Zángano
Zángano que expulsaron las obreras
entró en mi cuarto, ronco y decidido,
buscando un agujero para nido,
cansado de volar por las praderas.
Ojalá hallar un hueco en las maderas
beber la oscuridad del hondo olvido
comerse el propio cuerpo sumergido
renunciando a las mieles y a las ceras.
Anidado en tiniebla de hendidura,
las alas en la red de su atadura,
bebe la oscuridad desesperado
sin poder tiritar con más soltura
ni descansar por fin siendo bocado,
muerta la araña en su tejido al lado.
Alberto Rubio (Santiago de Chile, 1928-2002)
Erwin Díaz, Poesía chilena de hoy. De Parra a nuestro días, Documentas, Santiago de Chile, 1988 (Metales Pesados, 2005)
Foto: Rubio letras.s5.com
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