Las mujeres comprenden esto.
Nadie es duquesa
a cien yardas de un carruaje.
Estos, entonces, son retratos:
un vestíbulo negro,
un alto lecho protegido por cortinados.
Estos son tan sólo ejemplos.
Wallace Stevens (Reading, Pennsylvania, 1879 - Hartford, Connecticut, 1955), Alberto Girri, Versiones, Corregidor, Buenos Aires, 1974
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Foto: Wallace Stevens, 1952 Rollie McKenna/Britannica
Exquisita la poesia, somos lo que nos rodea, en este monento estoy en una oficina municipal, creo que ni hace falta describir. A veces los adjetivos estan de más, a veces los sustantivos estan demás, a veces todo sobra.
ResponderBorrarhttp://www.escribirte.com.ar/ineditos.php?autor=20
Salud al maestro Girri y al más que maestro Stevens. No por desconocido el texto sino porque volver a encontrarse, de sopetón, con él, hace bien al alma: esa inusitada sensación, que nunca uno terminará de agradecer, por la cual uno descubre que ciertas producciones humanas son capaces de ir mucho más allá de la idiotez y la mezquindad y pueden seguir siéndolo a pesar del tiempo y en medio de la idiotez y la mezquindad. Dan ganas de seguir leyendo, de considerar con buen humor comprensivo las ganas de pegarse un tiro o exiliarse en casa ante la pantalla de un televisor.
ResponderBorrarQué hermosa versión de Girri. Acabo de leer la de Jenaro Talens en Visor (Madrid) y es un completo desastre. Al autor del blog, aunque sea tan tarde, tres años más tarde: ¿podría indicarme la página de "Versiones" donde viene la traducción del poema? Tuve el libro, lo regalé...
ResponderBorrarpágina 94
ResponderBorrarSublime el poema, excelsa la traducción y Magistral su contribución! Daniel Farina muy agradecido.
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