar la apariencia de fuerza
adaptada a los usos más sabios de la edad, pero está ahí
y no está, como la ropa tendida o el aserrín al sol,
en el fondo de la mente, donde vivimos ahora.

[Houseboat Days, 1977]

John Ashbery ((Rochester, Estados Unidos, 1927), Como un proyecto del que nadie habla, La Flauta Mágica, Montevideo, 2009
Traducción de Roberto Echavarren
Envío de Romina Freschi

Foto: Ryan Pfluger/Time

Saying It To Keep It From Happening

Some departure from the norm
Will occur as time grows more open about it.
The consensus gradually changed; nobody
Lies about it any more. Rust dark pouring
Over the body, changing it without decay—
People with too many things on their minds, but we live
In the interstices, between a vacant stare and the ceiling,
Our lives remind us. Finally this is consciousness
And the other livers of it get off at the same stop.
How careless. Yet in the end each of us
Is seen to have traveled the same distance—it’s time
That counts, and how deeply you have invested in it,
Crossing the street of an event, as though coming out of it 
were
The same as making it happen. You’re not sorry,
Of course, especially if this was the way it had to happen,
Yet would like an exacter share, something about time
That only a clock can tell you: how it feels, not what it
means.
It is a long field, and we know only the far end of it,
Not the part we presumably had to go through to get there.
If it isn’t enough, take the idea
Inherent in the day, armloads of wheat and flowers
Lying around flat on handtrucks, if maybe it means more
In pertaining to you, yet what is is what happens in the end
As though you cared. The event combined with
Beams leading up to it for the look of force adapted to the 
wiser
Usages of age, but it’s both there
And not there, like washing or sawdust in the sunlight,
At the back of the mind, where we live now.

martes, agosto 09, 2016

Liliana Díaz Mindurry / Pájaro que planea el cuadro











Puede verse
ese pájaro planeando el cielo verde
que ningún cazador podrá matar,
ese pájaro por encima de todo:
insensible,
inasible.
Se caen las palabras de todos o resbalan sobre hielo:
pero ese ojo intenso y ciego en su vuelo
como proyectil disparado en el aire del cuadro,
sobrevive.
Los cazadores avanzan con un aire tan feliz como idiota,
los perros resignados,
y los otros bailan, corren, mueren o atizan el fuego:
el pájaro planea sobre ellos
extranjero,
la imagen se sale de la escena. Y tal vez
el pájaro reaparezca, ajeno
en otra parte. Nada,
ninguna transparencia,
ni un ojo siquiera para calmar tanto vuelo impune,
interrumpirlo de un golpe.
¿Será la guerra, la peste?
Sé que en sueños mataremos al pájaro,
crimen perfecto
sin rastros,
limpio,
purísimo.
Pero volverá brutalmente a volar sobre nosotros
que todo lo perdimos.

Liliana Díaz Mindurry (Buenos Aires, 1953), Cazadores en la nieve, Ediciones La Letra Eme, Buenos Aires, 2014

Foto: Liliana Díaz Mindurry en FB

lunes, agosto 08, 2016

Gustavo Cerati / De música ligera











Ella durmió al calor de las masas
Y yo desperté queriendo soñarla.
Algún tiempo atrás pensé en escribirle
Que nunca sorteé las trampas del amor.

De aquel amor de música ligera
Nada nos libra, nada más queda.

No le enviaré cenizas de rosas
Ni pienso evitar un roce secreto.
De aquel amor de música ligera
Nada nos libra, nada más queda.

Gustavo Cerati (Buenos Aires, 1959-2014), Soda Stereo, Canción animal, Sony Music, Buenos Aires, 1990




domingo, agosto 07, 2016

Pedro Salinas / La forma de querer tú...











[Versos 1385 a 1406]

La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.

Pedro Salinas (Madrid, 1891-Boston, Estados Unidos, 1951), "La voz a ti debida" [1933], La felicidad inminente, Biblioteca de El Mundo, Madrid, 1998

sábado, agosto 06, 2016

Karel Šiktanc / El segundo día













Llovía.
Llovía. Llovía blanco.
Sin compasión. Sin pesar.
Llovía blanco y violeta.
Hasta diluirse todo lo que por doquier había.
Hambre. Y rabia. Y sangre.
Y huesos.

No respiraba. La cabeza en el regazo, la oía
respirar allí. Gemir allí. Rogar

allí. Acechar allí a alguien.
de quien un pelo quedaba, un indicio. Del que

queda piel de potro. La oía
arrodillarse, deslizarse, desnudarse

de las culpas y las mentiras y las promesas inútiles. Lo oía.
Como el río oye ahogarse a un pez –

Llovía.
Llovía. Llovía blanco.
Sin compasión. Sin pesar.
Llovía blanco y violeta.
Hasta diluirse todo lo que por doquier había.
Hambre. Y rabia. Y sangre.

No se movía. La cabeza en el regazo, se estremecía, tan
suave se movía. Lo besaba, suplicaba.

Por alguien le preguntaba, de quien
una cicatriz o de quien un lazo quedaba

un guante desparejado. Dulce se estremecía. Se rendía
en él se alzaba. Se inclinaba –los ganchos del pelo

en fuga por la boca. Qué dulce se estremecía. Como
un pez oye ahogarse el río–

Llovía.
Llovía. Llovía blanco.
Sin compasión. Sin pesar.
Llovía blanco y violeta.
Hasta diluirse todo lo que por doquier había.

Preso en ternura, de memoria volvía a caer de nuevo
en el cautiverio. Todo don. Todo en el puño.

Todo dedos en los dedos. Asustado por palabras.
Que lo enfría. Por el silencio asustado. Que

da frío. La vena azul en el pecho.
La vena azul en el cielo. Perdido.

Devuelto. Todavía. Todavía. Noche y día. Y
cuando acabe la lluvia, cuando acabe la caída en un lugar

por la espalda su infancia atrapa. De espaldas hacia la vía,
de la guía de los trenes arrancó las páginas.

Llovía.
Llovía. Llovía blanco.
Sin compasión. Sin pesar.
Llovía blanco y violeta.

Abierta como una rosa, se estremecía en todas
sus espinas. Toda herida. Todo olor. Toda

rosa que años ha tristemente en sí
se duele. Toda angustia. Que despierta,

que se encuentra una vez más sólo a sí misma. La vena azul
en el pecho. La vena azul

en el cielo. Muerta. Viva. ¿Y qué más? ¿Y qué
nos queda? Agua de lluvia. Te-que-mas.

Agua. Agua. Todo pena - - -
Sin pena - - -

Llovía.
Llovía. Llovía blanco.
Sin compasión. Sin pesar...

El corazón en un puño, vencido, volvía
una cabeza pesada aún en sueños al corazón

de mujer. Vigilaba todavía. Inquiría todavía.
Todavía sonreía. Reconciliado pues que nada

y nadie había que en un silencio de lágrimas y
risa -malignamente miraba desde

la pared desnuda-

Llovía.
Llovía. Blanco llovía.

El corazón en un puño, en vano dormía. En vano
en sí se apagaba. En ella había una llama detenida.

Conmovedora y astuta. Detenida. Y de una noche
violeta días pasados se le iban acercando.

Sus días pasados muertos. En brazos
secos seca leña -pisándole los talones

los lobos mismos-  Como vivos -

Llovía.
Llovía.

Karel Šiktanc (Hřebeč, República Checa, 1928 - Praga, 2021), Adamar. Revista de creación, nº 40, España, 27 de abril de 2011
Traducción de Clara Janés
Envío de Jonio González

Foto: Týden/CTK


D e n d r u h ý

            Lilo.
            Lilo. Bíle lilo.
            Bez milosti. Bez lítosti.
            Liliově bíle lilo.
            Až se slilo, co kde bylo.
            Hlad. I hněv. I krev.
            I kosti.

Nedýchala. Hlavu v klíně, slyšela ho,
jak v ní dýchá. Jak v ní vzlyká. Jak

v ní prosí. Jak v ní číhá na kohosi,
po kom zůstal vlas či zmínka. Po kom

kůže hříbětinka. Slyšela ho. Jak v ní
kleká. Jak se smeká. Jak se svléká

z vin a lží a darmých slibů. Slyšela ho.
Jako řeka, která slyší tonout rybu---

            Lilo.
            Lilo. Bíle lilo.
            Bez milosti. Bez lítosti.
            Liliově bíle lilo.
            Až se slilo, co kde bylo.
            Hlad. I hněv. I krev.

Nehýbal se. Hlavu v klíně, trnul, jak
se hebce hýbá. Jak ho líbá. Jak ho

prosí. Jak se táže na kohosi, po kom 
zůstal šrám či smyčka. Po kom lichá

rukavička. Sladce trnul. Jak se vzdává.
Jak v něm vstává. Jak se shýbá – sponky

v ústech na útěku. Sladce trnul. Jako 
ryba, která slyší tonout řeku ---

            Lilo.
            Lilo. Bíle lilo.
            Bez milosti. Bez lítosti.
            Liliově bíle lilo.
            Až se slilo, co kde bylo.

Zajat něhou, po paměti padal znovu
do zajetí. Celý darem. Celý v hrsti.

Celý z prstů mezi prsty. Plašen slovy.
Že ji studí. Strašen tichem. Že ji

zebe. Modrá žilka prostřed hrudi.
Modrá žilka prostřed nebe. Ztracen.

Vrácen. Ještě. Ještě. Noc a den. A
v konci deště, v konci pádu kdesi

vzadu stih své dětství. Zády k trati,
dralo listy v jízdním řádu.

            Lilo.
            Lilo. Bíle lilo.
            Bez milosti. Bez lítosti.
            Liliově bíle lilo.

Zotvíraná jako růže, zatrnula všemi 
trny. Sama rána. Sama vůně. Sama

růže. co si létá sama v sobě smutně 
stůně. Sama úzkost. Že se vzbudí.

Že zas najde jenom sebe. Modrá žilka
prostřed hrudi. Modrá žilka prostřed

nebe. Mrtvá. Živá. A co ještě? A co
zbývá? Voda z deště. Při-ho-ří-vá.

Voda. Voda. Škoda všeho ---
Žádná škoda ---

            Lilo.
            Lilo. Bíle lilo.
            Bez milosti. Bez lítosti.

Srdce v hrdle, přemožený, přemožený, obracel se
těžkou hlavou ještě ve snu k srdci

ženy. Ještě hlídal. Ještě zvídal.
Ještě smál se. Usmířený, že už nic

a nikdo není, kdo by v tichu slz a
smíchů --- zle v ní hleděl z holé

stěny ---

            Lilo.
            Lilo. Bíle lilo.

Srdce v hrdle, marně spala. Marně
v sobě zhasínala. Stál v ní plamen.

Tklivý. Lstivý. Stál, a z noci
fialové táhli k němu dávní dnové.

Její dávní mrtví dnové. V suchých
loktech suché dříví --- Vlky

v patách --- Jako živí ---

            Lilo.
            Lilo.
---
Act. 2023