martes, julio 19, 2022

Carlos Drummond de Andrade / Dos poemas




Sentimiento del mundo

Tengo tan sólo dos manos 
y el sentimiento del mundo. 
Pero estoy lleno de esclavos: 
mis recuerdos que escapan 
y lo que el cuerpo concilia 
en la confluencia del amor. 

Cuando me levante, el cielo 
estará muerto y saqueado, 
yo mismo estaré muerto, 
muerto mi deseo, muerto 
el pantano. 

Los camaradas no me dijeron 
que había guerra 
y era necesario 
traer fuego y alimento. 

Humildemente les pido me perdonen: 
me siento disperso. 
Anterior a las fronteras. 
Cuando los cuerpos pasen, 
yo quedaré solito 
deshilachando el recuerdo 
del campanillero, de la viuda, del microcopista 
que habitaban la barraca 
y no fueron encontrados 
al alba: 
alba más oscura que la noche.


Con las manos enlazadas

No seré el poeta de un mundo caduco. 
Tampoco cantaré el mundo futuro. 
Estoy preso a la vida y observo a mis compañeros: 
están taciturnos mas nutren grandes esperanzas. 
Junto a ellos considero la enorme realidad. 
El presente es tan grande, no nos apartemos. 
No nos apartemos mucho, vayamos con las manos 
 enlazadas. 
No seré el cantor de una mujer, de una historia; 
no hablaré de suspiros al anochecer, el paisaje visto 
 desde la ventana, 
no distribuiré enervantes o cartas de suicida. 
No huiré a las islas ni seré raptado por serafines. 
El tiempo es mi materia, el tiempo presente, los 
 hombres presentes, 
la vida presente. 

[Sentimento do mundo, 1940]

Carlos Drummond de Andrade (Itabira, Brasil, 1902-Río de Janeiro, Brasil, 1987), Material de Lectura nº 45, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 2009
Traducción de Maricela Terán


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Foto: Roteiros

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