¡Oh, Dios! ¿Es éste el vaso mísero que elegiste
para el vino sagrado y quizá execrable?
Alguien se torna lúcido de embriaguez dulce y triste
y presiente la aurora del día interminable.
Yo veo al castigado, al rebelde, al sediento,
sumido en una inmensa desolación exacta;
madurando, paciente, bajo el sol más violento,
como un fruto del trópico, su pierna tumefacta.
(El río de los años, 1964)
León Benarós (Villa Mercedes, Argentina, 1915-Buenos Aires, 2012), Los poetas del 40, selección de Alfredo Veiravé, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1968
No hay comentarios.:
Publicar un comentario