martes, enero 23, 2007

Un poema de Madariaga


Un fuego en el palmar

a Julio Martínez Howard


Son piedades-perfumes
que me ha dado la sombra,
en las prolongaciones populares del llano.

Confundido, entre las aguas vírgenes
y la miseria de la orilla,
he detenido mi caballo,
cansado de nadar en las aguas profundas,
y he saludado al gallo de los colores de Gauguin,
entre las brujas de unos ranchos.

Francisco Madariaga (Buenos Aires, 1927-2000)

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