Bella como las mujeres que aparecen en los sueños
/de los buscadores de oro,
honda como la música de la obsesión surgiendo
/de los bares portuarios entre copa de delirio
y humo de restos de perdición,
así es tu vida cazadora de instintos extremos
/indispensables para hilvanar hilos de vida,
hilos de amor,
hilos de pensamientos sospechosamente atractivos.
Tu boca devuelve palabra por palabra,
beso por beso,
ambos tendientes a demostrar la existencia
/de los cuatro elementos
y los cinco sentidos
y son tus manos las que echan leña a la hoguera
o destruyen
sin compasión
los botes del naufragio, no siempre imprevisto.
Pero aún así,
por tu solo consentimiento puedo llegar a sacrificar
/la ciega bestia de mi libertad
o falsear toda verdad
o todavía matar el tiempo que ya no me puede matar.
de Los temas del azar, 1975
Carlos Latorre (Buenos Aires, 1916-1980), La poesía del cincuenta, selección, prólogo y notas de Daniel Freidemberg, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1981
Foto: Ediciones en Danza
Actualizado jun 2020
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